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iraq prohíbe a blackwater


[Joshua Partlow y Walter Pincus] Iraq prohíbe a contratista de seguridad. Blackwater responsabilizada de asesinatos en Bagdad.
Bagdad, Iraq. El lunes el gobierno iraquí anunció que había revocado el permiso de Blackwater USA, una compañía de seguridad estadounidense implicada en una balacera en Bagdad que terminó con la vida de al menos nueve personas, provocando interrogantes sobre qué país debe controlar a las decenas de miles de civiles que operan como guardias privados en Iraq.
El anuncio del gobierno iraquí fue la determinación pública más firme hasta la fecha de su derecho a iniciar acciones contra compañías de seguridad extranjeras cuando se sospecha que han cometido algún delito.
Varios episodios violentos que implican a Blackwater han indignado a funcionarios iraquíes. Un portavoz del ministerio del Interior, el general de brigada Abdul-Karim Khalaf, dijo que la decisión significaba que Blackwater "ya no puede seguir operando en Iraq".
"Blackwater ha cometido muchos errores que han resultado en otras muertes, pero este es el error más grande y el último. Es injustificado", dijo Khalaf. "Los contratos de seguridad no les permiten disparar arbitrariamente contra la gente. Están aquí para proteger al personal, no para disparar sin motivos contra la gente".
Martin L. Strong, vicepresidente de Blackwater, dijo que los guardias de la compañía respondieron apropiadamente cuando eran emboscados y que la compañía no había recibido "ninguna notificación oficial" de acciones iraquíes contra Blackwater.
Blackwater, con sede en Carolina del Norte, tiene unos mil empleados en Iraq. La compañía es muy conocida debido a que protege al embajador norteamericano Ryan C. Crocker, y otros diplomáticos en el país. Los negros todoterrenos y los ágiles helicópteros Little Bird armados de la compañía escoltan las caravanas diplomáticas en todo Bagdad.
Blackwater consiguió un permiso de operación de un año del ministerio del Interior en 2005, según se puede leer en un escáner del documento proporcionado por la compañía. Después de que el Washington Post informara en junio que la compañía estaba efectivamente operando al margen de las leyes iraquíes, Blackwater se acercó a la Asociación de Compañías de Seguridad Privadas de Iraq para pedir ayuda para conseguir un permiso, de acuerdo a la organización gremial.
"Nuestro permiso está siendo renovado en el ministerio del Interior", dijo Strong.
El tiroteo empezó a mediodía del lunes cuando explotó un coche bomba en las cercanías del barrio de Mansur, al oeste de Bagdad, cerca de la Plaza de Nisur, dijeron funcionarios norteamericanos. Tras la explosión, los guardias de Blackwater que protegían a diplomáticos intercambiaron fuego con un grupo de atacantes armados, dijeron empleados de Blakwater y oficiales norteamericanos.
En la batalla subsecuente murieron al menos nueve personas y catorce resultaron heridas, dijeron la policía iraquí y empleados del hospital. Según Khalaf, el número de bajas mortales fue de 11.
"Nos asombró cuando vimos a esos combatientes descendiendo de sus todoterrenos y disparar al azar contra la gente", dijo el sargento Mohammed Juwad Hussein, soldado del ejército iraquí que dijo que estaba en un puesto de control en Bagdad, cerca del sitio del enfrentamiento. "No sabíamos ni a quién estaban atacando ni a quién querían atacar".
Strong describió el incidente como emboscada porque después de la explosión se oyó fuego de armas livianas a "unos 360 grados de la caravana".
Normalmente, dijo, hay que tratar de salir de la zona de la emboscada, pero en este caso uno de los vehículos de Blackwater quedó averiado por los tiros.
En esas circunstancias, el personal de Blackwater está autorizado para utilizar "fuego dirigido" solamente contra personas armas. "Si se trata de un secuestro de personal nuestros, estos pueden disparar para defenderse a sí mismos", dijo Strong. Dijo que no hubo heridos entre los empleados de Blackwater y todos escaparon ilesos.
Dijo que Blackwater está realizando su propia investigación del incidente y cooperaría con la pesquisa del Departamento de Estado. Dijo que en la semana pasada, uno de los helicópteros de Blackwater había sido derribado y al menos dos convoyes habían sido atacados.
Funcionarios de la embajada norteamericana no quisieron especular sobre de qué modo la decisión del gobierno iraquí podría afectar su relación con Blackwater. La secretaria de estado Condoleezza Rice llamó al primer ministro Nuri al-Maliki para disculparse por el incidente y prometió investigar el asunto, informó el despacho de Maliki en una declaración.
Rice también expresó su pesar por la muerte de civiles inocentes en el incidente, dijo Tom Casey, portavoz del Departamento de Estado.
El incidente ilustró el turbio espacio legal ocupado por las compañías privadas de seguridad extranjeras en Iraq. Algunos expertos de seguridad dijeron que es improbable que el gobierno iraquí expulse a Blackwater, debido a que tiene contratos con el Departamento de Estado.
Una ordenanza conocida como Orden 17, que fue implementada durante el período de la Autoridad Provisional de la Coalición encabezada por L. Paul Bremer y está todavía en vigor, otorga a los contratistas de seguridad privados norteamericanos inmunidad ante tribunales iraquíes.
Funcionarios del Pentágono dijeron que en Iraq operan al menos veinte mil guardias de seguridad privados. La Asociación Internacional de Contratistas, un grupo gremial privado, declaró hace poco que el número podría llegar a cincuenta mil, incluyendo a guardias de decenas de países y miles de iraquíes empleados por compañías extranjeras.
Otro memorándum de la autoridad de la ocupación ahora disuelta, exige que las compañías privadas de seguridad se inscriban para obtener un permiso del ministerio del Interior, pero algunas de las compañías en Iraq operan sin hacerlo. Una carta de junio de 2004 de la autoridad de la ocupación a las compañías privadas de seguridad dice que "no operarán sin los permisos apropiados" del gobierno iraquí.
"Creo que lo esencial es el ministerio del Interior tiene el derecho -si no la capacidad- de limitar las operaciones de Blackwater", dijo un funcionario occidental familiarizado con el ministerio del Interior que no estaba autorizado para hablar con la prensa.
En los últimos siete meses, el gobierno iraquí ha cancelado los permisos de dos compañías de seguridad privadas, para volverlas a autorizar después de un control, dijo Lawrence T. Peter, director de la Asociación de Compañías Privadas de Seguridad de Iraq.
La autoridad de la ocupación permitió que los contratistas de seguridad utilizaran fuerza letal en casos de defensa personal y especificó que debían hacer "todo lo posible para evitar bajas civiles", "disparar sólo dirigidamente" y "considerar la seguridad de civiles inocentes".
Los veloces convoyes y guardias privados armados patrullando las calles enfurece a muchos iraquíes, que dicen que son mercenarios imprevisibles que no respetan a los civiles iraquíes.
Blackwater ha estado intensamente vigilada. En mayo, guardias de Blackwater estuvieron implicados en balaceras varios días seguidos en Bagdad. Uno de los incidentes, que ocurrieron frente al ministerio del Interior, condujo a un enfrentamiento armado entre guardias de Blackwater y comandos del ministerio del Interior que convergieron en el lugar.
El tenso punto muerto terminó después de la intervención de funcionarios del Departamento de Estado y tropas norteamericanas. El Departamento de Estado declaró que pensaba investigar el asunto, pero no se conocen resultados de esa investigación. Un día antes, un equipo de Blackwater fue atacado, desencadenando una furiosa batalla en la que participaron guardias de seguridad, soldados norteamericanos y helicópteros de ataque Apache en el centro municipal de Bagdad.
Antes de los tiroteos del domingo, funcionarios del ministerio del Interior dijeron que habían recibido informes de al menos media docena de incidentes en los que, presuntamente, guardias de Blackwater habían disparado contra iraquíes, muchos más que cualquier otra compañía. Pero los funcionarios dijeron que estaban inmovilizados por la inmunidad que otorga la Orden 17.
"Yo diría que los funcionarios iraquíes no son diferentes a otros ciudadanos iraquíes: No pueden tolerar a compañías de seguridad occidentales que son realmente agresivas, entre las cuales está Blackwater", dijo otro funcionario occidental familiarizado en asuntos del ministerio del Interior y que también insistió en conservar el anonimato. "Blackwater es particularmente flagrante, pero supongo que han sido instruidos a seguir ese protocolo por la embajada norteamericana. No son guardias parias".
Legisladores norteamericanos, entre ellos el representante David E. Price (demócrata de Carolina del Norte), han exigido más control de los contratistas de seguridad en Iraq. Price ha propuesto leyes que pondrían a todos los contratistas de seguridad, sea que trabajen para el Departamento de Estado o para el ministerio de Defensa, bajo jurisdicción de las leyes norteamericanas.
"No hay ninguna duda de que la falta de transparencia y responsabilidad de las operaciones de contratistas de seguridad, especialmente la falta de opciones jurídicas para proseguir judicialmente estas conductas aberrantes han dañado seriamente nuestros esfuerzos en Iraq y han aumentado los riesgos para nuestras tropas", dijo Price.

Pincus informó desde Washington. Steve Fainaru en El Cerrito, California, Megan Greenwell y Salih Dehema en Bagdad, y Dana Hedgpeth y Robin Wright y Julie Tate en Washington contribuyeron a este reportaje.

21 de septiembre de 2007
17 de septiembre de 2007
©washington post
©traducción mQh

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