gobierno contra marihuana
[Michiel Kruijt & Marc Peeperkorn] La Haya, Holanda. Los ministros de Justicia, Donner, y Hoogervorst, de Sanidad consideran prohibir la venta de marihuana. Sospechan que los elementos activos (THC) de esta droga blanda está alcanzando un nivel tan alto que, de hecho, debería ser considerada droga dura. Y los coffeeshops no pueden vender drogas duras
Hoogervorst y Donner plantearon hace unas semanas al consejo de ministros que se investigue el grado de THC presente en el cannabis (marihuana y hachís). Los resultados de la investigación deberán dar cuenta de si algunos tipos de cannabis en realidad son tan fuertes' que puedan ser catalogados como droga dura.
Instituciones ocupadas del uso y adicción a las drogas advierten ya desde hace años de que la marihuana y el hachís son cada vez más fuertes. El mes pasado, el instituto Trimbos, en el anual Drugsmonitor, comunicó que el THC de la marihuana holandesa ya llega a un 15%, frente al 9% en que se situaba en 1999. La marihuana y el hachís holandeses tienen una porcentaje tan alto de este elemento gracias a los métodos altamente profesionalizados de su cultivo.
Prohibir la marihuana fuerte significaría que los coffeeshops no podrían vender la popular droga holandesa, a no ser que los productores cambiasen la calidad del producto. Según el instituto Trimbos, entre un 2,5 y un 3% de adultos holandeses usa cannabis regularmente. El número de adictos está entre los 30 y los 80.000. Sólo una pequeña parte (alrededor de 3.500) pide ayuda.
Donner y Hoogervorst, además, proponen abordar con más dureza el turismo de las drogas.
Los ayuntamientos de zonas fronterizas lo están pidiendo ya hace años. También los países colindantes se quejan de vez en cuando de lo fácil que es conseguir drogas blandas en Holanda.
Donner ya comunicó un par de veces al parlamento que los coffeeshops de las zona fronterizas van a tener que ser sometidos a ciertas medidas para poder adaptar la legislación holandesa sobre drogas a la legislación europea. El ministro sugirió prohibir la venta de drogas blandas a extranjeros.
Hoogervorst y Donner plantearon hace unas semanas al consejo de ministros que se investigue el grado de THC presente en el cannabis (marihuana y hachís). Los resultados de la investigación deberán dar cuenta de si algunos tipos de cannabis en realidad son tan fuertes' que puedan ser catalogados como droga dura.
Instituciones ocupadas del uso y adicción a las drogas advierten ya desde hace años de que la marihuana y el hachís son cada vez más fuertes. El mes pasado, el instituto Trimbos, en el anual Drugsmonitor, comunicó que el THC de la marihuana holandesa ya llega a un 15%, frente al 9% en que se situaba en 1999. La marihuana y el hachís holandeses tienen una porcentaje tan alto de este elemento gracias a los métodos altamente profesionalizados de su cultivo.
Prohibir la marihuana fuerte significaría que los coffeeshops no podrían vender la popular droga holandesa, a no ser que los productores cambiasen la calidad del producto. Según el instituto Trimbos, entre un 2,5 y un 3% de adultos holandeses usa cannabis regularmente. El número de adictos está entre los 30 y los 80.000. Sólo una pequeña parte (alrededor de 3.500) pide ayuda.
Donner y Hoogervorst, además, proponen abordar con más dureza el turismo de las drogas.
Los ayuntamientos de zonas fronterizas lo están pidiendo ya hace años. También los países colindantes se quejan de vez en cuando de lo fácil que es conseguir drogas blandas en Holanda.
Donner ya comunicó un par de veces al parlamento que los coffeeshops de las zona fronterizas van a tener que ser sometidos a ciertas medidas para poder adaptar la legislación holandesa sobre drogas a la legislación europea. El ministro sugirió prohibir la venta de drogas blandas a extranjeros.
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