comandante musulmán va a juicio
[Katarina Kratovac] Ex comandante norteamericano será enjuiciado en Iraq.
Bagdad, Iraq. Empezó hoy lunes la corte marcial de un ex comandante de la policía militar norteamericana aquí en la cárcel donde estuvo Saddam Hussein. El sospechoso está acusado de colaborar con el enemigo por permitir que los reclusos utilizaran un celular, conceder privilegios especiales a los detenidos y por conductas indecorosas con una intérprete.
El teniente coronel William H. Steele, un reservista del ejército de Prince George, Virginia, se había declarado culpable, en una vista preliminar el 7 de octubre, de tres de los siete cargos que se le imputaron. Puede ser condenado a una pena máxima de cinco años de cárcel, retención de su salario y licenciamiento del ejército, de acuerdo a las fuerzas armadas norteamericanas.
También se declaró inocente de los otros cargos de ayudar al enemigo por proporcionar teléfonos celulares sin supervisión a los prisioneros, conceder privilegios especiales a los detenidos, conducta indecorosa con una intérprete y desacato de una orden, dijeron las fuerzas armadas.
Si se lo condena, Steele podría pasar la vida en prisión.
Inicialmente enfrentó la posibilidad de ser condenado a muerte por ayudar al enemigo, lo que, según las leyes norteamericanas, es un delito capital, pero un ex comandante general de las tropas norteamericanas en Iraq lo convirtió en un caso no capital, dijo el portavoz militar, teniente coronel Rudolph Burwell la semana pasada.
El juicio ha sido dos veces pospuesto para dar más tiempo de preparación a los abogados. Sólo un juez lleva el caso contra Steele.
Los supuestos incidentes ocurrieron desde octubre de 2005 a febrero de 2007, empezando cuando Steele era comandante del Destacamento No. 451 de la Policía Militar en la cárcel de Camp Cropper en Bagdad, y en su posición posterior en la Brigada 89 de la Policía Militar como agente de patrulla en el cercano Campamento de la Victoria.
Durante los testimonios preliminares en junio, los testigos dijeron que Steele aprobaba la compra de cigarros cubanos para Saddam Hussein, fraternizaba con la hija de un reo y usaba su pistola de servicio para intimidar a los guardias en las torres. Desde marzo que está tras las rejas en Kuwait.
Sadda, estuvo detenido en Camp Cropper hasta que fue colgado por las autoridades iraquíes en diciembre pasado.
Originalmente Steele fue inculpado de siete delitos, pero los fiscales desecharon las acusaciones relacionadas con la conducta indecorosa con la hija de un reo y el gasto impropio de fondos estatales para comprar artículos de lujo, incluyendo cigarros de Saddam para los presos, dijo Burwell.
El otro oficial norteamericano conocido desde el inicio de la guerra por haber sido acusado de colaborar con el enemigo, fue el capitán James J. Yee, un capellán musulmán que estaba relacionado con una posible red de espionaje en la cárcel militar de Bahía Guantánamo, Cuba. Finalmente fue exonerado y licenciado honrosamente.
En las vistas preliminares antes este año, el general de brigada Kevin R. McBride, ex comandante de la Brigada 43 de la Policía Militar en Iraq, dijo que Camp Cropper fue revisada positivamente por la Cruz Roja Internacional durante el período de Steele allá.
Pero McBride dijo también que Steel usó su arma de servicio para intimidar a los guardias de las torres.
Otro testigo, el agente especial John C. Nocella, dijo que Steel permitía que los detenidos iraquíes utilizaran su celular para hacer llamadas no supervisadas desde la cárcel, aun a sabiendas de que era indebido.
Nocella también dijo que Steele simpatizaba con los detenidos de alto valor, que incluían a Saddam y otras figuras claves de su régimen. Ninguno de los ex detenidos del régimen que usaron presuntamente el celular de Steele ha sido identificado públicamente.
Un tercer testigo, el agente especial Steven Thomas Barnes, dijo que durante un allanamiento de la residencia de Steele en Bagdad se encontraron documentos clasificados muy delicados sobre la misión del ejército en Iraq.
No quedó claro si McBride, Nocella y Barnes declararán en el juicio, que se espera se prolongue durante la semana en una base militar en Bagdad.
El teniente coronel William H. Steele, un reservista del ejército de Prince George, Virginia, se había declarado culpable, en una vista preliminar el 7 de octubre, de tres de los siete cargos que se le imputaron. Puede ser condenado a una pena máxima de cinco años de cárcel, retención de su salario y licenciamiento del ejército, de acuerdo a las fuerzas armadas norteamericanas.
También se declaró inocente de los otros cargos de ayudar al enemigo por proporcionar teléfonos celulares sin supervisión a los prisioneros, conceder privilegios especiales a los detenidos, conducta indecorosa con una intérprete y desacato de una orden, dijeron las fuerzas armadas.
Si se lo condena, Steele podría pasar la vida en prisión.
Inicialmente enfrentó la posibilidad de ser condenado a muerte por ayudar al enemigo, lo que, según las leyes norteamericanas, es un delito capital, pero un ex comandante general de las tropas norteamericanas en Iraq lo convirtió en un caso no capital, dijo el portavoz militar, teniente coronel Rudolph Burwell la semana pasada.
El juicio ha sido dos veces pospuesto para dar más tiempo de preparación a los abogados. Sólo un juez lleva el caso contra Steele.
Los supuestos incidentes ocurrieron desde octubre de 2005 a febrero de 2007, empezando cuando Steele era comandante del Destacamento No. 451 de la Policía Militar en la cárcel de Camp Cropper en Bagdad, y en su posición posterior en la Brigada 89 de la Policía Militar como agente de patrulla en el cercano Campamento de la Victoria.
Durante los testimonios preliminares en junio, los testigos dijeron que Steele aprobaba la compra de cigarros cubanos para Saddam Hussein, fraternizaba con la hija de un reo y usaba su pistola de servicio para intimidar a los guardias en las torres. Desde marzo que está tras las rejas en Kuwait.
Sadda, estuvo detenido en Camp Cropper hasta que fue colgado por las autoridades iraquíes en diciembre pasado.
Originalmente Steele fue inculpado de siete delitos, pero los fiscales desecharon las acusaciones relacionadas con la conducta indecorosa con la hija de un reo y el gasto impropio de fondos estatales para comprar artículos de lujo, incluyendo cigarros de Saddam para los presos, dijo Burwell.
El otro oficial norteamericano conocido desde el inicio de la guerra por haber sido acusado de colaborar con el enemigo, fue el capitán James J. Yee, un capellán musulmán que estaba relacionado con una posible red de espionaje en la cárcel militar de Bahía Guantánamo, Cuba. Finalmente fue exonerado y licenciado honrosamente.
En las vistas preliminares antes este año, el general de brigada Kevin R. McBride, ex comandante de la Brigada 43 de la Policía Militar en Iraq, dijo que Camp Cropper fue revisada positivamente por la Cruz Roja Internacional durante el período de Steele allá.
Pero McBride dijo también que Steel usó su arma de servicio para intimidar a los guardias de las torres.
Otro testigo, el agente especial John C. Nocella, dijo que Steel permitía que los detenidos iraquíes utilizaran su celular para hacer llamadas no supervisadas desde la cárcel, aun a sabiendas de que era indebido.
Nocella también dijo que Steele simpatizaba con los detenidos de alto valor, que incluían a Saddam y otras figuras claves de su régimen. Ninguno de los ex detenidos del régimen que usaron presuntamente el celular de Steele ha sido identificado públicamente.
Un tercer testigo, el agente especial Steven Thomas Barnes, dijo que durante un allanamiento de la residencia de Steele en Bagdad se encontraron documentos clasificados muy delicados sobre la misión del ejército en Iraq.
No quedó claro si McBride, Nocella y Barnes declararán en el juicio, que se espera se prolongue durante la semana en una base militar en Bagdad.
19 de octubre de 2007
15 de octubre de 2007
©washington post
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