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brinkhorst quiere subir jornada a 40 horas


Ámsterdam, Holanda. El gabinete anuncia una nueva medida contra el movimiento sindical en un panorama que han descrito líderes sindicales como "cada vez más idiota". Junto a las leyes de deportación de refugiados, las cárceles para extranjeros, de recortes presupuestarios que afectan en particular a las minorías étnicas, ataques contra la enseñanza en lenguas extranjeras, autorización de la eutanasia para pacientes dementes, el uso de testimonios secretos y anónimos como evidencias ante tribunales, el plan de hacer vivir a los inquilinos conflictivos en contenedores, obligar a los extranjeros a portar una libreta de integración, obligar a los desempleados a trabajar como empleados domésticos, congelar y recortar los subsidios, subir los salarios de los ministros, etc., etc., ilustran la portada moral del actual gobierno. El diario local de Ámsterdam, Het Parool, informa sobre los planes de uno de sus minstros.
El ministro Lauren Jan Brinkhorst (D66) quiere que todos vuelvan a trabajar cuarenta horas a la semana y, si se pudiera, hasta después de los 65 años. Además quiere liberalizar la legislación sobre la protección ante despidos.
Así escribe el ministro de Asuntos Económicos en una carta al gabinete. Mañana debatirá el gobierno una serie de drásticas propuestas, que son una mezcla de una política de envejecimiento y una liberalización del mercado de trabajo.
La central sindical cristiana CNV comenta: "Esto se pone cada día más idiota. Cada día se viene con una nueva gilipollez. Esto debe terminar".
Brinkhorst quiere en todo caso obligar a los funcionarios a volver a la semana laboral de cuarenta horas. El gobierno debe abolir, según el ministro, la actual semana de 36 horas para funcionarios de la administración en la siguiente ronda de negociaciones salariales.
Para los empleados del sector privado el ministro quiere dejar la duración de la semana laboral en manos de sindicatos y centrales patronales para que lo discutan durante las negociaciones salariales.
Brinkhorst amenazó con que las negociaciones salariales que no integren la anulación de la actual semana laboral no serán vinculantes para toda esa rama empresarial.
Los acuerdos salariales en los que no se fije la edad laboral máxima en 65 años dejarán de contar con el acuerdo del ministro. Hasta ahora en casi todos los acuerdos laborales colectivos no se puede obligar a nadie a trabajar hasta después de los 65 años.
Brinkhorst quiere que los acuerdos salariales dejen abierta la posibilidad de que los trabajadores puedan trabajar más años. También que el principio de que el último contratado debe ser el primero en ser despedido no se aplique de manera tan estricta, según Brinkhorst.
El ministro presenta sus propuestas como una "declaración de urgencia" y una "estrategia de supervivencia" de la economía holandesa.
La posibilidad de que sus planes sean aceptados sin más por el gabinete no es grande, según se comenta en círculos políticos en La Haya. Así el ministro Arend Jan de Geus, de Asuntos Sociales, rechaza algunos puntos. Quiere que las medidas se concentren en el grupo de trabajadores más viejos de entre los 55 y 65 años. Con la abolición de los acuerdos sobre la prepensión quiere obligar a esta generación de trabajadores a trabajar más tiempo. De Geus se ocupa en estos momentos de la formulación de una legislación que limite drásticamente las indemnizaciones por despido.
Brinkhorst además quiere atraer a empresas extranjeras a Holanda disminuyendo drásticamente el impuesto sobre los beneficios. También quiere que se otorgue una "green card", un permiso de trabajo temporal a extranjeros de cuyas especialidades se carezca en el país.

24 de junio de 2004
©het parool ©traducción mQh

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