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marxistas de nueva york


[Michael Slackman] Políticos marginales pasan a la normalidad.
Hace más de diez años, cuando Fred Newman y Leonora Fulani adoptaron la ideología marxista, no pudieron ni siquiera convencer al reverendo Al Sharpton de que postulara bajo la bandera de su marginal partido político en las elecciones de 1992 para el Senado.
Sharpton, que quiere ganar más legitimidad como candidato, empezó a distanciarse de los dos y de su Partido de la Nueva Alianza, a medida que preguntas sobre su pasada asociación con ellos amenazara con socavar su campaña y su credibilidad.
Pero en los últimos años, los doctores Fulani y Newman han encontrado a muchos de los más importantes líderes políticos cortejando ansiosamente su última organización, el Partido de la Independencia de Nueva York.
Con el partido, Fulani y Newman, que eran considerados personajes excéntricos de los márgenes políticos, han crecido a nuevas estaturas, y ahora republicanos como el gobernador George E. Pataki, y demócratas como el fiscal general Eliot Spitzer y el senador Charles E. Schumer han cortejado el apoyo de su partido. Hoy, se espera que el Partido de la Independencia endorse la campaña electoral del alcalde Michael R. Bloomberg, republicano.
El auge de Newman y Fulani desde su condición de extraños -con organizaciones que estaban interesadas tanto en psicoterapia y en la ideología marxista tanto como en política electoral- es parte de una estrategia que ha conducido a su predominio en el Partido de la Independencia. El partido ha surgido como un poderoso intermediario en muchas elecciones estatales y locales, llegando a sacar al Partido Conservador del tercer lugar de la lista y dando a Bloomberg el margen que le permitió ganar en 2001.
En los últimos años, Newman, psicoterapeuta, y Fulani, que hizo dos quijotescas campañas para la Casa Blanca, se ha transformado, de acuerdo al presidente del partido en el estado, en la fuerza dominante del Partido de la Independencia de la organización regional de la Ciudad de Nueva York, y tiene considerable influencia en la dirección de la sección regional del partido.
Para políticos como Bloomberg, el apoyo del Partido de la Independencia es un capital invaluable en una ciudad donde la gran mayoría de los votantes son demócratas inscritos. Dejará a los votantes la opción de depositar sus papeletas para alcalde en las urnas del Partido de la Independencia en lugar de las del Partido Republicano. Pero el apoyo del partido ha tenido un coste, que ha llevado recientemente a Bloomberg a distanciarse de Fulani, después de que esta se negara a renegar de unas observaciones que escribió en 1989 en las que dice que los judíos "tuvieron que vender sus almas para comprar Israel y se les exige que hagan el trabajo sucio del capitalismo" y tenían que "funcionar como criminales en masa de la gente de color" para mantenerlo.
"No estoy de acuerdo con los despreciables comentarios de Leonora Fulani", dijo Bloomberg en una reunión con el New York Times. "Yo lo he dicho, y lo ha dicho otra gente. Pero, sabes, si te alejas de todo partido porque uno de sus miembros dijo algo con lo que está radicalmente en desacuerdo, no podrías ser miembro del Partido Demócrata, ni del Partido Republicano, ni de ningún partido".
Los comentarios de Fulani y los crecientes vínculos del grupo con importantes políticos del estado han provocado que ex miembros del Partido de la Independencia y ex seguidores de Newman reavivaran acusaciones de que usa sus centros de psicoterapia como instrumentos de reclutamiento para sus actividades políticas. Y dicen que lo contrario es también verdad: La gente que entra a su mundo a través de sus actividades políticas es canalizada hacia su práctica terapéutica.
"Las organizaciones de Fred Newman están todas entrelazadas", dijo Jeremiah Duboff en un mensaje por correo electrónico, agregando que él trabajó con Newman y sus organizaciones de 1990 a 1997.
No se sugiere que Newman y sus partidarios influyan en el gobierno de Bloomberg de la ciudad. Como ocurre a menudo en política, la alianza entre el alcalde, un multimillonario que se hizo a sí mismo, y Newman, parece ser de conveniencia política. Funcionarios como Bloomberg prefieren ignorar o no estar al tanto de otras actividades -pasadas o presentes- de algunos de los líderes del partido, mientras Newman y sus seguidores obtienen credibilidad y validación por todo su trabajo, tanto dentro como fuera del gobierno.
Pero Newman y sus seguidores han aumentado sus beneficios desde que asumiera Bloomberg. Bloomberg ha contribuido al Partido de la Independencia con 250.000 dólares; nombró un abogado que trabaja a menudo con organizaciones asociadas con Newman en una comisión de la alcaldía encargada de revisar los estatutos de la ciudad. Y funcionarios de desarrollo económico del ayuntamiento otorgaron un préstamo de renta baja de 8.7 millones de dólares a un grupo sin fines de lucro asociado a Newman para que pudiera comprar un edificio de Manhattan que fue entonces usado para albergar varios proyectos diseñados por Newman.
Quizás lo más importante es la credibilidad que las otras organizaciones asociadas a Newman ganan con su relación con el alcalde. En las oficinas de varias organizaciones afiliadas a Newman hay en las paredes fotografías de Pataki y Bloomberg. Cuando una de sus organizaciones, el All Stars Project, ha organizado galas, Schumer y otros funcionarios han estado entre los asistentes.
Igualmente importante es cómo el alcalde y otros políticos han contribuido a reforzar la idea de que el Partido de la Independencia representa a votantes independientes, o no alineados.
"Lo que está claro es que el Partido de la Independencia se está haciendo más fuerte, y creo que hay una razón que lo explica", dijo el alcalde en un discurso ante militantes del Partido de la Independencia. "Los independientes son el grupo de votantes de mayor crecimiento en Estados Unidos".
Ese tipo de aceptación por la clase política ha ido creciendo con los años. A medida que Newman y Fulani construían gradualmente su poder político, Newman y sus colegas han levantado una empresa de varios millones de dólares que incluye a centros de ayuda psicológica en todo el país y, entre otras cosas, un teatro que representa sus piezas en Times Square.
Esta estatura es una fuerte desviación del pasado, pero Newman dice que todavía adhiere a muchas de sus creencias y principios originales. En los años setenta creó algo que llamó Partido Internacional de los Trabajadores, que se identificó como una organización marxista-leninista. Newman dijo que su partido se ha transformado en un "colectivo básico" compuesto de gente que trabaja en sus empresas políticas, psicológicas y dramáticas y ayudan a definir la mayoría de sus proyectos. Dijo que los miembros del colectivo se unen a menudo a otra gente -a menudo gente que no participa en ninguna de sus organizaciones- para llevar a cabo sus planes.
"Hay un grupo de gente que he organizado y que han estado apoyándome durante mucho tiempo, y se han organizado en torno a las perspectivas filosóficas que ofrezco sobre la liberación y la alienación", dice Newman. "He escrito mucho sobre la alienación. Es muy importante para mí".

Política y Psicoterapia
Newman, 69, empezó la organización en los años sesenta, en una época en que los jóvenes pusieron en entredicho no solamente la Guerra de Vietnam y el gobierno de Estados Unidos, sino también los conceptos de sociedad, relaciones familiares y salud mental. Con un doctorado en filosofía de la Universidad de Stanford, Newman se corresponde con el espíritu de esa época, rechazando muchas de las creencias tradicionales cuando empezó la carrera, que dirigió su fe revolucionaria hacia las prácticas psicológicas y la organización política.
"Conocí a Fred y dijo que quería politizar su práctica psicoterapéutica y empezar un frente de liberación colectivo", dijo James Retheford, que se alejó de Newman.
Los primeros trabajos de Newman se concentraron en sus teorías de terapia social, una práctica que empleaba el lenguaje de la izquierda -los pacientes llamados revolucionarios- y la esperanza de curar problemas emocionales cambiando las relaciones de los pacientes con su ambiente, al menos en parte a través del activismo político. Algunos en la izquierda han criticado a Newman, diciendo que usa el lenguaje revolucionario para atraer a los jóvenes a sus organizaciones, aunque Newman dice que la izquierda tradicional lo rechazó porque lo considera una amenaza.
En los años setenta, Newman y unos 40 seguidores se unieron a Lyndon LaRouche, el eterno y marginal candidato presidencial. El matrimonio no duró, y Newman creó luego el Partido Internacional de los Trabajadores.
En algunos de sus trabajos el llamado de Newman al poder político está fluidamente entrelazado con sus ideas sobre psicoterapia. En su discurso de 1986 en La Habana, Newman definió su enfoque como "terapia marxista", agregando que "los seres humanos son capaces de reorganizar radicalmente la estructura social".
La terapia social de Newman ha sido criticada -y elogiada- por adoptar un enfoque poco convencional, por concentrarse en la terapia de grupo y por eliminar las diferencias entre pacientes y terapeutas.
"El grupo de terapia social ha sido calificado de secta", dijo Rick Ross, que ha estudiado en profundidad a las sectas. "Es un grupo formado en torno a una personalidad, llámele como quiera, es una secta filosófica, el club de fans de Fred Newman. Se centra en torno a Fred Newman, y es dirigido por Fred Newman".
A fines de los años setenta, Newman desbandó el Partido Internacional de los Trabajadores, pero sus dirigentes siguieron operando tras las bambalinas, como hacen ahora, ayudando a crear y dirigir el trabajo de otras organizaciones, como el Partido Nueva Alianza, de acuerdo a ex miembros y cuadros del partido.
Parte de la estrategia, dijo un ex miembro, era crear organizaciones que reunieran a los seguidores y dieran credibilidad a sus proyectos políticos. Un plan, por ejemplo, implicaba ayudar a promover a Sharpton. Cuando Sharpton estaba en un punto bajo de su carrera como orador público, Newman y sus partidarios le ayudaron a construir un grupo de seguidores cuando dirigía marchas en las calles de Bensonhurst, Brooklyn, para protestar por el asesinato racista de un adolescente negro.
Las organizaciones asociadas a Newman proporcionaron a Sharpton una oficina, organizaron a grupos de voluntarios para sus marchas de protesta y lo ayudaron a ganar dinero, de acuerdo a gente que participó en esas actividades. Pero entonces Sharpton se negó a participar en las elecciones como miembro del Partido Nueva Alianza y se unió a los demócratas.
En cada fase de la ruta, Newman y los suyos redefinieron sus tácticas, cambiaron su lenguaje para reflejar los nuevos tiempos, y se unieron a candidatos tan diversos como Ralph Nader y Patrick J. Buchanan.
"Una de las cosas que aprendí en este trabajo, es que la gente se puede mover -puede crecer- y cuando votan por candidatos no están votando por individuos, están votando para dar poder a partidos y máquinas políticas", dijo Fulani en una entrevista.
Michael Hardy, un abogado que empezó a trabajar con Sharpton después de dejar el Partido Nueva Alianza en 1992, dijo que todas las organizaciones fueron creadas para servir como identidades públicas más aceptables de grupos controlados por Newman.
"El Partido Nueva Alianza, la Terapia Social, eran todos mecanismos a través de los cuales operaba públicamente el Partido Internacional de los Trabajadores", dijo Hardy.

Voz en Aumento
En 1994 un grupo neoyorquinos del norte del estado decidieron crear un tercer partido. Enfrentados al reto de reunir miles de firmas para colocar a un candidato en las papeletas de votación, los primeros líderes del grupo recurrieron a Newman y Fulani, debido a que sus seguidores habían organizado exitosamente operaciones semejantes, dijeron antiguo y actuales militantes del partido. El candidato a gobernador del partido, el empresario de la parte norte Tom Golisano, gastó millones de su propio dinero en la campaña, y la alta participación le ganó al partido un lugar en las papeletas de las elecciones en todo el estado.
Con el tiempo, los colegas de toda la vida de Newman -incluyendo a miembros de su "colectivo básico"- ayudaron a organizar una revuelta contra los líderes del partido. Los grupos que apoyaban a Newman y Fulani finalmente lograron una reorganización que dio a la sección regional del Partido de la Independencia de la Ciudad de Nueva York -que controlaban- autonomía con respecto a la organización en el estado y la capacidad de decidir quiénes serían candidatos en las elecciones municipales.
Frank MacKay, el presidente de la sección del estado, dijo en una entrevista que la reorganización significó que Newman y sus seguidores controlaban efectivamente la organización de la ciudad y dijo que tenían una inmensa influencia en la conducción de la sección estatal del partido.
Con el control de un candidato crucial en Nueva York, el partido se unió a Bloomberg en 2001. Se pusieron de acuerdo en un tema principal: fomentar las elecciones no partidistas, que finalmente deberían debilitar el predominio demócrata en la Ciudad de Nueva York -y fortalecer al partido que se define como independiente.
Cathy Stewart, una de los líderes del Partido de la Independencia en Manhattan y en el estado, y una colega de mucho tiempo de Newman, ayudó a coordinar la petición de Bloomberg y recolectar firmas para las elecciones, y mucha de la gente que había colaborado con Newman en otras organizaciones también ayudaron a repartir peticiones, según muestran los archivos.
"El Partido de la Independencia no es realmente un partido corriente", dijo Stewart. "Es porque la pelea que dimos y ganamos era una pelea de base por el control local".

Arrastrado a la Política
Pero algunos antiguos miembros de organizaciones afiliadas a Newman dicen que uno de los modos en que el Partido de la Independencia atrae a voluntarios y obtiene apoyo para sus proyectos -incluyendo al alcalde- es a través de los grupos no políticos de Newman.
Erika Van Meir, de Atlanta, dijo que estaba estudiando con Newman para convertirse en una terapeuta social cuando se vio envuelta en su mundo. Durante su práctica, dijo, "no podía entender por qué hablaban tanto de Bloomberg", agregando en un mensaje por correo electrónico que "encontró raro que un paciente volviera de un viaje a Nueva York hablando de cómo se había reunido con Fulani y un grupo de sus asociados que estaban tratando de que Bloomberg fuera elegido".
Newman y algunos de sus colegas de hoy dicen que nadie que participe en esos grupos es presionado para que se involucre en otras de sus actividades.
En los últimos años el All Stars Project se ha hecho más visible en la ciudad, en parte debido a su trabajo con escolares. El programa del grupo ayuda a presentar a niños las ideas de Newman y algunas de las prácticas que usa en terapia social.
Muchos funcionarios elegidos y artistas conocidos, académicos y empresarios han prestado sus nombres y credibilidad a la organización debido a su trabajo con hijos de inmigrantes pobres, entre los que montan programas de caza de talentos. Pero el All Stars Project también gestiona un teatro para adultos, que a menudo produce piezas de teatro escritas por Newman.
Al mismo tiempo, el All Stars Project ha otorgado becas al instituto de psicología de Newman, para ayudar a pagar los programas que difunden sus ideas sobre la terapia social y el compromiso político. Newman rechaza la sugerencia de que ha diseñado sus organizaciones para canalizar a la gente de una actividad a otra. También dice que su trabajo consiste en dar poder a la gente. "Creo que he logrado algo, no muy grande", dijo. "Hemos logrado llegar a los oprimidos".

24 de junio de 2005
28 de mayo de 2005
©new york times
©traducción mQh


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