semillas del terror
[Bryan Bender] Según estudio en Iraq, la guerra es el factor que más contribuye al terrorismo.
Washington, Estados Unidos. Nuevas investigaciones del gobierno de Arabia Saudí y un laboratorio ideológico israelí -que han analizado meticulosamente los antecedentes familiares y motivos de cientos de extranjeros que entran a Iraq para combatir a Estados Unidos- han constatado que la inmensa mayoría de esos combatientes extranjeros no son antiguos terroristas y se radicalizaron debido a la guerra.
Los estudios, que juntos ofrecen la imagen más detallada disponible de combatientes extranjero, arrojan serias dudas sobre la aseveración del presidente Bush de que los responsables de algunos de los peores actos de violencia son terroristas que han aprovechado la oportunidad de convertir a Iraq en el "frente central" de la guerra contra Estados Unidos.
"Los terroristas saben que el resultado [en Iraq] les dejará o más fuertes o muertos", dijo Bush en su discurso por televisión nacional del mes pasado sobre la guerra en Fort Bragg en Carolina del Norte. "Así que han empezado una campaña de terror y destrucción". Los militares norteamericanos están luchando contra los terroristas en Iraq, repitió este mes, "para no tener que enfrentarnos a ellos aquí en casa".
Sin embargo, los interrogatorios de casi 300 saudíes capturados mientras trataban de entrar clandestinamente en Iraq y estudios de caso de más de 3 docenas de otras que se hicieron volar en atentados suicidas muestran que la mayoría habían acatado los llamados de clérigos y activistas para expulsar a los infieles de tierra árabe, de acuerdo a un estudio del investigador saudí Nawaf Obaid, un analista formado en Estados Unidos al que el gobierno saudí encargó el estudio y proporcionó acceso a funcionarios e inteligencia saudíes.
Un estudio israelí separado sobre 154 combatientes extranjeros compilados por un importante investigador del terrorismo constató a que pesar de la presencia de algunos operativos de Al Qaeda en la organización de voluntarios, "la inmensa mayoría de los árabes no-iraquíes matados en Iraq no han participado nunca en ninguna actividad terrorista antes de su llegada a Iraq".
"Sólo unos pocos estuvieron implicados en alguna insurgencia islámica en Afganistán, Bosnia o Chechenia", dice el estudio israelí. De los 154 combatientes analizados, sólo un puñado mostró asociaciones con el terrorismo en el pasado, incluyendo a seis cuyos padres pelearon contra la Unión Soviética en Afganistán, se lee en el informe compilado por Global Research en el Centro de Investigación de Relaciones Internacionales, en Herzliya, Israel.
Funcionarios de la inteligencia americana, que hablaron a condición de conservar el anonimato, y especialistas en terrorismo, pintaron un retrato similar de los terroristas suicidas que causan el caos en Iraq: Ante de la guerra de Iraq, no eran extremistas islámicos tratando de atacar a Estados Unidos, como hizo Al Qaeda hace cuatro años, sino parte de una nueva generación de terroristas que responden a los llamados a defender a los musulmanes ante los "cruzados" e "infieles".
"El presidente tiene razón en que Iraq es el principal frente en la guerra contra el terrorismo, pero es un frente creado por nosotros", dijo Peter Bergen, un especialista en terrorismo de la independiente Fundación Nueva América, un laboratorio ideológico de Washington.
Los combatientes extranjeros son sólo un pequeño porcentaje de los insurgentes en Iraq, apenas un 10 por ciento, según funcionarios de la inteligencia y fuerzas armadas estadounidenses. El general al mando en Iraq dijo el mes pasado que unos 600 combatientes extranjeros habían sido capturados o matados por fuerzas de la coalición desde las elecciones iraquíes del 30 de enero. Se cree que la resistencia más amplia, que suma decenas de miles, está compuesta por antiguos soldados iraquíes, partidarios de Saddam Hussein, y miembros de la minoría sunní musulmana de Iraq.
Pero el impacto de los combatientes extranjeros ha sido enorme. Son acusados de los ataques suicidas casi diarios contras las fuerzas norteamericanas e iraquíes. Sus proezas han sido responsables de gran parte de las carnicerías recientes que llegan a primera plana, contribuyendo a la reducción del apoyo a la guerra de parte de la opinión pública norteamericana.
Han habido casi 500 atentados con coche-bomba desde que la coalición norteamericana traspasara la soberanía a un gobierno interino iraquí hace un año, indican estadísticas militares norteamericanas. En los últimos dos meses, coches-bomba y atentados suicidas han matado a casi 1.400 personas, de acuerdo a la Associated Press.
Bush ha mencionado a los combatientes extranjeros como una de las razones de las continuadas operaciones militares norteamericanas en Iraq. Su argumento, repetido a menudo, es que "los terroristas del mundo" han escogido Iraq para oponerse.
"Algunos están en desacuerdo con mi decisión de sacar del poder a Saddam Hussein, pero todos estamos de acuerdo en que los terroristas del mundo han convertido ahora a Iraq en un frente central de la guerra contra el terrorismo", dijo Bush en un discurso emitido por radio el mes pasado.
Los combatientes extranjeros son como Saud Bin Muhammad Bin Saud Al-Fuhaid, de acuerdo a la investigación de Obaid, que será publicada por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, este verano. Descrito como en sus veinte, Fuhaid se hizo volar el 24 de marzo, tres días después de entrar a Iraq desde Siria, de acuerdo a informes de periódicos y entrevistas con su familia.
Obaid encontró pocas evidencias de que Fuhaid fuera un extremista antes de la invasión de Iraq en 2003. Como muchos de los jóvenes de Arabia Saudí que conforman la mayoría de los combatientes extranjeros, el estudiante de la Universidad del Imán al oeste de Riyadh no era inicialmente un yihadista radical, de acuerdo a las informaciones de reportajes de diarios saudíes y operaciones de inteligencia. De hecho, aparentemente, cambió de opinión repentinamente.
Se cree que Fuhaid viajó a través de Siria para pelear en Iraq, pero una vez que llegó dijo a su familia que volvería a casa, de acuerdo a una esquela de defunción publicada en diarios saudíes y en internet. "Sin embargo, durante ese tiempo se encontró con unos amigos que se estaban marchando a Iraq y le dijeron que iban a declarar la yihad con sus hermanos de Iraq", decía el aviso. "Fue en ese momento que nuestro mártir cambió de opinión y les dijo que iría a Iraq con ellos y llamó a sus padres para decirles que no volvería a casa".
Obaid dijo en una entrevista desde Londres que su estudio saudí constató que "el grupo más grande son chicos que vieron imágenes de la guerra en la televisión y están leyendo en internet. O ven el nombre de un primo en una lista o a un tipo de su tribu, y creen que tienen la responsabilidad de ir".
Otros combatientes, que llegan a Iraq desde Oriente Medio y África del Norte, son más viejos, a fines de sus veinte o treinta, y tienen familia, de acuerdo a las dos investigaciones. La inmensa mayoría de ellos no tenía nada que ver con Al Qaeda antes del 11 de Septiembre", dijo Reuven Paz, autor del estudio israelí. "No estoy seguro de si el pueblo americano está realmente consciente de la enorme influencia de la guerra en Iraq, no sólo sobre los musulmanes, sino en todo el mundo árabe".
Los estudios de caso de combatientes extranjeros indicaron que consideraban la guerra de Iraq como un ataque contra la religión musulmana y la cultura árabe, dijo Paz.
Por ejemplo, mientras que los ataques no provocados del 11 de septiembre de 2001, fueron ampliamente condenados por los clérigos como violaciones de la ley musulmana, muchos líderes religiosos en Arabia Saudí y otros países árabes han promulgado fatweas, o edictos religiosos, diciendo que declarar la guerra santa en Iraq es justificado por el Corán debido a que es defensiva por naturaleza. A fines de octubre, 26 clérigos en Arabia Saudí dijeron que pelear en Iraq era el deber de todo musulmán.
"Son personas que no recibieron adiestramiento en Pakistán o Chechenia, y terminaron en Iraq porque pensaban que defender a Iraq es la obligación de todos los musulmanes", dijo Rita Katz, directora del Instituto de Búsqueda de Entidades Terroristas Internacionales, de Washington, y nativa de Iraq.
Una indicación de que un mayor grado de solidaridad árabe es un importante factor es que son casi todos árabes, y no musulmanes de otros países, como los que se alistaron para pelear en Afganistán, Bosnia, y Chechenia. Otro motivo, dicen los estudios y los analistas, es el centenario conflicto entre las versiones sunníes y chiíes del islam. Todos los combatientes extranjeros son sunníes, de acuerdo a los análisis, y muchos de sus objetivos son musulmanes chiíes de la mayoría de Iraq, que han ganado poder político en Bagdad por primera vez en cientos de años.
Ali Alyami, director del Centro por la Democracia y Derechos Humanos de Arabia Saudí, dijo que creía que el arraigado cisma entre los 1.2 billones de musulmanes del mundo -alrededor de 1 billón de ellos, sunníes- explica mejor el fenómeno del combatiente extranjero. Observó en una entrevista que los estrategas norteamericanos no parecen comprender los conflictos históricos dentro del islam que juegan un papel en la guerra de Iraq.
"Decir que debemos luchar contra ellos en Bagdad para no tener que luchar contra ellos en Boston implica que hay un número finito de gente, y si los acorralas en Iraq los puedes matar a todos", dijo Bergen. "La verdad es que los hemos hecho crecer por lo que hicimos en Iraq".
Funcionarios de la inteligencia están preocupados de que algunos "alumnos iraquíes" utilicen las relaciones trabadas en los campos de batalla de Iraq y vuelvan a sus países natales como endurecidos terroristas islámicos.
El Consejo de Inteligencia Nacional de la CIA concluyó en un informe antes este año que "Iraq y otros posibles conflictos en el futuro podrían proporcionar reclutamiento, terrenos de adiestramiento, habilidades técnicas y destrezas lingüísticas a una nueva clase de terroristas que se han profesionalizado' y para quienes la violencia política se puede transformar en un fin en sí mismo".
Se puede escribir al autor a: bender@globe.com.
17 de julio de 2005
©boston globe
©traducción mQh
Los estudios, que juntos ofrecen la imagen más detallada disponible de combatientes extranjero, arrojan serias dudas sobre la aseveración del presidente Bush de que los responsables de algunos de los peores actos de violencia son terroristas que han aprovechado la oportunidad de convertir a Iraq en el "frente central" de la guerra contra Estados Unidos.
"Los terroristas saben que el resultado [en Iraq] les dejará o más fuertes o muertos", dijo Bush en su discurso por televisión nacional del mes pasado sobre la guerra en Fort Bragg en Carolina del Norte. "Así que han empezado una campaña de terror y destrucción". Los militares norteamericanos están luchando contra los terroristas en Iraq, repitió este mes, "para no tener que enfrentarnos a ellos aquí en casa".
Sin embargo, los interrogatorios de casi 300 saudíes capturados mientras trataban de entrar clandestinamente en Iraq y estudios de caso de más de 3 docenas de otras que se hicieron volar en atentados suicidas muestran que la mayoría habían acatado los llamados de clérigos y activistas para expulsar a los infieles de tierra árabe, de acuerdo a un estudio del investigador saudí Nawaf Obaid, un analista formado en Estados Unidos al que el gobierno saudí encargó el estudio y proporcionó acceso a funcionarios e inteligencia saudíes.
Un estudio israelí separado sobre 154 combatientes extranjeros compilados por un importante investigador del terrorismo constató a que pesar de la presencia de algunos operativos de Al Qaeda en la organización de voluntarios, "la inmensa mayoría de los árabes no-iraquíes matados en Iraq no han participado nunca en ninguna actividad terrorista antes de su llegada a Iraq".
"Sólo unos pocos estuvieron implicados en alguna insurgencia islámica en Afganistán, Bosnia o Chechenia", dice el estudio israelí. De los 154 combatientes analizados, sólo un puñado mostró asociaciones con el terrorismo en el pasado, incluyendo a seis cuyos padres pelearon contra la Unión Soviética en Afganistán, se lee en el informe compilado por Global Research en el Centro de Investigación de Relaciones Internacionales, en Herzliya, Israel.
Funcionarios de la inteligencia americana, que hablaron a condición de conservar el anonimato, y especialistas en terrorismo, pintaron un retrato similar de los terroristas suicidas que causan el caos en Iraq: Ante de la guerra de Iraq, no eran extremistas islámicos tratando de atacar a Estados Unidos, como hizo Al Qaeda hace cuatro años, sino parte de una nueva generación de terroristas que responden a los llamados a defender a los musulmanes ante los "cruzados" e "infieles".
"El presidente tiene razón en que Iraq es el principal frente en la guerra contra el terrorismo, pero es un frente creado por nosotros", dijo Peter Bergen, un especialista en terrorismo de la independiente Fundación Nueva América, un laboratorio ideológico de Washington.
Los combatientes extranjeros son sólo un pequeño porcentaje de los insurgentes en Iraq, apenas un 10 por ciento, según funcionarios de la inteligencia y fuerzas armadas estadounidenses. El general al mando en Iraq dijo el mes pasado que unos 600 combatientes extranjeros habían sido capturados o matados por fuerzas de la coalición desde las elecciones iraquíes del 30 de enero. Se cree que la resistencia más amplia, que suma decenas de miles, está compuesta por antiguos soldados iraquíes, partidarios de Saddam Hussein, y miembros de la minoría sunní musulmana de Iraq.
Pero el impacto de los combatientes extranjeros ha sido enorme. Son acusados de los ataques suicidas casi diarios contras las fuerzas norteamericanas e iraquíes. Sus proezas han sido responsables de gran parte de las carnicerías recientes que llegan a primera plana, contribuyendo a la reducción del apoyo a la guerra de parte de la opinión pública norteamericana.
Han habido casi 500 atentados con coche-bomba desde que la coalición norteamericana traspasara la soberanía a un gobierno interino iraquí hace un año, indican estadísticas militares norteamericanas. En los últimos dos meses, coches-bomba y atentados suicidas han matado a casi 1.400 personas, de acuerdo a la Associated Press.
Bush ha mencionado a los combatientes extranjeros como una de las razones de las continuadas operaciones militares norteamericanas en Iraq. Su argumento, repetido a menudo, es que "los terroristas del mundo" han escogido Iraq para oponerse.
"Algunos están en desacuerdo con mi decisión de sacar del poder a Saddam Hussein, pero todos estamos de acuerdo en que los terroristas del mundo han convertido ahora a Iraq en un frente central de la guerra contra el terrorismo", dijo Bush en un discurso emitido por radio el mes pasado.
Los combatientes extranjeros son como Saud Bin Muhammad Bin Saud Al-Fuhaid, de acuerdo a la investigación de Obaid, que será publicada por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, este verano. Descrito como en sus veinte, Fuhaid se hizo volar el 24 de marzo, tres días después de entrar a Iraq desde Siria, de acuerdo a informes de periódicos y entrevistas con su familia.
Obaid encontró pocas evidencias de que Fuhaid fuera un extremista antes de la invasión de Iraq en 2003. Como muchos de los jóvenes de Arabia Saudí que conforman la mayoría de los combatientes extranjeros, el estudiante de la Universidad del Imán al oeste de Riyadh no era inicialmente un yihadista radical, de acuerdo a las informaciones de reportajes de diarios saudíes y operaciones de inteligencia. De hecho, aparentemente, cambió de opinión repentinamente.
Se cree que Fuhaid viajó a través de Siria para pelear en Iraq, pero una vez que llegó dijo a su familia que volvería a casa, de acuerdo a una esquela de defunción publicada en diarios saudíes y en internet. "Sin embargo, durante ese tiempo se encontró con unos amigos que se estaban marchando a Iraq y le dijeron que iban a declarar la yihad con sus hermanos de Iraq", decía el aviso. "Fue en ese momento que nuestro mártir cambió de opinión y les dijo que iría a Iraq con ellos y llamó a sus padres para decirles que no volvería a casa".
Obaid dijo en una entrevista desde Londres que su estudio saudí constató que "el grupo más grande son chicos que vieron imágenes de la guerra en la televisión y están leyendo en internet. O ven el nombre de un primo en una lista o a un tipo de su tribu, y creen que tienen la responsabilidad de ir".
Otros combatientes, que llegan a Iraq desde Oriente Medio y África del Norte, son más viejos, a fines de sus veinte o treinta, y tienen familia, de acuerdo a las dos investigaciones. La inmensa mayoría de ellos no tenía nada que ver con Al Qaeda antes del 11 de Septiembre", dijo Reuven Paz, autor del estudio israelí. "No estoy seguro de si el pueblo americano está realmente consciente de la enorme influencia de la guerra en Iraq, no sólo sobre los musulmanes, sino en todo el mundo árabe".
Los estudios de caso de combatientes extranjeros indicaron que consideraban la guerra de Iraq como un ataque contra la religión musulmana y la cultura árabe, dijo Paz.
Por ejemplo, mientras que los ataques no provocados del 11 de septiembre de 2001, fueron ampliamente condenados por los clérigos como violaciones de la ley musulmana, muchos líderes religiosos en Arabia Saudí y otros países árabes han promulgado fatweas, o edictos religiosos, diciendo que declarar la guerra santa en Iraq es justificado por el Corán debido a que es defensiva por naturaleza. A fines de octubre, 26 clérigos en Arabia Saudí dijeron que pelear en Iraq era el deber de todo musulmán.
"Son personas que no recibieron adiestramiento en Pakistán o Chechenia, y terminaron en Iraq porque pensaban que defender a Iraq es la obligación de todos los musulmanes", dijo Rita Katz, directora del Instituto de Búsqueda de Entidades Terroristas Internacionales, de Washington, y nativa de Iraq.
Una indicación de que un mayor grado de solidaridad árabe es un importante factor es que son casi todos árabes, y no musulmanes de otros países, como los que se alistaron para pelear en Afganistán, Bosnia, y Chechenia. Otro motivo, dicen los estudios y los analistas, es el centenario conflicto entre las versiones sunníes y chiíes del islam. Todos los combatientes extranjeros son sunníes, de acuerdo a los análisis, y muchos de sus objetivos son musulmanes chiíes de la mayoría de Iraq, que han ganado poder político en Bagdad por primera vez en cientos de años.
Ali Alyami, director del Centro por la Democracia y Derechos Humanos de Arabia Saudí, dijo que creía que el arraigado cisma entre los 1.2 billones de musulmanes del mundo -alrededor de 1 billón de ellos, sunníes- explica mejor el fenómeno del combatiente extranjero. Observó en una entrevista que los estrategas norteamericanos no parecen comprender los conflictos históricos dentro del islam que juegan un papel en la guerra de Iraq.
"Decir que debemos luchar contra ellos en Bagdad para no tener que luchar contra ellos en Boston implica que hay un número finito de gente, y si los acorralas en Iraq los puedes matar a todos", dijo Bergen. "La verdad es que los hemos hecho crecer por lo que hicimos en Iraq".
Funcionarios de la inteligencia están preocupados de que algunos "alumnos iraquíes" utilicen las relaciones trabadas en los campos de batalla de Iraq y vuelvan a sus países natales como endurecidos terroristas islámicos.
El Consejo de Inteligencia Nacional de la CIA concluyó en un informe antes este año que "Iraq y otros posibles conflictos en el futuro podrían proporcionar reclutamiento, terrenos de adiestramiento, habilidades técnicas y destrezas lingüísticas a una nueva clase de terroristas que se han profesionalizado' y para quienes la violencia política se puede transformar en un fin en sí mismo".
Se puede escribir al autor a: bender@globe.com.
17 de julio de 2005
©boston globe
©traducción mQh
0 comentarios