bombay expulsa a sus pobres
[Rama Lakshmi] Las barriadas son arrasadas mientras los planes proponen reinventar la ciudad.
Bombay, India. Mohammad Badruddin, un albañil que vive en una atestada barriada infectada de moscas, dijo que hace poco estaba colocando azulejos en un destellante rascacielos residencial cuando oyó que cuatro excavadoras habían aplanado su vecindario de casas de lata.
"Volví corriendo y vi todo el vecindario demolido", recordó Badruddin, 52, cuya casa estaba en el centro de la capital comercial de India, Bombay. "Hicimos frente a las excavadoras, pero la policía nos golpeó. Todo mi trabajo fue reducido a escombros".
Badruddin y sus 4.000 vecinos viven ahora en tiendas improvisadas de plástico y bambú en un cementerio cercano. Para impedir que volvieran, el gobierno ha depositado montones de pútrida basura en el terreno del vecindario y apostado agentes de seguridad en el área para custodiarlo.
"Dicen que quieren transformar la ciudad en una Shanghai", dijo Badruddin, refiriéndose al programa de desarrollo de varios billones de dólares del gobierno. "No sé lo que significa la palabra Shanghai, pero es una excusa para dar a los pobres una patada en el estómago".
Para desocupar cientos de hectáreas para un nuevo edificio, unos 90.000 chabolas fueron derribadas en la barriada este año, dejando sin casa a 300.000 personas.
Bombay, 12 kilómetros de ancho en su punto más amplio y casi 40 de largo, ha sido un imán para los inmigrantes rurales que buscan trabajo y escapar de la miseria de las aldeas durante más de un siglo. Hoy más de la mitad de los 16 millones de habitantes de Bombay viven en hacinados vecindarios en el corazón de la ciudad, en las calles, junto a las líneas férreas y cerca de viaductos. Las barriadas incluso se abrazan al aeropuerto de Bombay, dificultando los planes de expansión que incluyen un nuevo terminal y pistas.
Gobiernos sucesivos han legalizado las nuevas villas miseria o repartido viviendas alternativas para asegurarse los votos de la gente que vive en esas áreas. Pero funcionarios declaran ahora que la frágil infraestructura de la ciudad está colapsando bajo la presión de la población y que Bombay no tiene espacio para más inmigrantes.
"Durante todos estos años nuestros políticos han alentado a estos usurpadores de tierras públicas", dijo Sanjay Ubale, un funcionario del gobierno del estado de Maharasthra, del que Bombay es la capital. Dijo que los nuevos inmigrantes rurales constituían el 37 por ciento del aumento de la población de 1991 a 2001. "Con la demolición de las barriadas hemos demostrado por primera vez coraje político y enviado un fuerte mensaje de que ya no hay espacios libres en esta ciudad", dijo Ubale.
Aunque más gente llega a esta bullente y variada metrópolis, las fortunas económicas de la ciudad ha disminuido en los últimos ocho años, dijo Ubale. Entretanto, dijo, ciudades sureñas como Bangalore, Hyderabad y Madras han superado a Bombay en atraer la inversión extranjera.
"Los precios de la propiedad inmobiliaria en Mumbai", como se llama ahora a Bombay, "se encuentran entre los más altos del mundo, los costes de vida y de hacer negocios son muy altos", dijo Ubale. "No hemos agregado ninguna línea ferroviaria en 50 años y nuestro sistema de transporte público está estrangulado. Las tuberías de agua fueron instaladas hace 100 años. Hay villas miseria por todas partes", dijo. "La ciudad está en decadencia y necesita urgentemente convertirse en una eficiente ciudad mundial, como Shanghai o Cleveland".
El ministro de Economía de India ha reservado financiamiento este año para proyectos de renovación urbana en seis ciudades, incluyendo el inicio de un metro y de lo que se ha llamado el proyecto transportuario de Bombay. El proyecto incluirá una autopista de varias vías y conexiones ferroviarias desde el adinerado sur de Bombay hacia los sectores más pobres en las afueras de la ciudad.
"El enlace transportuario será el Puente de Brooklyn de Mumbai. Descongestionará nuestra ciudad. Y el campo se pueden desarrollar manufacturas que también absorberían a los inmigrantes de Mumbai", dijo Milind Deora, parlamentario de Bombay Sur. "Pero a fin de cuentas tendremos que encontrar nuestro propio modelo de renovación. No podemos simplemente copiar, cortar y pegar Shanghai a nuestra ciudad".
Las acciones del gobierno del estado han alimentado un apasionado debate sobre si hay espacio para los pobres en el sueño de Bombay. Los activistas dicen que no se puede culpar solamente a los pobres de ocupar tierras públicas. Las barriadas, dice, surgieron debido a una corrupta colisión de dueños de villas miseria, policía y políticos.
Una polémica parte del plan de renovación es desarrollar la tierra ocupada por los clausurados molinos de algodón. Los molinos dieron a Bombay su primer impulso económico en 1800, pero fueron clausurados hace 20 años. Una prolongada huelga de los trabajadores en 1982 y el uso de maquinarias modernas fueron fatales para los molinos, afectando unos 250.000 empleos. Hoy, 54 molinos textiles ocupan unas 2.400 hectáreas en Bombay central. Un informe preparado para el gobierno por McKinsey &Co., una firma consultora internacional, recomienda la creación de "islas residenciales y comerciales de primera línea", vendiendo los viejos molinos y tierra en el puerto, ampliando los caminos y construyendo casas de lujo, puntos de venta, plazas urbanas, museos y hospitales.
Los propietarios de los molinos cerrados quieren la tierra para levantar centros comerciales y edificios altos lujosos, mientras la ciudad espera reservar una parte de la tierra para espacios abiertos y viviendas públicas pagables. Los antiguos trabajadores de los molinos están presionando a compañías cinematográficas y de ropa o talleres de piedras preciosas que crearán trabajo para sus hijos.
"Se me rompe el corazón cada vez que veo demoler un molino", dijo Narendra Kargaonkar, 42, trabajador de molino de segunda generación que perdió su trabajo en los Molinos Fénix, ahora el sitio de un ajetreado centro comercial, club nocturno y sala de bolos. El único recordatorio de la vieja estructura es la enorme chimenea que emerge del centro comercial. Kargaonkar trabaja ahora como repartidor de leche, y gana una parte de su salario de 1982.
Mohammad Badruddin, el vecino de la villa miseria, y Kargaonkar, se encuentran entre los cientos de miles de residentes más pobres que se sienten excluidos de la carrera de Bombay por transformarse en una nueva ciudad global.
"¿Qué tipo de renovación urbana es esta?", dijo Kargaonkar. "Donde antes estaban nuestros telares, ahora hay una discoteca".
10 de mayo de 2005
©washinton post
©traducción mQh
"Volví corriendo y vi todo el vecindario demolido", recordó Badruddin, 52, cuya casa estaba en el centro de la capital comercial de India, Bombay. "Hicimos frente a las excavadoras, pero la policía nos golpeó. Todo mi trabajo fue reducido a escombros".
Badruddin y sus 4.000 vecinos viven ahora en tiendas improvisadas de plástico y bambú en un cementerio cercano. Para impedir que volvieran, el gobierno ha depositado montones de pútrida basura en el terreno del vecindario y apostado agentes de seguridad en el área para custodiarlo.
"Dicen que quieren transformar la ciudad en una Shanghai", dijo Badruddin, refiriéndose al programa de desarrollo de varios billones de dólares del gobierno. "No sé lo que significa la palabra Shanghai, pero es una excusa para dar a los pobres una patada en el estómago".
Para desocupar cientos de hectáreas para un nuevo edificio, unos 90.000 chabolas fueron derribadas en la barriada este año, dejando sin casa a 300.000 personas.
Bombay, 12 kilómetros de ancho en su punto más amplio y casi 40 de largo, ha sido un imán para los inmigrantes rurales que buscan trabajo y escapar de la miseria de las aldeas durante más de un siglo. Hoy más de la mitad de los 16 millones de habitantes de Bombay viven en hacinados vecindarios en el corazón de la ciudad, en las calles, junto a las líneas férreas y cerca de viaductos. Las barriadas incluso se abrazan al aeropuerto de Bombay, dificultando los planes de expansión que incluyen un nuevo terminal y pistas.
Gobiernos sucesivos han legalizado las nuevas villas miseria o repartido viviendas alternativas para asegurarse los votos de la gente que vive en esas áreas. Pero funcionarios declaran ahora que la frágil infraestructura de la ciudad está colapsando bajo la presión de la población y que Bombay no tiene espacio para más inmigrantes.
"Durante todos estos años nuestros políticos han alentado a estos usurpadores de tierras públicas", dijo Sanjay Ubale, un funcionario del gobierno del estado de Maharasthra, del que Bombay es la capital. Dijo que los nuevos inmigrantes rurales constituían el 37 por ciento del aumento de la población de 1991 a 2001. "Con la demolición de las barriadas hemos demostrado por primera vez coraje político y enviado un fuerte mensaje de que ya no hay espacios libres en esta ciudad", dijo Ubale.
Aunque más gente llega a esta bullente y variada metrópolis, las fortunas económicas de la ciudad ha disminuido en los últimos ocho años, dijo Ubale. Entretanto, dijo, ciudades sureñas como Bangalore, Hyderabad y Madras han superado a Bombay en atraer la inversión extranjera.
"Los precios de la propiedad inmobiliaria en Mumbai", como se llama ahora a Bombay, "se encuentran entre los más altos del mundo, los costes de vida y de hacer negocios son muy altos", dijo Ubale. "No hemos agregado ninguna línea ferroviaria en 50 años y nuestro sistema de transporte público está estrangulado. Las tuberías de agua fueron instaladas hace 100 años. Hay villas miseria por todas partes", dijo. "La ciudad está en decadencia y necesita urgentemente convertirse en una eficiente ciudad mundial, como Shanghai o Cleveland".
El ministro de Economía de India ha reservado financiamiento este año para proyectos de renovación urbana en seis ciudades, incluyendo el inicio de un metro y de lo que se ha llamado el proyecto transportuario de Bombay. El proyecto incluirá una autopista de varias vías y conexiones ferroviarias desde el adinerado sur de Bombay hacia los sectores más pobres en las afueras de la ciudad.
"El enlace transportuario será el Puente de Brooklyn de Mumbai. Descongestionará nuestra ciudad. Y el campo se pueden desarrollar manufacturas que también absorberían a los inmigrantes de Mumbai", dijo Milind Deora, parlamentario de Bombay Sur. "Pero a fin de cuentas tendremos que encontrar nuestro propio modelo de renovación. No podemos simplemente copiar, cortar y pegar Shanghai a nuestra ciudad".
Las acciones del gobierno del estado han alimentado un apasionado debate sobre si hay espacio para los pobres en el sueño de Bombay. Los activistas dicen que no se puede culpar solamente a los pobres de ocupar tierras públicas. Las barriadas, dice, surgieron debido a una corrupta colisión de dueños de villas miseria, policía y políticos.
Una polémica parte del plan de renovación es desarrollar la tierra ocupada por los clausurados molinos de algodón. Los molinos dieron a Bombay su primer impulso económico en 1800, pero fueron clausurados hace 20 años. Una prolongada huelga de los trabajadores en 1982 y el uso de maquinarias modernas fueron fatales para los molinos, afectando unos 250.000 empleos. Hoy, 54 molinos textiles ocupan unas 2.400 hectáreas en Bombay central. Un informe preparado para el gobierno por McKinsey &Co., una firma consultora internacional, recomienda la creación de "islas residenciales y comerciales de primera línea", vendiendo los viejos molinos y tierra en el puerto, ampliando los caminos y construyendo casas de lujo, puntos de venta, plazas urbanas, museos y hospitales.
Los propietarios de los molinos cerrados quieren la tierra para levantar centros comerciales y edificios altos lujosos, mientras la ciudad espera reservar una parte de la tierra para espacios abiertos y viviendas públicas pagables. Los antiguos trabajadores de los molinos están presionando a compañías cinematográficas y de ropa o talleres de piedras preciosas que crearán trabajo para sus hijos.
"Se me rompe el corazón cada vez que veo demoler un molino", dijo Narendra Kargaonkar, 42, trabajador de molino de segunda generación que perdió su trabajo en los Molinos Fénix, ahora el sitio de un ajetreado centro comercial, club nocturno y sala de bolos. El único recordatorio de la vieja estructura es la enorme chimenea que emerge del centro comercial. Kargaonkar trabaja ahora como repartidor de leche, y gana una parte de su salario de 1982.
Mohammad Badruddin, el vecino de la villa miseria, y Kargaonkar, se encuentran entre los cientos de miles de residentes más pobres que se sienten excluidos de la carrera de Bombay por transformarse en una nueva ciudad global.
"¿Qué tipo de renovación urbana es esta?", dijo Kargaonkar. "Donde antes estaban nuestros telares, ahora hay una discoteca".
10 de mayo de 2005
©washinton post
©traducción mQh
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