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pueblos e ilusiones destruidos


[Eugene Robinson] No parece que las tropas norteamericanas estén protegiendo a los iraquíes. Si no, preguntemósles a los yazidi.
La próxima vez que oigas las convencidas declaraciones de la Casa Blanca y sus partidarios de que el aumento de tropas en Iraq está dando resultados y que algo llamado ‘victoria' está a la vista, recuerda a los yazidi.
¿Quiénes? Antes del martes de seguro que has hecho la misma pregunta -antes de que dos aldeas en el norte de Iraq, pobladas por una oscura secta religiosa, sufrira lo que ya es hoy oficialmente el atentado terrorista más mortífero de la guerra, con más de cuatrocientas víctimas mortales. Se espera que el número de bajas sea mayor, pero los atentados suicidas coordinados con camiones bombas en los pueblos yazidi son el segundo atentado más mortífero de los tiempos modernos, sólo detrás de la carnicería del 11 de septiembre de 2001.
Gracias a las enciclopedias online, veteranos corresponsales extranjeros y el trabajo de dedicados investigadores, ahora tenemos una definición a la mano. Los yazidi son kurdos étnicos que practican una antigua religión pre-islámica. Creen que Dios creó siete arcángeles, uno de los cuales es llamado a menudo Shaytan, que es el nombre dado a Satanás en el Corán. Esto ha llevado a algunos musulmanes a creer, incorrectamente, que los yazidi son adoradores del demonio.
También sabemos que en abril una niña yazidi de diecisiete años que se había casado con un musulmán y se había convertido al islam, fue lapidada a muerte por los enfurecidos miembros de su comunidad. Esto fue captado en video y difundido ampliamente; en represalia, furibundos musulmanes mataron a veintitrés yazidi.
Podemos hablar con autoridad sobre estos hechos. Pero la verdad es que sólo tenemos una idea muy superficial de quiénes son los yazidi, y no tenemos ni idea de quién puede haber provocado esa terrible devastación en sus pueblos.
Fue al_Qaeda, declararon rápidamente oficiales norteamericanos. Y quizás lo fue. Quizás fue parte de los intentos de al_Qaeda para crear caos en una zona cercana a las provincias controladas por los kurdos que son a menudo consideradas una de las grandes historias de éxito de la invasión norteamericana -un oasis de relativa tranquilidad y paz si quieres olvidar los episodios de fricción entre yazidi y musulmanes kurdos sunníes.
Pero la Casa Blanca y los jefes militares norteamericanos en Iraq generalmente culpan a al_Qaeda de tratar de fomentar la violencia sectaria y étnica introduciendo cuñas entre sunníes, chiíes y kurdos. En ese contexto, la secta yazidi es tan pequeña que llega a ser irrelevante, y difícilmente vale la pena el tiempo y energías de al_Qaeda.
Los atentados del martes parecen más actos de genocidio, el intento de eliminar de la faz de la tierra a tantos yazidi como posible. El motivo de esta atrocidad puede haber sido religioso antes que político; puede haber sido el trabajo de musulmanes fundamentalistas tratando de sacar a los norteamericanos de Iraq o de establecer un nuevo califato en Oriente Medio.
El punto es que aquí en Washington hablamos de Iraq como si estuviésemos íntimamente familiarizados con sus fracturas, fisuras y fallas. El gobierno de Bush pregona como un cambio radical la decisión de los jeques musulmanes sunníes de provincias de cooperar con las fuerzas norteamericanas -aunque también es posible que los jeques estén solamente buscando una mejor posición para cuando finalmente se retiren las tropas norteamericanas. El gobierno dice que podría ocurrir un genocidio si los norteamericanos se marcharan -pero parece que el genocidio ya ha sido intentado.
Algunos críticos de la guerra predicen que si Estados Unidos retirara todas sus tropas, la presencia de al_Qaeda en Iraq desaparecería rápidamente: que los terroristas extranjeros, después de agotar su utilidad para la comunidad sunní, sean expulsado o neutralizados de otra manera.
Creo que esta es una hipótesis razonable. Pero no creo nada.
Están los que ven los terribles atentados del martes como una ilustración de por qué las fuerzas norteamericanas deben quedarse en Iraq. Veo la carnicería como una ilustración de lo poco que puede hacer la presencia de 162 mil soldados estadounidenses en un país del tamaño de Iraq.
No creo que alguien sepa con certeza dónde termina al_Qaeda en Iraq y dónde empieza la resistencia sunní. No creo que alguien sepa con certeza cómo terminarán finalmente las varias facciones chiíes o incluso de si un Iraq unitario, luego de ser destruido por la invasión norteamericana, puede ser recompuesto.
Lo que sí sé es que los que dicen que las fuerzas norteamericanas deben quedarse en Iraq porque están protegiendo al pueblo iraquí, debería decírselo a los yazidi. A los que queden.

eugenerobinson@washpost.com

25 de agosto de 2007
17 de agosto de 2007
©washington post
©traducción mQh
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