llaman a católicos a volver a casa
[Elena Becatoros] Líder de católicos iraquíes llama a emigrantes a volver a casa.
Bagdad, Iraq. El líder espiritual de los católicos de Iraq hizo el lunes un llamado de Navidad dirigido a todos aquellos que huyeron de Iraq para que vuelvan y ayuden a reconstruir su destrozado país, reconociendo que el temor todavía persiste en momentos en que Iraq disfruta de uno de sus festivos más tranquilos en años.
El cardenal Emmanuel III Delly, líder de la antigua Iglesia Caldea, dijo a la Associated Press en su recinto custodiado al oeste de Bagdad que su mensaje era de amor y caridad.
"Y para que los emigrantes vuelvan a casa a trabajar por el bien de su país y su patria a pesar de la situación en que se encuentra -esa es mi esperanza".
La violencia sectaria en el país se ha reducido en gran parte debido al aumento de las tropas norteamericanas, a la ayuda de los combatientes árabes sunníes que se han volcado contra al-Qaeda en Iraq y son ahora financiados por Estados Unidos y por el cese el fuego declarado por el clérigo chií Muqtada al-Sáder y su Ejército Mahdi.
El problema de cómo reintegrar al creciente número de árabes sunníes que se unen a las tropas voluntarias se pospone para el próximo año. Hay unos setenta mil miembros de grupos conocidos como Consejos del Despertar, y están creciendo rápidamente. El gobierno de predominancia chií está profundamente preocupado de los grupos, muchos de ellos formados por antiguos insurgentes sunníes que lucharon tanto contra las fuerzas norteamericanas como contra sus aliados chiíes.
Pero no incorporarlos en las fuerzas de seguridad de Iraq podría poner en peligro los recientes avances en la situación de seguridad, dijo el vicepresidente sunní de Iraq el lunes.
"Esta experiencia no debería estropearse debido a los desacuerdos en cómo absorber estos consejos. Esas personas, lo digo claramente, no deberían ser ignoradas por el gobierno", dijo Tareq al-Hashemi en una rueda de prensa al norte de Iraq.
"Esa gente se han ofrecido como blancos para luchar contra el terrorismo, voluntariamente. Deben contar con el apoyo del gobierno", agregó.
Una ruta podría ser el otorgamiento de poder. En Ramadi, la capital de la provincia de Anbar al oeste del país, los líderes del Consejo del Despertar, el gobernador provincial, funcionarios y políticos locales formaron un grupo asesor para ayudar a definir una política para la región.
Un documento que forman el Consejo Supremo de Anbar fue firmado por seis importantes personajes de la provincia, incluyendo a Ahmed Bizayie Abu Risha, hermano de Abdul-Satar Abu Risha, que fundó el movimiento del Despertar. Murió en un atentado con bomba en septiembre, diez después de una reunión con el presidente Bush en una base norteamericana en Anbar.
Abu Risha dijo a los periodistas que el consejo buscará representar "a la provincia en las conversaciones con el gobierno central".
De momento la temporada de festivos ha sido pacífica. El diciembre pasado murieron más de 2.300 personas en incidentes violentos relacionados con la guerra, en comparación con las 540 de este mes, de acuerdo a un conteo de la Associated Press.
Desde junio, la violencia se ha reducido en todo el país en un sesenta por ciento, de acuerdo a cifras militares norteamericanas. Pero la seguridad sigue siendo frágil y pocos iraquíes se atreven a alejarse demasiado de casa. El peligro de secuestro, atentados con coches bomba y terroristas suicidas no está nunca demasiado lejos, y los cadáveres de víctimas torturadas en secuestros todavía aparecen casi a diario a lo largo del río o en las calles.
Mientras los chiíes celebraban el fin de Eid al-Adha el lunes, uno de los festivos musulmanes más importantes del calendario, los miembros de la pequeña comunidad católica de Iraq se reunieron en iglesias para la Misa del Gallo -realizada después del mediodía debido a que poca gente se aventura en la calle después de la puesta de sol. Para los sunníes, el Eid terminó el domingo.
"Esperemos que la situación mejore", dijo Delly, mientras las luces de colores titilaban en un árbol de Navidad detrás de él. "Pero creo que sigue igual porque la gente tiene miedo de salir a la calle, por los coches bomba", dijo.
Delly, 80, se convirtió el mes pasado en el primer cardenal de Iraq.
Menos del tres por ciento de los 26 millones de iraquíes son cristianos -la mayoría de ellos caldeo-asirios y armenios, con un pequeño número de católico-romanos. Los extremistas musulmanes han atacado a menudo a los cristianos, obligando de decenas de miles de ellos a huir y aislando a los restantes que permanecieron en sus barrios protegidos por barricadas y puestos de control.
El lunes estalló una bomba en un minibús cerca de la oficina del gobernador de Bagdad, no muy lejos de la fuertemente custodiada Zona Verde que alberga al gobierno iraquí y a varias embajadas occidentales. Murieron dos personas y quedando otras seis heridas.
En el norte de Iraq un grupo de pistoleros que se cree eran miembros de Ansar al Sunnah, un grupo asociado a al-Qaeda en Iraq, atacó una unidad aduanera de la policía en la zona fronteriza con Irán, en Garmek, matando a un agente de policía e hiriendo a otros tres, dijo el brigadier de policía Hasan Noori, director del departamento de seguridad de Sulaimaniyah.
El cardenal Emmanuel III Delly, líder de la antigua Iglesia Caldea, dijo a la Associated Press en su recinto custodiado al oeste de Bagdad que su mensaje era de amor y caridad.
"Y para que los emigrantes vuelvan a casa a trabajar por el bien de su país y su patria a pesar de la situación en que se encuentra -esa es mi esperanza".
La violencia sectaria en el país se ha reducido en gran parte debido al aumento de las tropas norteamericanas, a la ayuda de los combatientes árabes sunníes que se han volcado contra al-Qaeda en Iraq y son ahora financiados por Estados Unidos y por el cese el fuego declarado por el clérigo chií Muqtada al-Sáder y su Ejército Mahdi.
El problema de cómo reintegrar al creciente número de árabes sunníes que se unen a las tropas voluntarias se pospone para el próximo año. Hay unos setenta mil miembros de grupos conocidos como Consejos del Despertar, y están creciendo rápidamente. El gobierno de predominancia chií está profundamente preocupado de los grupos, muchos de ellos formados por antiguos insurgentes sunníes que lucharon tanto contra las fuerzas norteamericanas como contra sus aliados chiíes.
Pero no incorporarlos en las fuerzas de seguridad de Iraq podría poner en peligro los recientes avances en la situación de seguridad, dijo el vicepresidente sunní de Iraq el lunes.
"Esta experiencia no debería estropearse debido a los desacuerdos en cómo absorber estos consejos. Esas personas, lo digo claramente, no deberían ser ignoradas por el gobierno", dijo Tareq al-Hashemi en una rueda de prensa al norte de Iraq.
"Esa gente se han ofrecido como blancos para luchar contra el terrorismo, voluntariamente. Deben contar con el apoyo del gobierno", agregó.
Una ruta podría ser el otorgamiento de poder. En Ramadi, la capital de la provincia de Anbar al oeste del país, los líderes del Consejo del Despertar, el gobernador provincial, funcionarios y políticos locales formaron un grupo asesor para ayudar a definir una política para la región.
Un documento que forman el Consejo Supremo de Anbar fue firmado por seis importantes personajes de la provincia, incluyendo a Ahmed Bizayie Abu Risha, hermano de Abdul-Satar Abu Risha, que fundó el movimiento del Despertar. Murió en un atentado con bomba en septiembre, diez después de una reunión con el presidente Bush en una base norteamericana en Anbar.
Abu Risha dijo a los periodistas que el consejo buscará representar "a la provincia en las conversaciones con el gobierno central".
De momento la temporada de festivos ha sido pacífica. El diciembre pasado murieron más de 2.300 personas en incidentes violentos relacionados con la guerra, en comparación con las 540 de este mes, de acuerdo a un conteo de la Associated Press.
Desde junio, la violencia se ha reducido en todo el país en un sesenta por ciento, de acuerdo a cifras militares norteamericanas. Pero la seguridad sigue siendo frágil y pocos iraquíes se atreven a alejarse demasiado de casa. El peligro de secuestro, atentados con coches bomba y terroristas suicidas no está nunca demasiado lejos, y los cadáveres de víctimas torturadas en secuestros todavía aparecen casi a diario a lo largo del río o en las calles.
Mientras los chiíes celebraban el fin de Eid al-Adha el lunes, uno de los festivos musulmanes más importantes del calendario, los miembros de la pequeña comunidad católica de Iraq se reunieron en iglesias para la Misa del Gallo -realizada después del mediodía debido a que poca gente se aventura en la calle después de la puesta de sol. Para los sunníes, el Eid terminó el domingo.
"Esperemos que la situación mejore", dijo Delly, mientras las luces de colores titilaban en un árbol de Navidad detrás de él. "Pero creo que sigue igual porque la gente tiene miedo de salir a la calle, por los coches bomba", dijo.
Delly, 80, se convirtió el mes pasado en el primer cardenal de Iraq.
Menos del tres por ciento de los 26 millones de iraquíes son cristianos -la mayoría de ellos caldeo-asirios y armenios, con un pequeño número de católico-romanos. Los extremistas musulmanes han atacado a menudo a los cristianos, obligando de decenas de miles de ellos a huir y aislando a los restantes que permanecieron en sus barrios protegidos por barricadas y puestos de control.
El lunes estalló una bomba en un minibús cerca de la oficina del gobernador de Bagdad, no muy lejos de la fuertemente custodiada Zona Verde que alberga al gobierno iraquí y a varias embajadas occidentales. Murieron dos personas y quedando otras seis heridas.
En el norte de Iraq un grupo de pistoleros que se cree eran miembros de Ansar al Sunnah, un grupo asociado a al-Qaeda en Iraq, atacó una unidad aduanera de la policía en la zona fronteriza con Irán, en Garmek, matando a un agente de policía e hiriendo a otros tres, dijo el brigadier de policía Hasan Noori, director del departamento de seguridad de Sulaimaniyah.
25 de diciembre de 2007
24 de diciembre de 2007
©fwdailynews
cc traducción mQh
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