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murió jane weinberger


Escritora, editora y esposa del ministro de Defensa, Jane Dalton Weinberger.
[Elaine Woo] Murió el domingo, en una residencia en Bar Harbor, Maine, Jane Dalton Weinberger, que convenció a su marido, Caspar W. Weinberger, de que se dedicara a la política y fue una leal esposa de Washington durante tres gobiernos republicanos antes de empezar a escribir y publicar libros para niños. Tenía 91 años.
Sufrió de mala salud durante sus últimos meses antes de sufrir un derrame masivo la semana pasada, informó su hijo Caspar Weinberger Jr.
Weinberger fundó la Windswept House, bautizada en homenaje a la casa familiar en Somesville, Maine, en 1984, cuando su marido era ministro de Defensa del presidente Reagan. En las siguientes dos décadas, su compañía publicó más de cien títulos, en general para lectores jóvenes.
Práctica, y ocasionalmente irreverente, Weinberg fue la autora de una decena de libros, incluyendo ‘As Ever’ (1991), dirigido al público adulto. Una compilación de cartas que había escrito a familiares y amigos en el curso de los años, compartía lo que llamó "las opiniones de una mujer corriente que lleva una vida extraordinaria".
Esas visiones incluían mordaces opiniones sobre figuras como el vicepresidente Spiro T. Agnew ("me enferma"), la primera dama Nancy Reagan ("irritable y gruñona") y el embajador soviético Anatoly Dobrynin ("cabrón astuto, pero divertido").
"Era una dama de Maine en todos los sentidos. No se daba aires de nada", dijo Caspar Jr. "También era una señora muy elegante... que conocía el mundillo de Washington mucho mejor que cualquiera".

Nacida en Milford, Maine, el 29 de marzo de 1918, Weinberger estudió en la Universidad de Maine y en la escuela de enfermería del Hospital de Somerville. Estaba enseñando enfermería cuando se enroló en una unidad del gobierno para ayudar en casos de emergencia nacional.
Cuando Estados Unidos entró a la Segunda Guerra Mundial, fue llamada al servicio.
En el verano de 1942 estaba a bordo de un buque de transporte de tropas con destino a Australia, desde San Francisco, cuando conoció a Caspar, estudiante de la facultad de leyes de Harvard y teniente segundo del ejército, al que superó en rango en un par de semanas.
Cuando desembarcaron tres semanas después, se casaron.
No vivieron juntos sino hasta después de la guerra, cuando se establecieron en San Francisco. Él trabajaba en un bufete de abogados cuando ella le sugirió que se postulara como candidato.
En 1952 se hizo con un escaño en la asamblea del estado y los siguientes seis años representó el área de San Francisco.
Tuvo un papel activo en las campañas políticas de su marido, al tiempo que se ocupaba de la educación de sus dos hijos.
Además de Carpar Jr., de Mount Desert, Maine, le sobreviven su hijo Arlin, del condado de Marin, California; una hermana, Virginia Garceau, de Brewer, Maine; tres nietos y cinco biznietos.
Acompañó a su marido a Washington al inicio del gobierno de Nixon, cuando le pidieron que dirigiera la Comisión Federal de Comercio.
Más tarde trabajó para Nixon como director de la Oficina de Administración y Presupuesto y ministro de Salud, Educación y Bienestar, continuando este último cargo con el presidente Ford.
Fue ministro de Defensa durante la mayor parte de los dos términos de Reagan, posición a la que renunció cuando su esposa tuvo problemas de salud, incluyendo un cáncer.
Jane Weinberger incursionó en literatura durante el primer término de su marido en el gabinete de Reagan, espoloneada cuando el presidente eliminó el financiamiento federal de su proyecto favorito: el Fondo Científicos del Futuro, que reúne a jóvenes estudiosos con eminentes científicos durante el verano en el Jackson Laboratory en Bar Harbor.
Para mantener funcionando el programa, escribió ‘Vim’, un libro sobre un arrogante ratón de laboratorio, y donó al fondo los beneficios de las ventas.
El libro subsiguiente, titulado ‘Kiltie’, por el perro de la familia, fue una colaboración con su marido, cuyas fotografías ilustran la historia.
Cuando el ministro de Defensa no estaba en el Pentágono, a veces se ocupaba de otras tareas, como empaquetar, vender e incluso entregar los libros de su esposa.
Se lo agradeció en la nota del autor de ‘Please Buy My Violets’, un libro de 1986 sobre la recaudación de fondos para obras de beneficencia, para lo que pasaba una parte del año en Washington, D.C., "donde mi marido trabaja con el gobierno".

24 de julio de 2009
15 de julio de 2009
©los angeles times
cc traducción mQh
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