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niños raptados por talibanes


[Daniel Cooney] Desesperados por nuevos reclutas, milicias talibanes obligan a familias a entregar a sus hijos.
Kabul, Afganistán. Los violentos enfrentamientos que en los últimos meses han devastado las filas de los talibanes, ha llevado a los rebeldes a reclutar niños y obligar a familias a entregar un hijo para que luche con ellos, dijo ayer un jefe militar estadounidense.
La guerra ha fracturado la estructura de mando de los talibanes, impidiendo el reagrupamiento de los militantes, aunque ha habido un recrudecimiento de la violencia, dijo en una entrevista el general de división Jason Kamiya, del comando operacional de los militares americanos.
A pesar del revés -desde marzo han muerto más de 500 rebeldes-, es probable que los militantes aumenten los ataques en las preliminares de las elecciones legislativas del 18 de septiembre, dijo.
"Los talibanes y Al Qaeda creen que esta es su última posibilidad para impedir que Afganistán progrese en su camino... para transformarse en una nación", dijoKamiya. "Nos desafiarán hasta el 18 de septiembre mismo".
Dijo que los rebeldes estaban tratando desesperadamente de reclutar combatientes para remplazar a los que han muerto recientemente y han obligado a familias de algunas áreas "a dar un hijo para pelear".
"Han sido golpeados tan duramente, que tienen que reclutar a más combatientes. Están reclutando a niños cada vez más chicos: de 14, 15 y 16 años", dijo Kamiya. "El enemigo tiene dificultades para mantener sus tasas de reclutamiento".
Se ha pensado durante largo tiempo que los rebeldes tienen a niños en sus filas, pero han habido pocos informes de reclutamiento infantil a gran escala por los talibanes, especialmente de los más chicos.
Los comentarios de Kamiya fueron hechos dos días después de que Naciones Unidas dijera que la mayoría de los estimados 8.000 niños soldados en Afganistán -la mayor parte en las filas de las milicias privadas ahora aliadas al gobierno- serían desmovilizados e incorporados a programas de educación para fines de este año.
La iniciativa se ha concentrado especialmente en áreas en los alrededores de las regiones sur y este del país, donde los talibanes son fuertes.
Funcionaros afganos han dicho repetidas veces que muchos de los combatientes talibanes provienen de internados religiosos, o madrassas, de Pakistán. Pero Kamiya dijo que los talibanes están recogiendo a la mayoría de sus reclutas dentro de Afganistán.
Dijo que parte de la razón por la que los rebeldes han sufrido bajas sin precedentes, era que desde abril han sido sorprendidos tres veces en grandes grupos y machacados por ataques aéreos y de fuerzas en el terreno. En una batalla que duró una semana en junio en un escondite de los militantes en las montañas, murieron 170 insurgentes.
"No hay una cadena de mando organizacional de los rebeldes... porque hemos logrado interrumpir sus medios para reagruparse y conducir ataques coordinados", dijo Kamiya. "Ya no se pueden movilizar con impunidad".

Sin embargo, el mes pasado fuerzas estadounidenses sufrieron sus más mortíferas pérdidas desde el derrocamiento de los talibanes en 2001, cuando militantes emboscaron a un equipo de SEALs de la Marina, matando a tres comandos y horas después derribando a un helicóptero de las fuerzas especiales causando la muerte a las 16 tropas a bordo. Desde marzo, cuando los rebeldes aumentaron sus ataques, han muerto 45 soldados americanos.
También han muerto cientos de afganos en los últimos meses en emboscadas casi diarias, atentados y ejecuciones. El aumento de la violencia ha llevado a políticos locales y observadores internacionales a advertir que los tres años de progreso hacia la paz estaban amenazados.
En el último incidente violento, los rebeldes mataron ayer a un juez de distrito en la sureña provincia de Kandahar, un día después de que militantes mataran a un administrador local en el mismo área.
Dos empleados electorales afganos fueron secuestrados por asaltantes no identificados en la provincia de Nuristán al nordeste del país el viernes, pero fueron liberados ilesos al día siguiente, dijeron funcionarios.
La violencia ha llevado a los militares estadounidenses a desplegar 700 soldados adicionales en Afganistán para reforzar la coalición norteamericana de 20.000 hombres.
Una fuerza separada de la OTAN de 8.000 soldados aumentará en 3.000 sus tropas para reforzar la seguridad en previsión de las elecciones de septiembre.

27 de julio de 2005
24 de julio de 2005
©boston globe
©traducción mQh

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