nuevas acusaciones de torturas
Nuevas acusaciones de abusos y violencia contra prisioneros en la base militar de Guantánamo (en la isla de Cuba) sacuden al gobierno de Estados Unidos en momentos en que llueven las críticas contra el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Washington, Estados Unidos. Un detenido dejado en el suelo, en posición fetal, durante más de 24 horas sin comer ni beber es uno de los ejemplos descritos en los documentos divulgados el lunes por la mayor organización de defensa de las libertades civiles de Estados Unidos, la ACLU.
La información surgió de mensajes electrónicos enviados por agentes de la policía federal (FBI) a sus superiores, en los que dan cuenta de lo que constataron en la prisión de la base naval que Estados Unidos mantiene en el territorio de Guantánamo (sureste de Cuba).
"El presidente (George W. Bush) espera que todas las acusaciones de torturas sean tomadas en serio, que se realice una investigación y que se tomen medidas para garantizar que esos abusos no se vuelvan a repetir", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan durante su conferencia de prensa diaria.
Afirmó que si hay personas que se comportaron mal, deben ser llevadas ante la justicia.
La ACLU (American Civil Liberties Union) obtuvo autorización de un tribunal federal para acceder a esos mensajes electrónicos, escritos en 2003 y 2004, en base a la ley sobre libertad de información.
En uno de esos mensajes electrónicos enviado en agosto al director del FBI, Robert Mueller, un agente relata haber visto a un detenido "dejado en una habitación sin ventilación, a una temperatura probablemente superior a los 35 grados centígrados".
El detenido estaba "casi inconsciente en el suelo, con un manojo de cabellos a su lado. Aparentemente se había arrancado sus propios cabellos durante la noche", señala el agente, cuyo nombre fue tachado en el documento.
Además de abusos y actos humillantes, los mensajes cuestionan la actitud de los investigadores militares. Según uno de ellos, interrogadores del departamento de Defensa se hicieron pasar ante los detenidos por agentes del FBI, considerados más benévolos.
Así, "si el detenido es liberado o si su caso es revelado, los investigadores de Defensa no deben asumir responsabilidades, ya que los interrogatorios aparecerían como realizados por agentes del FBI", agrega.
"Los métodos utilizados por el Pentágono son ilegales, amorales y contraproducentes", declaró Jameel Jaffer, abogado de la ACLU, que consideró "increíble" que tales métodos de interrogatorio hayan podido ser aprobados a los más altos niveles del Estado.
Estas revelaciones se producen en un contexto delicado para el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, criticado en las últimas semanas por congresistas republicanos y cuya partida pide también una mayoría de estadounidenses, según dos sondeos publicados el lunes.
Las condiciones de detención de unos 550 prisioneros en la base naval de Guantánamo, sospechosos de tener nexos con la red Al Qaida o con los talibanes de Afganistán, permanecen en el más absoluto secreto. A pesar de ello son periódicamente criticadas por los grupos de defensa de los derechos humanos.
El Pentágono desmintió todo maltrato o tortura en Guantánamo y precisó que cada denuncia fue objeto de una investigación.
La responsabilidad por los abusos cometidos en las prisiones militares, principalmente en la de Abu Ghraib en Irak, es atribuida asimismo a un pequeño grupo de soldados que no respetó las directivas impartidas.
La ACLU, que señala haber recibido más de 9.000 documentos de diferentes agencias estadounidenses, intenta ahora obtenerlos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que habría contado con un centro de detención hasta el momento desconocido en Guantánamo, según una información publicada el lunes por The Washington Post.
21 de diciembre de 2004
©mipunto
La información surgió de mensajes electrónicos enviados por agentes de la policía federal (FBI) a sus superiores, en los que dan cuenta de lo que constataron en la prisión de la base naval que Estados Unidos mantiene en el territorio de Guantánamo (sureste de Cuba).
"El presidente (George W. Bush) espera que todas las acusaciones de torturas sean tomadas en serio, que se realice una investigación y que se tomen medidas para garantizar que esos abusos no se vuelvan a repetir", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan durante su conferencia de prensa diaria.
Afirmó que si hay personas que se comportaron mal, deben ser llevadas ante la justicia.
La ACLU (American Civil Liberties Union) obtuvo autorización de un tribunal federal para acceder a esos mensajes electrónicos, escritos en 2003 y 2004, en base a la ley sobre libertad de información.
En uno de esos mensajes electrónicos enviado en agosto al director del FBI, Robert Mueller, un agente relata haber visto a un detenido "dejado en una habitación sin ventilación, a una temperatura probablemente superior a los 35 grados centígrados".
El detenido estaba "casi inconsciente en el suelo, con un manojo de cabellos a su lado. Aparentemente se había arrancado sus propios cabellos durante la noche", señala el agente, cuyo nombre fue tachado en el documento.
Además de abusos y actos humillantes, los mensajes cuestionan la actitud de los investigadores militares. Según uno de ellos, interrogadores del departamento de Defensa se hicieron pasar ante los detenidos por agentes del FBI, considerados más benévolos.
Así, "si el detenido es liberado o si su caso es revelado, los investigadores de Defensa no deben asumir responsabilidades, ya que los interrogatorios aparecerían como realizados por agentes del FBI", agrega.
"Los métodos utilizados por el Pentágono son ilegales, amorales y contraproducentes", declaró Jameel Jaffer, abogado de la ACLU, que consideró "increíble" que tales métodos de interrogatorio hayan podido ser aprobados a los más altos niveles del Estado.
Estas revelaciones se producen en un contexto delicado para el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, criticado en las últimas semanas por congresistas republicanos y cuya partida pide también una mayoría de estadounidenses, según dos sondeos publicados el lunes.
Las condiciones de detención de unos 550 prisioneros en la base naval de Guantánamo, sospechosos de tener nexos con la red Al Qaida o con los talibanes de Afganistán, permanecen en el más absoluto secreto. A pesar de ello son periódicamente criticadas por los grupos de defensa de los derechos humanos.
El Pentágono desmintió todo maltrato o tortura en Guantánamo y precisó que cada denuncia fue objeto de una investigación.
La responsabilidad por los abusos cometidos en las prisiones militares, principalmente en la de Abu Ghraib en Irak, es atribuida asimismo a un pequeño grupo de soldados que no respetó las directivas impartidas.
La ACLU, que señala haber recibido más de 9.000 documentos de diferentes agencias estadounidenses, intenta ahora obtenerlos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que habría contado con un centro de detención hasta el momento desconocido en Guantánamo, según una información publicada el lunes por The Washington Post.
21 de diciembre de 2004
©mipunto
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