dijkstal no retira comparación con nazis
La Haya, Holanda. La comisión, con la princesa Máxima, no aceptará el retiro inmediato del ex cabeza de lista del VVD, que comparó los planes de medición del grado de integración de los extranjeros con la estrella amarilla de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
La ministro Verdonk (Extranjería e Integración) exige que el antiguo líder del VVD Hans Dijkstal retire sus palabras sobre su plan. Dijkstal no se muestra dispuesto a hacerlo. La pregunta es hasta dónde querrá llegar la ministro.
La ministro Verdonk cree que las opiniones de Dijkstal no están a la altura. "Quiero que retire sus palabras", dijo la Verdonk ayer en una reunión de la comisión Participación de Mujeres de Minorías Étnicas (Pavem). Sobre todo la comparación de las estrellas judías con los perfiles', que la ministro quiere implementar, la han ofendido. "Los métodos científicos en que se basan los perfiles no tienen nada que ver con pegarle algo a alguien".
"Le he explicado a Dijkstal que esto no puede ser y le he invitado para una conversación. Yo estoy buscando un tono más positivo. Y yo elogiaría a Dijkstal si hiciera alguna vez lo mismo".
Dijkstal no agregó nada a sus palabras, pero tampoco se retractó. El asunto se debatirá seguramente la próxima semana. El presidente del grupo parlamentario Jozias van Aartsen, al que Dijkstal llamó "capo", le ha enviado sus discursos e intervenciones en el parlamento. "Quizás me pueda indicar dónde he atacado a toda una religión y donde aparecen los musulmanes estigmatizados como grupo", escribe Van Aartsen en una nota introductoria. Termina con "I fatti per favore". El ministro Johan Remkes encuentra absurdo que se le pida a Dijkstal que retire sus palabras.
Los motivos de Dijkstal son fáciles de trazar. En la polémica entrevista ha dicho simplemente lo que piensa. Su posición sobre la integración no ha cambiado. Es uno de los pocos que no ha propuesto medidas todavía más duras. Pero sí ha cambiado su lenguaje, y llama a las cosas por su nombre. Tampoco es eso extraño. Sus anteriores declaraciones, mucho más cuidadosas, fueron negadas completamente por su partido.
De hecho, Dijkstal ha sido marginado del partido. Mientras Hans Wiegel y Frits Bolkenstein desde posiciones externas todavía actúan como primeras figuras del partido, el VVD parece avergonzarse de Dijkstal. Dijkstal, y ciertamente sobre este punto, no tiene nada que ver con el VVD.
La Verdonk tiene ahora un problema. Ya antes había sacado a Jan Pronk, de las organizaciones de refugiados en Holanda, de la mesa de negociaciones ministerial, después de que Pronk hubiera comparado su política de expulsiones con deportaciones. Ahora que Dijkstal también ha hecho una comparación con la Segunda Guerra Mundial, la ministro se ve casi obligada a sacarlo de circulación, como propuso ansiosamente el diputado del VVD, Geert Wilders.
Pero atacando a Dijkstal se pone en peligro a toda la comisión. Paul Rosenmöller, antiguo jefe parlamentario de GroenLinks y presidente de la comisión, es un buen amigo de Dijkstal. Y aunque estén en desacuerdo sobre muchos asuntos, en el terreno de la integración están totalmente de acuerdo. Rosenmöller no aceptará fácilmente que se retire a Dijkstal.
Con eso, toda la comisión corre peligro, incluyendo a la princesa Máxima, como observó ayer Frank de Grave, del VVD. De un club por encima de toda sospecha, en el que los más moderados de los moderados todavía hacían algo útil, la comisión se ha transformado en un campo minado.
8 junio 2004
©het parool ©traducción mQh
La ministro Verdonk (Extranjería e Integración) exige que el antiguo líder del VVD Hans Dijkstal retire sus palabras sobre su plan. Dijkstal no se muestra dispuesto a hacerlo. La pregunta es hasta dónde querrá llegar la ministro.
La ministro Verdonk cree que las opiniones de Dijkstal no están a la altura. "Quiero que retire sus palabras", dijo la Verdonk ayer en una reunión de la comisión Participación de Mujeres de Minorías Étnicas (Pavem). Sobre todo la comparación de las estrellas judías con los perfiles', que la ministro quiere implementar, la han ofendido. "Los métodos científicos en que se basan los perfiles no tienen nada que ver con pegarle algo a alguien".
"Le he explicado a Dijkstal que esto no puede ser y le he invitado para una conversación. Yo estoy buscando un tono más positivo. Y yo elogiaría a Dijkstal si hiciera alguna vez lo mismo".
Dijkstal no agregó nada a sus palabras, pero tampoco se retractó. El asunto se debatirá seguramente la próxima semana. El presidente del grupo parlamentario Jozias van Aartsen, al que Dijkstal llamó "capo", le ha enviado sus discursos e intervenciones en el parlamento. "Quizás me pueda indicar dónde he atacado a toda una religión y donde aparecen los musulmanes estigmatizados como grupo", escribe Van Aartsen en una nota introductoria. Termina con "I fatti per favore". El ministro Johan Remkes encuentra absurdo que se le pida a Dijkstal que retire sus palabras.
Los motivos de Dijkstal son fáciles de trazar. En la polémica entrevista ha dicho simplemente lo que piensa. Su posición sobre la integración no ha cambiado. Es uno de los pocos que no ha propuesto medidas todavía más duras. Pero sí ha cambiado su lenguaje, y llama a las cosas por su nombre. Tampoco es eso extraño. Sus anteriores declaraciones, mucho más cuidadosas, fueron negadas completamente por su partido.
De hecho, Dijkstal ha sido marginado del partido. Mientras Hans Wiegel y Frits Bolkenstein desde posiciones externas todavía actúan como primeras figuras del partido, el VVD parece avergonzarse de Dijkstal. Dijkstal, y ciertamente sobre este punto, no tiene nada que ver con el VVD.
La Verdonk tiene ahora un problema. Ya antes había sacado a Jan Pronk, de las organizaciones de refugiados en Holanda, de la mesa de negociaciones ministerial, después de que Pronk hubiera comparado su política de expulsiones con deportaciones. Ahora que Dijkstal también ha hecho una comparación con la Segunda Guerra Mundial, la ministro se ve casi obligada a sacarlo de circulación, como propuso ansiosamente el diputado del VVD, Geert Wilders.
Pero atacando a Dijkstal se pone en peligro a toda la comisión. Paul Rosenmöller, antiguo jefe parlamentario de GroenLinks y presidente de la comisión, es un buen amigo de Dijkstal. Y aunque estén en desacuerdo sobre muchos asuntos, en el terreno de la integración están totalmente de acuerdo. Rosenmöller no aceptará fácilmente que se retire a Dijkstal.
Con eso, toda la comisión corre peligro, incluyendo a la princesa Máxima, como observó ayer Frank de Grave, del VVD. De un club por encima de toda sospecha, en el que los más moderados de los moderados todavía hacían algo útil, la comisión se ha transformado en un campo minado.
8 junio 2004
©het parool ©traducción mQh
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