sunníes forman alianza
[Sinan Salaheddin] Cerca de mil sunníes se reunieron ayer en la capital iraquí y formaron una alianza de grupos religiosos, políticos y tribales para exigir un rol más importante en la estructura de poder del país dominada por los chiíes.
Bagdad, Iraq. Con la tensión y violencia sectarias en aumento, la nueva organización exigió de inmediato la renuncia del ministro del Interior, un chií cuyo despacho, dijo, había tenido que ver en el asesinato de varios clérigos sunníes.
Bayan Jabr, el ministro, negó todas las acusaciones sobre la implicación del gobierno en los asesinatos y dijo que no renunciaría.
"Nadie tiene el derecho de pedir la renuncia de un ministro, sólo el parlamento puede hacer eso. Los que no votaron no tienen derecho a exigir nada", dijo, refiriéndose a que muchos sunníes se quedaron en casa en las elecciones del 30 de enero en protesta o por temor a los atentados.
En la violencia de ayer, ocho miembros de una fuerza de elite del ministerio del Interior conocida como la Brigada Lobo fueron matadas en una emboscada en horas del alba contra un convoy de 20 vehículos en el centro de Beiji, a 250 kilómetros al norte de Bagdad, dijo el teniente primero de policía, Nadar Adil. Los sunníes acusan de la Brigada Lobo, entre otros grupos, de los asesinatos de sus clérigos.
Dos helicópteros Apache de combate del ejército norteamericano respondieron y abrieron fuego cerca del sitio de la emboscada.
La nueva alianza sunní, que aún no tiene nombre, abrirá su primera oficina en Bagdad y otras sucursales en otras ciudades más adelante.
"Las decisiones que tome esta organización serán compartidas por los todos los partidos y movimientos sunníes, islamitas, independientes, comerciales, oficiales militares, jefes de tribus y trabajadores", dijo Adnan al-Duleimi, el presidente de Poder Sunní.
La organización benéfica fue uno de los tres principales grupos sunníes que respaldaron la formación de la nueva organización. Las otras son la influyente Asociación de Clérigos Musulmanes y el Partido Islámico Iraquí.
La nueva organización sunní podría contribuir a revigorizar a la minoría, que apenas está representada en el parlamento de 275 escaños, y cuenta con apenas 6 puestos en el gabinete de 37 miembros. Las próximas elecciones deben convocarse en diciembre después de que los iraquíes redacten una nueva constitución, que debe ser aprobada primero en un referéndum nacional.
Las tensiones sectarias han sido altas en todo el país, y se cree que son extremistas sunníes quienes están impulsando la intransigente resistente, que ha causado la muerte de más de 520 personas desde que se anunciara el 28 de abril la formación del gobierno dirigido por los chiíes.
Los sunníes eran dominantes durante el régimen baazista de Hussein, pero constituyen entre un 15 a 20 por ciento de los 26 millones de habitantes de Iraq y la mayoría se mantuvieron alejados de las urnas en las que se eligió al primer gobierno democrático del país.
Los chiíes, que constituyen el 60 por ciento de la población, emergieron de las elecciones del 30 de enero como el bloque más votado de la Asamblea Nacional. Se han unido a los kurdos y tratado de incluir a los sunníes en el gobierno.
La amenaza de una guerra civil, mezclada con manifestaciones anti-norteamericanas el viernes, especialmente en el sureño territorio chií -donde más de 10.000 manifestantes acataron un llamado del clérigo anti-norteamericano Moqtada al-Sáder a pisotear y pasar por encima de banderas norteamericanas e israelíes pintadas en las calles junto a las mezquitas después de que varios de sus partidarios fueran detenidos.
Sáder organizó dos rebeliones contra fuerzas norteamericanas en Bafdad y Nayaf en abril y agosto del año pasado, y luego desapareció hasta volver a emerger el lunes para exigir la retirada de las fuerzas norteamericanas de Iraq.
Hubo enfrentamientos el viernes en Nasiriyah, donde una balacera entre partidarios de Sáder y guardias que protegían la oficina del gobernador provincial dejó heridas a 17 personas.
El gobernador de Nasiriyah, Aziz Kadhim Alwan advirtió que no permitiría que volviesen a ocurrir incidentes semejantes. "Dimos autoridad a las tropas del ejército para que se defiendan a sí mismas y detengan a miembros armados de cualquier milicia o partido", dijo ayer. Los sunníes también montaron manifestaciones anti-norteamericanas el viernes pero concentraron sus protestas contra la mayoría chií.
"Condenamos los allanamientos y detenciones bajo pretexto de la ley contra los imanes y las mezquitas. Pedimos que se forme un comité independiente para que verifique si ha habido detenidos que hayan sido torturados o asesinados y exigieron la renuncia del ministro del Interior", dijeron los sunníes en una declaración anunciando la formación de su organización.
La Asociación de Clérigos Musulmanes acusó recientemente a una prominente milicia chií, las Brigadas Sáder, de atacar a líderes religiosos sunníes.
23 de mayo de 2005
©boston globe
©traducción mQh
Bayan Jabr, el ministro, negó todas las acusaciones sobre la implicación del gobierno en los asesinatos y dijo que no renunciaría.
"Nadie tiene el derecho de pedir la renuncia de un ministro, sólo el parlamento puede hacer eso. Los que no votaron no tienen derecho a exigir nada", dijo, refiriéndose a que muchos sunníes se quedaron en casa en las elecciones del 30 de enero en protesta o por temor a los atentados.
En la violencia de ayer, ocho miembros de una fuerza de elite del ministerio del Interior conocida como la Brigada Lobo fueron matadas en una emboscada en horas del alba contra un convoy de 20 vehículos en el centro de Beiji, a 250 kilómetros al norte de Bagdad, dijo el teniente primero de policía, Nadar Adil. Los sunníes acusan de la Brigada Lobo, entre otros grupos, de los asesinatos de sus clérigos.
Dos helicópteros Apache de combate del ejército norteamericano respondieron y abrieron fuego cerca del sitio de la emboscada.
La nueva alianza sunní, que aún no tiene nombre, abrirá su primera oficina en Bagdad y otras sucursales en otras ciudades más adelante.
"Las decisiones que tome esta organización serán compartidas por los todos los partidos y movimientos sunníes, islamitas, independientes, comerciales, oficiales militares, jefes de tribus y trabajadores", dijo Adnan al-Duleimi, el presidente de Poder Sunní.
La organización benéfica fue uno de los tres principales grupos sunníes que respaldaron la formación de la nueva organización. Las otras son la influyente Asociación de Clérigos Musulmanes y el Partido Islámico Iraquí.
La nueva organización sunní podría contribuir a revigorizar a la minoría, que apenas está representada en el parlamento de 275 escaños, y cuenta con apenas 6 puestos en el gabinete de 37 miembros. Las próximas elecciones deben convocarse en diciembre después de que los iraquíes redacten una nueva constitución, que debe ser aprobada primero en un referéndum nacional.
Las tensiones sectarias han sido altas en todo el país, y se cree que son extremistas sunníes quienes están impulsando la intransigente resistente, que ha causado la muerte de más de 520 personas desde que se anunciara el 28 de abril la formación del gobierno dirigido por los chiíes.
Los sunníes eran dominantes durante el régimen baazista de Hussein, pero constituyen entre un 15 a 20 por ciento de los 26 millones de habitantes de Iraq y la mayoría se mantuvieron alejados de las urnas en las que se eligió al primer gobierno democrático del país.
Los chiíes, que constituyen el 60 por ciento de la población, emergieron de las elecciones del 30 de enero como el bloque más votado de la Asamblea Nacional. Se han unido a los kurdos y tratado de incluir a los sunníes en el gobierno.
La amenaza de una guerra civil, mezclada con manifestaciones anti-norteamericanas el viernes, especialmente en el sureño territorio chií -donde más de 10.000 manifestantes acataron un llamado del clérigo anti-norteamericano Moqtada al-Sáder a pisotear y pasar por encima de banderas norteamericanas e israelíes pintadas en las calles junto a las mezquitas después de que varios de sus partidarios fueran detenidos.
Sáder organizó dos rebeliones contra fuerzas norteamericanas en Bafdad y Nayaf en abril y agosto del año pasado, y luego desapareció hasta volver a emerger el lunes para exigir la retirada de las fuerzas norteamericanas de Iraq.
Hubo enfrentamientos el viernes en Nasiriyah, donde una balacera entre partidarios de Sáder y guardias que protegían la oficina del gobernador provincial dejó heridas a 17 personas.
El gobernador de Nasiriyah, Aziz Kadhim Alwan advirtió que no permitiría que volviesen a ocurrir incidentes semejantes. "Dimos autoridad a las tropas del ejército para que se defiendan a sí mismas y detengan a miembros armados de cualquier milicia o partido", dijo ayer. Los sunníes también montaron manifestaciones anti-norteamericanas el viernes pero concentraron sus protestas contra la mayoría chií.
"Condenamos los allanamientos y detenciones bajo pretexto de la ley contra los imanes y las mezquitas. Pedimos que se forme un comité independiente para que verifique si ha habido detenidos que hayan sido torturados o asesinados y exigieron la renuncia del ministro del Interior", dijeron los sunníes en una declaración anunciando la formación de su organización.
La Asociación de Clérigos Musulmanes acusó recientemente a una prominente milicia chií, las Brigadas Sáder, de atacar a líderes religiosos sunníes.
23 de mayo de 2005
©boston globe
©traducción mQh
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