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murió mando ramos


Estuvo sin beber en los últimos veinticinco años y fundó Boxing Against Alcohol and Drugs para asesorar a jóvenes sobre cómo evitar los problemas que tuvo. A los 59.
[Steve Springer] Murió Mando Ramos, que tuvo una meteórica carrera en el cuadrilátero y ganó el título de peso ligero a los veinte, y luego pasó sus últimos años ayudando a los jóvenes a evitar los demonios gemelos de las drogas y el alcohol que habían acortado su carrera. El domingo, a los 59 años.
Ramos, que fue inducido en el Boxing Hall of Fame de California hace dos semanas, murió en su casa de San Pedro por causas naturales, según informó su mujer, Sylvia. Ramos sufría de una lesión crónica a la espalda y diabetes.
"Le encantaba mirar las peleas en televisión", dijo Sylvia Ramos, "pero no se quiso levantar a mirarlas [el sábado noche]. Me dijo que quería dormir, así que grabé las peleas".
El domingo en la mañana, Ramos, con los ojos todavía cerrados, empezó a tener dificultades para respirar. La familia llamó a los paramédicos, pero Ramos no volvió a recuperar la conciencia. En la cumbre de su carrera, Ramos fue el Óscar de la Hoya de su época, un talento y guapo púgil de Los Ángeles que seducía a fans de los dos sexos. Pero a diferencia de De la Hoya, la fama de Ramos duró poco, apagada por sus adicciones. Se convirtió en profesional en 1965, tres días después de cumplir los diecisiete, pero una década después todo había terminado. Seis de sus derrotas terminaron en knockout.
"¿Quién sabe lo lejos que pude llegar?", dijo una vez al Times. "Nunca entrené, para ninguna pelea. Oh, claro que iba al gimnasio todos los días. Pero también bebía todas las noches. Los boxeadores no me ganaron nunca. Me ganó el alcohol y las drogas.
"Creo en serio que yo podría haber sido el más grande boxeador de todos los tiempos, excepto por esto". Ramos golpetea su sien con su índice.
"Una vez tuvo una pelea de quince asaltos después de haber entrenado nada más una semana", dijo el ex campeón Carlos Palomino, presentador de Ramos en el Hall of Fame cuando fue inducido el mes pasado.
"Tenía tanto talento, que podía hacerlo. Para él era natural. Era el boxeador completo. Podía boxear, podía pelear, podía hacer todo. Era alto, para un peso ligero", con su metro ochenta, aunque algunos dicen que era más alto. "Usaba su estatura, alcance y fuerza muy efectivamente, tenía una gran resistencia y una potente izquierda".

Nacido como Armando Ramos el 15 de noviembre de 1948, en Long Beach, subió pronto al ring.
"Empecé a pelear tan pronto como pude caminar", dijo. El maestro de Ramos fue su padre, Ray, un ex púgil.
Ramos era el púgil de Los Angeles por excelencia. Veintisiete de sus 49 combates fueron en el Olympic Auditorium, el punto de referencia del boxeo de esa época. También peleó en el Los Angeles Memorial Coliseum y en la Memorial Sports Arena.
"Llegado un momento", dijo John Hall, ex columnista del Times, "pensé que Ramos era tan rápido y tan inteligente, que podría haber batido a cualquier peso ligero de la historia".
Ramos derrotó a Carlos Teo Cruz en el undécimo asalto por TKO para hacerse con el título de peso ligero en 1969, perdió con Ismael Laguna, y luego ganó el campeonato por segunda vez al derrotar a Pedro Carrasco. Otros de los memorables rivales de Ramos fueron ‘Sugar’ Ramos, Raúl Rojas, Rubén Navarro y Chango Carmona.
"Mi novena pelea en el Olympic Auditorium fue a estadio lleno", dijo Ramos. "Había dinero por todas partes... Yo tenía diecinueve, o veinte. Era muy joven".
"En 1974 estaba durmiendo en coches".
Tras perder a dos hermanos por sobredosis de heroína, Ramos se internó en una clínica de rehabilitación a principio de los ochenta, se desintoxicó y siguió así hasta sus últimos veinticinco años.
Cuando salió de la clínica, empezó Boxing Against Alcohol and Drugs, con un programa para trabajar con niños.
"Es un hombre con muchas cualidades", dijo su hijo, Mando Jr. "Tenía el aspecto rudo y fuerte de un boxeador. Pero por dentro tenía un corazón puro y un alma tierna. Fue un gran campeón en el ring, pero fue mejor campeón en su vida. Ayudó a un montón de niños de los vecindarios".
Ramos reclutaba púgiles y montaba exhibiciones con charlas contra la adicción en escuelas secundarias en California del Sur.
"Una vez que dejó el hábito", dijo Hall, "volvió triunfante, como ser humano". "Realmente encontró su nicho en la vida", dijo su hijo.
Le sobreviven su esposa y su hijo; cuatro nietos; un hermano, Andrew; y una sobrina.
Como participante del programa de donación de órganos de la UCLA, Ramos estipuló que se donasen los suyos.

steve.springer@latimes.com

16 de julio de 2008
7 de julio de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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