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buscando extraterrestres


[Ariana Eunjung Cha] Científicos rastrean el cielo con telescopios más potentes y renovado vigor.
Hat Creek, California, Estados Unidos. El astrónomo Michael M. Davis controló su ordenador. Una de las antenas en el telescopio radial de última tecnología que está siendo construido en el valle donde está su oficina estaba recibiendo un inusual pulso desde más allá de la Tierra. ¿Una señal de otra civilización inteligente? Hoy no. Era el satélite Rosetta, en ruta para estudiar un cometa.
Los ansiosos momentos que son seguidos por desilusiones como estas son parte de lo normal para los investigadores del Instituto SETI, el sucesor financiado privadamente del ahora difunto proyecto del gobierno dedicado a la búsqueda de vida extraterrestre. Han estado rastreando el cielo durante décadas, pero no han sido capaces de reunir suficientes datos como para concluir, o incluso aventurar si estamos o no solos en el universo.
Esta vez, sin embargo, los científicos esperan que las cosas sean diferentes. Este mes, el primer telescopio diseñado específicamente para esa búsqueda empezó a rastrear el cielo. Todavía se encuentra en una fase inicial de desarrollo, pero cuando sea terminado el telescopio será tan poderoso que será capaz de analizar más estrellas en uno o dos años que las que hemos analizado en los últimos 45.
"De momento, la ausencia de una señal no es particularmente apremiante", dijo Davis, profesor emérito adjunto de la Universidad de Cornell, que se unió recientemente al SETI para supervisar el proyecto de telescopio. "Podría haber un billón de culturas inteligentes con ondas de radio dando vueltas a su alrededor..., pero no hemos tenido la capacidad de detectarlas".
Denunciado hace una década como un esfuerzo equivocado de encontrar a los ‘pequeños hombres verdes' y despojado de financiamiento oficial, el SETI, que quiere decir "búsqueda de inteligencia extraterrestre", ha encontrado nuevos seguidores entre los titanes del Silicon Valley y técnicos de otros lugares interesados en el espacio. Han otorgado fondos e ideas técnicas poco convencionales al instituto, aportando un nuevo respeto y energía a la organización. Algunos dicen que haber sido apartados por el gobierno federal es lo mejor que le pudo pasar a SETI, que se ha hecho más fuerte y más innovador en el sector privado de lo que podría haber sido en la burocracia pública.
Sus científicos publican ahora regularmente en algunas de las más prestigiosas revistas de astronomía y la Fundación Nacional de la Ciencia anunció recientemente que lo haría eligible para nuevos financiamientos. Sus auspiciadores representan a los fundadores de algunas de las compañías tecnológicas más importantes del mundo: Paul Allen, de Microsoft Corp., Gordon Moore, de Intel Corp., y Sandy Lerner, de Cisco Systemas Inc. Sun Microsystems Inc. ha donado servidores y otros equipos de última generación a los proyectos del SETI, y actuales y antiguos ejecutivos de Hewlett-Packard Co. han proporcionado su conocimiento.
La industria de alta tecnología ha sido siempre un lugar de soñadores, de gente que cree en el poder de la ciencia para resolver cualquier problema. Construir la máquina de búsqueda de vida extraterrestre es un reto de toda la vida para muchos técnicos, la mayoría de los cuales pasaron sus infancias inmersos en la ‘La guerra de las estrellas' y ‘Star Trek' y leyendo cómics sobre superhéroes extraterrestres.
"Usar hardaward y software para encontrar el significado de la vida es para ellos interesante tanto desde un punto de vista filosófico como técnico", dijo Seth Shostak, un astrónomo profesional del Instituto de Tecnología de California en SETI, que sita en Mountain View, California, en el corazón del Silicon Valley.
Allen dijo en una entrevista que cuando era joven iba todas las semanas a la biblioteca con su madre a recoger una pila de libros de ciencia ficción que lo hacían tener "sueños locos". Allen, que ayudó a fundar el Museo Experiencia de la Ciencia Ficción en Seattle y el SpaceShipOne, la primera astronave tripulada financiada privadamente, dijo que los primeros pasos del hombre en la luna en 1969 lo hicieron creer que la tecnología podía llevar sus ideas a la realidad.
"El mero conocimiento de que existe otra civilización... sería una cosa asombrosa", dijo Allen.
Los patrocinadores difícilmente consideran su proyecto como algo frívolo. Alan Bagley, que pasó casi 40 años trabajando como ingeniero en Hewlett-Packard y fue hasta hace poco el director de la división de frecuencia y tiempo de la compañía, dijo que se había incorporado al directorio de SETI porque "la verdadera apuesta es que no haya nadie ahí". La matemática Linda Bernardi, gerente y presidente de ConnecTerra Inc. se involucró en el proyecto porque el SETI gira "sobre lo que es posible".
"La posibilidad de que seamos la única vida en el universo parece muy poco real", dijo.
El diseño del nuevo telescopio surgió de una serie de maratónicas sesiones de ideas de los astrónomos del instituto, científicos de la Universidad de California en Berkeley y algunos de los pensadores más respetados de la industria tecnológica.
Los radio-telescopios más potentes dependen de una antena gigante, cuyo potencia aumenta con el diámetro de su disco. El ex director de la sección de investigación y desarrollo de Hewlett-Packard, Bernard M. Oliver, que murió en 1995, imaginó construir un telescopio que llamó "Cíclope", o un ojo gigante hecho de una gama de antenas más pequeñas. En la época en que propuso la idea hace varias décadas, conectar todas esas antenas a ordenadores habría sido terriblemente caro. Pero con el rápido descenso de los precios de la electrónica en los últimos años, eso ya no es un problema.
El Allen Telescope Array, llamado así por su donante más generoso, Paul Allen, estará compuesto por 350 o más pequeños discos de aluminio que se esparcirán en un área de 36 hectáreas en un patrón aleatorio. Está siendo construido en el extremo norte de California en paisajes sobrecogedores: un campo cubierto de arbustos del desierto y lava y rodeados de montañas con los picos nevados.
Muchos de los componentes utilizados en el nuevo telescopio son partes básicas ampliamente disponibles, haciendo significativamente más barato y más fácil construir sus componentes. Mientras que la construcción de un telescopio grande podría costar 200 millones de dólares, el del SETI costará unos 34 millones de dólares, y en algunos aspectos será más potente y sofisticado.
"Finalmente este artefacto está hecho de 350 antenas de patio", dijo Shostak. Ahora se encuentran operacionales una media docena de discos de antenas. Para fines del verano se espera que esa cantidad suba a 30, llegando a 42 a fines de año. El proyecto será terminado en 2008.
Presentada con glamour en la película ‘Contacto', de la que fue protagonista Jodie Foster, y otras películas de Hollywood, como excitante y rápida, la búsqueda de inteligencia extraterrestre es en realidad una lección de paciencia.
Los astrónomos del SETI comienzan con listas de planetas clasificados como acogedores de acuerdo a como conocemos la vida hoy. Se han incorporado varios criterios, tales como su edad, lo cerca que están de estrellas como el sol, y si tienen o no el potencial de mantener agua líquida.
Los astrónomos apuntan a estas ‘estrellas acogedoras' o ambientes estelares habitables, una por una, y las escanean a la búsqueda de cualquier transmisión en todas las frecuencias.
Hasta que comenzara a operar el Allen Telescope Array, la búsqueda vida extraterrestre era realizada a tiempo parcial. Los científicos normalmente sacaban tiempo de otros telescopios, apuntaban los datos y los analizaban en los meses subsiguientes utilizado sistemas informáticos. Si se detectaba alguna señal fuera de lo común, los astrónomos debían a menudo esperar otro turno para reunir más datos, un proceso muy lento.
Ahora el SETI puede escanear lugares durante 24 horas al día, siete días a la semana, y realizar sus análisis en tiempo real.
Desde la primavera de 1960, cuando el entonces joven astrónomo llamado Francis Drake enfocó por primera vez un telescopio hacia algunas estrellas cercanas y trató de detectar señales extraterrestres, los científicos del SETI han analizado unas 1.000 estrellas. En las siguientes dos décadas, el Allen Telescope Array espera poder estudiar más de un billón de estrellas. Pero con los estimados cientos de billones de estrellas en la galaxia de la Vía Láctea y cientos de billones de galaxias en el universo, decir que hay mucho por hacer es un subentendido.
Una mañana reciente pocas horas antes del amanecer, Davis caminaba enérgicamente en el terreno en el desierto, controlando que las antenas en forma de platillos volantes estuvieran instaladas correctamente. Luego volvió a su oficina a sentarse frente a un ordenador y coordinar con sus colegas en la oficina del SETI en el Silicon Valley para apuntar el telescopio en todas las direcciones y empezar la tarea de tratar de captar las diferencias entre fenómenos producidos por el hombre y posible fenómenos de origen extraterrestre.
Y así ocurrirá durante el próximo año, década, siglo, milenio o más. Davis sabe que si existiera otra civilización en el espacio, las posibilidades de encontrarla en esta generación son muy difíciles. "Si después de mil años todavía no podemos confirmar una señal, ciertamente querrá decir algo". Davis se detuvo, frunciendo el ceño. "Quizás son más silenciosos que nosotros. O quizás no existen".

31 de mayo de 2005
©washington post
©traducción mQh

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