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el destino de zarqawi


Zarqawi, uno de los más enconados fanáticos de Al Qaeda, sigue eludiendo la cacería y atacando a las tropas norteamericanas e iraquíes. En este artículo de Los Angeles Times, Jeffrey Gettleman proporciona informaciones adicionales sobre el pasado de Zarqawi y cómo llegó a ser el sangriento terrorista que es hoy.

[Jeffrey Gettleman] Amán, Jordania. Hace diez años, recuerdan otros presos, Abu Musab Al-Zarqawi emergió como el tipo duro, jefe de su pabellón en la cárcel. En la brutal dinámica de la vida en la cárcel, eso significaba repartir las labores domésticas.
"Determinaba quién traía la comida, o quién limpiaba el piso", recordó Khalid Abu Doma, que estuvo preso con Zarqawi por conspirar contra el gobierno jordano. "No tenía grandes ideas, pero la gente le obedecía por miedo".
De acuerdo a funcionarios norteamericanos, Zarqawi está muy lejos de sus días como matón de un pabellón de la cárcel y es considerado ahora como la más grave amenaza terrorista en Iraq, acusado de dirigir ataques guerrilleros, atentados kamikaze, secuestros y decapitaciones. (El domingo exigió responsabilidad por un ataque con morteros en Samarra el jueves pasado, que terminó con la vida de cinco soldados norteamericanos y uno iraquí).
Según fuentes norteamericanas, la relación entre Zarqawi y Al Qaeda ha cambiado. El secretario de estado Colin L. Powell lo describió como un operativo de Al Qaeda, pero un alto funcionario militar norteamericano dijo hace poco que las fuentes indicaban ahora que Zarqawi era un "jiyahista independiente".
Sigue siendo un blanco importante: las tropas norteamericanas han aumentado los ataques aéreos de edificios que sospechan de ser casas de seguridad en Faluya y han aumentado la recompensa por su captura o muerte a 25 millones dólares, la misma cifra ofrecida por Osama Bin Laden.
A pesar de eso, Zarqawi sigue siendo un fantasma, y poco se sabe de su paradero actual y operaciones.
En Jordania, donde causó fuertes impresiones sobre la gente a medida que ganaba puntos entre los grupos de forajidos, los amigos y colegas describieron cómo se transformó en fanático. Dicen que lo vieron crecer en un ambiente muy rudo y adoptó la religión con la misma intensidad que mostraba al beber y pelear, aunque se transformó menos en un cerebro revolucionario que en un exaltado, descerebrado y de brusco carisma.
Esa gente, que conocieron a Zarqawi hasta que desapareció en las tinieblas terroristas de Afganistán hace cuatro años, reconoce que puede haber cambiado. Pero dicen que mientras el hombre que conocían era capaz de cometer terribles brutalidades, les cuesta imaginarlo como el timonel de los insurgentes iraquíes.
"Cuando escribíamos cosas malas sobre él en el diario de la cárcel, trataba de golpearnos", dijo Yousef Rababa, que estuvo preso con Zarqawi por su militantismo. "Eso es todo lo que hacía. No es como Bin Laden, que tiene ideas y una visión. Él no tiene ideas".

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