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mintió para justificar guerra


Un exiliado ingeniero químico, cuyo testimonio clave fue usado por EE.UU. para justificar la guerra contra Irak, confesó que mintió.
Estados Unidos. Un ingeniero iraquí, cuyo testimonio fue usado por Estados Unidos para lanzar la guerra contra Irak, le confesó a un periódico británico que había mentido sobre la existencia de armas de destrucción masiva en su país de origen.

El ingeniero, Rafid Ahmed Alwan al-Janibi, apodado "Curveball" por los servicios de inteligencia de Alemania y EE.UU., le dijo al diario The Guardian que su objetivo era ayudar a derrocar al gobierno de Saddam Hussein, del que había huido en 1995.
"Quizás lo que hice fue bueno. Quizás no. Tuve la posibilidad de inventar algo para derrocar al régimen. Yo y mis hijos estamos orgullosos de que fuimos la razón para darle a Irak un margen de democracia", señaló, en una entrevista publicada en Londres este miércoles.
Al-Janibi, exiliado en Alemania, dijo que el servicio secreto de ese país, BND, sabía que él había trabajado como ingeniero químico para la Comisión de Industrias Militares de Irak.
Según él, a principios de 2000 se reunió con un agente del BND, al que llamó Dr. Paul, y le aseguró que, en el marco de sus funciones, había visto camiones con unidades móviles de armas biológicas.
Al-Janibi señaló que los alemanes después entrevistaron, en una ciudad del Medio Oriente, a su ex jefe en la Comisión de Industrias Militares y que éste les dijo que él les había mentido sobre la existencia de unidades móviles y sobre un supuesto accidente en una instalación de armas biológicas al sudeste de Bagdad, la capital iraquí.
"Bueno, si él dice que no hay camiones, entonces no los hay", les dijo Al-Janibi a los agentes del BND cuando lo confrontaron con la versión de su ex jefe, de acuerdo al artículo publicado en The Guardian.
 
Testigo Ocular
El ingeniero dijo que el BDN lo volvió a contactar en 2002 y que se dio cuenta de que todavía lo estaban tomando en serio.
Según él, no le volvieron a preguntar sobre los camiones con armas biológicas hasta un mes antes de que el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, defendiera ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la necesidad de lanzar una guerra contra Irak.
"Aunque el programa de producción móvil de Irak comenzó a mediado de los 90, los inspectores de la ONU sólo tenían ideas vagas de este tipo de programas en esos momentos. La confirmación tuvo lugar después, en 2000", dijo Powell, en su discurso del 5 de febrero de 2003.
"La fuente fue un testigo ocular, un ingeniero químico iraquí que supervisó una de estas instalaciones. Él en realidad estuvo presente durante las pruebas para la producción de agentes biológicos. También estaba en el sitio cuando ocurrió un accidente en 1998. Doce técnicos murieron por haber estado expuestos a agentes biológicos", añadió el entonces jefe de la diplomacia estadounidense.
Powell, quien aseguró que la información había sido confirmada por otros testigos, dijo dos años después, en una entrevista concedida a la periodista estadounidense Barbara Walters, que ese discurso era "una mancha" en su carrera debido a los datos falsos que le habían llegado de la "comunidad de inteligencia".
Por su parte, el ingeniero iraquí le dijo a The Guardian que, a pesar del caos de los últimos ocho años en su país y del gran número de civiles que han perdido la vida, no se arrepiente de lo que hizo.
"Cuando oigo que alguien muere en una guerra, no sólo en Irak sino en cualquier guerra, me pongo muy triste, pero dígame otra solución...No había otra manera de liberar a Irak", manifestó el ingeniero, quien todavía vive en Alemania.
16 de febrero de 2011
©semana
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