usarán escáner en aeropuerto
Schiphol, Holanda. Los sospechosos de llevar "dedos de cocaína" en su estómago debían deponer tres veces "limpio" para demostrar su inocencia. El escáner de cuerpo lo hace inútil. Cientos de personas han sido injustamente detenidas.
Los pasajeros inocentes que en Schiphol fueron señalados por la policía militar como "boleros" (que transportan cocaína en el estómago, en pequeñas bolsitas) habían suplicado que se usara el aparato. Una radiografía dejaría de una vez en claro que ellos no habían ingerido bolas de cocaína. Y así es. El recién estrenado escáner de cuerpo que fue puesto en operaciones el lunes pasado en el aeropuerto ya ha demostrado su utilidad.
Diez de los once pasajeros sospechosos no llevaban bolas de cocaína en su estómago, según un portavoz del ministerio de Justicia este jueves en el pabellón de celdas de Schiphol. Los pasajeros inocentes fueron dejados en libertad. Una persona tenía el estómago lleno de bolas del tamaño de un pulgar.
En los últimos seis meses fueron detenidos injustamente, durante varios días, 365 pasajeros, según se supo la semana pasada. Desde diciembre del año pasado la policía militar y la aduana realizan controles al cien por ciento, que quiere decir que hay controles más estrictos de vuelos de riesgo de -entre otros países- las Antillas, Suriname y Venezuela. Con eso subieron no solamente las detenciones de traficantes y boleros sino también de pasajeros inocentes.
Sobre la base de una serie de criterios descritos en un "perfil del bolero" -como un objetivo de viaje poco claro, pasaporte nuevo, labios resecos, lengua blanca y ojos irritados- la policía militar aparta a los sospechosos. A mayor rigidez en la selección, menos inocentes son retenidos.
Luego de la detención los sospechosos son trasladados a la cárcel de Schiphol, que cuenta con 24 celdas de policía, 96 para boleros, 48 para traficantes y 150 para deportaciones. Ahí comienza la espera de la digestión.
Sólo cuando un pasajero defeca tres veces sin que se encuentren restos de droga en sus deposiciones se le deja en libertad. A veces dura una semana para que una persona defeque tres veces "limpio" en el "retrete de los boleros", que es vigilado con una cámara de video de la policía militar.
Hasta ayer el defecar "limpio" era la única manera de demostrar la inocencia. Ahora una radiografía del escáner de cuerpo suministra de inmediato la prueba. El pasajero puede optar voluntariamente pasar por el escáner, que asegura un portavoz de Justicia no son peligrosos. La radiación del aparato, según él, es menor que la radiación que se libera en un vuelo transatlántico.
El escáner fue puesto en uso en el aeropuerto de Hato, Curazao, el año pasado. Abogados pidieron que en Holanda también se usara uno para demostrar la inocencia de sus clientes. Según Justicia su instalación tardó varios meses porque la infraestructura de los hospitales no estaba aún en orden.
El método es simple. En un pequeño cuarto cuyos paredes están recubiertas con plomo el pasajero debe apretar su barriga contra el escáner de cuerpo. En el cuartito de al lado un técnico de laboratorio hace las radiografías, que son enseguida enviadas por correo electrónico al hospital.
El radiólogo controla la presencia de bolas de cocaína. En caso de duda la policía detiene al sospechoso hasta que defeque tres veces "limpio".
24 de junio de 2004
©volkskrant ©traducción mQh
Los pasajeros inocentes que en Schiphol fueron señalados por la policía militar como "boleros" (que transportan cocaína en el estómago, en pequeñas bolsitas) habían suplicado que se usara el aparato. Una radiografía dejaría de una vez en claro que ellos no habían ingerido bolas de cocaína. Y así es. El recién estrenado escáner de cuerpo que fue puesto en operaciones el lunes pasado en el aeropuerto ya ha demostrado su utilidad.
Diez de los once pasajeros sospechosos no llevaban bolas de cocaína en su estómago, según un portavoz del ministerio de Justicia este jueves en el pabellón de celdas de Schiphol. Los pasajeros inocentes fueron dejados en libertad. Una persona tenía el estómago lleno de bolas del tamaño de un pulgar.
En los últimos seis meses fueron detenidos injustamente, durante varios días, 365 pasajeros, según se supo la semana pasada. Desde diciembre del año pasado la policía militar y la aduana realizan controles al cien por ciento, que quiere decir que hay controles más estrictos de vuelos de riesgo de -entre otros países- las Antillas, Suriname y Venezuela. Con eso subieron no solamente las detenciones de traficantes y boleros sino también de pasajeros inocentes.
Sobre la base de una serie de criterios descritos en un "perfil del bolero" -como un objetivo de viaje poco claro, pasaporte nuevo, labios resecos, lengua blanca y ojos irritados- la policía militar aparta a los sospechosos. A mayor rigidez en la selección, menos inocentes son retenidos.
Luego de la detención los sospechosos son trasladados a la cárcel de Schiphol, que cuenta con 24 celdas de policía, 96 para boleros, 48 para traficantes y 150 para deportaciones. Ahí comienza la espera de la digestión.
Sólo cuando un pasajero defeca tres veces sin que se encuentren restos de droga en sus deposiciones se le deja en libertad. A veces dura una semana para que una persona defeque tres veces "limpio" en el "retrete de los boleros", que es vigilado con una cámara de video de la policía militar.
Hasta ayer el defecar "limpio" era la única manera de demostrar la inocencia. Ahora una radiografía del escáner de cuerpo suministra de inmediato la prueba. El pasajero puede optar voluntariamente pasar por el escáner, que asegura un portavoz de Justicia no son peligrosos. La radiación del aparato, según él, es menor que la radiación que se libera en un vuelo transatlántico.
El escáner fue puesto en uso en el aeropuerto de Hato, Curazao, el año pasado. Abogados pidieron que en Holanda también se usara uno para demostrar la inocencia de sus clientes. Según Justicia su instalación tardó varios meses porque la infraestructura de los hospitales no estaba aún en orden.
El método es simple. En un pequeño cuarto cuyos paredes están recubiertas con plomo el pasajero debe apretar su barriga contra el escáner de cuerpo. En el cuartito de al lado un técnico de laboratorio hace las radiografías, que son enseguida enviadas por correo electrónico al hospital.
El radiólogo controla la presencia de bolas de cocaína. En caso de duda la policía detiene al sospechoso hasta que defeque tres veces "limpio".
24 de junio de 2004
©volkskrant ©traducción mQh
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