Blogia
mQh

derechos humanos

en eua reducen penas por drogas


Estados Unidos aprueba nueva reducción de la disparidad en sentencias por drogas, lo que implica reducciones de penas para reos condenados por venta de crack.
[John Schwartz] El señor Flood, que ha pasado diez años en prisión por delitos relacionados con el crack de cocaína, podrá salir a la calle en 2013. Sin embargo, según las nuevas normas relativas a las sentencias que entraron en vigor el martes, es uno de los más de mil ochocientos reos que podrían quedar en libertad inmediatamente.
Flood, como miles de otros reos, recibió una sentencia mucho más severa -por un delito relacionado con el crack- que si la droga hubiese estado en polvo -una disparidad de la que se dice que es cien veces mayor para el crack que para el polvo.
La hermana de Flood, Susan Cardwell, dijo en una entrevista que Flood debería salir de la cárcel en Ashland, Kentucky, el martes noche, y abordaría un bus nocturno para reunirse con su familia en Virginia. "Me dijo que le enviara treinta dólares para el billete del bus y para comer algo en el trayecto -le enviaré lo que me pida", dijo. "Después de tanto tiempo de estar comiendo comida de la cárcel", agregó, esperaba que la primera parada fuera en uno de esos restaurantes donde puedes comer todo lo que quieras.
En la época en que se aprobó la ley en los años ochenta, el uso de cocaína y los delitos asociados a esta se habían disparado. Marc Mauer, director ejecutivo del Sentencing Project en Washington, dijo que una gran parte de ese auge tenía que ver con las guerras territoriales de entonces. Miles de delincuentes no violentos terminaron con sentencias que habían sido criticadas como extremas, y la disparidad era vista crecientemente como inspirada racialmente.
El Congreso abordó el tema aprobando la Ley de Sentencias Justas [Fair Sentencing Act] de 2010, que redujo la disparidad en las sentencias de dieciocho a uno. En junio, la Comisión de Sentencias de Estados Unidos aprobó la aplicación retrospectiva de las nuevas directrices y la nueva política entró en vigor el lunes esta semana.
En el curso del tiempo, cerca de doce mil reos podrían ver reducidas sus sentencias, que en promedio son de trece años, con un promedio de tres años. Mauer observó que esto todavía dejada penas "substantivas" por esos delitos. "Estos no son delitos menores", dijo.
Michael Nachmanoff, defensor público federal para el Distrito Este de Virginia, dijo que su oficina ha estado peleando durante meses para obtener órdenes judiciales para conseguir la libertad de 75 reos que reúnen todos los requisitos para su libertad inmediata. La nueva normativa, dicen, "ahorrará decenas de millones de dólares, y probablemente permitirá que el buró de prisiones use esas camas para albergar a gente más peligrosa", dijo.
Chris Burke, portavoz del Buró de Prisiones federal, dijo: "Diría que estamos teniendo un día ajetreado". Con más de mil ochocientos reos que pueden salir inmediatamente a la calle, las cárceles han estado controlando los archivos para cerciorarse de que ninguno tenga factores que los compliquen, como sentencias múltiples o cargos pendientes, dijo. En el centro de cómputos de sentencia del buró en Grand Prairie, Tejas, dijo, los empleados trabajaron toda una noche para asegurarse de que los documentos relativos a su liberación fueran todos tramitados a tiempo.
No todo el mundo está contento con el cambio. William Otis, ex fiscal federal y asesor especial de la Casa Blanca durante el primer mandato del presidente George Bush, dijo que debido a que la reincidencia es previsible, las liberaciones conducirán inevitablemente a más delincuencia. "¿Por qué, entonces, cuando oímos los detalles de los supuestos beneficios de las futuras liberaciones, no oímos nada sobre los delitos adicionales que significaran?", dijo.
Otros dicen que las nuevas reglas no reducen lo suficiente la disparidad de sentencias. Douglas A. Berman, experto en sentencias de la facultad de derecho de la Universidad de Ohio, dijo: "La alegría por la nueva reforma debería ser temperada por la realidad de que, cuando mucho, se ha logrado sólo la mitad".
Lawrence Garrison, que pudo restar 36 meses de su sentencia durante una reducción de disparidad previa y fue liberado en 2009, dijo: "Es un gran paso", pero agregó: "La disparidad en las sentencias todavía existe. La disparidad racial todavía existe".
9 de noviembre de 2011
1 de noviembre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

profanan tumba de familia gadafi


Gobierno libio enfrenta la furia de la tribu de Gadafi. Paramilitares del nuevo gobierno profanan tumbas, extraen restos de la madre y tíos de Gadafi y los queman.
Sirte, Libia. Dos semanas después de que Muamar Gaddfi fuera asesinado en su localidad natal, su entorno familiar en Sirte, el pueblo que ayudó a transformar en una ciudad, está furioso y temeroso, advirtiendo que el resentimiento envenenará Libia durante los próximos años.
Cuán lejos la retórica de la venganza se traducirá en acción es difícil de evaluar, pero no hay duda del odio hacia los rebeldes que derrocaron a su familiar, amplificado por el abuso que Gadafi sufrió tras su captura y el tratamiento indigno que recibió su cuerpo antes de un entierro secreto, informó Reuters.
"¿Te olvidarías si alguien matara a tu hijo injustamente" No, no lo olvidarías. La gente aquí nunca se olvidará", dijo Hajj Abu Mohammed, miembro de la tribu Gadadfa, de Gadafi, en Wadi Garif, el lugar desértico de nacimiento del ex hombre fuerte de Libia cercano a Sirte.
"Serán feudos sangrientos", agregó, parado sobre el lugar donde los locales dijeron que las tumbas de la madre de Gaddafi y otros tres familiares habían sido vaciadas y profanadas por combatientes enemigos durante la batalla por Sirte que puso fin a ocho meses de guerra.
La gente en Sirte es particularmente hostil hacia los combatientes de Misrata, la siguiente ciudad importante hacia el oeste, a unos 250 kilómetros de allí, a quienes acusan por el vandalismo de las tumbas y gran parte de la destrucción y matanzas en Sirte, incluyendo la de Gadafi.
Un extenso tributo a la madre de Gadafi, Aisha bin Niran, está escrito en la pared detrás de las tumbas. A su lado, graffitis recién pintados dicen "Comité para la Demolición de Estatuas".
Muchos libios, especialmente de Misrata, que resultó gravemente dañada por los bombardeos durante un asedio de las fuerzas de Gadafi, creen que los combatientes de esa ciudad están enfrentados con los habitantes de Sirte por defender a Gaddafi y destruir su ciudad.
Historias de asesinatos y violaciones por parte de los soldados de Gadafi en Misrata están saliendo a la luz y alimentando el rencor. Los leales a Gadafi en Sirte y otras áreas desiertas de los alrededores están amargados por una revuelta que obligó a muchos a dejar sus casas.
9 de noviembre de 2011
5 de noviembre de 2011
©el universal

la hora de la venganza


El camino de la reconciliación en Libia está sembrado de obstáculos prácticamente insuperables.
[Adam Nossiter] Trípoli, Libia. El presente y el futuro son suficientemente desalentadores para las tambaleantes autoridades libias, aunque también hay que considerar el tormentoso pasado de cuatro décadas de crímenes de estado cuyas heridas exigen atención.
Con asesinatos masivos, desapariciones y ejecuciones públicas, las víctimas del Tribunal Popular, de la Agencia de Seguridad Interior y del Tribunal de Seguridad Interior del régimen de Gadafi se cuentan en decenas de miles, afirman activistas de derechos humanos libios y extranjeros. ¿Cómo harán los libios para ajustar cuentas con el pasado?
Las autoridades provisionales están estudiando opciones para exponer el largo catálogo de asesinatos y torturas, buscando modelos en Sudáfrica, Europa y América Latina. Los motiva la convicción, dicen, de que no se puede construir un nuevo país a menos que se arroje luz sobre los rincones más oscuros del antiguo.
Los detalles están siendo estudiados, como muchas otras cosas en un país que parece estar saliendo de una larga pesadilla. Pero el ministro interino de Justicia, un veterano de las justas con el gobierno de Gadafi desde dentro y fuera, dijo que existía un plan tentativo: investigación, audiencias públicas y juicios, con una pesquisa que deberá extenderse a los primeros días de la conquista del poder por el coronel Gadafi en 1969.
"Estamos estudiando Chile, Argentina, Sudáfrica", dijo el ministro interino de Justicia, Mohammed al-Alagi, refiriéndose al trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación de ese país, que enfatiza el recabamiento de datos y la responsabilidad antes que el castigo.
Más importante, sugirió Alagi en una entrevista en el vacío y resonante Ministerio de Justicia, era imperativo que los libios confrontaran los crímenes de la era de Gadafi en un país donde no había medios independientes para denunciarlos.
Esa prioridad debería estar por encima del juicio y castigo, dijo Alagi, ex presidente del colegio de abogados local que tuvo una importante función en una fundación de derechos humanos durante la era de Gadafi, de acuerdo a Human Rights Watch.
Un experto en Libia sugirió, sin embargo, que Alagi había fomentado la causa de los derechos humanos con peligro para su vida. "Muchos abogados recurrían a Alagi cuando necesitaban ayuda", dijo la experta Heba Fatma Morayef, investigador de Human Rights Watch. "Corría riesgos para entregarme información".
Alagi dijo en una entrevista esta semana que se formaría una comisión de investigación para "mostrar a la opinión pública lo que había ocurrido, la realidad".
"Luego", dijo, "todos tendrán un juicio justo".
No entregó más detalles sobre la comisión, limitándose a decir que había sido propuesta en el borrador de un proyecto de ley que estaba estudiando el gobierno interino -el Consejo Nacional de Transición.
Por supuesto, sin instituciones, con un poder judicial que debe ser reformado completamente y con milicias paramilitares todavía armadas en todo el país, un ajuste de cuentas con el pasado no es algo que vaya a ocurrir hoy. Además, también han habido instancias de asesinatos por venganza. Sin embargo, existen algunos indicios de que cuando llegue el momento, no se hará la vista gorda con los crímenes de Gadafi: los libios están indignados, incluso si no conocen todos los detalles, y funcionarios como Alagi han demostrado que también están pensando en el asunto.
"Para reconstruir la sociedad, es necesario que la gente sepa toda la verdad", dijo Alagi. "No te puedes imaginar lo que ha sufrido la gente en los últimos 42 años. Violaban a las mujeres en presencia de sus padres y hermanos".
Pero se mostró cauto al afirmar que el énfasis no estaría puesto en la represalia,  un indicio de los persistentes vínculos entre el nuevo y el viejo orden y el hecho de que algunos políticos en el consejo de transición desempeñaron funciones en el gobierno de Gadafi. En realidad, sus palabras delataron un cierto reconocimiento de que casi todos jugaron algún papel en facilitar el fin del antiguo régimen y esa catarsis, y no el castigo, es lo que importa.
"Esto no es castigo, no es venganza", dijo el ministro de Justicia. "¿Quiénes son responsables de esas violaciones? La gente debería saberlo. Después de eso vendrán los juicios".
Alagi agregó: "Quizás promulguemos una ley para perdonarlos".
Sin embargo, un asistente sentado a la larga mesa de conferencias ofreció un rápido desmentido. "Excepto a los que asesinaron y violaron", dijo el asistente, Nureddin M. Ejledi, director del departamento jurídico y tratados del Ministerio de Asuntos Exteriores, queriendo decir que sólo aquellos con sangre en sus manos serían castigados, una norma de culpabilidad que ha sido utilizada en otros países en procesos de reconciliación entre el pasado y el presente.
Alagi dijo que un objetivo central de los fiscales deberían ser, en su opinión, las varias decenas de funcionarios del régimen de Gadafi responsables de las peores violaciones, algunos de los cuales -pero se negó a decir cuántos- ya estaban en prisión.
"Para nosotros lo más importante son las personas que dirigieron estos crímenes", dijo. "No son más de veinte a veinticinco funcionarios".
A menos de dos semanas desde el asesinato del coronel Gadafi a manos de paramilitares que lo encontraron en su ciudad natal, Sirte, el gobierno interino ha tenido muchos problemas urgentes a los que hacer frente. Pero los funcionarios reconocieron la necesidad de "instalar un poder judicial" para evitar la sed de venganza.
"Durante meses, le hemos estado diciendo a la gente que tengan piedad, que no recurran a la venganza", dijo Alagi.
Hay cierta impaciencia con esta posición. El consejo de transición no ha discutido "lo suficiente" sobre estos crímenes en el pasado, dijo Jalal el-Gallal, portavoz del consejo.
"No refleja el ánimo de la gente", dijo Gallal. "La gente ha sufrido durante mucho tiempo. La mayoría de la gente que apoyó al régimen anterior está todavía libre, lo que es un indicio de tolerancia". Pero sugirió que en las calles existía un deseo más urgente de venganza.
Sin embargo, el consejo de transición ha dado en los últimos días señales de que las décadas de delitos cometidos en el régimen de Gadafi no han sido olvidadas.
A la defensiva, emitió una lista de esos crímenes después de que organizaciones internacionales expresaran su preocupación por lo que parecía haber sido la ejecución sumaria del coronel Gadafi a manos de los paramilitares que lo capturaron. El consejo de transición definió al coronel como un "tirano" y dijo que era responsable de una masacre de oficiales en 1977, del colgamiento público de estudiantes universitarios, de otros colgamientos durante el Ramadán en 1984 y del asesinato de más de mil doscientos prisioneros, muchos de ellos presos políticos, en un solo día en la cárcel de Abu Salim en 1996. El mensaje del consejo al mundo parece claro: cualquier maltrato que haya recibido el coronel Gadafi desaparece en la nada en comparación con sus crímenes.
Al mismo tiempo, quizás como un presagio de cómo ajustarán cuentas con el pasado las nuevas autoridades, ha habido un titubeante intento de iniciar un nuevo tipo de transparencia oficial. El domingo, los ministros interinos se reunieron en un podio en una universidad islámica casi en las afueras de la ciudad para responder preguntas de periodistas, en árabe, y dar cuenta de cómo pensaban dirigir sus ministerios, cuánto dinero se había gastado de momento y qué planes tenían.
Pareció una clara instancia de transparencia y rendición de cuentas oficial. También estuvo allá Alagi, para prometer, parpadeando detrás de sus gruesas gafas, una "corte humanitaria para resguardar los derechos humanos", y anunciar que se perseguirá a los miembros del séquito del coronel Gadafi que se han refugiado en el extranjero.
"Quiero que el mundo, la comunidad internacional, vea esos juicios", dijo Alagi.
5 de noviembre de 2011
3 de noviembre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

encarcelan y torturan a opositores


Denuncian maltratos a ex gadafistas detenidos en Libia.
Trípoli, Libia. Docenas de familiares de partidarios de Moamar Gadafi que están presos protestaron el jueves frente a una prisión de Trípoli, para denunciar que los detenidos eran maltratados por los ex combatientes que ahora se encargan de la cárcel.
Un funcionario libio, Mahmud Shamam, dijo que la mayoría de las prisiones están todavía en control de grupos semiautónomos de combatientes y no del gobierno interino.
Grupos defensores de los derechos humanos han reportado maltrato de detenidos en centros de detención manejados por ex rebeldes, y Shamam, ministro de información, admitió que existen "muchos problemas en las prisiones".
Agregó que las denuncias más recientes subrayan la necesidad de acelerar el período de transición en Libia, después de la caída del régimen de Gadafi y la captura y muerte del dictador el 20 de octubre.
Según la agenda actual, debe elegirse una asamblea nacional en menos de ocho meses, preparar una nueva constitución y convocar a elecciones.
Shamam opinó que la asamblea nacional podría escogerse en seis meses para abreviar el período de incertidumbre. "El tiempo vuela, y tenemos que movernos más rápidamente de lo que estamos haciendo", dijo Shamam a la Associated Press.
El ministro agregó que se trataba de su opinión personal.
El líder interino libio, Mustafá Abdul-Yalil, titular del Consejo Nacional de Transición, también ha manifestado esperanzas de una transición más rápida. "Quizás podemos acortar este período para que los libios puedan elegir rápidamente su congreso nacional", dijo el miércoles.
El jueves, los indignados familiares de ex leales a Gadafi protestaron frente a una prisión en el suburbio de Trajoura exigiendo que los detenidos fuesen liberados para el festival musulmán de Eid al-Adha, que comienza este fin de semana. Según una lista de nombres expuesta frente a la entrada, allí hay más de 1.000 detenidos.
5 de noviembre de 2011
3 de noviembre de 2011
©univisión

ai denuncia abusos en libia


Detenciones arbitrarias, ausencia de juicios, torturas, caracterizan a la nueva Libia.
Londres, Inglaterra. Amnistía Internacional (AI) pidió hoy al Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia que ponga fin a "la detención arbitraria" de personas y al "abuso de detenidos", a menudo combatientes del expresidente Muamar al Gadafi.
En un informe titulado ‘Los abusos de detenidos manchan la nueva Libia’, la organización pro derechos humanos revela que el maltrato de prisioneros, como soldados gadafistas, personas presuntamente leales al antiguo régimen o supuestos mercenarios del oeste del país, son frecuentes.
Según la ONG, se producen numerosos casos de tortura para obtener confesiones o como castigo.
"Existe el riesgo de que, sin medidas firmes, se repitan las pautas de comportamiento del pasado", dijo la portavoz de AI para Oriente Medio y Norte de África, Hassiba Hadj Sahraoui, quien añadió que "el arresto arbitrario y la tortura eran marcas del régimen del coronel Gafadi".
Sahraoui pidió al CNT que actúe con rapidez, pese a "los muchos desafíos que afronta", para "romper con el pasado" ya que, de otra manera, se transmitirá el mensaje de que "tratar a los prisioneros así se tolera en la nueva Libia".
Amnistía Internacional denuncia que la mayoría de los detenidos son apresados sin las pertinentes órdenes de la fiscalía y no bajo la supervisión del Ministerio de Justicia, sino de autoridades locales o militares sin competencias al respecto.
Los africanos subsaharianos sospechosos de ser mercenarios -aunque muchos suelen ser inmigrantes económicos- constituyen entre un tercio y la mitad de los detenidos, si bien algunos son liberados al no hallarse pruebas de su participación en combates.
También son particularmente vulnerables los libios de raza negra, sobre todo de la región de Tawargha, que fue la base de las tropas gadafistas en su esfuerzo por tomar Misrata, afirma AI.
Amnistía Internacional también denuncia que algunos niños han sido recluidos junto a adultos y que mujeres detenidas son vigiladas por guardias varones.
AI pide al CNT que garantice que todas las detenciones practicadas vayan acompañadas de una orden de la fiscalía y que el Ministerio de Justicia supervise el proceso, mientras que los detenidos deben poder cuestionar su arresto o, si no se les imputan cargos, ser liberados.
La organización explica que en septiembre mantuvo reuniones con representantes del Consejo que reconocieron la gravedad del asunto en cuanto a detenciones arbitrarias y tortura de detenidos, y se comprometieron a aumentar el control sobre las milicias y a garantizar la protección legal para los sospechosos.
Si no cumplen con su promesa, señala Amnistía, estos abusos mancharán "el historial de derechos humanos de la recién inaugurada nueva Libia".
5 de noviembre de 2011
13 de octubre de 2011
©abc


alcance de los derechos humanos


Corte Suprema resolverá sobre alcance global de ley de derechos humanos. Lo que está en disputa es si las corporaciones y las organizaciones políticas pueden ser juzgadas en Estados Unidos por su participación en torturas y otros maltratos en el extranjero.
[David G. Savage] Washington, Estados Unidos. La Corte Suprema decidió el lunes resolver una disputa sobre derechos humanos a nivel internacional sobre si las corporaciones y las organizaciones políticas pueden ser juzgadas en tribunales estadounidenses por su papel en la tortura, asesinato y esclavitud de sus víctimas en el extranjero.
Desde los juicios por crímenes de guerra nazis en Nuremberg, Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial, el derecho internacional ha mantenido que las violaciones a los derechos humanos pueden ser juzgados en todo el planeta. Y dos leyes estadounidenses -la Ley de Agravios de Extranjeros de 1789 y la Ley de Protección de Víctimas de Tortura de 1992- otorgan a los tribunales estadounidenses la jurisdicción para resolver en casos de derechos humanos.
Pero no está claro si se incluye en esos casos sólo a las personas que cometieron esos abusos o también a corporaciones y organizaciones políticas.
La Corte Suprema declaró que decidirá ambas preguntas en un par de casos.
Los jueces verán el caso de una docena de nigerianos que demandaron a la compañía petrolera Royal Dutch Shell por la tortura y ejecución de disidentes en Nigeria en los años noventa. Entre las víctimas se encontraba el conocido dramaturgo y activista de derechos humanos Ken Saro-Wiwa. La querella acusa a Shell de haber ayudado y apoyado al régimen nigeriano.
El año pasado, una corte de apelaciones federal en Nueva York rechazó la demanda y determinó que las corporaciones no podían ser juzgadas por esos abusos. Su opinión mencionaba un ejemplo de la época nazi -el de la empresa IG Farben, que proveía del mortífero gas utilizado en el campo de exterminio de Auschwitz. Los jueces determinaron que los veinticuatro ejecutivos de IG Farbem sí podían ser acusados de crímenes de guerra, pero no la compañía misma.
El abogado de Los Angeles, Paul Hoffman, en su apelación a nombre de los demandantes nigerianos, describió el fallo como "el primero en eximir de responsabilidad a las corporaciones por las más abyectas violaciones a los derechos humanos".
El caso, Kiobel contra Royal Dutch Petroleum, será probablemente tratado en febrero.
El segundo caso es una querella contra la Autoridad Palestina y la Organización para la Liberación de Palestina interpuesta por los hijos y viuda de Azzam Rahim, un palestino-estadounidense. Rahim fue presuntamente torturado y asesinado por agentes de la inteligencia palestina en los años noventa.
Su familia interpuso una querella amparada en la Ley de Protección de Víctimas de Tortura, pero la Corte de Apelaciones en Washington resolvió que esas acusaciones se limitaban a los perpetradores individuales y no se extendían a organizaciones políticas como la OLP.
La corte declaró que verá el recurso de la familia en el caso Mohamad contra Rajoub al mismo tiempo que el caso de la Royal Dutch Petroleum.
4 de noviembre de 2011
18 de octubre de 1811
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer

gadafi fue enterrado en secreto


Funcionarios del nuevo gobierno libio confirmaron que los cuerpos del coronel Gadafi, de su hijo Mutassim y de un edecán militar, asesinados en Misurata, fueron sepultados en un lugar no revelado.
[Patrick J. McDonnell] Libia. El macabro y polémico drama sobre los restos en descomposición de Moamar Gadafi parece haber concluido con su oscuro y anónimo entierro en el interior de Libia.
El cuerpo de Gadafi fue sepultado el martes temprano en una tumba secreta, confirmaron funcionarios libios. También fueron sepultados los restos de su hijo Mutassim y de su edecán militar, Abu Bakr Yunis.
La Associated Press informó que un clérigo y varios parientes del difunto estuvieron presentes en un breve servicio religioso en la costeña ciudad de Misurata antes de que los cuerpos fueran trasladados en ataúdes de madera para ser enterrados antes del alba en un lugar secreto.
El cuerpo descompuesto del coronel habían sido exhibido públicamente durante cuatro días en una cámara frigorífica en Misurata. Los cuerpos de Mutassim Gadafi y de su edecán militar yacían junto al de Gadafi.
Imágenes de libios haciendo cola para ver los cuerpos en descomposición fueron transmitidos en todo el mundo, un espeluznante espectáculo que produjo a la vez repulsión y un morboso interés.
Los mirones que hicieron la cola para echar un vistazo a los cadáveres recibieron mascarillas quirúrgicas para protegerse del hedor. Muchos posaron para tomarse fotografías junto a los restos del hombre que ejerció un poder casi absoluto durante más de cuatro décadas.
Los entierros se producen en medio de informes de que otro hijo de Gadafi -el ex heredero natural, Seif Islam Kadafi- estaba tratando de escapar hacia la vecina Nigeria, al sur de Libia.
Se cree que el jefe de seguridad del régimen de Gadafi, Abdullah Sanoussi, ya se encuentra en Nigeria. Ambos Sanoussi y Seif Islam Kadafi son buscados por la Corte Penal Internacional por cargos de asesinato y otros delitos contra la humanidad cometidos presuntamente durante la represión de las manifestaciones este año.
Otro hijo de Gadafi, Saadi, encontró refugio en Nigeria después de que los paramilitares obligaran al coronel y su familia a huir de Trípoli, la capital libia, a fines de agosto. El gobierno interino libio pedirá la extradición de Saadi, pero no se ha dictado ninguna orden de captura internacional contra el ex jugador de fútbol profesional y productor de Hollywood.
Los desacuerdos entre funcionarios en Misurata y el gobierno transicional en Trípoli han retrasado la decisión sobre cómo disponer del cuerpo de Gadafi. No se pusieron de acuerdo sobre la última morada, aunque las dos facciones querían impedir que la tumba se convirtiera en un santuario para posibles insurgentes gadafistas.
A medida que se prolongaba la indecisión, el cuerpo manchado de sangre de Gadafi permanecía en la cámara frigorífica de una bodega, el natural proceso de descomposición proseguía su curso. La familia de Gadafi pidió que los restos fueran entregados a los miembros de su tribu en su ciudad natal, Sirte.
Al final, el hombre cuya mercurial visión guió al país norafricano durante más de cuarenta años -y que alguna vez fue llamado por el presidente estadounidense Reagan "el perro rabioso de Oriente Medio"- parece haber sido depositado en un tramo no identificado del desierto, con apenas algunos testigos.
Gadafi, su hijo y su ministro de Defensa fueron capturados vivos el jueves en Sirte cuando la ciudad estaba siendo ocupada por las milicias paramilitares después de semanas de intensos combates en la ciudad. La lucha culminó un conflicto de ocho meses que costó más de treinta mil víctimas.
Cómo murieron Gadafi y los otros dos sigue sin esclarecer.
Las autoridades libias dicen que probablemente murió en el fuego cruzado. Otros dicen que las evidencias indican que fue ejecutado de un balazo en la cabeza. Videos de aficionados mostraron a un grupo de rebeldes maltratando y vociferando contra el coronel, ensangrentado y aturdido- después de su captura.
Al Yazira, el canal de televisión pan-árabe, mostró un video de un paramilitar cuando está siendo congratulado por sus compañeros como el hombre que mató a Gadafi. Pero el video de la ejecución misma aún no ha aparecido.
Cediendo ante la presión internacional, las autoridades libias dijeron que investigarán la muerte de Gadafi.
Human Rights Watch declaró el lunes que su investigación indicaba que Gadafi fue probablemente ejecutado. La organización también concluyó que aparentemente 53 soldados libios fueron igualmente ejecutados en un hotel de Sirte cuando los paramilitares antigadafistas ocuparon la ciudad.
Las autoridades provisionales de Libia se han justificado diciendo que las tropas de Gadafi ejecutaron a decenas de prisioneros en las últimas semanas del régimen.
2 de noviembre de 2011
25 de octubre de 2011
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer

macabra exhibición de gadafi


Los libios que hacen la cola para mirar el cuerpo de Gadafi lo ridiculizan, meditan y se preparan para el futuro. Entretanto, Naciones Unidas llamó a investigar el asesinato del coronel.
[Jeffrey Fleishman] Misurata, Libia. Su cuerpo yacía pálido en la penumbra de una cámara frigorífica, la cabeza echada hacia un lado, la sangre surcando su pecho. Los hombres reían y se mofaban de él mientras el olor de cebollas del mercadillo lo invadía todo.
En vida, Moamar al-Gadafi se veía alto, pero muerto parecía pequeño mientras era exhibido al público en un local de una calle llena de carnicerías y puestos de verdura. Los niños y sus padres formaban una fila de cientos de metros que salía por el portón del mercado, como si fueran a un carnaval a echarle una mirada al hombre que creían que era invencible.
"Quiero que mi hijo guarde en su memoria la cara del tirano", explicó Abdul Rahmen Swasi, hablando sobre su hijo de once años, Mohammed. "Vimos durante años a Gadafi hablando por la tele. Blah, blah, blah. Pero ahora está muerto".
Swasi y su hijo avanzaron en la cola, pisando la basura del mercado, entre hombres uniformados y armados. Se hicieron camino hasta llegar a la fría cámara, pasando rápidamente por el lado del cuerpo acribillado y volvieron a salir al aire de un país que ha cambiado enormemente desde el jueves, cuando paramilitares rebeldes asesinaron al hombre que gobernó Libia durante décadas en circunstancias todavía no conocidas enteramente en su ciudad natal, Sirte.
El espectáculo era surrealista y emocionante, pero el reinado de Gadafi a menudo desafiaba la imaginación. Parecía apropiado que Misurata, una ciudad portuaria que fue azotada hasta convertirse en un símbolo de la brutalidad del régimen de Gadafi durante su sitio esta primavera, proporcionara al coronel -desnudo hasta la cintura, sus famosos mechones ahora olvidados- su última humillación.
"Sí, está muerto", dijo Nagwi Omar, "pero yo estoy viejo. Me robó mi juventud".
El viernes Naciones Unidas llamó a investigar la misteriosa muerte de Gadafi. Videos de celulares muestran al ex líder sangrando, pero vivo, cuando fue capturado en un tubo de drenaje por combatientes del Consejo Nacional de Transición. Otras fotografías muestran a Gadafi en una ambulancia. El consejo afirma que murió en un fuego cruzado, pero las imágenes sugieren que fue ejecutado.
"Hay cuatro o cinco versiones de cómo murió", dijo Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra. "Hay al menos dos videos filmados con celulares. Uno lo muestra vivo; el otro, muerto. Tomados juntos, los videos son muy inquietantes".
El entierro de Gadafi -se dice en un lugar secreto para que su tumba no se convierta en un lugar de peregrinación para sus seguidores- ha sido pospuesto hasta que termine la investigación. Esto ha indignado a algunos musulmanes, que dicen que debería ser sepultado rápidamente según ordena la ley islámica.
La guerra de ocho meses que condujo a la derrota de Gadafi fue uno de los dramas más inquietantes de la llamada Primavera Árabe, que pasó de inspiradoras rebeliones contra la tiranía a una sucesión de rebeliones todavía no terminadas.
Para los libios, la muerte de su mercurial dictador ha silenciado a la personalidad que definía su odio colectivo. Ahora deberán enfrentarse al tribalismo, a una economía en ruinas y otros problemas que podrían provocar sospechas y nuevas divisiones.
De momento, esas preocupaciones han sido temperadas por la euforia por la muerte de Gadafi. Los tiros al aire a modo de celebración sacuden el cielo, los paramilitares arrojan caramelos por las ventanas de los coches que pasan por los puestos de control y las calles y callejones se ven salpicados por los colores de la nueva bandera libia. Pero el desempleo es alto, las tarjetas telefónicas son escasas e incontables camionetas llevan armas pesadas en la parte trasera.
"Circula un chiste", dijo Reda Azzrroug, estudiante universitario de arquitectura ahora cojo por una herida de bala. "Llega un ingeniero norteamericano a solucionar los problemas de Libia. ‘Llévenme a la parte más alta del país’, dice. Lo llevan a una torre en Trípoli. Miró el país y dijo: ‘Cubran todo con tierra y empiecen de nuevo’".
Azzrroug sonrió: "Sí, tenemos nuestras diferencias, pero nunca volveremos a resolverlas a tiros ni tendremos otra guerra civil".
Al otro lado de la ciudad, pasando junto a un tanque achicharrado y calles con edificios salpicados de impactos de mortero, Anwar Swan, un hombre de negocios que llegó como combatiente anti-Gadafi, dirigió a sus hombres hacia un recinto industrial con mezcladoras, una pila de ripio, una carretilla y tres contenedores refrigerados, todos con nuevos y brillantes candados. El contenedor del medio contenía el cuerpo de Mutassim Gadafi, asesinado el mismo día que su padre.
Swan y sus hombres estaban ansiosos, barriendo los escombros en torno al contenedor y mojando la tierra para apisonarla e impedir que levantara polvo. En algunas horas, dijo, el cuerpo de Moamar Gadafi será trasladado desde el zoco y colocado junto al de su hijo.  Swan dijo que el asesinato de los dos hombres ahorraría al país años de agitación y recriminaciones.
"Si lo llevábamos a juicio, no estaríamos viendo su cadáver y la historia continuaría", dijo Swan, mientras el sudor corría por entre los pelos de su barba y su túnica llena de tierra. "Queremos que termine la historia de Gadafi. Hoy salió el sol y Libia es un nuevo país".
Se alejó y se sentó en la sombra cerca de una mezquita blanqueada y una torcida torre de comunicaciones bombardeada por las tropas de Gadafi. Sus hombres, todos paramilitares, se sentaron junto a él, escuchando. Los casquillos de bala brillaban como monedas en la tierra.
"Quiero bloquear el recuerdo de la guerra", dijo Swan. "Queremos terminar nuestras vidas como gente libre. Nunca permitiremos que alguien nos vuelva a controlar. Gadafi creía en los demonios, no en Dios".
Swan estaba esperando el camión que traería el cadáver de Gadafi.
No sería pronto.
A kilómetros de distancia, una cola de hombres y niños, y algunas niñas, se estiraba hacia afuera del zoco. La fila avanzaba lentamente junto a una valla hasta que un hombre armado dejó entrar a cerca de una docena de personas a la vez. Todos susurraban, Dios es grande. Pasaron de prisa junto a las cebollas secándose en un puesto y los guardias que hacían té. Doblaron por la última esquina y se encontraron con la multitud en la puerta de la cámara frigorífica.
Los guardias reían y tomaban fotos. Querían que el mundo viera que los pecados se pagan. Cuando Abdul Rahmen Swasi y su hijo se acercaban a la puerta, se detuvieron -como los otros hombres y niños que había ahí. También lo hizo Mahmoud Jibril, el nuevo primer ministro interino, que llegó con un séquito y pasó directamente a la cabeza de la cola.
El hermano de Swasi, Mustafa, comerciante, estaba casi en la puerta. "Nunca vi a Gadafi en persona", dijo. "Pero ahora la victoria es mía. Nunca pensé que llegaría a ver esto. Un poder divino nos ha ayudado".
Entró a la cámara en penumbras. Impactos de bala en el estómago y en la cabeza. Sangre en la colchoneta. Sangre en los brazos. Los pantalones beige y los cabellos ralos, tan a menudo tapados por turbantes. Mustafa Swasi se marchó del zoco antes de la puesta de sol, pasó por el portón hacia una ciudad destruida, pero recuperándose.
[Henry Chu contribuyó al informe desde Londres.]
1 de noviembre de 2011
22 de octubre de 2011
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer