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soldado condenado a perpetua


Por asesinatos en Iraq. El soldado asesinó a una familia iraquí y violó y mató a una niña iraquí de catorce años.
[James Dao] El jueves un jurado de Kentucky sentenció al ex soldado de veinticuatro años a pasar su vida en la cárcel, sin posibilidades de ser liberado, por la violación de una niña iraquí de catorce años y de su posterior asesinato, el de sus padres y el de una hermana menor.
El veredicto libró de la muerte al acusado Steven D. Green por un crimen por el que los iraquíes exigieron represalias e hizo surgir dudas por el control que ejerce el ejército sobre sus tropas con estrés de combate.
Después de deliberar por sólo un día, el jurado de doce miembros en Paducah, Kentucky, se declaró disuelto el jueves tarde, lo que resultó en una sentencia más ligera, dijo Dawn Masden, portavoz del fiscal para el distrito occidental de Kentucky, en Louisville.
El veredicto probablemente enfadará a los iraquíes que han alegado que Green y los otros soldados implicados en los asesinatos deberían haber sido juzgados por un tribunal iraquí y que han insistido en que sólo la pena de muerte podría satisfacer a la familia y a sus vecinos.
Al menos otros cuatro soldados se han declarado culpables o fueron condenados en tribunales militares por su participación en la violación y asesinatos. Aunque la mayoría recibió largas penas de prisión, ninguno de ellos fue condenado a muerte y podrán pedir su libertad condicional en diez o menos años.
El juicio de Green fue el primer caso con posibilidad de una condena a muerte juzgado por una ley de 2000 que permite que los tribunales penales federales vean delitos cometidos en el extranjero por ex miembros de las fuerzas armadas, familiares de militares, contratistas y civiles, dijeron juristas. Green dejó el ejército, licenciado honrosamente con diagnóstico de trastorno de personalidad, apenas semanas antes de su detención en 2006.
Los asesinatos de marzo de 2006 en Mahmudiya, a 32 kilómetros al sur de Bagdad, fueron tan sangrientos que las autoridades estadounidenses e iraquíes pensaron primero que eran obra de los rebeldes. Los soldados fueron acusados después de que al menos uno de ellos reconociera ante otros soldados su participación en el crimen.
En la época, la resistencia iraquí estaba cerca de su momento más violento, y las fuerzas estadounidenses estaban sufriendo fuertes bajas. La unidad del soldado Green, la Compañía Bravo, Primer Batallón, Infantería 502, Equipo de Combate de la Segunda Brigada de la División Aerotransportada 101, fue enviada a una zona particularmente violenta que los soldados llamaban el Triángulo de la Muerte, poco después de llegar a Iraq en el otoño de 2005.
El batallón sufrió rápidamente bajas, incluyendo a un sargento amigo de Green. En diciembre, el soldado Green, con otros miembros de su batallón, dijo a una psicóloga del ejército que se quería vengar de los iraquíes, incluyendo a los civiles. El psicólogo etiquetó la unidad como ‘misión incapaz’ debido a la baja moral, alto estrés de combate y resentimiento por las muertes, y dijo que necesitaba descanso y una mejor supervisión. No recibió ninguna de las dos cosas.
Según los testimonios, el 11 de marzo de 2006, después de beber whisky iraquí, el soldado raso Green y otros soldados a cargo de un puesto de control decidieron violar a una niña iraquí que vivía en las cercanías. Con ropas civiles, los soldados entraron a la casa y violaron a Abeer Qassim Hamza al-Janabi. Soldados en el grupo declararon que el soldado Green mató a los padres de la niña y a la hermana menor antes de violar y luego matar a la niña disparándole en la cabeza con el AK-47 que la propia familia guardaba para su defensa.
En el juicio, los abogados de Green basaron la defensa menos en desconocer su papel en el delito que en poner en duda que merecía la pena de muerte.
Green, que se crió en Midland, Texas, proviene de una familia desintegrada y caótica, declararon testigos de la defensa, y pese a sacar un elevado puntaje en tests de inteligencia, era altamente impulsivo y no rendía bien en la escuela. Entró al ejército en 2005 después de tener problemas con el alcohol y las drogas.
El 7 de mayo el mismo jurado que dictó su reclusión perpetua condenó a Green por otros diecisiete cargos, incluyendo homicidio premeditado.
En la fase de la sentencia del juicio, la psicóloga del ejército, teniente coronel Karen Marrs, declaró que el soldado Green estaba trastornado por las muertes en su unidad y había expresado su deseo de atacar a civiles iraquíes. Pero la coronel Marrs también dijo que esos sentimientos habían sido expresados por otros miembros de la unidad y no eran inusuales entre soldados en zonas de combate. Interrogada por la fiscalía, también dijo que pensaba que el soldado Green entendía claramente que atacar a civiles era equivocado y que no tenía planes de venganza.
La defensa alegó que el ejército debería haber proporcionado un liderazgo más firme a la unidad del soldado Green y debería haber retirado al soldado Green de la primera línea para someterlo a un tratamiento más intensivo de salud mental.
La fiscalía rechazó enérgicamente ese argumento, diciendo que muchos soldados en combate enfrentan el mismo tipo de traumas y estrés que el soldado Green y su pelotón, pero que pocos cometen atrocidades.
"El acusado traicionó su deber de proteger a gente inocente en Iraq", dijo Marissa Ford, una de las fiscales.
Después de la sentencia, Doug Green, 28, hermano de Green, dijo a la Associated Press: "Creo que le da una posibilidad de tener algo parecido a una vida. Estamos agradecidos por eso".
El equipo de abogados de la defensa, Scott Wendelsdorf, Darren Wolff y Patrick Bouldin, dijeron en una declaración: "La defensa agradece al jurado por su cuidadosa consideración y decisión final. En un caso como este que es tan trágico en tantos niveles, no hay ganadores".

22 de mayo de 2009
©new york times
cc traducción mQh
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