onu busca nuevos líderes en iraq
[Robin Wright & Walter Pincus] EEUU y el enviado especial de la ONU han decidido excluir a la mayoría de los políticos iraquíes sobre los que se ha apoyado la coalición durante el último año cuando designó un gobierno iraquí para asumir el poder el 30 de junio, declararon funcionarios de la ONU y de EEUU.
La última modificación se produce cuando la coalición tiene que resolver algunos temas contenciosos y de larga data antes de que el traspaso tenga lugar. Esta semana, la coalición decidió permitir a antiguos oficiales militares y miembros del Partido Baaz sean reincorporados en funciones de gobierno.
Entre los primeros en la lista de aquellos que es probable que sean dejados fuera se encuentra Ahmed Chalabi, un político chií que fue durante años uno de los favoritos del Pentágono y del despacho del vice-presidente Cheney, y del que se esperaba que asumiera un importante papel después del derrocamiento de Sadam Husein, reconocieron funcionarios estadounidenses.
En meses recientes, Chalabi ha alienado a la administración de Bush, incluyendo al propio presidente, dijeron funcionarios estadounidenses. Ha generado irritación en Washigton ayer cuando dijo que el nuevo plan de EEUU de permitir que algunos antiguos funcionarios y militares del Partido Baaz de Sadam Husein era equivalente a rehabilitar en el poder a los nazis después de la Segunda Guerra Mundial.
Chalabi ha encabezado el comité a cargo de detectar y despedir a antiguos funcionarios baazistas. En un discurso transmitido ayer en todo el país con la intención de promover la reconciliación nacional, el administrador estadounidense L. Paul Bremer dijo que las quejas de que el programa es aplicado de manera "desigual e injusta", son "legítimas", y que el programa general ha sido "pobremente implementado".
Esa crítica puede restringir la influencia de Chalabi en el proceso de purgar a los antiguos funcionarios y su poder sobre las perspectivas de empleo e ingreso de cientos de miles de iraquíes. Washington está también considerando seriamente reducir los 340 mil dólares de estipendio mensual al partido de Chalabi, el Congreso Nacional Iraquí, de acuerdo a un funcionario de alto rango de la administración familiarizado con las discusiones. Ello representaría el cambio más importante, porque el Congreso Nacional Iraquí ha recibido millones de dólares en ayuda americana durante la última década como el principal vehículo de apoyo de la oposición iraquí.
Sin embargo, Chalabi hace parte de un problema más grande. Las encuestas indican que, a nueve meses de haber sido nombrados, la mayoría de los 25 miembros del Consejo de Gobierno Iraquí tienen escaso apoyo público. La falta de apoyo popular es la principal razón por la que EEUU y las Naciones Unidas están buscando un nuevo cuerpo que gobierne Iraq antes de las elecciones nacionales que se mantendrán en enero de 2005, declararon funcionarios estadounidenses y de la ONU.
El enviado de la ONU, Lakhdar Brahimi, que está a cargo de seleccionar al nuevo gobierno en consulta con la coalición liderada por EEUU, aclaró ayer que el consejo debería disolverse. "Lo han dicho dos veces, no una, en documentos oficiales firmados por ellos, que nuestro mandato terminará el 30 de junio", dijo en una entrevista para el programa This Week With George Stephanopoulos', de la ABC, que será transmitido este domingo.
"Todas las encuestas de opinión, y hay un montón de ellas en Iraq, dicen que la gente quiere otra cosa" que la expansión del consejo, porque temen que sus miembros "se clonen a sí mismos. ¿Y para qué quieres eso?", preguntó Brahimi.
Funcionarios estadounidenses y de la ONU temen que la participación continuada de demasiados miembros del consejo puede afectar los esfuerzos de crear un gobierno iraquí creíble, declararon.
De acuerdo a una nueva propuesta de la ONU, Brahimi volverá a Bagdad hacia el 1 de mayo para terminar las discusiones y elegir entonces a iraquíes para 29 posiciones -un primer ministro para conducir el gobierno, un presidente ceremonial y dos vice-presidentes, más 25 miembros del gabinete, dijeron funcionarios estadounidenses.
En una declaración -la más explícita hasta la época-, Brahimi dijo a la ABC que en estas posiciones serán nombrados "fundamentalmente tecnócratas", que son "ampliamente representativos" de las diversas comunidades étnicas y religiosas de Iraq.
Antes que excluir a Chalabi o cualquier otro miembro del Consejo de Gobierno para formar el nuevo gobierno, dijo que "la gente que tiene partidos políticos y que son líderes de sus partidos deberían prepararse para ganar las elecciones... y alejarse del gobierno interino".
Algunos miembros del consejo pueden permanecer, pero es probable que sea en puestos de gabinete y no en una de las cuatro funciones claves, dijeron los funcionarios. Otros podrían ser aproximados para participar en una asamblea nacional consultiva, que Brahimi ha propuesto que asesore al gobierno provisional.
Todos los miembros del consejo tendrán la libertad de probar el apoyo político que tengan en las elecciones de enero para ver lo lejos que podrían llegar sin el apoyo de EEUU, agregaron.
A sólo nueve semanas del traspaso, la ONU, la coalición y los iraquíes están pasando apuros para componer listas de candidatos para las funciones más importantes, que serán cotejadas por Brahimi cuando vuelva a Iraq, dijeron funcionarios estadounidenses.
Pero las batallas políticas no han terminado, advirtieron funcionarios de EEUU y la ONU. Chalabi, que se exilió en 1958, todavía está presionando para que el consejo sea mantenido de alguna manera; también ha sido el principal crítico de Brahimi, un musulmán suní y ex ministro de Exteriores de Argelia, y de sus propuestas para Iraq.
Reconociendo que Chalabi ha sostenido que tiene prejuicios contra los chiíes, Brahimi dijo que toda sugerencia en ese sentido es "estúpida". Sin referirse a Chalabi dijo que aquellos que le están "criticando" contra él por el tema religioso "tienen programas que nada tienen que ver con el hecho de que yo sea suní".
Pero dijo que los opositores a su nuevo plan para la transición de Iraq "pueden tener éxito en descarrilar lo que estamos tratando de hacer. Pero creo que si lo logran, no será bueno para Iraq o la comunidad internacional".
La última modificación se produce cuando la coalición tiene que resolver algunos temas contenciosos y de larga data antes de que el traspaso tenga lugar. Esta semana, la coalición decidió permitir a antiguos oficiales militares y miembros del Partido Baaz sean reincorporados en funciones de gobierno.
Entre los primeros en la lista de aquellos que es probable que sean dejados fuera se encuentra Ahmed Chalabi, un político chií que fue durante años uno de los favoritos del Pentágono y del despacho del vice-presidente Cheney, y del que se esperaba que asumiera un importante papel después del derrocamiento de Sadam Husein, reconocieron funcionarios estadounidenses.
En meses recientes, Chalabi ha alienado a la administración de Bush, incluyendo al propio presidente, dijeron funcionarios estadounidenses. Ha generado irritación en Washigton ayer cuando dijo que el nuevo plan de EEUU de permitir que algunos antiguos funcionarios y militares del Partido Baaz de Sadam Husein era equivalente a rehabilitar en el poder a los nazis después de la Segunda Guerra Mundial.
Chalabi ha encabezado el comité a cargo de detectar y despedir a antiguos funcionarios baazistas. En un discurso transmitido ayer en todo el país con la intención de promover la reconciliación nacional, el administrador estadounidense L. Paul Bremer dijo que las quejas de que el programa es aplicado de manera "desigual e injusta", son "legítimas", y que el programa general ha sido "pobremente implementado".
Esa crítica puede restringir la influencia de Chalabi en el proceso de purgar a los antiguos funcionarios y su poder sobre las perspectivas de empleo e ingreso de cientos de miles de iraquíes. Washington está también considerando seriamente reducir los 340 mil dólares de estipendio mensual al partido de Chalabi, el Congreso Nacional Iraquí, de acuerdo a un funcionario de alto rango de la administración familiarizado con las discusiones. Ello representaría el cambio más importante, porque el Congreso Nacional Iraquí ha recibido millones de dólares en ayuda americana durante la última década como el principal vehículo de apoyo de la oposición iraquí.
Sin embargo, Chalabi hace parte de un problema más grande. Las encuestas indican que, a nueve meses de haber sido nombrados, la mayoría de los 25 miembros del Consejo de Gobierno Iraquí tienen escaso apoyo público. La falta de apoyo popular es la principal razón por la que EEUU y las Naciones Unidas están buscando un nuevo cuerpo que gobierne Iraq antes de las elecciones nacionales que se mantendrán en enero de 2005, declararon funcionarios estadounidenses y de la ONU.
El enviado de la ONU, Lakhdar Brahimi, que está a cargo de seleccionar al nuevo gobierno en consulta con la coalición liderada por EEUU, aclaró ayer que el consejo debería disolverse. "Lo han dicho dos veces, no una, en documentos oficiales firmados por ellos, que nuestro mandato terminará el 30 de junio", dijo en una entrevista para el programa This Week With George Stephanopoulos', de la ABC, que será transmitido este domingo.
"Todas las encuestas de opinión, y hay un montón de ellas en Iraq, dicen que la gente quiere otra cosa" que la expansión del consejo, porque temen que sus miembros "se clonen a sí mismos. ¿Y para qué quieres eso?", preguntó Brahimi.
Funcionarios estadounidenses y de la ONU temen que la participación continuada de demasiados miembros del consejo puede afectar los esfuerzos de crear un gobierno iraquí creíble, declararon.
De acuerdo a una nueva propuesta de la ONU, Brahimi volverá a Bagdad hacia el 1 de mayo para terminar las discusiones y elegir entonces a iraquíes para 29 posiciones -un primer ministro para conducir el gobierno, un presidente ceremonial y dos vice-presidentes, más 25 miembros del gabinete, dijeron funcionarios estadounidenses.
En una declaración -la más explícita hasta la época-, Brahimi dijo a la ABC que en estas posiciones serán nombrados "fundamentalmente tecnócratas", que son "ampliamente representativos" de las diversas comunidades étnicas y religiosas de Iraq.
Antes que excluir a Chalabi o cualquier otro miembro del Consejo de Gobierno para formar el nuevo gobierno, dijo que "la gente que tiene partidos políticos y que son líderes de sus partidos deberían prepararse para ganar las elecciones... y alejarse del gobierno interino".
Algunos miembros del consejo pueden permanecer, pero es probable que sea en puestos de gabinete y no en una de las cuatro funciones claves, dijeron los funcionarios. Otros podrían ser aproximados para participar en una asamblea nacional consultiva, que Brahimi ha propuesto que asesore al gobierno provisional.
Todos los miembros del consejo tendrán la libertad de probar el apoyo político que tengan en las elecciones de enero para ver lo lejos que podrían llegar sin el apoyo de EEUU, agregaron.
A sólo nueve semanas del traspaso, la ONU, la coalición y los iraquíes están pasando apuros para componer listas de candidatos para las funciones más importantes, que serán cotejadas por Brahimi cuando vuelva a Iraq, dijeron funcionarios estadounidenses.
Pero las batallas políticas no han terminado, advirtieron funcionarios de EEUU y la ONU. Chalabi, que se exilió en 1958, todavía está presionando para que el consejo sea mantenido de alguna manera; también ha sido el principal crítico de Brahimi, un musulmán suní y ex ministro de Exteriores de Argelia, y de sus propuestas para Iraq.
Reconociendo que Chalabi ha sostenido que tiene prejuicios contra los chiíes, Brahimi dijo que toda sugerencia en ese sentido es "estúpida". Sin referirse a Chalabi dijo que aquellos que le están "criticando" contra él por el tema religioso "tienen programas que nada tienen que ver con el hecho de que yo sea suní".
Pero dijo que los opositores a su nuevo plan para la transición de Iraq "pueden tener éxito en descarrilar lo que estamos tratando de hacer. Pero creo que si lo logran, no será bueno para Iraq o la comunidad internacional".
©
The Washington Post ©traducción mQh
0 comentarios