BÉLGICA PROHÍBE PARTIDO FASCISTA - hans buddingh'
Bélgica da un ejemplo de cómo combatir al fascismo. La condena del partido de extrema derecha Vlaams Blok por racismo fue ratificada ayer por la Corte de Apelaciones. Con la decisión, el partido se ha transformado en una organización prohibida. Pero espera volver a emerger bajo un nuevo nombre.
Bruselas, Bélgica. "Hoy es el décimo quinto aniversario de la caída del Muro de Berlín, cuando el pueblo de Europa del Este recuperó su libertad. Hoy se confirma que en Bélgica la democracia y la libertad de expresión están en peligro".
Con mucha conciencia de la presencia de innumerables cámaras de televisión, el presidente del Vlaams Blok, Frank Vanhecke, interpretaba así la resolución de la Corte de Apelaciones, que ratificó la condena del partido de extrema derecha por racista. El Vlaams Blok es ahora una organización prohibida.
La sentencia del más alto órgano judicial belga no es una sorpresa. El Vlaams Blok se prepara desde hace bastante tiempo para un nuevo futuro. El fin de semana pasado se borraron de su declaración de principios los lados más ásperos. El próximo domingo el partido será rebautizado con un nuevo nombre -el que más circula es el de Vlaams Belang- y presentará nuevos estatutos. El dirigente del partido Filip Dewinter dijo ayer, con una sonrisa, que el Vlaams Blok "una virtud de necesidad".
Los analistas piensan unánimemente que la sentencia condenatoria del partido les ofrece una buena oportunidad para sacudirse los aires marrones y presentarse como un partido de derechas conservador. Así se puede poner fin al cordón sanitario con el que los otros partidos excluyeron al Vlaams Blok del centro del poder. La sentencia puede provocar un re-acomodo del paisaje político en Vlaanderen.
El tribunal de apelaciones de Gent condenó en abril a tres fundaciones que forman la espina dorsal del Vlaams Blok, en virtud de la ley aprobada hace cinco años que condena expresiones de racismo. Según el juez, de las publicaciones del Vlaams Blok se desprende que "aplica abierta y sistemáticamente el principio del chivo expiatorio" y trata a los extranjeros como "criminales, malhechores, oportunistas, fanáticos que no se integran y como una amenaza para el pueblo belga". Según el juez de Gent, las "opiniones ofensivas y groseras" son permitidas por la ley, pero no la incitación a la xenofobia.
El Vlaams Blok recurrió la sentencia, porque estaría en contradicción con la libertad de expresión. La Corte de Apelaciones rechazó este alegato. Según el más alto órgano judicial, la ley anti-racista no limita la libertad de expresión en contradicción con el tratado europeo sobre derechos humanos. El Vlaams Blok considera ahora acudir a la Corte Europea de Derechos del Hombre en Estrasburgo, pero ese debate jurídico apenas si tiene todavía importancia política.
Los otros partidos no han observado con buenos ojos cómo el Vlaams Blok sacó ventajas electorales del prolongado proceso. Nunca vieron la utilidad de la demanda, que fue presentada hace cinco años por el Centro para la Igualdad de Oportunidades y Lucha contra el Racismo y la Liga por los Derechos Humanos, porque con ella el Vlaams Blok se presentaría como víctima.
En las elecciones regionales de junio el Vlaams Blok obtuvo casi un cuarto de los votos y se transformó en el segundo partido de Vlaanderen, detrás de la alianza cristiano-demócrata del CD y V/NVA. En algunos sondeos el Vlaams Blok es incluso el más grande. ¿Por cuánto tiempo más se mantendrá al partido con su nuevo disfraz fuera de los gobiernos locales y regionales? El primer test serán las elecciones municipales de 2006.
El presidente de los social-demócratas del SP, Steve Stevaert, dijo ayer que no se colaborará con ellos "porque el nuevo partido no es en realidad nuevo". El CD y V, y los liberales del VLD se muestran muy escépticos, pero prefieren esperar los acontecimientos. "Hay una evolución en el Vlaams Blok y tenemos que esperar para ver cómo se desarrolla ese partido", según el presidente del VLD, Bart Somers. "Si no es más que cosmética, la brecha será infranqueable".
El parlamentario Gerolf Annemans, del Vlaams Blok, dijo el sábado al diario De Standaard, que la modificada declaración de principios quedará "suficientemente sucia como para atraer al pueblo". El dirigente Filip Dewinter, que quiere ser alcalde a Amberes, habla desde hace un tiempo de "errores" y "excesos", cometidos por él y su partido en el pasado. Pero días atrás dijo que las mujeres musulmanas que lleven un paño en la cabeza no serán consideradas como integradas y que deben ser expulsadas del país.
Dewinter salió ayer de la sala de los tribunales diciendo: "El Vlaams Blok ha muerto, viva el Vlaams Blok". Los comentaristas de Het Laatste Nieuws calificaron la sentencia como "al mismo tiempo una bendición que una maldición para el Blok".
11 de noviembre de 2004
©nrc
©traducción mQh
Con mucha conciencia de la presencia de innumerables cámaras de televisión, el presidente del Vlaams Blok, Frank Vanhecke, interpretaba así la resolución de la Corte de Apelaciones, que ratificó la condena del partido de extrema derecha por racista. El Vlaams Blok es ahora una organización prohibida.
La sentencia del más alto órgano judicial belga no es una sorpresa. El Vlaams Blok se prepara desde hace bastante tiempo para un nuevo futuro. El fin de semana pasado se borraron de su declaración de principios los lados más ásperos. El próximo domingo el partido será rebautizado con un nuevo nombre -el que más circula es el de Vlaams Belang- y presentará nuevos estatutos. El dirigente del partido Filip Dewinter dijo ayer, con una sonrisa, que el Vlaams Blok "una virtud de necesidad".
Los analistas piensan unánimemente que la sentencia condenatoria del partido les ofrece una buena oportunidad para sacudirse los aires marrones y presentarse como un partido de derechas conservador. Así se puede poner fin al cordón sanitario con el que los otros partidos excluyeron al Vlaams Blok del centro del poder. La sentencia puede provocar un re-acomodo del paisaje político en Vlaanderen.
El tribunal de apelaciones de Gent condenó en abril a tres fundaciones que forman la espina dorsal del Vlaams Blok, en virtud de la ley aprobada hace cinco años que condena expresiones de racismo. Según el juez, de las publicaciones del Vlaams Blok se desprende que "aplica abierta y sistemáticamente el principio del chivo expiatorio" y trata a los extranjeros como "criminales, malhechores, oportunistas, fanáticos que no se integran y como una amenaza para el pueblo belga". Según el juez de Gent, las "opiniones ofensivas y groseras" son permitidas por la ley, pero no la incitación a la xenofobia.
El Vlaams Blok recurrió la sentencia, porque estaría en contradicción con la libertad de expresión. La Corte de Apelaciones rechazó este alegato. Según el más alto órgano judicial, la ley anti-racista no limita la libertad de expresión en contradicción con el tratado europeo sobre derechos humanos. El Vlaams Blok considera ahora acudir a la Corte Europea de Derechos del Hombre en Estrasburgo, pero ese debate jurídico apenas si tiene todavía importancia política.
Los otros partidos no han observado con buenos ojos cómo el Vlaams Blok sacó ventajas electorales del prolongado proceso. Nunca vieron la utilidad de la demanda, que fue presentada hace cinco años por el Centro para la Igualdad de Oportunidades y Lucha contra el Racismo y la Liga por los Derechos Humanos, porque con ella el Vlaams Blok se presentaría como víctima.
En las elecciones regionales de junio el Vlaams Blok obtuvo casi un cuarto de los votos y se transformó en el segundo partido de Vlaanderen, detrás de la alianza cristiano-demócrata del CD y V/NVA. En algunos sondeos el Vlaams Blok es incluso el más grande. ¿Por cuánto tiempo más se mantendrá al partido con su nuevo disfraz fuera de los gobiernos locales y regionales? El primer test serán las elecciones municipales de 2006.
El presidente de los social-demócratas del SP, Steve Stevaert, dijo ayer que no se colaborará con ellos "porque el nuevo partido no es en realidad nuevo". El CD y V, y los liberales del VLD se muestran muy escépticos, pero prefieren esperar los acontecimientos. "Hay una evolución en el Vlaams Blok y tenemos que esperar para ver cómo se desarrolla ese partido", según el presidente del VLD, Bart Somers. "Si no es más que cosmética, la brecha será infranqueable".
El parlamentario Gerolf Annemans, del Vlaams Blok, dijo el sábado al diario De Standaard, que la modificada declaración de principios quedará "suficientemente sucia como para atraer al pueblo". El dirigente Filip Dewinter, que quiere ser alcalde a Amberes, habla desde hace un tiempo de "errores" y "excesos", cometidos por él y su partido en el pasado. Pero días atrás dijo que las mujeres musulmanas que lleven un paño en la cabeza no serán consideradas como integradas y que deben ser expulsadas del país.
Dewinter salió ayer de la sala de los tribunales diciendo: "El Vlaams Blok ha muerto, viva el Vlaams Blok". Los comentaristas de Het Laatste Nieuws calificaron la sentencia como "al mismo tiempo una bendición que una maldición para el Blok".
11 de noviembre de 2004
©nrc
©traducción mQh
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