canibalismo entre náufragos
Los emigrantes que sobrevivieron en un pequeño barco de madera durante casi dos semanas describieron el miércoles cómo unos pasajeros atacaron a una mujer por su leche materna y cómo otra gente murió de deshidratación en un viaje que dejó 55 muertos.
Nagua, República Dominicana. Algunos comenzaron a perder la cabeza después de que se acabara la comida y el agua, dijo un sobreviviente.
"Un montón de gente simplemente saltó al mar", dijo Faustina Santana, una de los 39 emigrantes que sobrevivieron. Ocho de las víctimas murieron poco después de ser rescatados el martes.
El bote de nueve metros de los emigrantes fue encontrado por pescadores a unos 48 kilómetros de donde partieron el 29 de julio de la aldea de El Limón. Los dominicanos se embarcaron hacia el más próspero Puerto Rico a la búsqueda de trabajo y una vida mejor.
"No podíamos sobrevivir con lo que ganaba mi marido, así que teníamos que hacer algo", dijo Odales de Jesús, 29, una sobreviviente y madre de dos hijos, cuya cara estaba todavía hinchada y enrojecida.
Los doctores trataron a los sobrevivientes el miércoles.
El número de dominicanos que emigran a Puerto Rico para huir de las malas condiciones económicas ha aumentado considerablemente el año pasado. Miles de emigrantes han sido detenidos desde octubre, y decenas de otros han desaparecido en el mar.
El bote casi había llegado a Desecheo, una isla de Puerto Rico, dos días después de que partiera de la costa norte de la República Dominicana, cuando su motor se paró. El capitán fue recogido por otro bote de emigrantes, diciendo que volvería con ayuda.
No volvió nunca.
El estropeado barco quedó a la deriva en el mar, y hacia el tercer día el agua y el alimento -chocolate, maní y sardinas- se habían acabado. Los pasajeros, que pagaron cada uno unos 450 dólares por el viaje, compartieron un coco que encontraron en el mar, pero pronto el pánico se apoderó de todos ellos.
Muchos de los pasajeros -la mayoría hombres mayores- comenzaron a morir al quinto día, el día en que algunos hombres pidieron a las mujeres, incluso a aquellas que no eran lactantes, que les dieran su leche.
Dos mujeres lactantes ofrecieron su leche a los pasajeros. Una mujer que se negó a ello fue arrojada al mar por los hombres, dijo la señora Santana, aunque algunos sobrevivientes dijeron que la mujer fue arrojada al mar después de que muriera.
"Una mujer se negó a dar su leche de pecho y los hombres la agarraron por detrás y la arrojaron al mar", contó Santana. "Me pidieron que les diera mi leche, pero les dije que no podía".
Vernanca de la Cruz, 19, madre de un bebé, ofreció su leche de pecho a más de ocho pasajeros. La otra mujer que dio leche murió después de ayudar a casi una docena de personas.
"La gente comenzó a morderla en todas partes para llegar a sus pezones", dijo la señora De la Cruz en su cama del hospital. "Cuando murió tenía moretones en todo el cuerpo".
No quedó claro cuándo ni cómo murió la mujer, dijo De la Cruz.
Los familiares se acercaron al hospital este miércoles en búsqueda de sus seres queridos.
El cauteloso padre de un pasajero mostró a Santana una foto de su hijo y le preguntó si acaso él había saltado al mar. Ella dijo que sí.
Rafael Emilio Chalas, director del Hospital Antonio Yapor, declaró ante una emisora dominicana el martes que algunas personas habían contado que habían recurrido al canibalismo.
Un sobreviviente lo niega. "Algunos querían comer los cadáveres, solamente sus orejas. Pero los demás dijimos que no, que si teníamos que morir, que íbamos a morir juntos", dijo Ramón Ballano, 40, un sobreviviente.
Puerto Rico ha tenido un enorme flujo de dominicanos el año pasado a medida que la inflación en su país caribeño sobrepasaba el 30 por ciento y el desempleo alcanzaba el 16 por ciento.
Más de siete mil dominicanos han sido detenidos tratando de llegar a Puerto Rico desde el 1 de octubre, dos veces más que en los doce meses previos.
14 de agosto de 2004
©newyorktimes
"Un montón de gente simplemente saltó al mar", dijo Faustina Santana, una de los 39 emigrantes que sobrevivieron. Ocho de las víctimas murieron poco después de ser rescatados el martes.
El bote de nueve metros de los emigrantes fue encontrado por pescadores a unos 48 kilómetros de donde partieron el 29 de julio de la aldea de El Limón. Los dominicanos se embarcaron hacia el más próspero Puerto Rico a la búsqueda de trabajo y una vida mejor.
"No podíamos sobrevivir con lo que ganaba mi marido, así que teníamos que hacer algo", dijo Odales de Jesús, 29, una sobreviviente y madre de dos hijos, cuya cara estaba todavía hinchada y enrojecida.
Los doctores trataron a los sobrevivientes el miércoles.
El número de dominicanos que emigran a Puerto Rico para huir de las malas condiciones económicas ha aumentado considerablemente el año pasado. Miles de emigrantes han sido detenidos desde octubre, y decenas de otros han desaparecido en el mar.
El bote casi había llegado a Desecheo, una isla de Puerto Rico, dos días después de que partiera de la costa norte de la República Dominicana, cuando su motor se paró. El capitán fue recogido por otro bote de emigrantes, diciendo que volvería con ayuda.
No volvió nunca.
El estropeado barco quedó a la deriva en el mar, y hacia el tercer día el agua y el alimento -chocolate, maní y sardinas- se habían acabado. Los pasajeros, que pagaron cada uno unos 450 dólares por el viaje, compartieron un coco que encontraron en el mar, pero pronto el pánico se apoderó de todos ellos.
Muchos de los pasajeros -la mayoría hombres mayores- comenzaron a morir al quinto día, el día en que algunos hombres pidieron a las mujeres, incluso a aquellas que no eran lactantes, que les dieran su leche.
Dos mujeres lactantes ofrecieron su leche a los pasajeros. Una mujer que se negó a ello fue arrojada al mar por los hombres, dijo la señora Santana, aunque algunos sobrevivientes dijeron que la mujer fue arrojada al mar después de que muriera.
"Una mujer se negó a dar su leche de pecho y los hombres la agarraron por detrás y la arrojaron al mar", contó Santana. "Me pidieron que les diera mi leche, pero les dije que no podía".
Vernanca de la Cruz, 19, madre de un bebé, ofreció su leche de pecho a más de ocho pasajeros. La otra mujer que dio leche murió después de ayudar a casi una docena de personas.
"La gente comenzó a morderla en todas partes para llegar a sus pezones", dijo la señora De la Cruz en su cama del hospital. "Cuando murió tenía moretones en todo el cuerpo".
No quedó claro cuándo ni cómo murió la mujer, dijo De la Cruz.
Los familiares se acercaron al hospital este miércoles en búsqueda de sus seres queridos.
El cauteloso padre de un pasajero mostró a Santana una foto de su hijo y le preguntó si acaso él había saltado al mar. Ella dijo que sí.
Rafael Emilio Chalas, director del Hospital Antonio Yapor, declaró ante una emisora dominicana el martes que algunas personas habían contado que habían recurrido al canibalismo.
Un sobreviviente lo niega. "Algunos querían comer los cadáveres, solamente sus orejas. Pero los demás dijimos que no, que si teníamos que morir, que íbamos a morir juntos", dijo Ramón Ballano, 40, un sobreviviente.
Puerto Rico ha tenido un enorme flujo de dominicanos el año pasado a medida que la inflación en su país caribeño sobrepasaba el 30 por ciento y el desempleo alcanzaba el 16 por ciento.
Más de siete mil dominicanos han sido detenidos tratando de llegar a Puerto Rico desde el 1 de octubre, dos veces más que en los doce meses previos.
14 de agosto de 2004
©newyorktimes
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