GABINETE APRUEBA TARJETA DE INTEGRACIÓN - Michiel Kruijt
Una nueva idea de la ministra de Integración, Rita Verdonk (extrema derecha): la tarjeta que mide la integración de los holandeses de origen extranjero. Primeros resultados que nos entrega: los peores, los turcos. Nos queda esperar qué medidas quiera tomar contra ellos.
La Haya. Durante años fue tabú. Ya no: se ha llevado a cabo oficialmente una comparación de grupos de extranjeros y de cómo se mueven en la sociedad holandesa. El lunes, la ministro Verdonk, de Integración, envió las nuevas cifras al parlamento.
La investigación fue denominada por la ministro Verdonk escala de integración', pero aparentemente el término escala' tiene connotaciones negativas, pues en el informe presentado por el WODC (centro de documentación e investigación científica) y la CBS (oficina central de estadísticas) el concepto es denominado tarjeta de integración'.
En ella todos los grupos de extranjeros son comparados entre sí y con la población autóctona en los terrenos de educación y trabajo. También se observa el porcentaje de matrimonios mixtos, con la intención de hacerse una idea del grado de integración. La investigación es un importante medio de ayuda para Verdonk a la hora de evaluar su política de integración.
La tarjeta de integración supone sobre todo malas noticias para las personas de porcedencia turca de Holanda (unas 350 mil) y, en menor medida, para los marroquíes (306 mil). "Los alumnos turcos son los peores en todos los tipos de centros de estudios" resulta, según los investigadores, de la comparación en la secundaria profesional. La esperanza de que la segunda generación alcanzase mejores resultados en los estudios que la primera "no se refleja en las cifras".
La participación laboral de turcos y marroquíes es también peor que la de otros grupos; una diferencia del 20% con la mayoría autóctona de la población. Además son los que relativamente más uso hacen del subsidio de discapacidad/WAO y los que con mayor frecuencia se casan con personas de su país de origen. También de aplicación esto a la generación que ha nacido en Holanda. También hay minorías que ofrecen buenos resultados. Así, los resultados de alumnos chinos y etíopes en la secundaria profesional son comparables con los de los alumnos autóctonos. El flujo de antillanos y chino a la enseñanza superior es alto. El último grupo incluso ofrece cifras más altas que la población autóctona.
La participación laboral de surinameños y antillanos es "sólo un poco más baja" que la de la población autóctona. Los caboverdianos alcanzan incluso un nivel más alto. El porcentaje de empresarios entre la población de origen chino y egipcio es mucho más alto que en la población autóctona. La mujeres filipinas (no hay cifras sobre los hombres) y los antillanos son los que con más frecuencia se casan con personas autóctonas.
©volkskrant ©traducción mQh
La Haya. Durante años fue tabú. Ya no: se ha llevado a cabo oficialmente una comparación de grupos de extranjeros y de cómo se mueven en la sociedad holandesa. El lunes, la ministro Verdonk, de Integración, envió las nuevas cifras al parlamento. La investigación fue denominada por la ministro Verdonk escala de integración', pero aparentemente el término escala' tiene connotaciones negativas, pues en el informe presentado por el WODC (centro de documentación e investigación científica) y la CBS (oficina central de estadísticas) el concepto es denominado tarjeta de integración'.
En ella todos los grupos de extranjeros son comparados entre sí y con la población autóctona en los terrenos de educación y trabajo. También se observa el porcentaje de matrimonios mixtos, con la intención de hacerse una idea del grado de integración. La investigación es un importante medio de ayuda para Verdonk a la hora de evaluar su política de integración.
La tarjeta de integración supone sobre todo malas noticias para las personas de porcedencia turca de Holanda (unas 350 mil) y, en menor medida, para los marroquíes (306 mil). "Los alumnos turcos son los peores en todos los tipos de centros de estudios" resulta, según los investigadores, de la comparación en la secundaria profesional. La esperanza de que la segunda generación alcanzase mejores resultados en los estudios que la primera "no se refleja en las cifras".
La participación laboral de turcos y marroquíes es también peor que la de otros grupos; una diferencia del 20% con la mayoría autóctona de la población. Además son los que relativamente más uso hacen del subsidio de discapacidad/WAO y los que con mayor frecuencia se casan con personas de su país de origen. También de aplicación esto a la generación que ha nacido en Holanda. También hay minorías que ofrecen buenos resultados. Así, los resultados de alumnos chinos y etíopes en la secundaria profesional son comparables con los de los alumnos autóctonos. El flujo de antillanos y chino a la enseñanza superior es alto. El último grupo incluso ofrece cifras más altas que la población autóctona.
La participación laboral de surinameños y antillanos es "sólo un poco más baja" que la de la población autóctona. Los caboverdianos alcanzan incluso un nivel más alto. El porcentaje de empresarios entre la población de origen chino y egipcio es mucho más alto que en la población autóctona. La mujeres filipinas (no hay cifras sobre los hombres) y los antillanos son los que con más frecuencia se casan con personas autóctonas.
©volkskrant ©traducción mQh
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