seguir guerra es la única opción
[Kirk Johnson] Muchos estadounidenses opinan que ahora no hay otra opción que seguir adelante con la guerra.
Denver, Estados Unidos. Los estadounidenses en todo el país expresaron su congoja por el devastador ataque contra una base militar norteamericana el martes en Iraq. Pero fue la pregunta sobre qué debería hacer el país ahora la que suscitó los suspiros más grandes de Dallas Spear, un compañía de petróleo y gas de Denver.
"Nunca deberíamos haber ido allá, para comenzar, pero eso ahora no es el punto", dijo Spear, con las mandíbulas apretadas. "Desbaratamos el asunto y ahora no tenemos opciones. Tenemos que seguir adelante".
Las opiniones de Spear se reflejaron en otras entrevistas en centros comerciales, oficinas, aceras y casas en un día en que las noticias desde Iraq son malas. Con 14 militares norteamericanos muertos y decenas de heridos, fue aparentemente el peor día en lo que se refiere a bajas mortales para las tropas estadounidenses desde que Estados Unidos derrotara al régimen de Saddam Hussein en la primavera de 2003.
Mucha gente dijo que se sentía desanimada o indignada, pero muchos expresaron igual pesar por la falta de opciones.
Que se haya apoyado u opuesto a la invasión se ha hecho irrelevante, dijeron muchos -ahora no hay más camino que seguir adelante, con pocos letreros que indiquen el camino.
Un soldado que estuvo en Iraq y que deberá volver allá dentro de poco dijo que creía que la guerra misma ha cambiado, y que los ataques de la guerrilla como el del martes en la norteña ciudad de Mosul han restringido la visión en el terreno sobre cómo seguir adelante.
"Cuando fuimos a la guerra teníamos claro quién era el enemigo", dijo el especialista Richard P. Basilio, 27, de Filadelfia, que vino de Iraq de vacaciones tras un período de servicio de 12 a 18 meses como un técnico de ordenadores del ejército. Será su tercer período en Oriente Medio y su segundo en Iraq. "Ahora las reglas han cambiado completamente. No sabes lo que está pasando", agregó. "Ahora no tienes ni idea de quién es enemigo o quién amigo".
La madre de Basilio, Janet Bellows, de Daytona Beach, Florida, dijo que el atentado en Mosul, junto a la perspectiva de la partida de su hijo, la dejaba "completamente desolada".
"Es como ver a tu hijo jugando en el tráfico y no hay nade que puedas hacer", dijo Bellows. "No puedes llegar a él".
Los sondeos muestran que muchos estadounidenses estaban profundamente preocupados sobre el curso de la guerra, incluso antes del atentado del martes. De los 1.002 estadounidenses encuestados el viernes y sábado pasados en un sondeo de CNN/USA Today/Gallup, un 47 por ciento dijo, interrogados sobre cómo había Estados Unidos conducido la guerra el año pasado, que las cosas habían empeorado. Veinte por ciento dijo que la situación había mejorado y 32por ciento que seguían iguales.
Alguna gente dijo que los sondeos mismos eran parte del problema.
Charlie Eubanks, un granjero algodonero y abogado del Lowe Rio Grande Valley de Tejas, dijo que él apoyaba al presidente Bush pero que se había mostrado tibio acerca de ir a la guerra. Dijo que ahora no había otra opción que seguir luchando, y que los informes sobre los sondeos de opinión sólo "ayudaban e instigaban" al enemigo, haciendo creer a los enemigos que la voluntad estadounidense se está debilitando.
"Tenemos que permanecer firmes y hacer el trabajo", dijo Eubanks.
Alguna gente dijo que parte de lo que están tratando de entender es cómo conciliar la continuada violencia con sus creencias sobre la naturaleza humana y la decencia.
"Cómo enfrentarse a los rebeldes y a la resistencia -no sé. Pero creo que la gente es inherentemente buena y racional", dijo Traci Sillick, asesora financiera de Broomfield, Colorado. Sillick dijo que pensaba que el país debía proteger a los soldados, darles una misión clara y ayudar lo mejor posible a la gente de Iraq.
"No veo que salga nada bueno de todo esto", dijo. "Estoy triste e indignada".
Mike Lepis, 30, dueño de un pequeño negocio en Portland, Oregon, de visita en Atlanta, dijo que el atentado con bomba reforzaba la distinción en su mente entre las tropas que están haciendo la guerra y la guerra misma. "Estoy en desacuerdo con la guerra, pero apoyo a los soldados", dijo Lepis. "Me hace creer que tenemos menos control cuando no podemos garantizar su seguridad. Es especialmente inquietante cuando te enteras de actos violentos en áreas que se suponía que eran seguras".
22 de diciembre de 2004
©new york times
©traducción mQh
"Nunca deberíamos haber ido allá, para comenzar, pero eso ahora no es el punto", dijo Spear, con las mandíbulas apretadas. "Desbaratamos el asunto y ahora no tenemos opciones. Tenemos que seguir adelante".
Las opiniones de Spear se reflejaron en otras entrevistas en centros comerciales, oficinas, aceras y casas en un día en que las noticias desde Iraq son malas. Con 14 militares norteamericanos muertos y decenas de heridos, fue aparentemente el peor día en lo que se refiere a bajas mortales para las tropas estadounidenses desde que Estados Unidos derrotara al régimen de Saddam Hussein en la primavera de 2003.
Mucha gente dijo que se sentía desanimada o indignada, pero muchos expresaron igual pesar por la falta de opciones.
Que se haya apoyado u opuesto a la invasión se ha hecho irrelevante, dijeron muchos -ahora no hay más camino que seguir adelante, con pocos letreros que indiquen el camino.
Un soldado que estuvo en Iraq y que deberá volver allá dentro de poco dijo que creía que la guerra misma ha cambiado, y que los ataques de la guerrilla como el del martes en la norteña ciudad de Mosul han restringido la visión en el terreno sobre cómo seguir adelante.
"Cuando fuimos a la guerra teníamos claro quién era el enemigo", dijo el especialista Richard P. Basilio, 27, de Filadelfia, que vino de Iraq de vacaciones tras un período de servicio de 12 a 18 meses como un técnico de ordenadores del ejército. Será su tercer período en Oriente Medio y su segundo en Iraq. "Ahora las reglas han cambiado completamente. No sabes lo que está pasando", agregó. "Ahora no tienes ni idea de quién es enemigo o quién amigo".
La madre de Basilio, Janet Bellows, de Daytona Beach, Florida, dijo que el atentado en Mosul, junto a la perspectiva de la partida de su hijo, la dejaba "completamente desolada".
"Es como ver a tu hijo jugando en el tráfico y no hay nade que puedas hacer", dijo Bellows. "No puedes llegar a él".
Los sondeos muestran que muchos estadounidenses estaban profundamente preocupados sobre el curso de la guerra, incluso antes del atentado del martes. De los 1.002 estadounidenses encuestados el viernes y sábado pasados en un sondeo de CNN/USA Today/Gallup, un 47 por ciento dijo, interrogados sobre cómo había Estados Unidos conducido la guerra el año pasado, que las cosas habían empeorado. Veinte por ciento dijo que la situación había mejorado y 32por ciento que seguían iguales.
Alguna gente dijo que los sondeos mismos eran parte del problema.
Charlie Eubanks, un granjero algodonero y abogado del Lowe Rio Grande Valley de Tejas, dijo que él apoyaba al presidente Bush pero que se había mostrado tibio acerca de ir a la guerra. Dijo que ahora no había otra opción que seguir luchando, y que los informes sobre los sondeos de opinión sólo "ayudaban e instigaban" al enemigo, haciendo creer a los enemigos que la voluntad estadounidense se está debilitando.
"Tenemos que permanecer firmes y hacer el trabajo", dijo Eubanks.
Alguna gente dijo que parte de lo que están tratando de entender es cómo conciliar la continuada violencia con sus creencias sobre la naturaleza humana y la decencia.
"Cómo enfrentarse a los rebeldes y a la resistencia -no sé. Pero creo que la gente es inherentemente buena y racional", dijo Traci Sillick, asesora financiera de Broomfield, Colorado. Sillick dijo que pensaba que el país debía proteger a los soldados, darles una misión clara y ayudar lo mejor posible a la gente de Iraq.
"No veo que salga nada bueno de todo esto", dijo. "Estoy triste e indignada".
Mike Lepis, 30, dueño de un pequeño negocio en Portland, Oregon, de visita en Atlanta, dijo que el atentado con bomba reforzaba la distinción en su mente entre las tropas que están haciendo la guerra y la guerra misma. "Estoy en desacuerdo con la guerra, pero apoyo a los soldados", dijo Lepis. "Me hace creer que tenemos menos control cuando no podemos garantizar su seguridad. Es especialmente inquietante cuando te enteras de actos violentos en áreas que se suponía que eran seguras".
22 de diciembre de 2004
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios