presión para salir de iraq
[Rick Klein] Grupo bipartidista presenta resolución para exigir plan de retirada.
Washington, Estados Unidos. Líderes republicanos de la Cámara Baja están bloqueando una medida que exigirá que el gobierno de Bush presente en breve un plan de salida de la guerra de Iraq, a medida que en el Congreso críticos de los dos partidos aumentan la presión sobre el gobierno para definir una estrategia que permita que Estados Unidos se libere del conflicto.
Hoy, un pequeño grupo bipartidista de legisladores, dirigidos por un republicano que apoyó la guerra, planea introducir una resolución llamando a la retirada de las tropas norteamericanas de Iraq a principios de octubre de 2006. La iniciativa se produce después de una tentativa de los demócratas para exigir que el gobierno de Bush diseñe, en 30 días, un plan de salida. El proyecto de los demócratas fue rechazado en el comité y es improbable que llegue a la Cámara para su votación.
Pero la resolución bipartidista, auspiciada por el representante Walter Jones Jr., un republicano de Carolina del Norte, podría transformarse en un reto más espinudo para los aliados de Bush en el Congreso.
Mientras los sondeos indican que el apoyo de la guerra ha disminuido, más legisladores que apoyaron el uso de la fuerza en Iraq están expresando abiertamente sus preocupaciones sobre la carencia de un plan claro, público, que ponga fin a la presencia norteamericana allá. La semana pasada, el Comité de Relaciones Internacionales del Congreso votó por 32 contra 9 para llamar a Bush a elaborar una estrategia para salir de Iraq. La Casa Blanca rechaza la idea, creyendo que esa medida sólo alentaría a la resistencia iraquí.
Las maniobras políticas ocurren en medio de la violencia en Iraq y la recente controversia en el país sobre un memorándum del gobierno británico que ponía en entredicho los motivos del gobierno de Bush para declarar la guerra. Algunos prominentes republicanos están preocupados de que si los republicanos votan en números importantes el proyecto bipartidista -incluso si, al final, el proyecto es rechazado- pondrían en dificultad al gobierno y minarían la autoridad de Bush.
Jones, que alguna vez llegó a primera plana al proponer rebautizar las patatas francesas por patatas de la libertad' para protestar por la oposición francesa a la guerra, presentará la resolución instando a Bush a empezar a traer las tropas americanas a casa en octubre de 2006. Para entonces, dijo Jones, las fuerzas de seguridad iraquíes adiestradas serán suficientes para mantener el orden y proteger a su propio país.
"El pueblo americano tiene un punto aquí: ¿Cuánto más podemos tolerar?", dijo Jones, cuya resolución tiene un republicano y dos demócratas como co-proponentes.
"Derrocamos a Saddam Hussein. Eso es una victoria. Les hemos dado la oportunidad de desarrollar una democracia. Es una victoria. Estamos adiestrando a las tropas iraquíes. Será una victoria", dijo Jones. "Hemos alcanzado nuestros objetivos, y si no, ¿cuáles son?"
Entretanto, en el Senado, Russell D. Feingold, demócrata de Wisconsin, está llamando a co-firmantes de una resolución pidiendo que Bush presente un calendario para alcanzar sus objetivos en Iraq -y para la retirada posterior de las tropas. Feingold recibió el apoyo inmediato de la senadora Barbara Boxer, demócrata de California.
El senador Lincoln D. Chafee, republicano de Rhode Island, dijo ayer que también podría firmarla. Chafee, que se opuso a la guerra, dijo que las crecientes demandas en las dos Cámaras de que Bush aclare sus objetivos en Iraq son una respuesta directa a la creciente inquietud de la opinión pública sobre la guerra.
"Si los políticos lo están haciendo, es porque reflejan a la opinión pública", dijo Chafee.
Bush y sus principales asesores han resistido fijar un calendario para la retirada de las tropas o de hablar en público sobre metas específicas. De hacerlo, dicen, proporcionarían una información útil a la resistencia -un argumento que ha respaldado la vieja guardia de los republicanos en la Cámara.
"Nunca digo a mis hijos que se me está acabando la paciencia, porque entonces usualmente me provocan", dijo el representante Mike Pense, republicano de Indiana y un firme aliado de Bush. "Desde un punto de vista táctico, es poco inteligente dar un calendario al enemigo, porque en lo fundamental les da una fecha sobre cuánto tiempo deben aguantar todavía".
Pence dijo que no ha advertido frustración entre sus votantes o sus colegas de la vieja guardia sobre el progreso de la guerra en Iraq. Pero un sondeo de Gallup dado a conocer esta semana indicó que un 60 por ciento de los estadounidenses pensaba que Estados Unidos debería llevar a algunas o todas sus tropas a casa, y sólo un 42 por ciento dijo que la invasión valía la pena. Hace dos años una mayoría substancial de los sondeos apoyaba la invasión.
El martes, contra ese trasfondo, el líder de la minoría en la Cámara, Nancy Pelosi, demócrata de California, intentó presentar una resolución que daría a Bush 30 días para presentar un calendario específico de retirada de las tropas. Quería anexar la resolución a una enmienda de la ley de asignaciones para la de defensa, que incluye 45 billones de dólares adicionales para operaciones militares en Iraq y Afganistán.
Pero el Comité de Reglamento de la Cámara, en una votación de 6 a 2, paralizó la petición de Pelosi sobre bases de procedimiento, diciendo que estaba fuera de cuestión unir una cuestión de política a la ley de gastos.
No hay nada inusual en que los líderes republicanos dejen de lado las enmiendas de los demócratas. Pero en este caso, dijo Thomas Mann, de la Brookings Institution, los líderes republicanos estaban preocupados de la posibilidad de que algunos legisladores del partido podrían romper filas y votar la enmienda de Pelosi.
"Cada vez más, miembros de los dos partidos están buscando una estrategia de salida de Iraq o -como prefieren decir algunos-, una estrategia de victoria", dijo Mann. "Si esa resolución es aprobada, será visto como una aguda crítica del gobierno".
El representante James P.McGovern, un demócrata de Worcester que es miembro del Comité de Reglamento y que votó a la enmienda de Pelosi, dijo que los líderes republicanos están sintiendo la presión de la gente corriente y de sus votantes sobre la prolongada violencia en Iraq.
"Los líderes republicanos se están mordiendo las uñas sobre este asunto", dijo McGovern. "Este Congreso ha sido negligente con respecto a sus deberes en Iraq. Antes de la guerra no hicimos las preguntas adecuadas. Ahora no se responsabiliza a nadie".
Jones, el representante que presentará el proyecto de retirada de las tropas, será acompañado por un grupo diverso de legisladores en lo que es la primera ley bipartidista de este tipo desde el principio de la guerra. Sus co-presentadores son el representante Ron E. Paul, un republicano de Texas que es quizás el principal libertario del Congreso, y dos importantes liberales de la Cámara: los representantes Dennis J. Kucinich, demócrata de Ohio, y Neil Abercrombie, demócrata de Hawai. Paul, Kucinich y Abercrombie votaron todos contra la guerra.
A medida que se extendía la noticia del proyecto de resolución, varios miembros de la Cámara felicitaron a Jones en el vestíbulo justo frente al salón de la Cámara. Shelley Berkley, una demócrata de Nevada que dio a Bush su voto para invadir Iraq, dijo que los miembros se sentían engañados por las informaciones de preguerra del gobierno que contribuyeron a concluir que Iraq tenía armas de destrucción masiva.
"Nadie habría votado por esta resolución" si hubieran sabido lo que saben ahora. "Hay un creciente reconocimiento de que las cosas han marchado terriblemente mal en Iraq, y el reconocimiento de que el gobierno no tiene claro el futuro de Iraq, ni el papel de Estados Unidos allá".
Susan Milligan contribuyó a este reportaje.
A Rick Klein se le puede escribir a: rklein@globe.com.
17 de junio de 2005
©boston globe
©traducción mQh
Hoy, un pequeño grupo bipartidista de legisladores, dirigidos por un republicano que apoyó la guerra, planea introducir una resolución llamando a la retirada de las tropas norteamericanas de Iraq a principios de octubre de 2006. La iniciativa se produce después de una tentativa de los demócratas para exigir que el gobierno de Bush diseñe, en 30 días, un plan de salida. El proyecto de los demócratas fue rechazado en el comité y es improbable que llegue a la Cámara para su votación.
Pero la resolución bipartidista, auspiciada por el representante Walter Jones Jr., un republicano de Carolina del Norte, podría transformarse en un reto más espinudo para los aliados de Bush en el Congreso.
Mientras los sondeos indican que el apoyo de la guerra ha disminuido, más legisladores que apoyaron el uso de la fuerza en Iraq están expresando abiertamente sus preocupaciones sobre la carencia de un plan claro, público, que ponga fin a la presencia norteamericana allá. La semana pasada, el Comité de Relaciones Internacionales del Congreso votó por 32 contra 9 para llamar a Bush a elaborar una estrategia para salir de Iraq. La Casa Blanca rechaza la idea, creyendo que esa medida sólo alentaría a la resistencia iraquí.
Las maniobras políticas ocurren en medio de la violencia en Iraq y la recente controversia en el país sobre un memorándum del gobierno británico que ponía en entredicho los motivos del gobierno de Bush para declarar la guerra. Algunos prominentes republicanos están preocupados de que si los republicanos votan en números importantes el proyecto bipartidista -incluso si, al final, el proyecto es rechazado- pondrían en dificultad al gobierno y minarían la autoridad de Bush.
Jones, que alguna vez llegó a primera plana al proponer rebautizar las patatas francesas por patatas de la libertad' para protestar por la oposición francesa a la guerra, presentará la resolución instando a Bush a empezar a traer las tropas americanas a casa en octubre de 2006. Para entonces, dijo Jones, las fuerzas de seguridad iraquíes adiestradas serán suficientes para mantener el orden y proteger a su propio país.
"El pueblo americano tiene un punto aquí: ¿Cuánto más podemos tolerar?", dijo Jones, cuya resolución tiene un republicano y dos demócratas como co-proponentes.
"Derrocamos a Saddam Hussein. Eso es una victoria. Les hemos dado la oportunidad de desarrollar una democracia. Es una victoria. Estamos adiestrando a las tropas iraquíes. Será una victoria", dijo Jones. "Hemos alcanzado nuestros objetivos, y si no, ¿cuáles son?"
Entretanto, en el Senado, Russell D. Feingold, demócrata de Wisconsin, está llamando a co-firmantes de una resolución pidiendo que Bush presente un calendario para alcanzar sus objetivos en Iraq -y para la retirada posterior de las tropas. Feingold recibió el apoyo inmediato de la senadora Barbara Boxer, demócrata de California.
El senador Lincoln D. Chafee, republicano de Rhode Island, dijo ayer que también podría firmarla. Chafee, que se opuso a la guerra, dijo que las crecientes demandas en las dos Cámaras de que Bush aclare sus objetivos en Iraq son una respuesta directa a la creciente inquietud de la opinión pública sobre la guerra.
"Si los políticos lo están haciendo, es porque reflejan a la opinión pública", dijo Chafee.
Bush y sus principales asesores han resistido fijar un calendario para la retirada de las tropas o de hablar en público sobre metas específicas. De hacerlo, dicen, proporcionarían una información útil a la resistencia -un argumento que ha respaldado la vieja guardia de los republicanos en la Cámara.
"Nunca digo a mis hijos que se me está acabando la paciencia, porque entonces usualmente me provocan", dijo el representante Mike Pense, republicano de Indiana y un firme aliado de Bush. "Desde un punto de vista táctico, es poco inteligente dar un calendario al enemigo, porque en lo fundamental les da una fecha sobre cuánto tiempo deben aguantar todavía".
Pence dijo que no ha advertido frustración entre sus votantes o sus colegas de la vieja guardia sobre el progreso de la guerra en Iraq. Pero un sondeo de Gallup dado a conocer esta semana indicó que un 60 por ciento de los estadounidenses pensaba que Estados Unidos debería llevar a algunas o todas sus tropas a casa, y sólo un 42 por ciento dijo que la invasión valía la pena. Hace dos años una mayoría substancial de los sondeos apoyaba la invasión.
El martes, contra ese trasfondo, el líder de la minoría en la Cámara, Nancy Pelosi, demócrata de California, intentó presentar una resolución que daría a Bush 30 días para presentar un calendario específico de retirada de las tropas. Quería anexar la resolución a una enmienda de la ley de asignaciones para la de defensa, que incluye 45 billones de dólares adicionales para operaciones militares en Iraq y Afganistán.
Pero el Comité de Reglamento de la Cámara, en una votación de 6 a 2, paralizó la petición de Pelosi sobre bases de procedimiento, diciendo que estaba fuera de cuestión unir una cuestión de política a la ley de gastos.
No hay nada inusual en que los líderes republicanos dejen de lado las enmiendas de los demócratas. Pero en este caso, dijo Thomas Mann, de la Brookings Institution, los líderes republicanos estaban preocupados de la posibilidad de que algunos legisladores del partido podrían romper filas y votar la enmienda de Pelosi.
"Cada vez más, miembros de los dos partidos están buscando una estrategia de salida de Iraq o -como prefieren decir algunos-, una estrategia de victoria", dijo Mann. "Si esa resolución es aprobada, será visto como una aguda crítica del gobierno".
El representante James P.McGovern, un demócrata de Worcester que es miembro del Comité de Reglamento y que votó a la enmienda de Pelosi, dijo que los líderes republicanos están sintiendo la presión de la gente corriente y de sus votantes sobre la prolongada violencia en Iraq.
"Los líderes republicanos se están mordiendo las uñas sobre este asunto", dijo McGovern. "Este Congreso ha sido negligente con respecto a sus deberes en Iraq. Antes de la guerra no hicimos las preguntas adecuadas. Ahora no se responsabiliza a nadie".
Jones, el representante que presentará el proyecto de retirada de las tropas, será acompañado por un grupo diverso de legisladores en lo que es la primera ley bipartidista de este tipo desde el principio de la guerra. Sus co-presentadores son el representante Ron E. Paul, un republicano de Texas que es quizás el principal libertario del Congreso, y dos importantes liberales de la Cámara: los representantes Dennis J. Kucinich, demócrata de Ohio, y Neil Abercrombie, demócrata de Hawai. Paul, Kucinich y Abercrombie votaron todos contra la guerra.
A medida que se extendía la noticia del proyecto de resolución, varios miembros de la Cámara felicitaron a Jones en el vestíbulo justo frente al salón de la Cámara. Shelley Berkley, una demócrata de Nevada que dio a Bush su voto para invadir Iraq, dijo que los miembros se sentían engañados por las informaciones de preguerra del gobierno que contribuyeron a concluir que Iraq tenía armas de destrucción masiva.
"Nadie habría votado por esta resolución" si hubieran sabido lo que saben ahora. "Hay un creciente reconocimiento de que las cosas han marchado terriblemente mal en Iraq, y el reconocimiento de que el gobierno no tiene claro el futuro de Iraq, ni el papel de Estados Unidos allá".
Susan Milligan contribuyó a este reportaje.
A Rick Klein se le puede escribir a: rklein@globe.com.
17 de junio de 2005
©boston globe
©traducción mQh
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