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qué es un crimen sectario


[Karen DeYoung] Equipos de militares estadounidenses analizan y llevan la cuenta de muertes de civiles.
Bagdad, Iraq. El 1 de septiembre se encontraron en una calle de Bagdad los cuerpos acribillados de balas de cuatro iraquíes. Dos días más tarde, en otra calle se encontró el cuerpo de un solo hombre, con un balazo en la cabeza. De acuerdo a militares norteamericanos en Iraq, el hombre solo fue víctima de la violencia sectaria. Los primeros cuatro, no.
Esas descripciones son las bases de lo que el gobierno de Bush ha declarado que es una tendencia a la baja en las muertes de civiles y un signo de que su estrategia de guerra está dando resultados. Son hechas por equipos especializados de militares que pasan sus noches en terminales de ordenador, escudriñando datos sobre las víctimas civiles del día a la búsqueda de indicios sobre los motivos de los asesinos.
Los militares tienen un manual que les dice en qué fijarse. Signos de tortura o un solo balazo en la cabeza, cuerpos dejados en lugares donde habitualmente se arroja a cadáveres -como el cuerpo del hombre sunní dejado ahí el 3 de septiembre- indican violencia sectaria, dijo el sargento mayor Dan Macomber, jefe del equipo. Macomber, que llegó a Bagdad en febrero, rara vez tiene que pensárselo dos veces.
"Si no fueras más que un delincuente y quisieras quitarle el dinero de alguien, si sólo querías castigarlo, no te vas a tomar el tiempo de amarrarlo, quemarlo, cortarle los brazos, cortarle la cabeza", explicó. "Simplemente le vas a disparar al cuerpo y terminar el asunto". Eso, dijo el jefe del equipo, es lo que les pasó a esos hombres chiíes, acribillados a balas y dejados ahí donde cayeron.
En la guerra de Iraq, los criterios militares tradicionales de logro -despliegues de tropas, enemigos muertos, territorio conquistado- son puestos en cuestión por el caos de la guerra contrainsurgente. Pero el Congreso, la opinión pública y los militares mismos exigen una rendición de cuentas. Lejos del campo de batalla, pelotones de soldados en Iraq y en el Pentágono son asignados a trazar cálculos -asesinatos sectarios, bombas improvisadas, fuerzas iraquíes adiestradas, alijos de armas descubiertos y otras cosas- en un constante esfuerzo por estimar cómo marcha la guerra.
En los últimos meses, la mayoría de los indicadores militares han señalado una dirección favorable. Como con toda estadística, sin embargo, esta interpretación depende de cómo se reúnen y analizan las cifras. "Todo el mundo tiene su modo de hacerlo", dijo Macomber sobre los análisis de violencia sectaria. "Si tú y yo... utilizáramos la misma base de datos, y tú escogieras un día, y yo el siguiente, terminaríamos con cifras completamente diferentes".
Las contradicciones aparentes son relativamente fáciles de detectar en la avalancha de gráficos de barras y líneas de tendencia que producen los militares. Las cifras de bajas civiles en el último informe trimestral del Pentágono sobre Iraq de la semana pasada, por ejemplo, difieren significativamente de las presentadas por el jefe militar en Iraq, el general David H. Petraeus, en su reciente testimonio ante el Congreso. Los gráficos de Petraeus se limitaban a la cantidad de muertes, mientras que el Pentágono combinaba las cifras de muertos y heridos -una cifra que podría ser mayor. Sin embargo, las cifras de Petraeus eran más altas que las del Pentágono en los meses previos al aumento de tropas norteamericanas en Iraq este año, y más bajas desde la escalada de operaciones militares norteamericanas este verano.
Los gráficos son difíciles de comparar: Petraeus utilizó cifras mensuales en una gráfica de línea, mientras que el Pentágono computaba ‘Promedio Diario de Bajas' en un gráfico de barras, y ninguno de los dos incluía cifras reales. Pero las diferencias numéricas son todavía muy pronunciadas y las razones ofrecidas pueden ser difíciles de analizar. El Pentágono, en una aclaración escrita, dijo que "el general Petraeus informaba sobre las muertes civiles basándose en incidentes reportados por las fuerzas de la Coalición más datos del gobierno iraquí. El informe del Pentágono sólo incluye incidentes reportados por las fuerzas de la Coalición sobre bajas civiles".
"Hay un esfuerzo en curso para consolidar múltiples bases de datos en el teatro de guerra", dijo el portavoz de la Fuerza Multinacional_Iraq, en un e-mail.
El número de asesinatos sectarios en 2006 -una referencia clave para medir los avances este año- ha cambiado considerablemente en los diagramas de barras utilizados en los últimos tres informes trimestrales del Pentágono, aumentando entre las evaluaciones de marzo y junio y nuevamente en el informe de la semana pasada. Macomber, el analista en Bagdad, dijo que la primera subida ocurrió cuando su despacho se dio cuenta después de publicada la versión de marzo que una actualización de datos del gobierno iraquí no había sido incluida en las cifras de 2006.
El aumento más reciente se produjo cuando el Pentágono decidió incluir a los iraquíes muertos en atentados suicidas o con coches bomba, las formas más obvias de violencia sectaria. Bagdad ha contado siempre esas cifras junto con los otros homicidios, dijo Macomber, pero el Pentágono siempre los retira del conteo cuando prepara sus propias gráficas. Interrogado sobre el cambio, un portavoz del Pentágono respondió por e-mail que: "Nosotros revisamos regularmente nuestras métricas para determinar del modo más informativo posible sobre lo que está ocurriendo en Iraq".
En un informe sobre Iraq dado a conocer este mes, la Oficina de Contraloría del gobierno dijo que "no podía determinar si la violencia sectaria se había reducido" desde el aumento del nivel de tropas norteamericanas en la primavera y no observaba ningún aumento de los ataques contra civiles desde fines de julio. La Contraloría recomendó que el gobierno ampliara sus fuentes estadísticas para incluir a "todas las agencias norteamericanas relevantes" y que recurra a "medidas más amplias de protección de la población" para marcar tendencias. Un apéndice clasificado no publicado de su informe hacía el listado de fuentes de agencias con opiniones diferentes y entregaba más detalles sobre los tipos de medidas que debían incluirse según la Contraloría.
La comunidad de inteligencia norteamericana considera más que números a la hora de evaluar la guerra. "Lo que crean los iraquíes" sobre su país y su vida de todos los días, "puede ser más importante que las cifras", dijo un importante funcionario de inteligencia que trató el tema a condición de conservar el anonimato. Incluso así, dijo, los funcionarios de inteligencia encontraron contradicciones en las estadísticas disponibles cuando escribían el Estimado Nacional de Inteligencia sobre Iraq del mes pasado, cuyas conclusiones son algo menos optimistas que las de las fuerzas armadas.
"No hay nadie tratando de manipularlas", dijo el funcionario, que comprendía la necesidad de cuantificación de los militares. Pero es importante, dijo, determinar "qué quieren decir las cifras. ¿Quién las recogió? ¿Por qué las cifras provenientes de esta dependencia del gobierno estadounidense difieren de las que provienen de otra dependencia?"
Aunque tanto Petraeus como el reciente informe del Pentágono enfatizan los mejores resultados estadísticos en los últimos tres meses, la comunidad de inteligencia en general se niega a anunciar tendencias basadas en datos medidos en períodos menores a seis meses. Varios funcionarios de inteligencia dijeron la semana pasada que la mayoría de los indicadores cuantificables entregan resultados positivos en los casi dos meses desde el límite de los datos de inteligencia, aunque dijeron que era demasiado pronto como para definir tendencias definitivas.
A medida que surgen interrogantes sobre las estadísticas, las fuerzas armadas han tratado de hacerlas más transparentes. Después de su testimonio ante el Congreso, Petraeus dio a conocer una versión no clasificada del documento de la Fuerza Multinacional_Iraq titulado ‘Metodología para la violencia-etnosectaria' y el comando bagdadí cedió la semana pasada una entrevista telefónica con Macomber, el hombre encargado de su implementación.
Macomber, un veterano con dieciocho años de ejército, dijo que es "un analista de inteligencia de fuentes" y que la misión de su equipo de seis es "compilar datos y trazar tendencias y analizar para el general Petraeus". Los datos diarios sobre bajas civiles son compilados en una base de datos llamada Red de Intercambios de Datos de Información Combinada. La fuente de la información "podría ser una fuerza de la Coalición en patrulla", dijo Macomber. "Podría ser la policía, o alguien que llamó y dijo que habían encontrado un cuerpo".
"Examinamos todo informe separadamente y solucionamos las contradicciones entre la Coalición y la información del país anfitrión para asegurarnos de no duplicar nada ni incluir nada erróneo", dijo. "Luego analizamos cada informe y aplicamos nuestros métodos y criterios para determinar si se trata o no de un incidente de violencia etnosectaria".
Su definición escrita del término es: "Un incidente o cualquier muerte de civil causada por o durante asesinatos/ejecuciones, secuestros, fuego directo, fuego indirecto y todo tipo de aparatos explosivos que utilice un grupo/persona étnica/religiosa contra otro grupo/persona étnica/religiosa, donde el motivo principal del incidente se deriva de la etnicidad o secta religiosa".
El proceso para determinar si un cuerpo es de un chií, sunní o miembro de alguna de las varias sectas minoritarias de Iraq es imperfecto, dijo Macomber. "A veces lo saben por algún tipo de identificación", dijo. "A veces simplemente no saben... Un montón de veces se reduce a que se encontró un cuerpo en un área chií, que ese cuerpo no fue llevado hasta allí, y decimos entonces que se trataba probablemente de un chií".
Los recientes enfrentamientos sectarios en un área es otra fuente. "No se puede identificar a todas las personas", dijo Macomber. "Pero hay elementos que nos pueden ayudar". Al final del día, dijo, "es la conclusión de un analista".
El asesinato el 25 de agosto pasado de siete iraquíes en el barrio predominante chií de Kadhimiya de Bagdad, fue declarado sectario. Las víctimas eran chiíes, y el método y ubicación -un coche bomba en un mercado- apuntaba a los sunníes.
Sin embargo, dos iraquíes que murieron en la explosión de un coche bomba el 3 de septiembre no fueron incluidos en la base de datos. El atentado ocurrió en un camino cerca de Ramadi, no lejos de donde el presidente Bush se reunía con funcionarios de gobierno ese día. Pero las víctimas, independientemente de la etnia y secta, eran agentes de policía. Los agregaron a otra lista en otro lugar.

25 de septiembre de 2007
©washington post
©traducción mQh
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