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murió michael cox


Editor. Autor de ‘El significado de la noche’. A los 60.
[Margalit Fox] Murió el 31 de marzo, en Kettering, Inglaterra, Michael Cox, una autoridad de las novelas de misterio victorianas que, hace cinco años, espoloneado por la amenaza de la ceguera, escribió la extensa novela gótica en la que había estado pensando durante tres décadas, ‘El significado de la noche’ [The Meaning of Night], un libro ampliamente elogiado, abundante en intrigas y asesinatos. Tenía sesenta años y vivía en la región de Northamptonshire, Inglaterra.
Según informó su esposa Dizzy Cox, la causa de su muerte fue un hemangiopericitoma, un raro cáncer vascular.
Publicada en 2006, ‘El significado de la noche’ se vendió en una subasta por un adelanto de 430 libras (unos ochocientos mil dólares en la época); se dijo que la cifra fue un récord para una novela británica primeriza. Editado en Inglaterra por John Murray Publishers, el libro fue publicado en Estados Unidos por W.W. Norton & Company y ha sido traducido a cerca de dos docenas de idiomas.
‘El significado de la noche’ está ambientada en el Londres de los años cincuenta del siglo diecinueve, envuelta en niebla, pisadas y fatalismo. Subutitulada ‘Una confesión’ [A Confession], gira sobre las convenciones -y les hace un guiño- de la literatura victoriana en toda su púrpura profusión. Ostensiblemente un manuscrito redescubierto (en sí mismo un concepto victoriano), el libro está lleno de notas editoriales al pie de página, fragmentos en latín y una prosa deliberadamente florida, y cuenta una historia llena de asesinatos, herencias usurpadas, venganzas y otras cosas desagradables.
Ex cantante y compositor convertido en escritor de biografías y editor, Cox empieza la novela con una llamativa, y muy citada primera frase: "Después de matar al pelirrojo, me fui al Quinn’s a comerme unas ostras".
Ese crimen no era otra cosa que el preparativo para lo que el narrador, Edward Glyver realmente quiere hacer: asesinar a Phoebus Rainsford Daunt, un mediocre poeta. No es la producción de mala poesía lo que justifica su muerte, por atractiva que pueda parecer la idea. Es que Daunt, que ha atormentado a Glyver desde que iban juntos a primaria, está empecinado en despojarlo de Evenwood, la extensa propiedad que Glyver cree que es su legítima herencia. En el camino hay oscuros callejones de adoquines, documentos escondidos, fumaderos de opio y una prostituta con un corazón de oro.
Con sus reminiscencias de Wilkie Collins, ‘El significado de la noche’ fue elogiada por los reseñadores por su envolvente trama y fina reconstrucción de un mundo desaparecido. Sin embargo, algunos críticos recularon ante la prosa declaradamente extravagante de la novela y su enorme extensión: 703 páginas.
Cox escribió una segunda parte, ‘The Glass of Time’, que publicó Norton el año pasado en Estados Unidos.

Michael Andrew Cox nació el 25 de octubre de 1948 en Finedon, Northamptonshire. De niño sufría de otitis crónica, lo que lo confinaba a la cama con los victorianos durante largos períodos. En un tratamiento ampliamente usado en la época, le insertaban varillas de radio en los oídos; Cox llegó a creer más tarde que estas eran responsables de su cáncer, contó su esposa.
Además de su mujer, la ex Desda Crockett, con la que se casó en 1973, a Cox le sobreviven sus padres, Eileen y Gordon Cox; una hija, Emily Cox; dos hijos adoptivos, Miranda de Freitas y Barnaby Craike-Pickering; y tres nietos.
Cuando era adolescente, Michael tocaba la guitarra y el teclado con un grupo local y empezó a escribir canciones. Cuando estudiaba en Cambridge, le pidieron que escribiera y tocara música para la película muda de un amigo. Había un productor en la casa la noche que se exhibió la película y alentó a Cox a convertirse en un rockero.
Tras egresar con un diploma en literatura inglesa en 1971, Cox publicó dos álbumes como solista y varios sencillos bajo el nombre de Matthew Ellis; más tarde, con su propia banda, publicó un álbum y sencillos como Obie Clayton.
Dejó la música en 1977 y trabajó como editor para un editor británico de libros sobre la salud. Escribió una bien acogida biografía del académico y escritor de novelas de misterio británico M.R. James antes de incorporarse a la Oxford University Press como editor.
En Oxford, Cox editó muchas antologías literarias, entre ellas ‘The Oxford Book of English Ghost Stories’ (1986) y ‘Victorian Ghost Stories’ (1991), ambas en colaboración con R. A. Gilbert; ‘Victorian Tales of Mystery and Detection’ (1992); y ‘The Oxford Book of Spy Stories’ (1996).
Desde sus días en la universidad, Cox se había obsesionado con la idea de escribir una novela victoriana propia, pero durante décadas sólo existió como un fajo de primeros capítulos abortados.
"Había leído a Agatha Christie y Conan Doyle y sabía que ellos siempre empezaban con el final de un enigma y trabajaban retrospectivamente", dijo al Times of London en 2006. "No creía que pudiera escribirla, y durante treinta años no pudo hacerlo".
Entonces, a principio de los noventa, le diagnosticaron cáncer y en los años siguientes Cox sufrió varias operaciones para extraer tumores de su cavidad nasal, columna y cerebro. Se retiró anticipadamente de Oxford en 2002, con una modesta pensión y pocas perspectivas.
En 2004 Cox empezó a perder la vista, parcialmente como resultado de un tumor cerebral. Como preparación para la cirugía le dieron un potente esteroide para reducir la presión del tumor sobre el nervio óptico. El fármaco le dio una energía casi sobrehumana. Arrojó los primeros capítulos y con un frenético insomnio empezó a escribir ‘El significado de la noche’.
Después de la operación, que le permitió recuperar temporalmente la vista, Cox volvió a su manuscrito. No pasó mucho tiempo para que se convirtiera en objeto de una afiebrada subasta entre editores. (Un editor en John Murray hizo una oferta por teléfono mientras escapaba por una escalera de incendio durante un alarma de fuego en su edificio, informó la prensa británica de la época).
En entrevistas desde entonces, Cox expresó asombro por la guerra de apuestas que había generado su manuscrito. "Como ex editor, era realista con respecto a las perspectivas", contó al Times of London en una entrevista. "Pensé que sería fantástico si podía sacar diez mil libras de la aventura".

30 de abril de 2009
18 de abril de 2009
©new york times 
cc traducción mQh
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