perpetua para genocida ruandés
19 de diciembre de 2008
Al igual que el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY), el TPIR es una institución judicial establecida por la ONU para juzgar la matanza colectiva de 800.000 ruandeses tutsis y hutus moderados en 1994, en los días siguientes al asesinato del presidente Juvenal Habyarimana.
Según el acta de acusación del TPIR, Théoneste Bagosora cerró la puerta a las negociaciones entre el poder ruandés, dominado entonces por los hutus, y los rebeldes tutsis del Frente Patriótico Ruandés (FPR) organizados bajo la égida de Tanzania en 1993. Al anunciar el regreso a su país, Bagosora dijo que iba a "preparar el apocalipsis".
El condenado que rechaza tajantemente haber pronunciado tales palabras y se niega a calificar las matanzas de genocidio, anunció, a través de sus abogados, su intención de presentar una apelación. El condenado huyó de Ruanda en julio de 1994 ante el avance imparable de la guerrilla del FPR (actualmente en el poder) y fue detenido en Camerún en marzo de 1996.
Los otros dos condenados son el excomandante de operaciones en el sector militar de Ginsenyi, el teniente coronel Anatole Nsengiyumva, y el jefe de batallón en la zona del aeropuerto de Kigali, el mayor Aloys Ntabakuze. No obstante, el tribunal declaró inocentes a los tres condenados de la acusación de conjura y complot para cometer un genocidio, acusación que equivale a la elaboración previa de planes para desencadenar una exterminación étnica.
Mujer de Ideas Moderadas
La primera ministra Uwilingiyama era una mujer hutu de ideas moderadas y opuesta a la persecución de los tutsis, y fue asesinada, junto a los soldados de la ONU que velaban por su seguridad, por miembros del Ejército ruandés el 7 de abril de 1994. El asesinato de los cascos azules constituyó una provocación para forzar la retirada de la Misión de Naciones Unidas en Ruanda y dejar el campo libre a los extremistas hutus para que pusieran en marcha su máquina de matar. Seis días después, Bélgica anunció la salida de sus tropas del país africano.
El gobierno ruandés, dominado por los tutsis, no ocultó su satisfacción ante la decisión judicial. "Se ha hecho justicia", declaró Aloys Mutabingwa, representante del Ejecutivo ante el TPIR.
"Lo esencial es que su papel en el genocidio ha sido establecido; la justicia ha concluido que Bagosora tenía autoridad sobre los genocidas. Es lo más importante; a partir del momento en que hay genocidio, la cuestión de la preparación ya no se plantea; no puede haber genocidio sin planificación", concluyó Mutabingwa.
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