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holanda usa crimen para incitar al odio


[Toine Heijmans y Henk Müller] Gobierno holandés predica una peligrosa cirugía social y transforma a marroquíes en ciudadanos de segunda clase.
Ámsterdam, Holanda. El poeta y escritor marroquí, y ministro de Cultura, Mohammed Achaari, no se hace ilusiones: la brecha entre holandeses y marroquíes se ha hecho más grande en los últimos tiempos. "Pero siempre ha habido una brecha. Hemos olvidado conocernos unos a otros, lo hemos dejado de lado. Eso se aplica a ambos lados".
Achaari, 53, vino a Holanda para la apertura de la exposición ‘Marruecos, 5.000 años de cultura', en la catedral Nieuwe Kerk de Ámsterdam -pero en la entrevista no se habla de arte. Habla de terrorismo, sobre "el asesinato", sobre una Holanda "que perdió la calma" y es con ello la primera autoridad marroquí que trata ampliamente la tensa situación que se vive en Holanda desde la violenta muerte de Theo van Gogh el 2 de noviembre.

¿Comprende usted el temor de los holandeses hacia el terrorismo marroquí?
Naturalmente, pero todo vivimos con temor. También Marruecos es una víctima. Han estallado bombas en Casablanca. Esta es una lucha de todos contra el extremismo, es un problema policial. Pero también hay que luchar contra la miseria, contra el subdesarrollo, contra la exclusión y la indiferencia.
El asesino de van Gogh nació en Holanda. El terrorismo no tiene sus raíces en la nacionalidad; ni siquiera lo tiene en la religión. Es criminalidad. Ningún marroquí bien pensante se felicita de este drama.

Pero ¿cómo se explica que los terroristas a menudo tengan raíces marroquíes?
Esos son dementes. Cualquier loco puede abrir una página en internet y predicar el odio. Pero en Marruecos no hay ningún partido, ni siquiera los islamitas, que aprueben los atentados. No me gusta hacer de mártir y decir que somos musulmanes, pacíficos, que se nos ataca. No queremos compasión, por favor. Lo que queremos es un diálogo verdadero.
Hay en Holanda políticos que explotan este asesinato. Lo usan porque son oportunistas. No le diré nombres; usted sabe a quiénes me refiero. Para ellos, el asesinato es una mercancía política: ellos trafican en odio. Estos políticos refuerzan el temor. Holanda ha perdido la calma. Y esto ha adquirido una dimensión desproporcionada.
No podemos permitir que los marroquíes sean víctimas de esto. Mi gobierno ha hecho saber que toma muy en serio la seguridad de los marroquíes. No debemos declaranos la guerra. La única y buena posibilidad que tenemos es la de superar las contradicciones a través de la cultura, de poetas, de escritores, de artistas. Lo que muestra de Marruecos la película ‘¡Shouf Shouf Habibi!' es otra cosa que lo que muestra la prensa.

Frits Bolkestein quiere que intervenga el rey marroquí y que llame a sus súbditos en Europa a respetar las leyes democráticas.
Eso es estúpido. Nosotros aceptamos la tolerancia, la democracia, la diferencia de opiniones: son justamente los valores de nuestra vida. Todos los marroquíes están convencidos de ello. ¿Piensa [Bolkestein] que ha sido el rey el que ha llamado a matar?
Es inaceptable para un monarca soberano que pretenda alguien darle lecciones; es colonial, injurioso y forma parte del discurso de odio que ahora se está esparciendo. Es una idea irresponsable. Nosotros no hemos perdido los nervios. No queremos una guerra de declaraciones, pero hemos hecho saber que lo consideramos inaceptable.

La reina Beatriz ha visitado a jóvenes marroquíes en Ámsterdam. ¿Por qué no haría el rey Mohamed VI algo semejante?
No le puedo decir lo que va a hacer el rey. Pero sé que le preocupa lo que está pasando en Europa y sigue los acontecimientos cuidadosamente. Quiere que sus súbditos en el extranjero puedan vivir en un ambiente tranquilo. No excluyo que visite algunos países europeos para lograrlo.

Este gabinete quiere poner fin a la doble nacionalidad. Un marroquí que viva en Holanda debe ser holandés.
Ese es un serio problema. La ley marroquí determina que ningún marroquí puede perder su nacionalidad. No veo por qué tenga que cambiar. Naturalmente los marroquíes que viven en Holanda, son holandeses. Pero no se pueden cercenar las raíces marroquíes. Eso no es política; eso es cirugía social. Tratar así el asunto hace que los marroquíes se sientan ciudadanos de segunda clase. Porque ahora aparentemente no son considerados iguales a los holandeses.

17 de diciembre de 2004
©volkskrant
©traducción mQh

1 comentario

Luis Manuel -

Muy bien dicho.