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minorías buscan políticos


[Keith B. Richburg] Escasez de políticos de minorías étnicas en Europa. Las barreras se están derrumbando, pero los parlamentos todavía no reflejan a la población.
París, Francia. Mariam Osman Sherifay es una mujer musulmana nacida en Egipto. Coskun Coruz dejó su nativa Turquía cuando era niña. Y Paul Boateng es un valiente abogado de voz suave, un negro que pasó en Gana la mayor parte de su infancia.
Hoy Sherifay vive en Suecia, Ciruz en Holanda y Boateng en Gran Bretaña. No se conocen. Pero juntos son de algún modo discretos pioneros, miembros de uno de los grupos más exclusivos de Europa -parlamentarios de minorías elegidos a los parlamentos en sus respectivos países.
Dicen que no se consideran pioneros ellos mismos, representantes de sus grupos ni roles modélicos. Pero ellos y un puñado de otros están agrietando una de las barreras de color más duraderas en una Europa que cambia rápidamente: las puertas de las cámaras legislativas.
"Toda mi vida he tratado de romper barreras", dijo Boateng, secretario jefe de hacienda que en 2002 se transformó en el primer ministro de gabinete negro de Gran Bretaña. "Soy negro y estoy orgulloso de mis orígenes étnicos". Pero agregó: "No me considero un miembro negro del Parlamento... Creo que es importante que la gente joven sepa que pueden aspirar a una vida en el servicio público".
En Europa Occidental, décadas de inmigración de Oriente Medio, el África subsahariana y el Caribe han creado grandes poblaciones negras y musulmanas -al menos un 10 por ciento en Francia, Gran Bretaña y Holanda, y un 7 por ciento en Suecia. Los recién llegados y sus hijos están cambiando la cara de algunas de las ciudades más grandes; el islam es la segunda religión de Europa.
Europa también tiene otros inmigrantes: judíos rusos que se han asentado en Alemania y refugiados de la antigua Yugoslavia han encontrado su hogar en toda Europa. Esta gente tiene frecuentemente rasgos raciales y culturales similares a los de la gente de sus nuevos países y la asimilación ha sido a menudo relativamente fluida.
La historia ha sido diferente para los africanos y musulmanes de Oriente Medio. Aunque han ocupado las canchas de fútbol y contribuyen cada vez más a definir las artes y culturas populares, han seguido siendo en gran parte invisibles en los gobiernos elegidos.
Para cambiar eso, muchos políticos de minorías en Europa dicen que buscan inspiración en Estados Unidos, donde las minorías tienen una presencia nacional y local más grande en cargos elegidos. Hay diferencias en historia y en sistemas electorales -los sistemas europeos tienden a dificultar que en barrios étnicos se elijan representantes de minorías -pero muchos políticos de minorías dicen que la experiencia de Estados Unidos sugiere que ocupar un lugar en gobiernos europeos será un proceso largo.
Los negros estaban presentes como esclavos en Estados Unidos y fueron primero elegidos al Congreso norteamericano en los años de 1870. Pero las barreras empezaron a derrumbarse seriamente en los años sesenta, con la Ley de Derechos de Sufragio de 1965, la consolidación del poder político negro en las ciudades y la formación del Congressional Black Caucus en 1969. La asamblea tiene 43 miembros, y los negros comprenden un 10 por ciento de los 435 parlamentarios, justo por debajo de su nivel de 13 por ciento de la población total.

Galopante Inmigración
La ola de inmigración contemporánea en Gran Bretaña empezó tras la Segunda Guerra Mundial con la llegada de numerosos trabajadores jamaicanos. En otros lugares de Europa la tendencia se remonta a los años sesenta, cuando Alemania y Holanda comenzaron a admitir grandes contingentes de trabajadores turcos y marroquíes. Al mismo tiempo llegaron a Francia grandes contingentes de marroquíes y argelinos.
Las estrictas reglas de ciudadanía en algunos países han a menudo impedido que los nacidos en el extranjero se transformen en ciudadanos o sean elegibles para participar en elecciones. En Alemania los residentes con padres extranjeros son todavía llamados auslander, extranjeros. Pero en lugares donde adquirir la ciudadanía es más fácil -como Suecia y Holanda- hasta recientemente pocos de los inmigrantes y sus hijos nacidos allá han participado activamente en política.
El caso más patente es Francia, un país con cerca de 60 millones de habitantes con unos 6 millones de musulmanes norafricanos y unos 2.5 millones de negros del sur del desierto del Sahara -un cálculo, porque oficialmente Francia no lleva estadísticas basadas en la raza. Francia se enorgullece de ser el país de l'égalité, donde la discriminación, al menos oficialmente, no existe. Pero de los 555 diputados que representan distritos en la Francia continental, ninguno es negro o musulmán. (Las minorías ocupan 22 escaños, que representan a los territorios franceses de ultramar).
"Si yo fuera miembro del parlamento y blanco y lo viera todos los días, claramente me preocuparía", dijo Patrick Lozes, un farmacéutico negro y activista que está tratando de aumentar la representación política negra en Francia. "¿Cómo pueden vivir y trabajar y votar leyes y ver un parlamento que claramente no es representativo?"
Alemania, con 82 millones de personas, es el hogar de 3.5 millones de musulmanes, la mayoría ciudadanos turcos y alemanes de origen turco. Pero entre los 603 miembros del parlamento alemán, o Bundestag, hay dos personas de origen turco, Ekin Deligöz, miembro del Partido Verde que recibió la ciudadanía en 1997 y Lale Arguen, de la gobernante Social Democracia, que ha vivido en Alemania durante más de 40 años.
Akguen, 51, ganó su escaño en 2002 después de una campaña en que su rival dijo: "No votéis a una turca, votadme a mí" y un hombre en un mitin de campaña le dijo: "Sólo la gente con sangre alemana puede ser admitida en el parlamento alemán". Algunos miembros de su partido pensaron que su nombre turco les costaría el 10 por ciento de los votos. Pero ella ganó de todos modos, sacando un 43 por ciento del voto popular. "Fue el milagro de Colonia", dijo.

Pioneros en Suecia
Suecia, con 9 millones de habitantes y una legislatura de 349 miembros, tiene un parlamento más diverso, con media docena de miembros que trazan su origen en Eritrea, Gana, Congo, Turquía y Chile.
Sherifay, la legisladora musulmana de Egipto, recuerda que llegó a Suecia cuando tenía 21 años siguiendo a su marido eritreo -y no hablaba "ni una palabra de sueco". Tomó un trabajo colocando etiquetas en la ropa -una experiencia que le dio la oportunidad de hablar con los suecos y aprender el idioma. Después de que el menor de sus cuatro hijos entrara a la escuela, ella continuó su propia educación y llegó a ser maestra de escuela primaria.
Hace dos años, Sherifay, 59, fue reclutada por el Partido Socialdemócrata para participar en las elecciones como candidata. Pensó que hacerse camino en la política sueca como una mujer musulmana negra no era fácil, e incluso hoy sigue siendo un reto. Todavía recibe correo de odio, incluyendo e-mails de un escritor habitual de la vecina Dinamarca que ha usado insultos raciales y dijo que "lo lamentaba por Suecia" debido a ella. Ahora toda la correspondencia que recibe es chequeada por agentes de seguridad.
Sherifay se llama a sí misma "afro-sueca" y aprecia las oportunidades que le ha dado su país adoptivo. Pero como musulmana y funcionaria elegida, siente un peso adicional. "Es en interés nuestro, incluso es un deber nuestro, mostrar que no somos terroristas", dijo.
Una de las colegas de Sherifay en el parlamento, Nyamko Sabuni, se mudó a Suecia a la edad de 12 cuando su padre, un refugiado político, huyó del Congo. Ella creció en los suburbios rodeada de niños suecos y aprendió rápidamente la lengua. Para ella la asimilación fue fácil.
Hoy Sabuni, 35, evita hablar de temas de minorías, porque dice que no quiere ser metida en una casilla. Describe su origen africano como un detalle. "Realmente yo no represento mi origen", dijo. "Hablo sueco. Me comporto como sueca. No me veo como inmigrante o miembro de una minoría. Quiero verme como una joven mujer sueca con niños, que participa en política".

Aparte o Juntos
La cuestión de la integración -si presentarse aparte como minoría, representando las opiniones del grupo, o quitando importancia a las diferencias- divide a los políticos de minorías de Europa. Es también un debate que sostienen regularmente entre ellos.
Coruz, la política holandesa de origen turco, dijo que el debate empezó en su familia. Después de ser cortejada por varios partidos que estaban ansiosos de agregar a inmigrantes a sus listas de miembros, decidió unirse a la Alianza Demócrata Cristiana (CDA), que pensó que estaba más cercana a sus ideas.
"Yo fui la primera musulmana en un partido demócrata-cristiano de Europa", dijo Coruz, 41, debiendo un café un el vestíbulos de un hotel de Haarlem, donde nació. "Cuando entré al partido, mi padre pensó que me había convertido al cristianismo. Me dijo: ‘¿No sabes qué significa la ‘C' del CDA?'"
Después del debate familiar vino el debate en el partido: ¿Son bienvenidos los musulmanes en un partido que es en gran parte laico pero tiene sus raíces en la iglesia cristiana? ¿Puede un inmigrante musulmán ser elegido al parlamento holandés como demócrata-cristiano? La respuesta de Coruz fue: "Si me aceptas como miembro del partido, también tienes que aceptarme para ocupar uno de esos escaños azules del parlamento holandés".
Desde su elección hace tres años Coruz se ha especializado en temas de derechos humanos, terrorismo y justicia juvenil. Ha permanecido alejada del tema de la inmigración para evitar ser clasificada como una "inmigrante política". Pero al mismo tiempo, como turca étnica, sabe que tiene una responsabilidad especial hacia la comunidad turca en Holanda, que -le guste o no- la ve como su representante en el parlamento.
Coruz usa la historia de su vida como un modelo para los jóvenes turcos en Holanda. Su padre, un pescador, llegó a Holanda y trabajó primero en una fábrica haciendo calcetines y más tarde en otra haciendo ruedas de trenes. Su padre le pagó clases privadas de inglés y lo sacaba a la fuerza de la cancha de fútbol cuando pensaba que su hijo estaba pasando demasiado tiempo haciendo deportes.
Hoy Coruz acusa a los turcos holandeses de tener una mentalidad de "gueto", preocupados principalmente de un "programa de inmigrantes" y de no asimilarse cabalmente.
"No voy a negar mis raíces", dijo. Pero "me veo a mí mismo sobre todo como un político holandés, con una antena especial ajustada hacia la comunidad turca".

Votos Negros en Gran Bretaña
En Estados Unidos todos los miembros negros del Congreso son demócratas y prácticamente todos son de distritos de mayoría negra.
Pero en países europeos hay pocos distritos de mayoría no-blanca. En muchos países, los miembros del parlamento son elegidos de las listas de partidos, repartiéndose los escaños proporcionalmente de acuerdo a los resultados nacionales. El resultado es que los candidatos de las minorías deben apelar a los votos de todos.
"En Gran Bretaña no puedes ser elegido solamente con los votos de los negros", dijo Diane Abbot, uno de los 13 miembros negros de la Cámara Baja británica, que tiene 659 escaños.
Junto con Paul Boateng, Abbott fue uno de los cuatro candidatos de minoría de la lista del Partido Laborista y asumió su cargo tras las elecciones de 1987 en Gran Bretaña, después de que disturbios raciales en las ciudades del país subrayaran la falta de representación política de negros y de grupos minoritarios.
Boateng, que fue nombrado al puesto del tesoro por el primer ministro Tony Blair, dijo que los votantes británicos tendían a votar según la afiliación de partido.
En su distrito, Brent South, donde una combinación de grupos étnicos conforman la mayoría, ha visto crecer firmemente su popularidad en elecciones recientes; muchos de los votos fueron depositados por asiáticos. "Todas las evidencias muestran que la raza no juega ningún papel", dijo.
ahora, como el funcionario elegido negro de más alto rango de Gran Bretaña, Boateng dijo que su electorado ve más allá de su raza, aunque continúa denunciando situaciones de injusticia social.
"La minoría afro-caribeña espera que uno represente a toda la comunidad", dijo en una entrevista. "No esperan que yo, como miembro del parlamento o como ministro del gabinete, sea definido por el color de mi piel".
Sin embargo Viswanathan, de la Operación Voto Negro, un grupo de movilización política, dijo que su grupo ha identificado 100 distritos parlamentarios "donde los candidatos no pueden ganar sin los votos negros". Con cifras que muestran que un cuarto de los votantes de las minorías no están inscritos, espera convencer a más a que lo hagan.
Viswanathan dijo que esperaba que el número de miembros negros del parlamento suba a 22. Pero con unos 7 millones de residentes de minorías en Gran Bretaña, dijo, el parlamento probablemente no será verdaderamente representativo hasta que no haya 55 a 60 miembros de minorías.
Viswanathan, y muchos de los políticos negros y de minorías entrevistados en media docena de países, dijeron que miraban hacia Estados Unidos como inspiración, especialmente a nivel local.
"Es muy importante tener representantes en la política -no sólo las minorías, sino también los grupos de edad y sexo", dijo Sherifay en Estocolmo. "Necesitamos elaborar una estrategia y aprender de Estados Unidos".

Erika Lorentzsen y Alexandra Topping en París y Shannon Smiley en Berlín contribuyeron a este reportaje.

7 de mayo de 2005
24 de abril de 2005
©washington post
©traducción mQh

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