demandan asamblea constituyente
[Cecilia Yañez] En conclusiones del Primer Congreso Nacional de Derechos Humanos.
Santiago, Chile. Más de un centenar de organizaciones de bases plantearon terminar con "resabios del pinochetismo y trabajar en la construcción de un país realmente democrático". Encuentro comenzó el viernes y terminó ayer en el edificio Diego Portales.
Aplausos y gritos de apoyo espontáneos generó la demanda de una asamblea constituyente entre las conclusiones del Primer Congreso Nacional de Derechos Humanos que desde el viernes pasado se realizó en la capital.
El acuerdo propone que ésta se aboque a la generación de una nueva Carta Fundamental que permita que Chile "recobre los recursos naturales y estratégicos, instrumentos clave para definir y sustentar la vida futura en el país; recupere para el Estado los servicios públicos básicos como transporte público, agua, electricidad, salud, vivienda, educación y seguridad social; y que combata la corrupción e inseguridad".
Parte del diagnóstico que realizaron los participantes en esta reunión señala que "los 17 años de políticas públicas impulsadas y ejecutadas por los principios del neoliberalismo han hecho que aumente la desigualdad e inseguridad en el respeto a los derechos elementales" y que "el Estado de Chile es autor y cómplice de la violación sistemática de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas".
Tras el análisis de varios días acerca de la realidad país, los asistentes concluyeron que es necesario diseñar una agenda que movilice a la ciudadanía para la realización de esta asamblea constituyente "que dote de una nueva institucionalidad política al país, fundada en el respeto de los derechos humanos que tenga al ser humano como valor central de dicha institucionalidad".
Lorena Pizarro, presidenta de la instancia, señaló que pese a suponer que en Chile se vive una democracia "que es ejemplo para la humanidad", la institucionalidad pinochetista y su Constitución sigue intacta, junto a la impunidad de los violadores de los derechos humanos, la miseria, represión y la criminalización de la protesta. "Esta es la demanda del pueblo que dice basta, que dice empecemos a construir una democracia verdadera terminando con todo amarre que nos haya legado aquel canalla, criminal, Augusto Pinochet", dijo Pizarro.
El primer congreso también exigió al Estado y sus representantes la libertad definitiva de los presos mapuches "y el fin de la aplicación de la ley antiterrorista ante sus demandas políticas, sociales y culturales". Además, rechazó el proyecto de ley que crea el Instituto de Derechos Humanos "ya que no da garantías de autonomía y defensa efectiva frente a las violaciones de los derechos fundamentales".
Por último, solidarizaron con la demanda de los chilenos en el extranjero por el derecho a voto. "Exigiremos al Estado de Chile que legisle a favor de los miles de compatriotas que aún no pueden sentirse ciudadanos chilenos a plenitud porque esta legislación pinochetista se lo impide".
Aplausos y gritos de apoyo espontáneos generó la demanda de una asamblea constituyente entre las conclusiones del Primer Congreso Nacional de Derechos Humanos que desde el viernes pasado se realizó en la capital.
El acuerdo propone que ésta se aboque a la generación de una nueva Carta Fundamental que permita que Chile "recobre los recursos naturales y estratégicos, instrumentos clave para definir y sustentar la vida futura en el país; recupere para el Estado los servicios públicos básicos como transporte público, agua, electricidad, salud, vivienda, educación y seguridad social; y que combata la corrupción e inseguridad".
Parte del diagnóstico que realizaron los participantes en esta reunión señala que "los 17 años de políticas públicas impulsadas y ejecutadas por los principios del neoliberalismo han hecho que aumente la desigualdad e inseguridad en el respeto a los derechos elementales" y que "el Estado de Chile es autor y cómplice de la violación sistemática de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas".
Tras el análisis de varios días acerca de la realidad país, los asistentes concluyeron que es necesario diseñar una agenda que movilice a la ciudadanía para la realización de esta asamblea constituyente "que dote de una nueva institucionalidad política al país, fundada en el respeto de los derechos humanos que tenga al ser humano como valor central de dicha institucionalidad".
Lorena Pizarro, presidenta de la instancia, señaló que pese a suponer que en Chile se vive una democracia "que es ejemplo para la humanidad", la institucionalidad pinochetista y su Constitución sigue intacta, junto a la impunidad de los violadores de los derechos humanos, la miseria, represión y la criminalización de la protesta. "Esta es la demanda del pueblo que dice basta, que dice empecemos a construir una democracia verdadera terminando con todo amarre que nos haya legado aquel canalla, criminal, Augusto Pinochet", dijo Pizarro.
El primer congreso también exigió al Estado y sus representantes la libertad definitiva de los presos mapuches "y el fin de la aplicación de la ley antiterrorista ante sus demandas políticas, sociales y culturales". Además, rechazó el proyecto de ley que crea el Instituto de Derechos Humanos "ya que no da garantías de autonomía y defensa efectiva frente a las violaciones de los derechos fundamentales".
Por último, solidarizaron con la demanda de los chilenos en el extranjero por el derecho a voto. "Exigiremos al Estado de Chile que legisle a favor de los miles de compatriotas que aún no pueden sentirse ciudadanos chilenos a plenitud porque esta legislación pinochetista se lo impide".
11 de diciembre de 2007
©la nación
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