iraq cuelga a insurgentes
[Louise Roug] En momentos en que el premier Jafari hace frente a críticas por inefectividad contra la resistencia.
Bagdad, Iraq. Las autoridades iraquíes colgaron el jueves a trece prisioneros, incluyendo a una mujer, condenados por pertenecer a la resistencia, dijo un funcionario que estuvo presente en las ejecuciones.
Las ejecuciones, que fueron autorizadas por el gobierno iraquí, fueron las primeras ejecuciones de insurgentes. Es la segunda vez desde el derrocamiento de Saddam Hussein en 2003 que se lleva a cabo una sentencia de muerte.
Los ahorcamientos tienen lugar en momentos en que el primer ministro interino Ibrahim Jafari, que intenta mantener su posición en el nuevo gobierno, es criticado por partidos políticos iraquíes.
"El primer ministro no es blando", dijo Bassam Ridha, un asesor de Jafari que presenció las ejecuciones. Rechazó que la oportunidad fuera una coincidencia.
"El nuevo Iraq tendrá un sabor diferente: duro con los criminales", dijo Ridha. "Quizás le toque el turno a Saddam".
Hussein hace frente a la pena de muerte por la acusación de que es responsable de la muerte de 148 aldeanos de Dujayl.
Cientos de prisioneros están ahora en el corredor de la muerte de la capital.
Entretanto los militares estadounidenses confirmaron sus planes de cerrar la infame prisión de Abu Ghraib dentro de los próximos meses. El recinto en las afueras al oeste de Bagdad será entregado al gobierno iraquí, dijo el teniente coronel Barry Johnson, portavoz militar estadounidense en Bagdad.
El plan de clausura de la prisión forma parte de un proyecto estadounidense más amplio de traspaso de autoridad e instalaciones al gobierno iraquí ante una eventual retirada de tropas estadounidenses.
Las ejecuciones, que fueron filmadas en video, tomaron lugar en una ubicación desconocida en Bagdad y fueron presenciadas por Ridha, un juez y varios empleados. Otros tres prisioneros más debían ser colgados, pero no pudieron ser trasladados a Bagdad por motivos de seguridad, dijo Ridha. Los 13 prisioneros recibieron una última cena y tiempo para orar antes de ser ejecutados, dijo.
Líderes políticos han criticado al primer ministro interino de no ser lo suficientemente fuerte y por un deficiente desempeño ante la reciente ola de violencia religiosa que ha causado cientos de muertes.
Un grupo de kurdos, sunníes y partidos laicos encabezados por el presidente Jalal Talibani, han tratado de torpedear la nominación de Jafari para dirigir el nuevo gobierno, creando así una crisis política.
Sin embargo, el jueves los políticos iraquíes alcanzaron un compromiso acordando convocar al parlamento el 19 de marzo, allanando el camino para la formación de un nuevo gobierno.
Talabani y otros rechazan el retraso que persigue el bloque dominante chií.
Mientras los políticos dentro de la fuertemente fortificada Zona Verde de Bagdad han disputado ásperamente sobre quién debería dirigir al próximo gobierno, la violencia ha continuado en todo Iraq.
El jueves, explosiones y asesinatos en Bagdad se cobraron la vida de al menos trece personas, dijeron la policía y funcionarios de hospitales. Los ataques incluyeron un atentado con bomba que mató a trece personas e hirió a otras diez cerca de una mezquita sunní en un barrio predominante chií al sudeste de Bagdad.
Una segunda explosión -que debía estallar al paso de una patrulla del ejército iraquí en el barrio de Amiriya de Bagdad- mató a seis personas, incluyendo a un niño. Nueve personas quedaron gravemente heridas. Todas eran civiles.
Frente a un hospital en el centro de Bagdad una bomba mató a dos comandos de la policía que llevaban a cuatro colegas heridos en unn tiroteo en un barrio al oeste de Bagdad. Siete civiles resultaron heridos.
Una mujer que trabajaba para un grupo de derechos humanos en la Zona Verde fue matada a balazos cuando salía de su casa en el oeste de Bagdad. Antes en el día, un maestro fue matado a balazos en Dora, en el lado sur de Bagdad.
Funcionarios del ministerio del Interior dijeron el jueves que estaban investigando un incidente del día anterior en el que fueron secuestrados 33 empleados de una compañía de seguridad por hombres con uniformes de policía. Las autoridades dijeron inicialmente que se trataba de 50 empleados.
El mayor de ejército estadounidense Rick Lynch confirmó que los hombres armados llevaban uniformes de comandos de la policía iraquí, pero dijo que ni los militares estadounidenses ni las autoridades iraquíes sabían qué había pasado con los empleados.
"Es verdad que llevaban uniformes de comandos policiales, pero no eran mis hombres y no hay detenciones sin una orden detención de un juez", dijo el general Rasheed Flaih, que está a cargo de las unidades especiales de comandos de la policía.
Un ejecutivo de la Compañía de Seguridad Al Rawafid, que pidió conservar el anonimato para no poner en peligro a los empleados secuestrados, dijo que en un intento de obtener información sobre el paradero de sus empleados, la compañía había tomado contacto con grupos milicianos que se cree que han infiltrado el departamento de policía y el ministerio del Interior.
"Estamos hablando con todo el mundo, incluyendo a la Brigada Báder y al Ejército Madhi".
Hablando por teléfono desde Jordania, el ejecutivo dijo que los secuestradores también robaron 40 mil dólares de las oficinas. Un testigo dijo que el grupo de hombres llegó a la compañía en el barrio de Zayouna de Bagdad en la noche, conduciendo diez coches y camiones sin matrícula. Algunos llevaban trajes. Otros llevaban uniformes de policía y cascos. Los hombres rodearon a los guardias de seguridad y los obligaron a subir a los vehículos.
Quizás sean compañías de seguridad peleando unas con otras, o quizás una banda de delincuentes", dijo Flaih.
Las ejecuciones, que fueron autorizadas por el gobierno iraquí, fueron las primeras ejecuciones de insurgentes. Es la segunda vez desde el derrocamiento de Saddam Hussein en 2003 que se lleva a cabo una sentencia de muerte.
Los ahorcamientos tienen lugar en momentos en que el primer ministro interino Ibrahim Jafari, que intenta mantener su posición en el nuevo gobierno, es criticado por partidos políticos iraquíes.
"El primer ministro no es blando", dijo Bassam Ridha, un asesor de Jafari que presenció las ejecuciones. Rechazó que la oportunidad fuera una coincidencia.
"El nuevo Iraq tendrá un sabor diferente: duro con los criminales", dijo Ridha. "Quizás le toque el turno a Saddam".
Hussein hace frente a la pena de muerte por la acusación de que es responsable de la muerte de 148 aldeanos de Dujayl.
Cientos de prisioneros están ahora en el corredor de la muerte de la capital.
Entretanto los militares estadounidenses confirmaron sus planes de cerrar la infame prisión de Abu Ghraib dentro de los próximos meses. El recinto en las afueras al oeste de Bagdad será entregado al gobierno iraquí, dijo el teniente coronel Barry Johnson, portavoz militar estadounidense en Bagdad.
El plan de clausura de la prisión forma parte de un proyecto estadounidense más amplio de traspaso de autoridad e instalaciones al gobierno iraquí ante una eventual retirada de tropas estadounidenses.
Las ejecuciones, que fueron filmadas en video, tomaron lugar en una ubicación desconocida en Bagdad y fueron presenciadas por Ridha, un juez y varios empleados. Otros tres prisioneros más debían ser colgados, pero no pudieron ser trasladados a Bagdad por motivos de seguridad, dijo Ridha. Los 13 prisioneros recibieron una última cena y tiempo para orar antes de ser ejecutados, dijo.
Líderes políticos han criticado al primer ministro interino de no ser lo suficientemente fuerte y por un deficiente desempeño ante la reciente ola de violencia religiosa que ha causado cientos de muertes.
Un grupo de kurdos, sunníes y partidos laicos encabezados por el presidente Jalal Talibani, han tratado de torpedear la nominación de Jafari para dirigir el nuevo gobierno, creando así una crisis política.
Sin embargo, el jueves los políticos iraquíes alcanzaron un compromiso acordando convocar al parlamento el 19 de marzo, allanando el camino para la formación de un nuevo gobierno.
Talabani y otros rechazan el retraso que persigue el bloque dominante chií.
Mientras los políticos dentro de la fuertemente fortificada Zona Verde de Bagdad han disputado ásperamente sobre quién debería dirigir al próximo gobierno, la violencia ha continuado en todo Iraq.
El jueves, explosiones y asesinatos en Bagdad se cobraron la vida de al menos trece personas, dijeron la policía y funcionarios de hospitales. Los ataques incluyeron un atentado con bomba que mató a trece personas e hirió a otras diez cerca de una mezquita sunní en un barrio predominante chií al sudeste de Bagdad.
Una segunda explosión -que debía estallar al paso de una patrulla del ejército iraquí en el barrio de Amiriya de Bagdad- mató a seis personas, incluyendo a un niño. Nueve personas quedaron gravemente heridas. Todas eran civiles.
Frente a un hospital en el centro de Bagdad una bomba mató a dos comandos de la policía que llevaban a cuatro colegas heridos en unn tiroteo en un barrio al oeste de Bagdad. Siete civiles resultaron heridos.
Una mujer que trabajaba para un grupo de derechos humanos en la Zona Verde fue matada a balazos cuando salía de su casa en el oeste de Bagdad. Antes en el día, un maestro fue matado a balazos en Dora, en el lado sur de Bagdad.
Funcionarios del ministerio del Interior dijeron el jueves que estaban investigando un incidente del día anterior en el que fueron secuestrados 33 empleados de una compañía de seguridad por hombres con uniformes de policía. Las autoridades dijeron inicialmente que se trataba de 50 empleados.
El mayor de ejército estadounidense Rick Lynch confirmó que los hombres armados llevaban uniformes de comandos de la policía iraquí, pero dijo que ni los militares estadounidenses ni las autoridades iraquíes sabían qué había pasado con los empleados.
"Es verdad que llevaban uniformes de comandos policiales, pero no eran mis hombres y no hay detenciones sin una orden detención de un juez", dijo el general Rasheed Flaih, que está a cargo de las unidades especiales de comandos de la policía.
Un ejecutivo de la Compañía de Seguridad Al Rawafid, que pidió conservar el anonimato para no poner en peligro a los empleados secuestrados, dijo que en un intento de obtener información sobre el paradero de sus empleados, la compañía había tomado contacto con grupos milicianos que se cree que han infiltrado el departamento de policía y el ministerio del Interior.
"Estamos hablando con todo el mundo, incluyendo a la Brigada Báder y al Ejército Madhi".
Hablando por teléfono desde Jordania, el ejecutivo dijo que los secuestradores también robaron 40 mil dólares de las oficinas. Un testigo dijo que el grupo de hombres llegó a la compañía en el barrio de Zayouna de Bagdad en la noche, conduciendo diez coches y camiones sin matrícula. Algunos llevaban trajes. Otros llevaban uniformes de policía y cascos. Los hombres rodearon a los guardias de seguridad y los obligaron a subir a los vehículos.
Quizás sean compañías de seguridad peleando unas con otras, o quizás una banda de delincuentes", dijo Flaih.
10 de marzo de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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