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cia secuestra en europa


[Craig Whitlock] Los sospechosos fueron posiblemente entregados a países que torturan.
Milán, Italia. Un clérigo egipcio radical conocido como Abu Omar se dirigía en febrero de 2003 hacia una mezquita en Milán para las oraciones del mediodía cuando fue agarrado en la acera por dos hombres que le arrojaron químicos a la cara y lo metieron en una furgoneta. No se le ha vuelto a ver desde entonces.
Sin embargo, detectives de Milán parecen ahora estar a punto a identificar a sus secuestradores. El mes pasado, funcionarios se presentaron en la Base Aérea Aviano al norte de Italia y exigieron los archivos de cualquier avión norteamericano que hubiera entrado o salido de la planta militar conjunta italiano-americana en la época de los secuestros. También pidieron los diarios de navegación de los vehículos que entraron a la base.
Las autoridades italianas sospechan que el egipcio fue el blanco de una operación organizada por la CIA conocida como ‘entrega', en las que los sospechosos de terrorismo son llevados a la fuerza para ser interrogados en países donde se practica la tortura.
La pesquisa italiana es una de las tres investigaciones oficiales que han salido a superficie el año pasado sobre las entregas que se cree tomaron lugar en Europa occidental. Aunque normalmente la CIA realiza operaciones con la ayuda o la bendición de los servicios de inteligencia locales, las autoridades policiales en Italia, Alemania y Suecia están estudiando si los agentes norteamericanos han violado leyes locales al detener a sospechosos de terrorismo en suelo europeo para someterlos a maltratos o torturas.
La CIA ha mantenido los detalles sobre los casos de entrega como un bien guardado secreto, pero ha defendido la polémica práctica como un medio efectivo y legal de prevenir el terrorismo. Funcionarios de inteligencia han declarado que han descansado en esa táctica con mayor frecuencia desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Para las entregas, el gobierno de Bush ha contado con el respaldo de gobiernos que han sido criticados por sus antecedentes de derechos humanos, incluyendo a Egipto, Jordania y Pakistán, adonde se ha trasladado a los sospechosos para ser interrogados. Pero el gobierno está recibiendo una recepción muy diferente en Europa, donde legisladores y fiscales están preguntándose si acaso la práctica no constituye una flagrante violación de la soberanía local y de derechos humanos.
Hay muchas barreras prácticas y jurídicas para presentar cargos criminales contra los agentes norteamericanos, incluyendo la pregunta de si son protegidos por la inmunidad diplomática y la tarea de determinar su identidad. Sin embargo, fiscales en Italia y Alemania no han excluido la posibilidad de presentar cargos criminales. Al mismo tiempo, los detectives europeos están logrando nuevas revelaciones sobre la sospechada implicación de Estados Unidos en la desaparición de cuatro hombres, sin incluir al egipcio, cada uno de los cuales denuncia que fueron maltratados físicamente y más tarde torturados.
En Alemania, Khaled Masri, 41, dijo a las autoridades que fue detenido durante unas vacaciones en los Balcanes y llevado por avión a Kabul, Afganistán, en enero de 2004, donde fue retenido como sospechoso de terrorismo durante cuatro meses. Dijo que fue sólo después de este período que sus secuestradores se dieron cuenta de que él no era el sospechoso de Al Qaeda que andaban buscando y lo devolvieron a los Balcanes, dejándolo en la ladera de un cerro junto a la frontera albana. Recordó que sus secuestradores hablaban inglés con acento americano.
Fiscales alemanes, después de varios meses de estudiar su relato han confirmado varias partes claves de su historia y la están investigando como un secuestro.
"De momento, no he visto ningún indicio de que esté mintiendo. Muchas, muchas piezas del puzzle han sido corroboradas", dijo Martin Hofmann, un fiscal de Munich que supervisa la pesquisa. "He tratado de determinar quiénes lo detuvieron, quiénes lo torturaron o maltrataron y quiénes son los responsables".
En Suecia, una investigación parlamentaria concluyó que agentes de la CIA con capuchas orquestaron en diciembre de 2001 el traslado forzoso de dos nacionales egipcios en un avión con inscripción norteamericana a El Cairo, donde, denunciaron los hombres, fueron torturados en una cárcel.
Uno de los hombres fue más tarde exonerado como sospechoso de terrorismo por la policía egipcia, mientras el otro sigue en prisión allá. Los detalles de la operación secreta han causado conmoción en Suecia, un importante defensor de los derechos humanos.
Aunque las autoridades suecas han invitado secretamente a la CIA a colaborar en la operación, las revelaciones llevaron la semana pasada al director de la policía de seguridad de Suecia a prometer que su agencia no permitirá nunca que agentes extranjeros vuelvan a hacer una cosa así.
"En el futuro usaremos leyes suecas, medidas coercitivas suecas y a la aviación militar sueca cuando se deporte a terroristas", dijo a periodistas el jefe de la policía de seguridad, Klas Bergenstrand. "De ese modo controlaremos toda la situación".
En Milán el clérigo nacido en Egipto concitó la atención de la policía contraterrorista poco después de llegar a Italia en 1997 desde Albania. Conocido como Abu Omar, su nombre completo es Hassan Mustafa Osama Nasr. Tenía 42 años, era un veterano de las guerras de Bosnia y Afganistán y estaba siendo buscado en Egipto, donde las autoridades lo han acusado de pertenecer a un grupo islámico radical prohibido.
Nasr predicaba frecuentemente en dos mezquitas en Milán que han atraído durante mucho tiempo a extremistas religiosos y políticos, de acuerdo a funcionarios italianos y norteamericanos. Una de las mezquitas, un garaje rehabilitado en Viale Jenner, es considerada como una financista de causas terroristas por el ministerio de Hacienda norteamericano, que la ha acusado de apoyar "el movimiento de armas, hombres y dinero en todo el mundo".
Nasr reforzó la reputación de la mezquita predicando furiosamente contra la invasión de Afganistán encabezada por los norteamericanos y repartiendo vitriólicos panfletos contra la política norteamericana en Oriente Medio. La policía contraterrorista italiana pinchó su teléfono en casa y lo mantuvo bajo vigilancia.
"Era el tipo de persona que, digámoslo así, no se expresaba diplomáticamente", dijo Abdelhamid Shaari, presidente del Centro Cultural Islámico de Viale Jenner, que niega que la mezquita o el centro financien el terrorismo u otras actividades ilegales. "Cuando atacaba a Estados Unidos no proponía medidas a medidas. Iba derechamente al punto".
Cuando desapareció Nasr, su familia y funcionarios de la mezquita denunciaron el secuestro después de que un testigo viera la abducción. El testigo, una inmigrante reciente, dijo sin embargo que tenía demasiado miedo como para repetir su historia a la policía, lo que llevó a algunos detectives a especular que Nasr había desaparecido por su propia voluntad y se había marchado a Iraq a pelear contra las tropas norteamericanas.
La policía italiana inició una pesquisa por desaparición, pero el caso se estancó durante más de un año. Eso cambió en abril de 2004 cuando la esposa de Nasr recibió inesperadamente una llamada telefónica de su marido. Le dijo que había sido secuestrado y llevado a una base aérea norteamericana en Italia. Dijo que fue trasladado por avión a otra base norteamericana, antes de ser llevado a El Cairo.
La llamada fue grabada por la policía italiana, que había seguido pinchando el teléfono de la casa de Nasr. Aunque las transcripciones no se han hecho públicas, los colegas de Nasr en la mezquita dijeron que dijo que había sido torturado y mantenido desnudo a temperaturas bajo cero en una cárcel de El Cairo.
Durante la llamada, Nasr contó a su esposa que había sido liberado de la cárcel en Egipto, pero que seguía bajo arresto domiciliario. Sus familiares han dicho que creen que fue encarcelado poco después de que los diarios italianos informaran sobre la conversación detectada.
La existencia de la intervención telefónica fue revelada en documentos judiciales sellados consultados por el Washington Post. Los documentos, que se remontan a la primavera de 2004, incluyen la autorización de un juez de continuar la intervención y muestra que los detectives están estudiando la teoría de que agentes encubiertos -posiblemente de Estados Unidos, Italia o Egipto- están detrás del secuestro.
Detectives italianos han determinado desde entonces que 15 agentes, algunos de ellos operativos de la CIA, estuvieron implicados en el secuestro de Nasr, de acuerdo a informes del importante diario italiano Corriere della Sera. Los detectives fueron capaces de trazar llamadas hechas por agentes relacionando unas llamadas hechas con los mismos teléfonos cerca de la mezquita y de la Base Aérea Aviano el día en que desapareció Nasr, informó el diario.
La investigación está siendo conducida por Armando Spataro, un conocido fiscal contraterrorista cuyo despacho se ha construido un cabezona reputación por obtener convicciones en casos de mafia y corrupción política. Spataro, que ha trabajado en el pasado estrechamente con funcionarios norteamericanos, confirmó que visitó Aviano el mes pasado, pero se negó a hacer comentarios.
El capitán Eric Elliot, un portavoz militar norteamericano de Aviano, dijo que Spataro se reunió durante varias horas en la base con oficiales militares italianos, los que luego presentaron una petición a sus contrapartes americanos para consultar sus archivos. Elliot se negó a decir qué archivos se buscaban, diciendo que la "investigación está en curso".
La embajada norteamericana en Roma se negó a responder preguntas sobre si agentes norteamericanos estuvieron implicados en la desaparición de Nasr. "No hacemos comentarios sobre asuntos de inteligencia", dijo Ben Duffy, un portavoz de la embajada.
Legisladores de la oposición italiana han exigido respuestas al gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi sobre si agentes italianos o el servicio de inteligencia jugó algún papel. Pero ministros de gobierno han permanecido con la boca cerrada.
Shaari, el director del centro de cultura islámica de Milán, dijo que algunos musulmanes están preocupados de que también ellos puedan ser secuestrados.
"Si pueden secuestrar a Abu Omar, entonces pueden secuestrar a cualquiera", dijo. "Este es un precedente extremadamente peligroso, tanto para la comunidad musulmana y para Italia como para un estado democrático y libre".

Denuncias Verificadas
A fines de diciembre de 2003, Khaled Masri tuvo una agria discusión con su esposa en su ciudad natal de Ulm, Alemania. Acordaron que él se marcharía por algunos días, así que compró un billete de autobús para Skopje, Macedonia.
En la Víspera de Año Nuevo en la frontera macedónica, funcionarios de inmigración controlaron su pasaporte y lo detuvieron, sin darle explicaciones. Más tarde otros agentes lo interrogaron y lo presionaron para que admitiera que era miembro de Al Qaeda, de acuerdo a informes que dio Masri a su abogado y a fiscales alemanes.
Marsi se declaró inocente, pero fue mantenido bajo guardia en Macedonia durante tres semanas. Dijo que un día a fines de enero de 2004 fue golpeado, desnudado, encadenado y colocado en un avión que lo llevó a Afganistán. Allá fue mantenido en una celda en terribles condiciones, privado de agua e interrogado repetidas veces. Sus secuestradores se ablandaron sólo después de declarar una huelga de hambre, dijo; fue llevado de vuelta a los Balcanes en mayo de 2004.
Dijo que fue liberado cerca de un puesto de control en la frontera albana, donde los guardias le devolvieron su pasaporte y dinero. Para cuando llegó a casa incluso su esposa se mostraba reluctante a creer su historia, pensando que la había dejado por otra mujer, de acuerdo a su abogado.
La policía alemana ha interrogado a Masri varias veces y dijo que habían concluido que su versión de los acontecimientos era consistente y creíble. Los sellos en su pasaporte muestran que entró a Macedonia y salió de Albania en las fechas que dijo. El chofer del autobús de la ruta a Skopje confirmó ante los detectives que Masri estuvo a bordo y que fue detenido por guardias fronterizos.
Los detectives han realizado un análisis químico radioisótopo del pelo de Masri. Dijeron que los hallazgos confirmaban su historia de que fue mal alimentado durante su cautiverio. Los registros de vuelo también apoyan la denuncia de Masri de que fue sacado en avión de Macedonia por agentes secretos norteamericanos. Archivos de la aviación muestran que un Boeing inscrito en Estados Unidos llegó a Skopje a las 9 de la noche del 23 de enero de 2004 y partió unas seis horas más tarde. Masri había proporcionado a los detectives alemanes la misma hora y fecha.
El registro de vuelo muestra que el avión debía partir con destino a Kabul, pero más tarde modificó su ruta para incluir una parada en Bagdad. La existencia de los registros de vuelo fue primero reportada por Frontal 21, un programa de noticias en la red de televisión alemana ZDF. El Washinton Post obtuvo una copia de los registros de vuelo.
El avión, con el número de registro N313P, fue inscrito en la época por una firma norteamericana, la Premier Executive Transport Services Inc., que los archivos sugieren es una compañía que sirva de fachada a la CIA. La misma firma poseía otro avión, un jet Gulfsftream, que ha sido usado en otros casos de entregas, incluyendo la de Suecia.
El abogado de Masri y detectives dicen que piensan que fue secuestrado porque su nombre es similar al de un sospechoso de Al Qaeda, Khalid Masri, que supuestamente jugó un papel crucial en convencer a los miembros de la célula de Hamburgo que llevaron a cabo los atentados de 11 de septiembre de visitar Afganistán, donde se reunieron primero con Osama bin Laden.
Manfred Gnijdic, el abogado, dice que ha pedido explicaciones sobre lo ocurrido a la embajada norteamericana en Berlín, pero no ha recibido respuesta.
"Estamos seguros de que son ellos los que están detrás de todo esto", dijo Gnijdic. "Queremos que sean castigados y rindan cuentas".
Robert Wood, un portavoz de la embajada, se negó a responder preguntas específicas sobre el caso. "Pero nuestra posición es bastante clara", dijo. "Estados Unidos no transfiere detenidos a países donde creemos que es probable que sean torturados".
Funcionarios macedónicos tampoco tienen mucho que decir. "Nuestra respuesta es que no tenemos comentarios", dijo Goran Pavlovski, portavoz del ministerio del Interior macedónico. "Si los alemanes quieren información, deberían pedirla, y responderemos".
Según la ley alemana, los fiscales están autorizados para investigar cualquier crimen cometido contra un ciudadano alemán, incluso en el extranjero.
Hofmann, el fiscal de Munich, reconoció que tiene poderes limitados para investigar casos fuera de Alemania. Pero dijo que estaba preparando una petición formal de ayuda legal para el gobierno macedónico, así como para funcionarios albaneses y afganos.
"Tengo confianza en que nos entreguen esa información", dijo. "Este caso tiene una considerable importancia política. Hay bastante presión sobre todos los involucrados".

Julie Tate en Washington contribuyó a este reportaje.

13 de marzo de 2005
©washington post
©traducción mQh

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