cárceles para familias
anna.gorman@latimes.com 27 de junio de 2008
El Servicio de Inmigración y Aduanas [ICE] publicó un llamado a licitación el mes pasado y fijó el 16 de junio como fecha de cierre. Las nuevas instalaciones se construirán en las dos costas y en la frontera del sudoeste. La agencia solicita instalaciones residenciales de seguridad mínima que proporcionen un "ambiente menos restrictivo" y ofrezcan a los niños educación y actividades recreativas y acceso a servicios religiosos.
La detención de familias ha sido condenada por organizaciones de derechos humanos y de derechos de los inmigrantes como punitiva e innecesaria. Pero las autoridades de inmigración dicen que así se asegura que los inmigrantes comparezcan a las audiencias del tribunal y dejen el país cuando se les deporte.
"La detención de familias ha tenido el impacto que buscábamos", dijo Kelly Nantel, portavoz del ICE. "Ya no vemos tantas familias cruzando la frontera. Ese pasaje automático ya no existe".
Actualmente hay dos recintos de familias: una antigua casa de reposo en Pensilvania y una antigua prisión en Tejas. El centro de detención T. Don Hutto, en Taylor, Tejas, fue inaugurado en 2006 y en su primer año debió hacer frente a protestas y demandas judiciales que lo acusaban de hacer vivir a los niños en condiciones deplorables. Un acuerdo resultó en reformas en el modo en que son tratados los niños.
Las nuevas instalaciones permitirán más flexibilidad al gobierno y posibilitarán que la agencia mantenga juntas a las familias, dijo Nantel. Esta semana en Los Angeles tres madres ilegales y sus infantes, incluyendo a un niño estadounidense, fueron encontrados entre las cerca de sesenta personas descubiertas en una casa de tránsito utilizada por transportistas. Debido a que no existe una instalación cercana, las mujeres y niños están siendo alojados en un refugio privado.
La Unión Americana de Libertades Civiles criticó el plan de abrir nuevos centros de detención familiar.
"Después de las horribles condiciones que se descubrieron en el centro Hutto, es decepcionante que el gobierno quiera construir más cárceles de inmigración para familias y niños", dijo Ahilan Arulanantham, abogado de la sección de California del Sur.
Arulanantham dijo que la mayoría de las familias no representan un peligro para la seguridad ni un riesgo de fuga y no deberían ser internadas. En lugar de eso, dijo, deberían poder dejar una fianza, portar monitores electrónicos o formar parte de un programa de supervisión intensivo.
"Hay otros modos de disuadir la inmigración ilegal sin encarcelar a los niños", dijo. "Esta licitación demuestra que nos hemos aficionado al encarcelamiento como un método para resolver nuestros problemas, que obviamente no los resuelve".
En casos extremos, dijo Arulanantham, algunas familias podrían ser alojadas en algún tipo de residencias, pero no en antiguas cárceles gestionadas por compañías carcelarias privadas.
El Servicio de Inmigración y Aduanas planea revisar los proyectos y tomar una decisión en los próximos meses, dijo Nantel. Los proyectos podrían ser presentados por ayuntamientos y compañías privadas. Las facilidades deben albergar hasta doscientas personas cada una -ciento cincuenta jóvenes y cincuenta adultos. Las autoridades calculan que los detenidos deberán permanecer en el centro entre veinte a treinta días.
El llamado a licitación exige instalaciones de seguridad mínima y llama a los centros ‘refugios residenciales familiares’, aunque dice que los contratistas deberán presentar proyectos "diseñados para impedir las fugas" y proponer un plan que "cuente a los internos y controle sus movimientos". No se admitirá a personas con antecedentes criminales.
El vice-presidente de la Corrections Corp. of America, Damon Hininger, dijo que estaba al tanto de la licitación y que la compañía lo estaba "estudiando". La compañía gestiona varios centros de detención de inmigrantes, incluyendo Hutto.
Hutto tiene 450 camas y, hasta la semana pasada, contaba con 150 internos. Si se construyen las nuevas instalaciones, la agencia considerará el traslado de las familias actualmente en Hutto y usará este como un centro de detención de inmigrantes adultos, dijo Nantel.
"Administrar un recinto residencial en una antigua cárcel fue todo un reto", dijo. "Hemos aprendido de Hutto".
Cuando el centro abrió, los niños recibieron camisones de hospital, se les prohibió tener juguetes y sólo se les permitía una hora de recreación al día, dijeron los abogados. Como resultado de un acuerdo, ahora los niños pueden llevar piyama, moverse libremente en el centro y tener juguetes en sus cuartos. También ha habido cambios en el edificio, incluyendo la construcción de cuartos de servicio privados, murales y la substitución de las puertas de metal.
Dados los objetivos de seguridad nacional del Departamento de Seguridad Interior, los abogados no se muestran demasiado optimistas sobre los futuros centros familiares.
"Tienen en sus cabezas el modelo del sistema penitenciario", dijo Andrea Black, coordinadora de Detention Watch Network, una coalición de organizaciones que aboga por la reforma de la detención y deportación de inmigrantes. "Dadas su actual filosofía y prácticas, creo que para ellos sería difícil gestionar un centro de familias que no fuera punitivo".
La necesidad de encarcelar a familias surgió de la presencia de numerosas familias ilegales que cruzan las fronteras clandestinamente o se ocultan en Estados Unidos, dijo Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de la Inmigración, una organización sin fines de lucro que propone reducir la cantidad de inmigrantes.
"Esto es un reconocimiento de las realidades de la población extranjera ilegal", dijo. "Los dejaban salir y esperaban que volvieran. Eso no ha resultado, para decir lo menos. Es simplemente el péndulo que viene de vuelta".
18 de mayo de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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