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traductores del servicio secreto


[Sebastian Rotella] Los traductores involucrados en la guerra contra el terrorismo deben interpretar los matices dialectales y de cultura. A menudo, se encuentran atrapados entre dos mundos.
París, Francia. Como una traductora de primera para investigadores de la lucha anti-terrorista, ‘Wadad' hace la guerra de las palabras.
Descifra dialectos norafricanos, acentos de Oriente Medio y la jerga árabe francesa de los patios de las cárceles y de proyectos de urbanización. Desafía el fuego cruzado durante maratónicas sesiones de interrogatorio de sospechosos de ser terroristas que gruñen ante la presencia de una mujer intérprete, o que recitan versos del Corán. Rompe los códigos de teólogos pistoleros para los que "visitar a una tía" significa estar en prisión, y "preparar una boda" significa un ataque suicida.
El trabajo de Wadad en una agencia anti-terrorista francesa requiere las habilidades de un lingüista, de un detective y de un historiador. Es una enorme responsabilidad. Un intérprete puede detectar un ataque inminente, poner a un inocente tras las rejas, construir o echar abajo una acusación.
Debido a los peligros que implica, Wadad accedió a proporcionarnos una mirada en su secreto mundo sólo a condición de que protejamos su identidad.
"Obviamente es un trabajo delicado", dijo. "Me absorbe completamente. Pero me apasiona. Estoy consciente de lo importante que es. No tengo derecho a cometer errores".
En Europa y especialmente en Estados Unidos, las agencias anti-terroristas sufren una aguda falta de investigadores y traductores de habla árabe, dicen veteranos agentes europeos. Mientras las fuerzas de seguridad occidentales se esfuerzan para combatir y comprender el terrorismo de los extremistas musulmanes, uno de sus grandes retos es el reclutamiento de lingüistas competentes y fiables.
"Los traductores están sobre cargados de trabajo, son mal pagados y tienen miedo", dijo un agente italiano. En Italia, un traductor norafricano abandonó su trabajo en una agencia policial porque los militantes lo amenazaron cuando se encontraba de visita en su patria. La policía holandesa detuvo hace poco a un traductor del servicio secreto, acusándolo de actuar como un agente doble. Los mortíferos atentados con bomba en Madrid este año revelaron las enormes cargas de trabajo de los traductores, retrasos en la transcripción de interceptaciones y una escasez de especialistas con capacidades analíticas o conocimiento de los muchos dialectos árabes.
"Hay un montón de malos traductores", dijo Alain Grignard, un veterano jefe de la policía federal de Bélgica y uno de los pocos investigadores de alto rango en Europa que habla árabe con fluidez. "La verdadera solución es reunir a traductores con analistas policiales que sepan algo de árabe. Es algo muy exigente. Tienes que entender las referencias históricas y religiosas. Los islamitas hablan de cosas que ocurrieron en la Edad Media como si hubieran pasado ayer".
Grignard menciona una declaración pública de Osama bin Laden en la que el líder de Al Qaeda comparó al presidente Bush con Hulagu Khan, un jefe mongol y biznieto de Genghis Khan que conquistó Bagdad en 1258.
Las atormentadas autoridades europeas y estadounidenses enlistan a veces a agencias de espionaje árabes, especialmente de Egipto, Jordania y Marruecos, dicen funcionarios. Similarmente, la tendencia a reclutar a árabes no musulmanes puede salir por la culata porque algunos cristianos libaneses o cópticos egipcios pueden tener resentimientos religiosos, dijo Grignard.
Francia tiene probablemente el mayor y mejor equipo de lingüistas, dicen funcionarios europeos. Su población de origen árabe es la más grande del continente, y atrae a las diásporas de África del Norte y del Líbano. Los estallidos de terrorismo aquí en los años ochenta y noventa acicateó a los franceses a construir un robusto aparato de seguridad.
Pero el reto persiste, dijo un importante funcionario anti-terrorista francés.
"Es más difícil conseguir intérpretes paquistaníes", dijo. "Y con los iraníes es muy difícil, porque su servicio de inteligencia es muy bueno en infiltraciones".
El proverbio italiano ‘Traduttore, traditore' [Un traductor es un traidor] se hizo aparentemente realidad en Holanda. En septiembre la policía arrestó a un traductor del servicio secreto AIVD. Ha sido identificado como Outmar ben A., 34, un ciudadano holandés de origen marroquí. Abandonó su trabajo en el servicio de inmigración para trabajar en la agencia de espionaje medio año antes de su detención, de acuerdo al portavoz del AIVD Vincent van Steen.
Despertó sospechas después de que la policía encontrara documentos clasificados en una casa en Utrecht durante un allanamiento en conexión con una supuesta conspiración para cometer un atentado con bomba, dijo van Steen. Outmar supuestamente filtró la información a los sospechosos, permitiéndoles deshacerse de los explosivos antes de las detenciones.
La policía quiere determinar si Outmar estaba ya implicado con los extremistas cuando fue contratado, dijo van Steen. El caso evoca la detención el año pasado de un traductor de la Fuerza Aérea estadounidense nacido en Siria que había sido asignado al campo de detención de Bahía Guantánamo, Cuba, que fue acusado de espionaje.
Las traducciones erróneas también pueden causar estragos. El funcionario francés mencionó una alarma de secuestro el año pasado que condujo a la cancelación de media docena de vuelos desde París a Los Angeles durante las vacaciones de Navidad. La alarma se produjo parcialmente tras una interceptación estadounidense de una comunicación en árabe. Después de examinar el texto original, los expertos franceses concluyeron que sus contrapartes estadounidenses lo habían interpretado de tal manera que parecía más amenazador de lo que realmente era, dijo el funcionario.
"La traducción era completamente errónea", dijo el funcionario. "Y se lo mostramos a los norteamericanos".
Los nombres en las listas de los pasajeros de los vuelos que se parecían a nombres en las listas de sospechosos de terrorismo aumentaron los temores de una conspiración. Pero los agentes estadounidenses y franceses no encontraron a pasajeros con lazos con el terrorismo. Aunque los funcionarios norteamericanos reconocen que hubo diferencias de opinión entre los investigadores franceses y estadounidenses e incluso entre agencias norteamericanas, han declarado que las cancelaciones se basaron en preocupaciones fundadas.
Los modos diversos en Occidente de transcribir los nombres árabes pueden causar confusión. Un clérigo jordano encarcelado en Londres bajo acusación de ser un importante ideólogo de Al Qaeda en Europa es conocido alternativamente como Abu Qatada y Abu Katada. El nombre de la red terrorista ha sido escrito como Al Qaeda, Al Qaida y Al Qida.
"Puedes identificar erróneamente a una persona como terrorista, o fallar en identificar a uno, a causa de una simple letra", dijo el funcionario francés. "No se puede hacer de manera rígida. No se puede hacer con un ordenador".
El factor humano es crucial. Las interceptaciones muestran que los grupos extremistas mantienen su fervor con largas, a veces espeluznantes conversaciones sobre la guerra santa. Los traductores tienen que distinguir entre bravatas y conspiraciones serias. Deben estar atentos a palabras claves y actividades, tales como la redacción de un testamento y los rituales de purificación que preceden los ataques de los ‘mártires'.
La captura en Milán, Italia, de un acusado de organizar los atentados de Madrid, mostró el trabajo de equipo 24 horas al día entre detectives y traductores este año.
Después de que la policía italiana plantara una escucha en su escondite, el micrófono registró al fugitivo Rabei Osman Sayed Ahmed admitiendo su participación en los atentados contra los trenes y, de acuerdo a una transcripción datada el 28 de mayo, su exultación cuando vio en internet el video de la decapitación de Nicholas Berg, un rehén estadounidense en Iraq.
"Ese es el modo, Alá es grande, Alá es grande, Alá es grande... Váyanse al infierno, enemigos de Dios, mátenlo... córtenle la cabeza", gruñía Ahmed entre los ruidos de la ejecución. "Si fuera yo, lo habría quemado para mostrarle lo que es el infierno".
La vigilancia pidió un intérprete capacitado, dijo un detective italiano, porque era más difícil que una interceptación telefónica.
"Es mucho más difícil porque hay mucha gente hablando, y más ruidos", dijo el detective. "Muchos traductores son malos a la hora de transcribir interceptaciones de casas".
La policía se alarmó cuando Ahmed y un sospechoso de Bruselas juraron morir como mártires. En el escondite, y por teléfono, aludieron a "operaciones futuras", a un extremista "movilizándose" y una "situación más difícil". Con la ayuda de los traductores, la policía decidió que era hora de detenerlos.
Los mejores lingüistas son bilingües y biculturales desde la niñez, dice Wadad, la traductora francesa.
"De otro modo, puedes entender las palabras, pero no el significado", dice. "Tienes que entender el dialecto, su mentalidad, su historia. Si no conoces las dos civilizaciones, es muy difícil. Un norteafricano pueden mencionar constantemente a Alá en sus conversaciones. Eso es muy común, pero no significa que sea un extremista religioso".
Wadad se crió en una familia musulmana donde se hablaba árabe y francés. Como novata fue asignada primero a investigaciones sobre el crimen organizado. Se trasladó al anti-terrorismo poco después de que redes dominadas por argelinos desencadenaran una violenta campaña contra los franceses a mediados de los años noventa.
Además de estudiar dialectos regionales, Wadad refinó su conocimiento con estudios sobre el islam, el terrorismo y Oriente Medio. Sigue siendo una lectora voraz y aguda con una gran confianza en sí misma, surgida de su mezcla de sabiduría callejera y libresca.
"Hay arabistas en Francia que son intelectuales brillantes y saben un montón, pero creo que hay cosas que se les escapan", dijo. "Creo que si el árabe no es tu lengua materna, si no lees el Corán desde la perspectiva de un musulmán devoto y no tratas de entender el Corán desde el universo mental de la época en que fue escrito, no entenderás muchas cosas. Los académicos tratan de que las cosas se ajusten a sus teorías".
Wadad se describe a sí misma como musulmana, pero se ha distanciado de los rituales de la religión. Ha tenido una rara e íntima oportunidad de estudiar a docenas de extremistas en los últimos años. A menudo memorizan el Corán sin entenderlo realmente, sacando fragmentos de contexto para justificar los crímenes y estragos, dijo, y agregó que en algunos casos, el terrorismo tiene más que ver con prestigio y gloria que con la fe.
"Muchos están cegados, unos pocos son manipuladores", dice Wadad. "He conocido a uno que realmente me dejó impresionada. Un jefe. Conocía el Corán. Era muy tranquilo; tenía un alto nivel intelectual. Pasó el interrogatorio respondiendo con versos del Corán. Era un gran manipulador. Y eso lo hacía muy peligroso".
Fue condenado, dijo.
La culta y bien vestida Wadad sonríe con melancolía. Un factor personal influyó en su decisión de trabajar para la policía en lugar de hacerlo en proyectos menos angustiosos y más lucrativos: Su familia ha sufrido la brutalidad de la violencia extremista.
"Matar a inocentes es inaceptable", dice. "Se trate de una víctima, o de 1.000, es lo mismo. Es abominable".
Es normal que los traductores tengan el sentimiento de que tienen una misión. Un veterano detective inglés recordó que un intérprete de la policía le contó que la motivaba la gratitud porque los médicos en Inglaterra habían curado a su padre inmigrante de una seria enfermedad mediante una operación que no se podía realizar en su país.
Debido a que muchos detectives europeos hablan poco o nada de árabe, dependen de y admiran a los intérpretes. Un agente de una institución policial se maravillaba de la tensa dedicación de un traductor norteafricano que terminó en un enfrentamiento con un sospechoso. Durante una audiencia judicial, el sospechoso recurrió a una táctica común y rechazó la traducción, negando que la voz en la interceptación fuera la suya. El traductor respondió bruscamente: "He estado tu voz durante dos años. No me digas que no es la tuya".
Es probable que a las agencias anti-terroristas les tome toda una generación formar un número significativo de investigadores de lengua árabe, del mismo modo que los gobiernos de la OTAN finalmente formaron un equipo de lingüistas rusos durante la Guerra Fría, dijeron funcionarios. A pesar de la demanda y del bien intencionado deseo de ayudar a las minorías, el proceso de no puede ser acelerado, dijeron funcionarios.
Aspirantes a agentes de policía y del servicio secreto de origen árabe se enfrentan a problemas que son reminiscentes de los debates sobre la acción asertiva en Estados Unidos, dice Grignard, el jefe de policía belga. Los candidatos pueden tener lazos con familiares o amigos vinculados al extremismo o a la delincuencia. Además, los investigadores anti-terroristas de origen árabe sufren presione psicológicas excepcionales, dice.
"Hay siempre un sentimiento mutuo de desconfianza", dice Grignard. "Creen que los chequeos rutinarios que se hacen a todos los policías anti-terroristas los tienen a ellos como objetivos debido a su origen étnico... Y se sienten aislados. Están atrapados entre dos mundos".
De momento, Wadad tiene trabajo asegurado. Sus colegas dicen que está en la cima de su oficio. Incluso los más retrógrados fanáticos han llegado a apreciarla.
"Ha habido algunos raros casos en que un sospechoso no ha querido que sea su intérprete porque soy mujer", dice. "Empezaron diciendo que se negaban a hablar. Pero entonces les dijeron: ‘Mira, o es ella o no es nadie'. Así que finalmente estuvieron de acuerdo. Y con un tipo en particular, al final estaba claro que se sentía más seguro, que no resentía que fuera yo. Sabía que yo no estaba ahí para perjudicarlo. Yo estaba ahí para hacer mi trabajo".
12 de diciembre de 2004
©los angeles times
©traducción mQh

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