partido sunní se retira de elecciones
[Nancy A. Youssef y Warren P. Strobel] Importante partido sunní se retira de las elecciones. Expertos coinciden en que las elecciones no solucionarán los problemas de Iraq. Sunníes condicionan participación en las elecciones al retiro de las tropas extranjeras.
Bagdad, Iraq. El principal partido político sunní de Iraq reconoció el miércoles que sus esfuerzos para aplazar las elecciones parlamentarias habían fracasado y que estaba delineando una estrategia para influir en el gobierno que se elija el 30 de enero.
La disposición del Partido Islámico Iraquí a aceptar un nuevo gobierno indicó una posible alternativa de la participación sunní muy alejada de la guerra civil que temen muchos analistas, incluso aunque el partido dijo a periodistas que no revertirá su decisión de boicotear las elecciones. Se espera que la mayoría chií domine al nuevo gobierno.
La posición del partido otorga substancia a las esperanzas del gobierno de Bush de que un amplio boicot de los comicios no implique la exclusión de los sunníes en el nuevo gobierno. Una participación sunní amplia sería clave para otorgar legitimidad a la nueva Constitución y finalmente socavaría el apoyo popular a la resistencia iraquí.
"Los norteamericanos insisten en que las elecciones se realicen en el tiempo convenido", dijo a periodistas el vice-presidente del Partido Islámico Iraquí,, Ayad al Samarai. "Muy probablemente no habrá postergaciones".
En lugar de tratar de detener las elecciones, Al Samarai dijo que el partido se concentrará en tratar de dar una voz a los sunníes en el nuevo gobierno y que estaba ahora acercándose a otros partidos y alentándolos a trabajar juntos.
"Trataremos de influir a través de conversaciones con otros grupos", dijo Al Samarai. Los partidos vencedores "no deberán verlo como una victoria personal. Será una responsabilidad para trabajar por Iraq, y no solamente por una secta".
Mientras algunos de los comentarios de Al Samarai indican que al menos algunos sunníes prominentes negociarán con el gobierno y participarán en la redacción de una nueva Constitución, el gesto probablemente no detendrá los violentos ataques contra el gobierno. El Partido Islámico Iraquí es dirigido por sunníes moderados, que no han apoyado ni participado en la resistencia.
Las opiniones de Al Samarai parecen encajar con la visión del gobierno norteamericano.
En Washington, un importante funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores dijo que, incluso si los sunníes no votan en grandes cantidades el 30 de enero, hay maneras de asegurarles un rol en el nuevo gobierno iraquí.
El funcionario, el subsecretario del ministerio de Asuntos Exteriores, Michael Kozak, dijo que los sunníes podrían tener una mayor representación en la comisión que redactará la nueva Constitución de Iraq que la que tendrían en la legislatura elegida, y podrían ser nombrados en funciones adicionales en los ministerios del gobierno.
Kozak dijo que las elecciones podrían ser creíbles incluso sin una significativa participación iraquí. "Yo haría una distinción entre la credibilidad de las elecciones y la conveniencia de la participación sunní -son dos cosas diferentes", dijo.
Judith Yaphe, una antigua analista de la CIA que es especializa en Iraq en la Universidad Nacional de la Defensa, concuerda en que las elecciones deben continuar aun sin una participación amplia de los sunníes.
"Creo que si aceptáramos una postergación, causaríamos el enfado de todos y no necesariamente contaríamos con los árabes sunníes", dijo Yaphe. "Enajenaría al 80 por ciento de los que quieren votar".
Pero advirtió que las elecciones no solucionarán los problemas de Iraq.
"Las elecciones no serán una cura milagrosa de todos los males de Iraq", dijo Yaphe. Se espera que los chiíes ganen el control del gobierno a través de las elecciones, poniendo fin al dominio de los sunníes, que gobernaron el país durante décadas.
El Partido Islámico argumentó que la situación de seguridad hace que una participación segura en las elecciones sea imposible para la mayoría de los partidarios potenciales del partido y que si las elecciones no pueden incluir a todo el mundo deberían ser aplazadas.
Los líderes del partido retiraron a sus candidatos de las elecciones para mostrar sus objeciones. Un importante grupo religioso sunní, la Asociación de Clérigos Musulmanes, también llamó al boicot, diciendo que el proceso era ilegítimo. Ambos grupos han dicho que ellos no llamarán a participar en ellas a menos que Estados Unidos de a conocer una fecha para la retirada de las tropas estadounidenses, lo que Estados Unidos se ha negado a hacer.
La Asociación de Clérigos Musulmanes dijo el miércoles que continuará su boicot de las elecciones.
También dijo que 72 partidos, coaliciones de partidos e individuos se han unido a sus llamados a boicotear las elecciones. Hay sunníes, chiíes, cristianos y kurdos, dijo el jeque Omar Zaydan, portavoz de la Asociación de Clérigos Musulmanes. La afirmación no pudo ser corroborada.
Zaydan dijo que espera que más grupos se retiren "cuando se den cuenta del fracaso de estas elecciones".
Las elecciones no aportarán "beneficios ni resolverán los problemas del país, que son más serios y más peligrosos", dijo.
Antes esta semana, el primer ministro iraquí Iyad Allawi, concedió que en algunas áreas del país votar será demasiado peligroso, pero dijo que las elecciones deben proseguir.
Funcionarios norteamericanos, Allawi y miembros de la Comisión Electoral Independiente de Iraq han declarado repetidas veces que a pesar de los obstáculos de las elecciones, aplazarlas sería todavía peor.
Si aplazaran las elecciones, anularían el único documento de gobierno en el país, la Ley Administrativa de Transición, argumentaron los funcionarios. Ese documento, redactado por funcionarios norteamericanos e iraquíes bajo la presidencia del antiguo administrador norteamericano de Iraq, L. Paul Bremer, especifica que las elecciones deben tomar lugar antes del 31 de enero.
También especifica cómo se verá el gobierno de transición formado después de las elecciones y cuáles serán sus principales responsabilidades: la redacción de una Constitución permanente. No hay disposiciones en la ley que permitan un aplazamiento de las elecciones.
Funcionarios norteamericanos dijeron que reforzando las medidas de seguridad en los colegios electorales. Sabah Kadhim, portavoz del ministerio del Interior iraquí, dijo que 100.000 agentes de la policía iraquí trabajarán el día de los comicios, así como la mayoría del naciente ejército iraquí.
Funcionarios dijeron que no hay nada que indique que mejorará la seguridad o que los sunníes participarían en unas elecciones aplazadas. El presidente Bush ha argumentado que aplazar las elecciones favorecería al terrorismo.
(Youssef informó desde Baghdad, Strobel desde Washington. Yasser Salihee contribuyó a este reportaje desde Baghdad.)
13 de enero de 2005
©miami herald
©traducción mQh
La disposición del Partido Islámico Iraquí a aceptar un nuevo gobierno indicó una posible alternativa de la participación sunní muy alejada de la guerra civil que temen muchos analistas, incluso aunque el partido dijo a periodistas que no revertirá su decisión de boicotear las elecciones. Se espera que la mayoría chií domine al nuevo gobierno.
La posición del partido otorga substancia a las esperanzas del gobierno de Bush de que un amplio boicot de los comicios no implique la exclusión de los sunníes en el nuevo gobierno. Una participación sunní amplia sería clave para otorgar legitimidad a la nueva Constitución y finalmente socavaría el apoyo popular a la resistencia iraquí.
"Los norteamericanos insisten en que las elecciones se realicen en el tiempo convenido", dijo a periodistas el vice-presidente del Partido Islámico Iraquí,, Ayad al Samarai. "Muy probablemente no habrá postergaciones".
En lugar de tratar de detener las elecciones, Al Samarai dijo que el partido se concentrará en tratar de dar una voz a los sunníes en el nuevo gobierno y que estaba ahora acercándose a otros partidos y alentándolos a trabajar juntos.
"Trataremos de influir a través de conversaciones con otros grupos", dijo Al Samarai. Los partidos vencedores "no deberán verlo como una victoria personal. Será una responsabilidad para trabajar por Iraq, y no solamente por una secta".
Mientras algunos de los comentarios de Al Samarai indican que al menos algunos sunníes prominentes negociarán con el gobierno y participarán en la redacción de una nueva Constitución, el gesto probablemente no detendrá los violentos ataques contra el gobierno. El Partido Islámico Iraquí es dirigido por sunníes moderados, que no han apoyado ni participado en la resistencia.
Las opiniones de Al Samarai parecen encajar con la visión del gobierno norteamericano.
En Washington, un importante funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores dijo que, incluso si los sunníes no votan en grandes cantidades el 30 de enero, hay maneras de asegurarles un rol en el nuevo gobierno iraquí.
El funcionario, el subsecretario del ministerio de Asuntos Exteriores, Michael Kozak, dijo que los sunníes podrían tener una mayor representación en la comisión que redactará la nueva Constitución de Iraq que la que tendrían en la legislatura elegida, y podrían ser nombrados en funciones adicionales en los ministerios del gobierno.
Kozak dijo que las elecciones podrían ser creíbles incluso sin una significativa participación iraquí. "Yo haría una distinción entre la credibilidad de las elecciones y la conveniencia de la participación sunní -son dos cosas diferentes", dijo.
Judith Yaphe, una antigua analista de la CIA que es especializa en Iraq en la Universidad Nacional de la Defensa, concuerda en que las elecciones deben continuar aun sin una participación amplia de los sunníes.
"Creo que si aceptáramos una postergación, causaríamos el enfado de todos y no necesariamente contaríamos con los árabes sunníes", dijo Yaphe. "Enajenaría al 80 por ciento de los que quieren votar".
Pero advirtió que las elecciones no solucionarán los problemas de Iraq.
"Las elecciones no serán una cura milagrosa de todos los males de Iraq", dijo Yaphe. Se espera que los chiíes ganen el control del gobierno a través de las elecciones, poniendo fin al dominio de los sunníes, que gobernaron el país durante décadas.
El Partido Islámico argumentó que la situación de seguridad hace que una participación segura en las elecciones sea imposible para la mayoría de los partidarios potenciales del partido y que si las elecciones no pueden incluir a todo el mundo deberían ser aplazadas.
Los líderes del partido retiraron a sus candidatos de las elecciones para mostrar sus objeciones. Un importante grupo religioso sunní, la Asociación de Clérigos Musulmanes, también llamó al boicot, diciendo que el proceso era ilegítimo. Ambos grupos han dicho que ellos no llamarán a participar en ellas a menos que Estados Unidos de a conocer una fecha para la retirada de las tropas estadounidenses, lo que Estados Unidos se ha negado a hacer.
La Asociación de Clérigos Musulmanes dijo el miércoles que continuará su boicot de las elecciones.
También dijo que 72 partidos, coaliciones de partidos e individuos se han unido a sus llamados a boicotear las elecciones. Hay sunníes, chiíes, cristianos y kurdos, dijo el jeque Omar Zaydan, portavoz de la Asociación de Clérigos Musulmanes. La afirmación no pudo ser corroborada.
Zaydan dijo que espera que más grupos se retiren "cuando se den cuenta del fracaso de estas elecciones".
Las elecciones no aportarán "beneficios ni resolverán los problemas del país, que son más serios y más peligrosos", dijo.
Antes esta semana, el primer ministro iraquí Iyad Allawi, concedió que en algunas áreas del país votar será demasiado peligroso, pero dijo que las elecciones deben proseguir.
Funcionarios norteamericanos, Allawi y miembros de la Comisión Electoral Independiente de Iraq han declarado repetidas veces que a pesar de los obstáculos de las elecciones, aplazarlas sería todavía peor.
Si aplazaran las elecciones, anularían el único documento de gobierno en el país, la Ley Administrativa de Transición, argumentaron los funcionarios. Ese documento, redactado por funcionarios norteamericanos e iraquíes bajo la presidencia del antiguo administrador norteamericano de Iraq, L. Paul Bremer, especifica que las elecciones deben tomar lugar antes del 31 de enero.
También especifica cómo se verá el gobierno de transición formado después de las elecciones y cuáles serán sus principales responsabilidades: la redacción de una Constitución permanente. No hay disposiciones en la ley que permitan un aplazamiento de las elecciones.
Funcionarios norteamericanos dijeron que reforzando las medidas de seguridad en los colegios electorales. Sabah Kadhim, portavoz del ministerio del Interior iraquí, dijo que 100.000 agentes de la policía iraquí trabajarán el día de los comicios, así como la mayoría del naciente ejército iraquí.
Funcionarios dijeron que no hay nada que indique que mejorará la seguridad o que los sunníes participarían en unas elecciones aplazadas. El presidente Bush ha argumentado que aplazar las elecciones favorecería al terrorismo.
(Youssef informó desde Baghdad, Strobel desde Washington. Yasser Salihee contribuyó a este reportaje desde Baghdad.)
13 de enero de 2005
©miami herald
©traducción mQh
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