podrían procesar a funcionarios
Spencer S. Hsu y Michael D. Shear contribuyeron a este reportaje. 7 de mayo de 2009
Obama también dijo que si el Congreso quiere investigar las prácticas mejoradas de interrogatorio, una comisión independiente podría ofrecer un mejor modo de hacerlo que una comisión parlamentaria, indicando que es probable que esta se divida a lo largo de líneas partidistas antes de que se llegue a resultados constructivos.
La semana pasada Obama hizo circular una declaración que dejaba abierta la posibilidad de enjuiciar a los que formularon la política de interrogatorios, que los críticos dicen que equivalían a torturas, aunque fueron sus primeros comentarios en que menciona explícitamente esa posibilidad. También revertieron la aparente oposición del gobierno a perseguir a esos funcionarios, una posición adoptada el domingo por el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel.
Mientras Obama defendía su oposición a responsabilizar judicialmente a los interrogadores de la CIA, no extendió esa interpretación a los que crearon los fundamentos jurídicos de la política.
"Para los que ejecutaron algunas de esas operaciones dentro del marco de las recomendaciones legales o instrucciones que recibieron de la Casa Blanca, no creo que sea apropiado que se les procese", dijo Obama a periodistas en la Casa Blanca. "Siempre respetando a los que formularon esas decisiones legales, yo diría que esto es algo que debe decidir el fiscal general en el marco de los parámetros de varias leyes, y no quiero prejuzgar eso".
Interrogado sobre si había habido un cambio de posición, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo: "No creo, no. Creo que el presidente ha dicho en numerosas ocasiones -y lo ha repetido hoy-que debemos concentrarnos en el futuro, no en el pasado".
El presidente ofreció estas observaciones en momentos en que está siendo atacado por críticos de derechas o izquierdas por su manejo de memorandos previamente reservados de la Oficina de Asesoría Jurídica en los que funcionarios del gobierno de Bush autorizaban las técnicas de interrogatorio, que Obama prohibió en sus primeros días en la presidencia.
Después de un prolongado debate interno, Obama liberó los memorandos a fines de la semana pasada, diciendo que los empleados de la CIA que operaron bajo estas instrucciones no sufrirían consecuencias legales. Esa posición se granjeó la oposición de algunos legisladores y activistas, que dijeron que alguien debe rendir cuentas por lo que consideraron que fue la aplicación de torturas.
Los críticos de la derecha, incluyendo al ex vicepresidente Richard B. Cheney, dijeron que con la publicación de esos memorandos Obama estaba poniendo en peligro la seguridad nacional. Funcionarios de Obama han observado que las técnicas han sido discutidas en informes de prensa, e incluso discutidas públicamente por el ex presidente George W. Bush.
Ayer, esa división siguió siendo evidente.
"Me alegra que el presidente deje en claro que no ha excluido las investigaciones ni el procesamiento de los que autorizaron la aplicación de torturas, o proporcionaron su justificación legal. En nombre del pueblo norteamericano se cometieron horribles abusos, y no podemos hacer la vista gorda y seguir adelante", dijo el senador Russell Feingold (demócrata de Wisconsin). "La decisión final deberá tomarla el fiscal general y el presidente, pero yo llamo al ministerio de Justicia a que tome este asunto en serio".
Pero algunos republicanos cuestionaron la decisión de Obama. "Hay un montón de cosas turbias, va a provocar un montón de conflictos", dijo el senador John Thune (S.D.), agregando: "Sería conveniente no apartarse demasiado abruptamente de las políticas que nos mantuvieron seguros en los últimos siete años".
Los temores de que los intensos sentimientos políticos que suscita el tema eclipsaron las deliberaciones de la Casa Blanca sobre cómo manejar los memorandos de los interrogatorios. La idea de formar una comisión al estilo de la del 11 de septiembre, nombrada con la aprobación del presidente, fue discutida ampliamente en las semanas previas a la publicación de los memorandos, de acuerdo a funcionarios de la Casa Blanca que participaron en las discusiones.
Pero la idea fue desechada por Obama, que dijo que una comisión podría convertirse en un nuevo foro para renovados alegatos sobre la tortura y la cuestión más amplia de la lucha contra el terrorismo.
"Su preocupación era que eso podría exacerbar más las cosas", dijo un alto funcionario de la Casa Blanca. "Su posición es: Ya he prohibido eso. Es un capítulo cerrado. No necesitamos que esto se transforme en un problema que tengamos que revisar y volver a discutir".
En sus conversaciones privadas, Obama reconoció que el Congreso pueda optar por hacer eso, dijeron sus asesores. Pero el presidente fue claro: No querrá aprobar una comisión semejante.
Eso, junto con la declaración de Emanuel el sábado en ‘This Week’, de ABC, de que el presidente pensaba que los que diseñaron la política de interrogatorios no deberían ser procesados, hicieron parecer sorprendentes los comentarios de Omaba ayer.
El ministerio de Justicia durante el gobierno de Bush escribió tres de los memorandos de 2005 en respuesta a una petición de John A. Rizzo, segundo abogado general de la CIA, que quería asegurarse de que los procedimientos de interrogatorio de la CIA cumplieran con las leyes y tratados internacionales. Los memorandos fueron preparados por Steven G. Bradbury, que dirigía la Oficina de Asesoría Jurídica del ministerio. Un cuarto memorando fue redactado con ayuda de Jay S. Bybee, que había trabajado en la oficina antes de que Bush lo nombrara en la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, y John C. Yoo, que terminó trabajando como profesor en la Universidad de California en Berkeley.
Nuestros mensajes telefónicos no fueron contestados de inmediato, y un portavoz de la CIA dijo que Rizzo no quería hacer comentarios.
Un memorando decía que la agencia había aplicado 183 veces el submarino -un método que utiliza la amenaza y simulacro de la asfixia por inmersión- al detenido Khalid Sheik Mohammed, el presunto cerebro de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Zayn al-Abidin Muhammed Hussein, conocido comoAbu Zubaida, fue sometido al submarino 83 veces, decía el memorando.
"La Oficina de Responsabilidad Profesional del ministerio está realizando una revisión sobre los memorandos de la Oficina de Asesoría Jurídica sobre los métodos de interrogatorio para determinar si eran consistentes con las normas profesionales que deben respetar los abogados del ministerio", dijo el portavoz del ministerio de Justicia, Matthew A. Miller. "En este momento no podemos hacer comentarios sobre el resultado de esa evaluación ni otras posibles investigaciones".
22 de abril de 2009
©washington post
cc traducción mQh
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