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nuevo misterio de marilyn


[Robert W. Welkos] ¿Fueron sus propias palabras?
Sigue siendo uno de los misterios más irresistibles e inolvidables de Hollywood. El 5 de agosto de 1962 se encontró el cuerpo de Marilyn Monroe en el dormitorio de su casa en Brentwood. La estrella de cine de 36 años estaba desnuda y boca abajo en su cama. Una autopsia realizada por el doctor Thomas Noguchi, entonces médico forense, concluyó que la muerte se debió a un agudo envenenamiento por barbitúricos, y el equipo psiquiátrico unido a la investigación la calificó de "probable suicidio".
Hoy, 43 años después, fans de todo el mundo se reunirán, como lo han hecho durante décadas, cerca de la cripta de Monroe en el Westwood Village Memorial Park para celebrar su vida y lamentar su muerte. John W. Miner, 86, también llorará su muerte.
Pero también hay amargura y frustración para el antiguo fiscal del condado de Los Angeles, que estuvo presente en la autopsia e investigó su muerte. No creía que la actriz hubiera tomado su vida en 1962 y todavía no lo cree hoy, y Miner dice que ha escuchado las cintas secretas que grabó Monroe en los días previos a su muerte que demuestran que la actriz no tenía nada de suicida.
Si Monroe murió por su propia mano ha sido debatido y disecado en libros, documentales, teorías conspirativas y entendidos de Hollywood y Washington.
Se dio suficiente crédito a los varios informes para que en 1982 el despacho del fiscal de distrito de Los Angeles reexaminara el caso. Miner, entonces en su práctica privada, fue uno de los entrevistados.
El informe resultante observa que Miner mencionaba las grabaciones. Sin embargo, no decía que tenía una transcripción. Aunque el informe reconoce "discrepancias de hecho" y "preguntas sin respuestas" siguen en el caso, no se encontraron suficientes evidencias que permitieran iniciar una pesquisa penal.
Como director de la sección médico-legal del fiscal de distrito a la muerte de Monroe, Miner se había reunido con el psiquiatra de la actriz, el doctor Ralph Greenson. Durante la entrevista, dice Miner, Greenson le hizo escuchar las cintas de Monroe, pero sólo a condición de que el investigador no revelara nunca sus contenidos.
Miner dijo que tomó "extensas" notas, "casi literales", y sólo rompió su promesa años después de la muerte de Greenson, cuando algunos biógrafos de Monroe sugirieron que el psiquiatra debe ser considerado un sospechoso de su muerte. Hace poco Miner entregó una copia de la transcripción a Times.
Las transcripciones de Miner muestran que Monroe estaba obsesionada con los Oscars, describe un encuentro sexual con Joan Crawford, anhela el amor paternal de Clark Gable, sueña con ser tomada en serio como actriz y piensa en hacer a Shakespeare, y habla ingenuamente sobre por qué terminaron en divorcio sus matrimonios con el bateador de béisbol Joe DiMaggio y el dramaturgo Arthur Miller.
En un momento, describe estar desnuda frente a su espejo de cuerpo entero, mirando el cuerpo que cautivó al mundo, sabiendo que está entrando en la mediana edad y comentando que "mis pechos empiezan a colgar un poco" pero "mi cintura no está mal" y sus nalgas todavía son "lo mejor".
"Tú eres la única persona que conocerá los pensamientos más íntimos, más secretos de Marilyn Monroe", le dice a Greenson, de acuerdo a la transcripción de Miner. "Tengo absoluta confianza en ti y confío en que nunca reveles a nadie lo que te he digo".
Miner dice que cualquiera que lea la transcripción concluiría que "no era posible que esta mujer se matara. Tenía planes muy específicos para el futuro. Sabía exactamente lo que quería hacer. Lee Strasberg [su mentor de actuación] le dijo, quizás desatinadamente, que llevaba Shakespeare en el alma y ella estaba fascinada con la idea".
En los últimos años, Miner ha mostrado la transcripción a varios autores. En el libro del escritor británico Matthew Smith, ‘Marilyn's Last Words: Her Secret Tapes and Mysterious Death' [Las Últimas Palabras de Marilyn: Sus Cintas Secretas y Misteriosa Muerte], fragmentos de la transcripción corresponden a la primera parte de las cintas, en la que Monroe filosofa sobre Freud y la asociación libre, los orgasmos, Gable y su agente, Johnny Hyde. Seymour M. Hersh incluyó una breve referencia al difunto presidente Kennedy en ‘El lado oscuro de Camelot'
Miner fue también entrevistado para un documental de la ABC en 1997 llamado ‘Dangerous World: The Kennedy Years' [Mundo Peligroso: Los Años de Kennedy], pero finalmente no se usaron las transcripciones.
Los fragmentos inéditos de la transcripción incluyen descripciones de sus sentimientos hacia sus ex maridos, una disección de por qué fracasan sus matrimonios, un picante catálogo de sus supuestos encuentros sexuales, detalles de su riña con la 20th Century Fox, su amistad con Frank Sinatra, y sus quejas sobre la ama de llaves, Eunice Murray, que descubriría su cuerpo.
Smith y Hersh, junto con el productor del documental, Mark Obenhaus, dijeron en entrevistas esta semana que pensaban que Miner era creíble.
Pero para aceptar la historia de Miner, uno debe dar un salto en el vacío -es el único todavía vivo que asegura haber oído las cintas. Greenson murió en 1979, y Miner cree que destruyó las cintas.
"Es como una historia con una sola fuente", dijo Obenhaus. "Sólo tienes a un tipo; es un tipo creíble, pero es sólo uno".
Smith, que dijo que él pagó honorarios a Miner, que se negó a revelar, por el uso de las transcripciones de Monroe, agregó: "Creo que es un hombre íntegro. Por supuesto, he mirado en el contenido de las cintas y, francamente, creo que es completamente imposible para John Miner haber inventado lo que dice -absolutamente imposible".
Ronald H. ‘Mike' Carroll, es fiscal de distrito del condado de Los Angeles que realizó en 1982 la revisión de la muerte de Monroe, dijo que él y un detective del fiscal entrevistaron a Miner para su informe y, aunque mencionó que Greenson tenía cintas de la actriz, no pensaron que Miner tuviera una transcripción.
Carroll, el fiscal número 3 en el despacho de la fiscalía en esa época, que ahora se ha jubilado, dijo que si él tuviera tenido alguna sospecha de que Miner estaba escondiendo la transcripción, él habría conseguido una citación de un jurado para obligar a Miner a entregarla, de modo que él pudiera incluirla en su informe.
Miner dijo que no podía hablar sobre la transcripción debido a la promesa que hizo a Greenson. "Greenson... estaba absolutamente dedicado a proteger la intimidad de sus pacientes", recordó Miner. "Pensaba que no podía dejarme ver lo que había dicho ella si hubiera alguna posibilidad de que su intimidad fuera violada". Así que Miner le dio su palabra.
Cuando alguien sugirió que Greenson mismo era el asesino de la actriz, Miner visitó a la viuda del psiquiatra y le pidió permiso para ser liberado de su promesa.
La viuda de Greenson, Hildegard, dijo a Times esta semana que ella no sabía si las cintas existían y nunca había oído a su marido hablar sobre ellas. Sin embargo, no descarta que Monroe haya dado a su marido esas cintas y que las haya hecho escuchar a Miner.
"Eso es algo que marido habría hecho", dijo. "Puede haber querido escucharlas para saber cómo se sentía ella y qué le estaba pasando". En la época de las grabaciones, Monroe llevaba una vida desordenada. Había rumores de que tenía un romance con Kennedy, alimentados por su aparición en el homenaje de cumpleaños el 19 de mayo en Madison Square Garden donde ella cantó ‘Happy Birthday, Mr. President'. Los jefes de los estudios de la 20th Century Fox la habían retirado de la película ‘Something's Got to Give' debido a los crónicos retrasos y dependencia de medicamentos.
Nadie ha establecido la fecha exacta de las grabaciones, aunque la referencia a JFK la situaría después de cantar en el cumpleaños, algo más de dos meses antes de su muerte.
Smith dice que su investigación sugiere que Monroe dio las cintas al psiquiatra el 4 de agosto. De acuerdo a Miner, el único propósito de Greenson en hacerle oír las cintas era ayudarle a determinar su estado de ánimo en el momento de su muerte, "de modo que fueron grabadas poco antes de su muerte".
James Bacon, 91, el columnista de Hollywood que conoció a Monroe en 1949 cuando era una desconocida y se transformaría más tarde en un amigo íntimo, estuvo en casa de Monroe cinco días antes de su muerte.
"Estaba bebiendo champaña y vodka solo y de vez en vez se metía una píldora", dijo Bacon a Times. "Le dije: ‘Marilyn, la combinación de las píldoras y el alcohol terminará matándote'. Y ella me dijo: ‘Todavía no me mata'. Entonces se echó otro trago y se metió otra píldora. Yo sé que en las noches tomaba barbitúricos".
Pero Bacon agregó: "No estaba deprimida ni en lo más mínimo. Estaba planeando viajar a México. En esa época tenía un novio mexicano. Me olvidé de su nombre. Estaba en la primera casa que era suya. Pensaba comprar algunos muebles. Ese día estaba de muy buen ánimo -por supuesto, la champaña y el vodka ayudaban".
En la transcripción Monroe usa lo que los terapeutas llaman ‘asociación libre', diciendo lo primero que se le viene a la mente. "¿No es verdad que la clave del análisis es la asociación libre?", dice ella. "Marilyn Monroe asocia. Usted, mi doctor, al comprender e interpretar lo que pasa en mi mente, llega a mi inconsciente, y eso hace posible que trate mis neurosis y a mí me permite superarlas".
"Y va a oír groserías", le advierte ella a Greenson.
Aunque Monroe a menudo se veía en la pantalla como una rubia boba, en las cintas discute las ‘Lecturas Introductorias' de Freud ("Jesús, qué genio", observa. "Lo hace tan comprensible") y al escritor James Joyce ("Joyce es un artista que puede podía penetrar el alma de la gente, hombre y mujeres") y dice que ha leído las obras completas de Shakespeare.
Habla de su admiración por Gable, su co-protagonista en ‘The Misfits': "En las escenas con besos, lo besé con amor verdadero. No quería acostarme con él, pero quería que supiera lo mucho que le quería y apreciaba".
Y regañaba duramente a los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas por no dar un Oscar a Gable por ‘Lo que el viento se llevó', observando que nunca había habido un actor más romántico. Dice que lloró durante dos días cuando se enteró de la muerte de Gable.
Su amor por DiMaggio no había palidecido. "Lo quiero y siempre lo querré", dice. "Pero Joe no aguantaba estar casado con Marilyn Monroe, la famosa actriz de cine. Joe, en su testaruda cabeza italiana, tiene la imagen de la esposa italiana tradicional. Tenía que se fiel, hacer lo que él le dijera, dedicarse enteramente a él. Doctor, usted sabe no es algo para mí".
Con Miller fue diferente. "Casarme con él fue mi error, no el suyo. Él no podía darme la atención, el cariño y el afecto que yo necesito. No está en él. Arthur nunca pensó que yo fuera inteligente. No podía compartir su vida intelectual conmigo. En la cama éramos corrientes".
Sobre su amor de una noche con Joan Crawford, dijo: "Cuando vi a Crawford nuevamente, quería otro turno. Le dije derechamente que no me gustaba mucho hacerlo con mujeres. Después de que la rechacé, se puso rencorosa".
En las cintas, Monroe apila elogios sobre Kennedy, y no hay ninguna sugerencia de que los dos fueran amantes. "Este hombre va a cambiar nuestro país", dice sobre JFK, y agrega: "Cambiará a Estados Unidos de hoy como FDR en los años 30".
En cuanto al hermano del presidente, Robert F. Kennedy, el fiscal general de la época: "Como ve, en mi vida no hay espacio para él. Supongo que no tengo el coraje de reconocerlo y herirlo. Quiero que alguien le diga que ya se acabó. Traté de que lo hiciera el presidente, pero no pude llegar a él".
En las transcripciones Monroe dice que necesita la ayuda de Greenson para conseguirle a su ama de llaves otro trabajo. "Doctor, quiero que me ayude a deshacerme de Murray... No puedo simplemente despedirla. Lo primero que pasaría es que aparecería un libro titulado ‘Secretos de Marilyn Monroe Según su Ama de Llaves' . Ganaría una fortuna contando lo que sabe, y sabe un montón".
Mientras escuchaba la voz de Monroe ese día de 1962, dijo Miner, él se "emocionó mucho". "Debería desconocer la capacidad de sentir empatía o emoción" si eso no te emocionara, dijo.
Miner, que colaboró con el doctor Seymour Pollack en la creación del Instituto de Psiquiatría, Ley y Ciencias de la Conducta de la USC en 1963 y enseñó allí durante años, dijo que le gustaría ver una "re-autopsia" para aclarar cuestiones médicas que él había observado en la original.
"La autopsia muestra claramente que los barbitúricos -en grandes cantidades- que entraron en su cuerpo, lo hicieron a través del intestino grueso", dijo. "¿Cómo lo sabemos? Porque no hay ninguna indicación, de hecho hay una contraindicación, de que las cápsulas fueran tragadas".
Cree que si Monroe hubiera tragado 30 o más cápsulas, "habría absorbido suficientes barbitúricos que la mataran antes de que se disolvieran todos".
También descarta la posibilidad de que le hubieran dado una inyección de medicamentos ya que ni él ni Noguchi pudieron encontrar alguna marca de jeringa en su cuerpo. (Tanto el informe de la autopsia original y la revisión de 1982 llegaron a la misma conclusión).
Miner esperaba conseguir el apoyo de Noguchi para otra autopsia. El abogado de Noguchi, Godfrey Isaac, dijo que el ex juez de instrucción estaba viajando por Asia y no podía ser localizado.
La teoría de Miner es que la actriz tomó o le aplicaron hidrato de cloral para hacerle perder la conciencia -posiblemente en un refresco- y luego alguien disolvió Nembutal en agua rompiendo 30 o más cápsulas y administró la solución letal por enema).
Dijo que él y Noguchi observaron una decoloración del intestino grueso en la autopsia original y que existe la posibilidad de que si el cuerpo fuera exhumado, se podrían tomar muestras de tejidos para determinar si se le aplicó un enema relleno de suficientes medicamentos como para ser tóxicos.
Carroll dijo que no tenía objeciones para otra autopsia y enfatizó que él no tenía "intereses creados" en el resultado.
Pero observó que en su revisión, habló con un experto independiente, el doctor Boyd G. Stephens, ex médico forense y pesquisidor de la ciudad y el condado de San Francisco, que dijo que la cantidad de Nembutal en el hígado era dos veces mayor que en la sangre, lo que sugiere que la persona vivió "bastante tiempo" después de ingerir las medicinas.
Carroll dijo a Times que si Monroe tuvo un enema con medicamentos, se habría introducido rápidamente en su sistema y "no se encontraría en esa cantidad en el hígado".
La revisión de la fiscalía concluyó que "las evidencias acumulativas de que disponemos no nos permiten sostener ninguna teoría de conducta criminal en torno a su muerte".

6 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh


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