SOLDADO NORTEAMERICANO A JUICIO POR ASESINATO - jeffrey fleishman y raheem salman
Se acusa al oficial de matar a balazos a un iraquí después de que el hombre resultara herido cuando las tropas dispararon contra su coche. Los parientes de la víctima dudan de que se haya tratado de una muerte piadosa'.
Hanau, Alemania. El fuego de las armas crepitaban a través de los caminos rodeados de arena y era demasiado peligroso llamar a un helicóptero de evacuación cuando un capitán del ejército estadounidense disparó contra un rebelde iraquí dejándole herido en un episodio que fue posteriormente descrito como una "muerte piadosa", según un testimonio en una corte militar aquí el miércoles.
El capitán Rogelio Maynulet ha sido acusado de asesinato y abandono de deberes por la muerte el 21 de mayo de un chofer cuyo coche era perseguido por tropas estadounidenses al sur de Iraq. El caso ofrece una mirada en los diarios y peligrosos encuentros entre soldados norteamericanos e iraquíes en una nación donde bullen los disturbios.
Maynulet, aunque es el primer oficial estadounidense acusado de asesinato en Iraq, conducía una compañía de tanques de la Primera División Blindada cerca de la ciudad de Nayaf, donde las tropas americanas buscaban en ese momento al clérigo radical chií Muqtada Sadr, con la orden de capturarlo vivo o muerto.
La unidad de Maynulet perseguí a un sedán negro cerca de la vecina ciudad de Kufa. Los soldados abrieron el fuego e hirieron al chofer y a dos pasajeros, incluyendo al jeque Mohammed Tabtabai, un ayudante de Sadr.
El coche se estrelló contra una casa y las tropas norteamericanas les rodearon, arrestando a Tabtabai y a un pasajero no identificado, y requisaron una pistola. El conductor, Karim Hassan Abid Ali Haleji, padre de siete hijos, sufrió una grave herida en la cabeza, según declararon los soldados este miércoles.
Maynulet, según las declaraciones, pensó que Haleji no sobreviviría y que solicitar su evacuación médica por helicóptero en medio del caos habría puesto en peligro la vida de sus soldados.
El capitán entonces disparó contra Haleji "a corta distancia". De acuerdo al gobierno norteamericano un avión espía no tripulado filmó la escena con una cámara de video. El metraje de diez minutos está clasificado y los periodistas fueron hechos abandonar la corte cuando fue exhibido en una pantalla mientras Maynulet, un hombre robusto en traje de faena verde, era acompañado por su esposa, una piloto de helicópteros Black Hawk.
Mientras interrogaba al teniente Colin Cremin, oficial de la compañía de blindados, el fiscal el capitán Daniel Sennott observó que el acusado había contado a Cremin que "la mitad del cerebro de Haleji colgaba fuera... y no se podía hacer nada por él" y que en ese punto el capitán Maynulet le dijo que había descendido y le había disparado en la nuca o por atrás en la cabeza".
Cuando le preguntaron si esa era una descripción adecuada, Cremin, que no presenció él mismo el incidente, respondió: "Completamente".
"No fue algo que Maynulet quisiera hacer. Fue una conducta compasiva. Creo que fue una reacción humana", declaró Cremin.
Cremin dijo que dos días después del incidente Maynulet le dijo: "No me sorprendería si me aplican algún tipo de castigo disciplinario".
Bajo la ley militar matar supuestamente por piedad a un enemigo herido es una "violación de las reglas de combate", dijo Sennott.
Ocho testigos declararon en Hanau durante los primeros tres días de las vistas para determinar si Maynulet debía o no ser llevado a una corte marcial, pero familiares de Haleji en Iraq ofrecieron una versión diferente de los hechos. Negaron que Haleji fuera un rebelde o miembro de la milicia de Al Mahdi, de Sadr. Lo describieron como un albañil cuyo BMW había llamado la atención de Tabtabai, que lo contrataba cada semana para que lo llevara de Bagdad a Nayaf y Kufa para sus oraciones y reuniones.
El hermano de Haleji, Niema, dijo que ese 21 de mayo Haleji y Tabtabai habían abandonado la mezquita de Kufa con la intención de visitar las oficinas de Sadr en Nayaf.
"Había un helicóptero sobrevolando la zona", dijo Niema. "Cuando el coche llegó a un puesto de control norteamericano fueron sorprendidos por los soldados que abrieron fuego contra el coche... Mi hermano no se detuvo. Trató de acelerar para ponerse a resguardo. Se metió a un camino no pavimentado. Los vehículos de los soldados lo persiguieron, así como el helicóptero; la balacera continuaba y el coche terminó agujereado de balas por todas partes".
Para cuando el BMW chocó contra la casa, dijo Niema, su hermano estaba herido en la pierna. Haleji se liberó de detrás del airbag del coche, dijo Niema, "y los testigos dicen que mi hermano fue matado por un oficial norteamericano de un balazo en la cabeza cuando intentaba entrar a la casa. El coche estaba entre el oficial y mi hermano. Él cayó al lado izquierdo del coche, y las manchas de sangre cubrieron el asiento del conductor".
El certificado de muerte de Haleji dice que murió a las tres de la tarde, de una herida de bala en la cabeza. Las circunstancias que llevaron a Maynulet y Haleji a encontrarse forman parte del espeluznante y confuso panorama iraquí. Muchos soldados norteamericanos, según el testimonio el miércoles, llevan armas que se atascan con frecuencia y deben ocuparse de tareas para las que no han sido adiestrados. Los 56 soldados de la compañía de blindados de Maynulet eran a menudo relegados a labores de infantería y a patrullas de a pie -tareas que se hacen más difíciles por que sólo 28 de los soldados portan rifles M-4.
Como un comandante altamente apreciado de la compañía de blindados Maynulet fue descrito como un inteligente oficial que había logrado la colaboración de líderes de vecindarios iraquíes, había ayudado a obtener fondos de la coalición por un valor de medio millón de dólares para proyectos de obras públicas y recabado datos de inteligencia que había conducido a la detención de mil rebeldes. Él y su unidad estaban acostumbrados a los combates. Habían peleado en las averiadas calles de Bagdad y luchado contra le milicia de Sadt durante seis horas en un cementerio de Nayaf.
Sin embargo, los fiscales retrataron a Maynulet como un inconformista que una vez irrumpió en una comisaría de la policía iraquí para recuperar la tarjeta de identidad de un intérprete norteamericano. Sugirieron que cuando él mató a Haleji, el conductor del coche estaba herido y no representaba un peligro.
Según declaraciones de varios soldados de la División Blindada Nº 1 -todas apoyando a Maynulet- había en la zona ese 21 de mayo un intenso intercambio de fuego. El capitán John Moore dijo que las fuerzas de Sadr habían emboscado su unidad a tres kilómetros al sur de la compañía de Maynulet. En la batalla que siguió de cinco minutos sus soldados dispararon 200 rondas de proyectiles calibre 50, 300 rondas de otras armas y tres rondas de proyectiles de 65 libras.
Cuando el abogado de Maynulet le preguntó al capitán William Helixon si habría sido conveniente que un helicóptero de evacuación médica entrara a la zona, Moore dijo: "Yo no llevaría a tropas norteamericanas a que arriesgaran sus vidas".
Helixon ha solicitado que se libere el metraje aéreo "para que el público puede evaluar la calidad de la evidencia del gobierno".
Si es encontrado culpable de asesinato Maynulet, que se crió en Illinois, puede ser condenado a cadena perpetua, con la posibilidad de obtener su libertad condicional.
9 de septiembre de 2004
12 de septiembre de 2004
©losangelestimes
©traducción mQh
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El capitán Rogelio Maynulet ha sido acusado de asesinato y abandono de deberes por la muerte el 21 de mayo de un chofer cuyo coche era perseguido por tropas estadounidenses al sur de Iraq. El caso ofrece una mirada en los diarios y peligrosos encuentros entre soldados norteamericanos e iraquíes en una nación donde bullen los disturbios.
Maynulet, aunque es el primer oficial estadounidense acusado de asesinato en Iraq, conducía una compañía de tanques de la Primera División Blindada cerca de la ciudad de Nayaf, donde las tropas americanas buscaban en ese momento al clérigo radical chií Muqtada Sadr, con la orden de capturarlo vivo o muerto.
La unidad de Maynulet perseguí a un sedán negro cerca de la vecina ciudad de Kufa. Los soldados abrieron el fuego e hirieron al chofer y a dos pasajeros, incluyendo al jeque Mohammed Tabtabai, un ayudante de Sadr.
El coche se estrelló contra una casa y las tropas norteamericanas les rodearon, arrestando a Tabtabai y a un pasajero no identificado, y requisaron una pistola. El conductor, Karim Hassan Abid Ali Haleji, padre de siete hijos, sufrió una grave herida en la cabeza, según declararon los soldados este miércoles.
Maynulet, según las declaraciones, pensó que Haleji no sobreviviría y que solicitar su evacuación médica por helicóptero en medio del caos habría puesto en peligro la vida de sus soldados.
El capitán entonces disparó contra Haleji "a corta distancia". De acuerdo al gobierno norteamericano un avión espía no tripulado filmó la escena con una cámara de video. El metraje de diez minutos está clasificado y los periodistas fueron hechos abandonar la corte cuando fue exhibido en una pantalla mientras Maynulet, un hombre robusto en traje de faena verde, era acompañado por su esposa, una piloto de helicópteros Black Hawk.
Mientras interrogaba al teniente Colin Cremin, oficial de la compañía de blindados, el fiscal el capitán Daniel Sennott observó que el acusado había contado a Cremin que "la mitad del cerebro de Haleji colgaba fuera... y no se podía hacer nada por él" y que en ese punto el capitán Maynulet le dijo que había descendido y le había disparado en la nuca o por atrás en la cabeza".
Cuando le preguntaron si esa era una descripción adecuada, Cremin, que no presenció él mismo el incidente, respondió: "Completamente".
"No fue algo que Maynulet quisiera hacer. Fue una conducta compasiva. Creo que fue una reacción humana", declaró Cremin.
Cremin dijo que dos días después del incidente Maynulet le dijo: "No me sorprendería si me aplican algún tipo de castigo disciplinario".
Bajo la ley militar matar supuestamente por piedad a un enemigo herido es una "violación de las reglas de combate", dijo Sennott.
Ocho testigos declararon en Hanau durante los primeros tres días de las vistas para determinar si Maynulet debía o no ser llevado a una corte marcial, pero familiares de Haleji en Iraq ofrecieron una versión diferente de los hechos. Negaron que Haleji fuera un rebelde o miembro de la milicia de Al Mahdi, de Sadr. Lo describieron como un albañil cuyo BMW había llamado la atención de Tabtabai, que lo contrataba cada semana para que lo llevara de Bagdad a Nayaf y Kufa para sus oraciones y reuniones.
El hermano de Haleji, Niema, dijo que ese 21 de mayo Haleji y Tabtabai habían abandonado la mezquita de Kufa con la intención de visitar las oficinas de Sadr en Nayaf.
"Había un helicóptero sobrevolando la zona", dijo Niema. "Cuando el coche llegó a un puesto de control norteamericano fueron sorprendidos por los soldados que abrieron fuego contra el coche... Mi hermano no se detuvo. Trató de acelerar para ponerse a resguardo. Se metió a un camino no pavimentado. Los vehículos de los soldados lo persiguieron, así como el helicóptero; la balacera continuaba y el coche terminó agujereado de balas por todas partes".
Para cuando el BMW chocó contra la casa, dijo Niema, su hermano estaba herido en la pierna. Haleji se liberó de detrás del airbag del coche, dijo Niema, "y los testigos dicen que mi hermano fue matado por un oficial norteamericano de un balazo en la cabeza cuando intentaba entrar a la casa. El coche estaba entre el oficial y mi hermano. Él cayó al lado izquierdo del coche, y las manchas de sangre cubrieron el asiento del conductor".
El certificado de muerte de Haleji dice que murió a las tres de la tarde, de una herida de bala en la cabeza. Las circunstancias que llevaron a Maynulet y Haleji a encontrarse forman parte del espeluznante y confuso panorama iraquí. Muchos soldados norteamericanos, según el testimonio el miércoles, llevan armas que se atascan con frecuencia y deben ocuparse de tareas para las que no han sido adiestrados. Los 56 soldados de la compañía de blindados de Maynulet eran a menudo relegados a labores de infantería y a patrullas de a pie -tareas que se hacen más difíciles por que sólo 28 de los soldados portan rifles M-4.
Como un comandante altamente apreciado de la compañía de blindados Maynulet fue descrito como un inteligente oficial que había logrado la colaboración de líderes de vecindarios iraquíes, había ayudado a obtener fondos de la coalición por un valor de medio millón de dólares para proyectos de obras públicas y recabado datos de inteligencia que había conducido a la detención de mil rebeldes. Él y su unidad estaban acostumbrados a los combates. Habían peleado en las averiadas calles de Bagdad y luchado contra le milicia de Sadt durante seis horas en un cementerio de Nayaf.
Sin embargo, los fiscales retrataron a Maynulet como un inconformista que una vez irrumpió en una comisaría de la policía iraquí para recuperar la tarjeta de identidad de un intérprete norteamericano. Sugirieron que cuando él mató a Haleji, el conductor del coche estaba herido y no representaba un peligro.
Según declaraciones de varios soldados de la División Blindada Nº 1 -todas apoyando a Maynulet- había en la zona ese 21 de mayo un intenso intercambio de fuego. El capitán John Moore dijo que las fuerzas de Sadr habían emboscado su unidad a tres kilómetros al sur de la compañía de Maynulet. En la batalla que siguió de cinco minutos sus soldados dispararon 200 rondas de proyectiles calibre 50, 300 rondas de otras armas y tres rondas de proyectiles de 65 libras.
Cuando el abogado de Maynulet le preguntó al capitán William Helixon si habría sido conveniente que un helicóptero de evacuación médica entrara a la zona, Moore dijo: "Yo no llevaría a tropas norteamericanas a que arriesgaran sus vidas".
Helixon ha solicitado que se libere el metraje aéreo "para que el público puede evaluar la calidad de la evidencia del gobierno".
Si es encontrado culpable de asesinato Maynulet, que se crió en Illinois, puede ser condenado a cadena perpetua, con la posibilidad de obtener su libertad condicional.
9 de septiembre de 2004
12 de septiembre de 2004
©losangelestimes
©traducción mQh
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