dudas sobre combate en iraq
[Steve Fainaru] Surgen dudas sobre bajas insurgentes en el ataque en el que habrían muerto 85 rebeldes.
Bagdad, Iraq. Nuevos detalles sobre una intensa batalla entre insurgentes y comandos de la policía iraquí apoyados por tropas norteamericanas, arrojan dudas sobre la aseveración del gobierno iraquí de que 85 rebeldes fueron matados en lo que fue descrito como un campo de adiestramiento clandestino.
Informes sobre la batalla siguen indicando que se produjo el martes un importante enfrentamiento en el que participaron decenas de insurgentes en la ribera oriental del Lago Tartar, a unos 80 kilómetros al noroeste de Bagdad. Sin embargo, dos oficiales norteamericanos dijeron el jueves que cuando llegaron las tropas estadounidenses al lugar del combate no encontraron ningún cadáver. Entretanto un portavoz del ministerio del Interior iraquí dijo que suponía que el número de bajas era correcto, pero minimizó el alcance de la batalla.
"Yo no lo llamaría un incidente importante", dijo el portavoz, Sabah Kadhim. Su importancia, dijo, era que había sido "la primera operación de envergadura" planeada y llevada a cabo por las nacientes fuerzas de seguridad iraquíes con el apoyo de soldados norteamericanos.
El número de bajas reportado transformó la operación en la más mortífera desde noviembre, cuando tropas norteamericanas con apoyo de tropas iraquíes entraron a la ciudad de Faluya, en el oeste del país, y mataron a 1.000 supuestos insurgentes. Esta vez, sin embargo, los iraquíes llevaron la delantera, con sólo un escuadrón de una unidad de enlace norteamericana -el Tercer Batallón, del 69 Regimiento de Blindados de la 42 División de Infantería- involucrado en el asalto inicial.
La derrota reforzó las recientes afirmaciones de comandantes norteamericanos de que las acosadas fuerzas de seguridad iraquíes estaban haciendo progresos. Funcionarios norteamericanos han dicho repetidas veces que las tropas americanas se retirarán de Iraq sólo después de que los iraquíes estén en estado de defender el país.
El mayor Richard L. Goldenberg, portavoz de la 42 División de Infantería, dijo que no podía "confirmar las estimaciones" dados por Iraq sobre el número de insurgentes matados en el ataque. Dijo que para cuando llegaron al lugar tropas de tierra norteamericanas, "las fuerzas insurgentes habían escapado... y fueron capaces de recuperar sus bajas y llevarlas con ellas".
Observando que un grupo militante islámico declaró que habían muerto 11 insurgentes, Goldenberg dijo: "El número correcto se encuentra entre 11 y 80".
Goldenberg dijo que las tripulaciones que prestaron apoyo en dos helicópteros de combate Apache y un helicóptero OH-58D Kiowa Warrior calcularon más tarde que entre 80 a 100 insurgentes habían participado en la batalla. Interrogado sobre cómo los insurgentes se llevaron 85 cadáveres, Goldenberg refirió la pregunta al ministerio del Interior.
Goldenberg dijo que la incertidumbre sobre el número de bajas no debe disminuir el logro de los comandos iraquíes. "Podemos pasar años discutiendo sobre el número de bajas", dijo. "Lo importante es el efecto que tenga sobre la resistencia organizada".
Oficiales de las fuerzas armadas norteamericanas dicen que creen que los rebeldes, incluyendo a los combatientes extranjeros, estaban usando la zona como un campo temporal porque estaba equipado con tiendas, manuales para fabricar bombas, tarjetas de identidad extranjeras, municiones y armas. Un oficial estadounidense de alta jerarquía dijo que la ubicación del campamento cerca de las indóciles ciudades de Faluya, Samarra y Ramadi podría sugerir que los insurgentes ya no buscan refugio en los grandes centros urbanos y que ha sido obligados a desplazarse hacia áreas más remotas.
La agencia de noticias Agence France-Presse informó que uno de sus corresponsales visitó el lugar el miércoles y todavía pudo encontrar a unos 30 o 40 insurgentes. Un hombre que se identificó como Amer' y reclamó ser miembro del militante Ejército Islámico Secreto de Iraq dijo que 11 rebeldes habían muerto en el ataque.
Las fuerzas de seguridad iraquíes han participado en varias violentas batallas esta semana. En la ciudad de Rabia cerca de la frontera siria la policía iraquí confundió el jueves con insurgentes a soldados iraquíes vestidos de paisanos y abrió fuego. En la batalla que siguió, murieron tres soldados y dos agentes de policía, de acuerdo a Ahmed Mohammed Khalaf Jabori, jefe de policía de la cercana ciudad de Mosul.
En Kirkuk, soldados iraquíes rechazaron el martes un ataque por un número desconocido de insurgentes, matando a tres e hiriendo a uno, de acuerdo a un portavoz del Ejército, el teniente coronel Khalil Ismael Zawbaei.
Ellen Knickmeyer en Baghdad y Marwan Ibrahim en Kirkuk y Dlovan Brwari en Mosul contribuyeron a este reportaje.
25 de marzo de 2005
©washington post
©traducción mQh
Informes sobre la batalla siguen indicando que se produjo el martes un importante enfrentamiento en el que participaron decenas de insurgentes en la ribera oriental del Lago Tartar, a unos 80 kilómetros al noroeste de Bagdad. Sin embargo, dos oficiales norteamericanos dijeron el jueves que cuando llegaron las tropas estadounidenses al lugar del combate no encontraron ningún cadáver. Entretanto un portavoz del ministerio del Interior iraquí dijo que suponía que el número de bajas era correcto, pero minimizó el alcance de la batalla.
"Yo no lo llamaría un incidente importante", dijo el portavoz, Sabah Kadhim. Su importancia, dijo, era que había sido "la primera operación de envergadura" planeada y llevada a cabo por las nacientes fuerzas de seguridad iraquíes con el apoyo de soldados norteamericanos.
El número de bajas reportado transformó la operación en la más mortífera desde noviembre, cuando tropas norteamericanas con apoyo de tropas iraquíes entraron a la ciudad de Faluya, en el oeste del país, y mataron a 1.000 supuestos insurgentes. Esta vez, sin embargo, los iraquíes llevaron la delantera, con sólo un escuadrón de una unidad de enlace norteamericana -el Tercer Batallón, del 69 Regimiento de Blindados de la 42 División de Infantería- involucrado en el asalto inicial.
La derrota reforzó las recientes afirmaciones de comandantes norteamericanos de que las acosadas fuerzas de seguridad iraquíes estaban haciendo progresos. Funcionarios norteamericanos han dicho repetidas veces que las tropas americanas se retirarán de Iraq sólo después de que los iraquíes estén en estado de defender el país.
El mayor Richard L. Goldenberg, portavoz de la 42 División de Infantería, dijo que no podía "confirmar las estimaciones" dados por Iraq sobre el número de insurgentes matados en el ataque. Dijo que para cuando llegaron al lugar tropas de tierra norteamericanas, "las fuerzas insurgentes habían escapado... y fueron capaces de recuperar sus bajas y llevarlas con ellas".
Observando que un grupo militante islámico declaró que habían muerto 11 insurgentes, Goldenberg dijo: "El número correcto se encuentra entre 11 y 80".
Goldenberg dijo que las tripulaciones que prestaron apoyo en dos helicópteros de combate Apache y un helicóptero OH-58D Kiowa Warrior calcularon más tarde que entre 80 a 100 insurgentes habían participado en la batalla. Interrogado sobre cómo los insurgentes se llevaron 85 cadáveres, Goldenberg refirió la pregunta al ministerio del Interior.
Goldenberg dijo que la incertidumbre sobre el número de bajas no debe disminuir el logro de los comandos iraquíes. "Podemos pasar años discutiendo sobre el número de bajas", dijo. "Lo importante es el efecto que tenga sobre la resistencia organizada".
Oficiales de las fuerzas armadas norteamericanas dicen que creen que los rebeldes, incluyendo a los combatientes extranjeros, estaban usando la zona como un campo temporal porque estaba equipado con tiendas, manuales para fabricar bombas, tarjetas de identidad extranjeras, municiones y armas. Un oficial estadounidense de alta jerarquía dijo que la ubicación del campamento cerca de las indóciles ciudades de Faluya, Samarra y Ramadi podría sugerir que los insurgentes ya no buscan refugio en los grandes centros urbanos y que ha sido obligados a desplazarse hacia áreas más remotas.
La agencia de noticias Agence France-Presse informó que uno de sus corresponsales visitó el lugar el miércoles y todavía pudo encontrar a unos 30 o 40 insurgentes. Un hombre que se identificó como Amer' y reclamó ser miembro del militante Ejército Islámico Secreto de Iraq dijo que 11 rebeldes habían muerto en el ataque.
Las fuerzas de seguridad iraquíes han participado en varias violentas batallas esta semana. En la ciudad de Rabia cerca de la frontera siria la policía iraquí confundió el jueves con insurgentes a soldados iraquíes vestidos de paisanos y abrió fuego. En la batalla que siguió, murieron tres soldados y dos agentes de policía, de acuerdo a Ahmed Mohammed Khalaf Jabori, jefe de policía de la cercana ciudad de Mosul.
En Kirkuk, soldados iraquíes rechazaron el martes un ataque por un número desconocido de insurgentes, matando a tres e hiriendo a uno, de acuerdo a un portavoz del Ejército, el teniente coronel Khalil Ismael Zawbaei.
Ellen Knickmeyer en Baghdad y Marwan Ibrahim en Kirkuk y Dlovan Brwari en Mosul contribuyeron a este reportaje.
25 de marzo de 2005
©washington post
©traducción mQh
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