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familia karzai vende heroína


Informes vinculan a hermano de Karzai con el tráfico de heroína en Afganistán.
[James Risen] Washington, Estados Unidos. Cuando las fuerzas de seguridad afganas encontraron un enorme alijo de heroína escondida debajo de bloques de concreto en un camión con remolque en las afueras de Kandahar en 2004, el comandante afgano de la localidad incautó rápidamente el camión y notificó a su jefe.
Poco después, el comandante, Habibullah Jan, recibió una llamada telefónica de Ahmed Wali Karzai, el hermano del presidente Hamid Karzai, pidiéndole que liberara el vehículo y las drogas, dijo Jan más tarde a detectives norteamericanos, de acuerdo a notas obtenidas por el New York Times. Dijo que obedeció después de recibir una llamada de un ayudante del presidente Karzai instruyéndole que liberara el camión.
Dos años después, fuerzas antinarcóticos americanas y afganas pararon a otro camión, esta vez cerca de Kabul, para encontrar más de cincuenta kilos de heroína. Poco después del decomiso, investigadores de Estados Unidos dijeron a otros funcionarios norteamericanos que habían descubierto vínculos entre el envío de drogas y un guardaespaldas que se cree es un intermediario de Ahmed Wali Karzai, de acuerdo a una persona familiarizada con el incidente.
Según funcionarios norteamericanos y afganos las sospechas sobre la implicación del hermano del presidente en los incidentes no fueron investigadas nunca, pese a que las acusaciones de que se ha beneficiado del tráfico de drogas han circulado ampliamente en Afganistán.
Tanto el presidente Karzai como Ahmed Wali Karzai, ahora presidente del Consejo Provincial de Kandahar, el consejo de administración de la región que incluye a la segunda ciudad de Afganistán, rechazan las acusaciones explicando que son ataques motivados políticamente de parte de enemigos de toda la vida.
"Yo no soy un traficante de drogas, nunca lo he sido ni lo seré", dijo hace poco el hermano del presidente en una entrevista telefónica. "Soy víctima de políticos sucios".
Pero los rumores sobre él han preocupado profundamente a altos funcionarios norteamericanos en Kabul y Washington. Funcionarios norteamericanos temen que la percepción de que el presidente afgano está protegiendo a su hermano puedan perjudicar su credibilidad y socavar los esfuerzos de Estados Unidos para apuntalar su gobierno, que ha estado sitiado por sus adversarios y una insurgencia talibán financiada por el dinero del narcotráfico, dijeron varios funcionarios del gobierno de Bush. Sus preocupaciones se han acentuado a medida que aumenta el despliegue de tropas americanas en todo el país.
"Lo que parece ser una imagen pública bastante común sobre la corrupción al interior del gobierno es un elemento tremendamente corrosivo que funciona contra la confianza a largo plazo en ese gobierno -es un asunto muy grave", dijo el teniente general (r) David W. Barno, que fue comandante de las fuerzas militares de la coalición en Afganistán de 2003 a 2005. "Estratégicamente, eso puede ser problemático para Estados Unidos".
La Casa Blanca dice que cree que Ahmed Wali Karzai está implicado en el tráfico de drogas, y funcionarios norteamericanos han advertido repetidas veces al presidente Karzai que su hermano es un lastre político, según dos funcionarios del gobierno de Bush en una entrevista la semana pasada.
Numerosos informes vinculan a Ahmed Wali Karzai con el tráfico de drogas, de acuerdo a actuales y antiguos funcionarios de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y la embajada estadounidense en Afganistán, que hablaron sólo a condición de preservar su anonimato. En reuniones con el presidente Karzai y el embajador de Estados Unidos, el jefe de estación de la CIA y sus contrapartes británicos en 2006, funcionarios norteamericanos mencionaron las acusaciones con la esperanza de que el presidente sacara a su hermano del país, dijeron varias personas que participaron en ellas o fueron informadas sobre las conversaciones.
"Pensamos que la preocupación expresada a Karzai sería suficiente para su remoción", dijo un funcionario. Pero el presidente Karzai ha resistido, exigiendo evidencias indesmentibles, dijeron varios funcionarios. "No tenemos el tipo de evidencias duras, directas, que puedan usarse en una acusación criminal", dijo un funcionario de la Casa Blanca. "Eso permite que Karzai diga: ‘¿Dónde están las pruebas?’"
Ni la Administración de Control de Drogas (DEA), que realiza campañas antinarcóticos en Afganistán, ni la naciente agencia antidrogas afgana, han realizado investigaciones sobre las acusaciones contra el hermano del presidente.
Varios investigadores estadounidenses dijeron que altos funcionarios de la DEA y la Oficina del Director de la Inteligencia Nacional se han quejado ante ellos de que la Casa Blanca prefiere una política de no intervención debido a lo delicado del asunto. Pero funcionarios de la Casa Blanca rechazan esa interpretación, mencionando los limitados recursos de la DEA en Kandahar y en el sur de Afganistán y la ausencia de voluntad política en el gobierno afgano para perseguir a importantes narcotraficantes como las razones por la falta de investigación.
"Hemos invertido considerables recursos para construir la capacidad afgana para realizar ese tipo de investigaciones y hemos alentado consistentemente a Karzai a perseguir a los peces gordos y hemos tocado el tema de las difundidas sospechas afganas sobre los vínculos entre su hermano y el narcotráfico", dijo Meghan O’Sullivan, que fue coordinador para Afganistán e Iraq en el Consejo de Seguridad Nacional hasta el año pasado.
No quedó en claro si el presidente Bush fue informado sobre el asunto. Humayun Hamidzada, secretario de prensa del presidente Karzai, negó que el hermano del presidente estuviese implicado en el tráfico de drogas o que el presidente hubiese intervenido para ayudarlo. "La gente hace esas acusaciones sin tener ninguna prueba", dijo Hamidzada.
Portavoces de la DEA, del Departamento de Estado y la Oficina del Director de la Inteligencia Nacional se negaron a hacer comentarios.

Un Informante
Los temores sobre Ahmed Wali Karzai han salido a superficie hace poco debido al encarcelamiento del informante que informó a detectives norteamericanos y afganos sobre el camión lleno de drogas en las afueras de Kabul en 2006.
El informante, Hajji Aman Kheri, fue detenido el año pasado acusado de conspirar para asesinar al vicepresidente afgano en 2002. La Corte Suprema afgana ordenó hace poco su liberación por falta de pruebas, pero todavía no ha sido liberado. El mes pasado, cerca de cien dirigentes políticos en su región natal han protestado contra su continuada detención.
Kheri, en una entrevista telefónica desde la cárcel de Kabul, dijo que había trabajado como informante para la DEA y para agencias de inteligencia de Estados Unidos, una afirmación que fue confirmada por funcionarios americanos de antinarcóticos e inteligencia. Varios de esos funcionarios, frustrado por el hecho de que el gobierno de Bush no ha presionado a favor de la libertad de Kheri, revelaron su papel en el decomiso de las drogas.
Desde la invasión norteamericana de Afganistán en 2001, los críticos han acusado al gobierno de Bush de no actuar de manera decisiva contra el narcotráfico afgano debido tanto a la oposición del gobierno de Karzai como al temor de las fuerzas armadas estadounidenses de empantanarse en campañas de erradicación y prohibición que podrían provocar la hostilidad de señores de la guerra locales y productores de amapola afganos. Ahora Afganistán suministra cerca del 95 por ciento de la oferta mundial de heroína.
Muchos funcionarios del gobierno de Karzai aprovechan el dinero producido por el tráfico de drogas del mismo modo que los talibanes, de acuerdo a funcionarios estadounidenses y afganos. Thomas Schweich, ex funcionario de antinarcóticos del Departamento de Estado, escribió en el New York Times Magazine en julio que los narcotraficantes estaban comprando a cientos de jefes de policía, jueces y otros funcionarios. "La corrupción de los narcos llega hasta los escalones más altos del gobierno afgano", dijo.

Corrupción
Sobre las sospechas sobre Ahmed Wali Karzai, el representante Mark Steven Kirk, republicano de Illinois que ha estudiado el problema de la droga en Afganistán en el Congreso, dijo: "He preguntado sobre él a gente en el gobierno de Bush y de la DEA y me han dicho: ‘Creemos que está implicado’".
En los dos decomisos de drogas en 2004 y 2006 se encontró heroína por un valor de varios millones de dólares. En abril de 2006, Jan, entonces miembro del parlamento afgano, se reunió con investigadores americanos en una casa de seguridad de la DEA en Kabul. En esa ocasión le pidieron que describiera los eventos en torno al hallazgo de drogas de 2004, de acuerdo a notas de la reunión. Dijo a los norteamericanos que después de requisar el camión, recibió llamadas de Ahmed Wali Karzai y Shaida Mohammad, un ayudante del presidente Karzai, de acuerdo a las notas.
Jan se convirtió más tarde en un opositor político del presidente Karzai y en un discurso en el parlamento en 2007 acusó a Ahmed Wali Karzai se estar implicado en el tráfico de drogas. Jan fue asesinado en julio cuando conducía desde un pabellón de huéspedes a su residencia principal en la provincia de Kandahar. Se sospechó de los talibanes por su asesinato.
Mohammad, en una entrevista reciente en Washington, rechazó la versión de Jan, diciendo que Jan había inventado la historia de que había sufrido presiones para que liberara el cargamento de drogas para perjudicar al presidente Karzai.
Pero Khan Mohammad, el ex comandante afgano de Kandahar que fue superior de Jan en 2004, dijo en una entrevista hace poco que Jan había informado entonces que había recibido una llamada del ayudante de Karzai ordenándole liberar el alijo de drogas. Khan Mohammad recordó que Jan creía que la llamada había sido instigada por Ahmed Wali Karzai, no por el presidente.
"Este fue un problema muy serio", dijo Mohammad.
Dio la misma versión en una entrevista, de octubre de 2004, con The Christian Science Monitor. Mohammad dijo que después de que un subordinado detectara un importante envío de heroína unos dos meses antes, el funcionario recibió repetidas llamadas de Ahmed Wali Karzai. "Me dijo: ‘Esta heroína me pertenece, debes liberarla’", citó el diario a Mohammad.

Languideciendo en Prisión
En 2006, Kheri, el informante afgano, informó a los agentes antinarcóticos norteamericanos sobre otro envío de drogas. Kheri, que había demostrado ser tan valioso para Estados Unidos que su familia había sido reasentada en Virginia en 2004, volvió por un corto período a Afganistán en 2006.
La heroína en el camión requisado debía ser entregada al guardaespaldas de Ahmed Wali Karzai en el pueblo de Miadan Shahr, para ser transportada luego a Kandahar, dijo uno de los afganos implicados en la operación a los investigadores norteamericanos, de acuerdo a notas de la reunión. Varios afganos -los choferes y el dueño del camión- fueron arrestados por las autoridades afganas, pero no se hizo nada contra Karzai ni contra su guardaespaldas, que según los investigadores es un intermediario, dijeron funcionarios norteamericanos.
En 2007, Kheri visitó nuevamente Afganistán, trabajando una vez más como informante de los estadounidenses, dijeron los funcionarios. Sin embargo, esta vez fue arrestado por el gobierno de Karzai y acusado del asesinato en 2002 de Hajji Abdul Qadir, vicepresidente de Afganistán, que había sido un rival político del hermano de Kheri, Hajji Zaman, ex comandante miliciano y una importante figura en el este del país.
Kheri, en la entrevista telefónica desde Kabul, negó cualquier participación en el asesinato y dijo que su detención obedecía a propósitos políticos. Mantuvo que el hermano del presidente está implicado en el tráfico de heroína.
"Que Wali Karzai esté metido en el negocio de las drogas no es un secreto para nadie", dijo Kheri, que habla inglés. "Un montón de personas en el gobierno afgano están implicadas en el tráfico de drogas".
La continuada detención de Kheri, pese a la orden judicial de liberarlo, ha frustrado a algunos investigadores estadounidenses que trabajaron con él.
En los últimos meses se han reunido con funcionarios del Departamento de Estado y con la Oficina del Director de la Inteligencia Nacional tratando de persuadir al gobierno de Bush de que intervenga ante el gobierno de Karzai para obtener la libertad de Kheri.
"Estamos dejando que un informante realmente valioso se pudra en la cárcel", dijo un detective.

Carlotta Gall contribuyó al reportaje desde Kabul.

2 de noviembre de 2008
5 de octubre de 2008
©new york times 
cc traducción mQh
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