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secta yazidi bajo fuego


[Borzou Daragahi] La secta yazidi ha sido un tradicional blanco de persecuciones. Los miembros de la esotérica religión temen por su futuro en Iraq después de los devastadores atentados de la semana.
Para los yazidi del mundo, el del martes fue el número 73. Hasta ese día, la recelosa secta religiosa llevaba contadas 72 campañas contra ella por cuenta de turcos, árabes, persas y kurdos a lo largo de su historia, dijo Aidan Sheikh-Kalo, director del Centro Cultural Yazidi.
La sociedad yazidi ha estado huyendo desde el estallido de violencia religiosa en abril. Ahora, después de un devastador atentado que mató a más de 250 de ellos, muchos temen por su futuro en Iraq.
"Salimos de nuestras casas a toda prisa porque sabíamos que estábamos en peligro", dijo Sheikh-Kalo, 30, yazidi, que fue obligado a trasladarse a la región autónoma kurda de Mosul después de que los insurgentes hicieran llamados para el exterminio de los miembros de su secta.
"Nuestras casas han sido ocupadas por terroristas", dijo. "Nos han quitado todo".
Sheikh-Kalo está apesadumbrado por la muerte de tres familiares en los atentados, que tuvieron como blanco unas aldeas cercanas a la ciudad de Sinjar, junto a la frontera siria.
Pese a periódicos pogromos y persistente intolerancia hacia su religión, dijo Sheikh-Kalo, desde el fin del régimen de Saddam Hussein no habían sido molestados.
"Hubo casos de violencia, pero no estaban dirigidos específicamente contra los yazidi", dijo. "Fuimos víctimas de la situación general".
Pero el 25 de abril Sheikh-Kalo y los siete miembros de su organización abandonaron con sus familias de Mosul después de que miembros del Estado Islámico de Iraq, que tiene lazos con al Qaeda, distribuyeran folletos en las mezquitas llamando a atacar a los yazidi.
Unos días después del 21 un grupo de trabajadores yazidi fueron sacados de un autobús y matados a balazos en aparente represalia por la muerte por lapidación de una niña yazidi de diecisiete años que se había convertido al islam para casarse.
La mayoría de los yazidi se horrorizaron ante la lapidación, que fue filmada y subida a internet. El asesinato destacó las diferencias entre los yazidi más urbanos y aquellos que todavía guardan fuertes lazos con sus raíces tribales.
Muchos yazidi temen que el fatal ataque contra la adolescente aumentó los prejuicios contra la secta, que se basa fuertemente en los principios del zoroastrismo, así como en el islam y otros credos. Se cree que la secta cuenta con cincuenta mil fieles, y sus miembros están dispersos por todo Oriente Medio.
"Muchos árabes creen que son bárbaros, que son infieles", dijo Sheikh-Kalo.
Los yazidi han vivido en la pobreza desde 1975, cuando el régimen de Hussein los expulsó de sus aldeas en las montañas y los instaló en campos para sofocar la insurgencia, dijo.
Abandonaron los campos para dirigirse a sus viejas ciudades y pueblos después del establecimiento de la zona autónoma kurda en 1991, sólo para regresar a ellos cuando la violencia empezó a cernirse sobre ellos.
Hay pocos recursos y servicios cerca de las ciudades atacadas, entre las que se encuentra Qahtaniya y Jazeera. A diferencia de Sinjar, no están bajo el control oficioso de partidos políticos kurdos y deben defenderse a sí mismos, dijo Sheikh-Kalo.
"Los terroristas pueden entrar en este área porque no hay nadie que pueda pararlos", dijo.

daragahi@latimes.com

17 de agosto de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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