revuelta mortal en china
[Philip P. Pan] Cientos de campesinos se niegan a entregar sus tierras.
Shengyou, China. Cientos de hombres armados con escopetas, palos y tubos atacaron el sábado a un grupo de campesinos que resistía las exigencias oficiales de que entregaran sus tierras a una centrale eléctrica del estado, dijeron testigos. Los hombres mataron a seis campesinos y dejaron a unas 100 personas gravemente heridas en uno de los casos más mortíferos de disturbio rural durante años.
Los campesinos, que habían levantado tiendas y excavado pozos y trincheras en las tierras en disputa para impedir que las autoridades se las apropiaran, dijeron que sospechaban que los agresores fueron contratados por funcionarios locales corruptos.
Dijeron que cientos de campesinos fueron golpeados o apuñalados y varios fueron impactados por balas en la espalda cuando huían.
Alcanzado telefónicamente, un portavoz del gobierno provincial dijo que no podía confirmar ni desmentir la agresión. "De momento se nos ha ordenado no dar informaciones sobre el asunto", dijo.
Grandes contingentes de policía habían sido apostados en los alrededores de Shengyou, a unos 160 kilómetros al sudoeste de Pekín, pero residentes amoratados y vendados lograron introducir el lunes a hurtadillas a un periodista en la aldea y lo llevaron a un amplio terreno sembrado de armas abandonadas, cartuchos de balas y ropa ensangrentada. También proporcionaron tomas de la agresión filmadas con una videocámara digital.
A pesar del ataque, los campesinos siguieron desafiantes y en control de las tierras disputadas. También ocuparon el cuartel general del gobernante Partido Comunista, donde colocaron los cuerpos de cinco de sus compatriotas asesinados. Una multitud de emocionados deudos llenaban el patio fuera; colgando sobre el portal había una bandera blanca con las palabras garabateadas en tinta negra: "Injusticia".
"Queremos saber quién dio las órdenes, quién los envió a atacarnos", dijo Niu Zhanzong, 50, un calvo y desconfiado campesino que hizo un video de parte del ataque antes de que los hombres lo empujaran al suelo, rompieran su cámara y le quebraran su brazo.
La ocupación de las tierras agrícolas a cargo de funcionarios locales para construir caminos, diques, fábricas y otros proyectos, a menudo para beneficio personal, ha surgido como un problema cada vez más volátil en el campo chino, donde el gobierno posee toda la tierra y proporciona a los campesinos arrendamientos de largo plazo. Los campesinos a menudo se quejan de que son insuficientemente compensados cuando los funcionarios expropian sus tierras, y han montado cientos de protestas sobre el problema en los últimos años.
15 de junio de 2005
©boston globe
©traducción mQh
Los campesinos, que habían levantado tiendas y excavado pozos y trincheras en las tierras en disputa para impedir que las autoridades se las apropiaran, dijeron que sospechaban que los agresores fueron contratados por funcionarios locales corruptos.
Dijeron que cientos de campesinos fueron golpeados o apuñalados y varios fueron impactados por balas en la espalda cuando huían.
Alcanzado telefónicamente, un portavoz del gobierno provincial dijo que no podía confirmar ni desmentir la agresión. "De momento se nos ha ordenado no dar informaciones sobre el asunto", dijo.
Grandes contingentes de policía habían sido apostados en los alrededores de Shengyou, a unos 160 kilómetros al sudoeste de Pekín, pero residentes amoratados y vendados lograron introducir el lunes a hurtadillas a un periodista en la aldea y lo llevaron a un amplio terreno sembrado de armas abandonadas, cartuchos de balas y ropa ensangrentada. También proporcionaron tomas de la agresión filmadas con una videocámara digital.
A pesar del ataque, los campesinos siguieron desafiantes y en control de las tierras disputadas. También ocuparon el cuartel general del gobernante Partido Comunista, donde colocaron los cuerpos de cinco de sus compatriotas asesinados. Una multitud de emocionados deudos llenaban el patio fuera; colgando sobre el portal había una bandera blanca con las palabras garabateadas en tinta negra: "Injusticia".
"Queremos saber quién dio las órdenes, quién los envió a atacarnos", dijo Niu Zhanzong, 50, un calvo y desconfiado campesino que hizo un video de parte del ataque antes de que los hombres lo empujaran al suelo, rompieran su cámara y le quebraran su brazo.
La ocupación de las tierras agrícolas a cargo de funcionarios locales para construir caminos, diques, fábricas y otros proyectos, a menudo para beneficio personal, ha surgido como un problema cada vez más volátil en el campo chino, donde el gobierno posee toda la tierra y proporciona a los campesinos arrendamientos de largo plazo. Los campesinos a menudo se quejan de que son insuficientemente compensados cuando los funcionarios expropian sus tierras, y han montado cientos de protestas sobre el problema en los últimos años.
15 de junio de 2005
©boston globe
©traducción mQh
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