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planes contra el terror


[Bradley Graham] En Estados Unidos. El frente interno es un gran cambio para las fuerzas armadas.
Colorado Springs, Estados Unidos. Las fuerzas armadas estadounidenses han proyectado sus primeros planes de guerra en la historia del país para protegerse de -y responder contra- atentados terroristas en Estados Unidos, previendo 15 guiones potenciales y anticipando varios ataques simultáneos en todo el país, de acuerdo a oficiales que han diseñado los planes.
Los planes secretos, desarrollados aquí en el cuartel general del Comando del Norte [Northcom], describen una variedad de roles posibles para las fuerzas de reacción rápida, calculadas en 3.000 tropas de terreno por ataque, una cifra que podría crecer fácilmente dependiendo de la extensión de los daños y la capacidad de respuesta de los equipos civiles.
Los posibles escenarios van de "mínimos", misiones de control de disturbios relativamente modestas, a "máximos", control de desastres de gran escala después de atentados catastróficos como un ataque con agentes biológicos letales o por la explosión de un aparato radiológico, dijeron varios oficiales.
Algunos de los peores escenarios implican tres atentados al mismo tiempo, ateniéndose a una directriz antes este año del Pentágono ordenando al Northcom planes en prevención de ataques simultáneos.
Los planes de guerra representan un histórico cambio para el Pentágono, que se ha mostrado reluctante a involucrarse en operaciones domésticas y está legalmente limitado de iniciar labores policiales. En realidad, funcionarios de la defensa continúan enfatizando que lo que quieren es que las tropas jueguen un papel fundamentalmente de apoyo en emergencias nacionales, reforzando a la policía, bomberos y otros grupos de respuesta civiles.
Pero los nuevos planes proporcionan lo que varios oficiales veteranos reconocieron es la probabilidad de que las fuerzas armadas deban hacerse cargo de algunas situaciones, especialmente haciendo frente a ataques con bajas masivas que podrían superar rápidamente los recursos civiles.
"Según mis cálculos, en caso de un ataque biológico, químico o nuclear en cualquiera de los 50 estados, el ministerio de Defensa está en la mejor posición -de las ocho agencias federales que estarían involucradas- de dirigir", dijo el almirante Timothy J. Keating, director del Northcom, que coordina la participación militar en operaciones de seguridad interior.
Los planes presentan al Pentágono con una idea más clara del tipo y contingentes de tropas y el adiestramiento que sería necesario para construir una fuerza de defensa interior más creíble. Aparecen en momentos en que personeros del Pentágono realizan una revisión interna de un año de los niveles de tropas y sistemas de armamentos, en un intento de equilibrar las acrecentadas exigencias de defensa interior y las pesadas demandas de despliegues ultramarinos en Iraq, Afganistán y otros lugares.
Keating manifestó confianza de que los recursos militares existentes sean suficientes para las necesidades de seguridad. El general de división Richard J. Rowe, oficial jefe de operaciones del Northcom, estuvo de acuerdo, pero agregó que surgirían "puntos tensos" en algunas competencias militares, si las tropas fueran llamadas a hacer frente a ataques internos.

Debate y Análisis
Varias personas en el staff aquí y en el Pentágono dijeron en entrevistas que el debate y análisis en el gobierno de Estados Unidos en cuanto al alcance de la amenaza interior y los recursos necesarios para protegerlo de ella, están lejos de ser claros.
Los planes del comando consisten de dos documentos principales. De uno, llamado CONPLAN 2002 y de más de 1.000 páginas, se dice que es una especie de documento paraguas que reúne varias órdenes emitidas para misiones interiores y cubren operaciones aéreas, marítimas y de tierra. Trata no solamente de respuestas posteriores a un ataque, sino también de prevención y acciones disuasivas destinadas a interceptar amenazas antes de que lleguen a Estados Unidos.
El otro, identificado como CONPLAN 0500, trata específicamente con controlar las consecuencias de ataques definidos en los 15 guiones.
CONPLAN 2002 fue revisado por el Comando Conjunto del Pentágono y debe ser pronto estudiado y aprobado por el ministro de Defensa, Donald H. Rumsfeld y otros funcionarios. (CONPLAN significa "plan borrador" y tiende a ser una versión abreviada de un OPLAN, o "plan de operaciones", que especifica tropas y calendarios para movimientos en zona de combate).
Los planes, como muchas más cosas en Northcom, marcan una nueva aventura del establishment militar estadounidense que todavía está buscando su nivel de comodidad con la idea de un papel más importante en la defensa interior después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Oficiales militares y personeros civiles del Pentágono dicen que reconocen, por un lado, que las fuerzas armadas tienen mucho que ofrecer no sólo en niveles de tropas sino también en experiencia en control de crisis y en respuesta ante emergencias. Por otro, se inquietan de que una participación más profunda en misiones interiores puede reducir la capacidad de las fuerzas armadas para responder a amenazas en el exterior.
La nueva estrategia de defensa interior del Pentágono, fijada en junio, enfatizaba en caracteres en negrita que "la seguridad interior es fundamentalmente una función de policía civil". Sin embargo, observó la posibilidad de que tropas de tierra puedan ser enviadas en misión en territorio norteamericano para contrarrestar amenazas interiores y enfrentarse a emergencias mayores.
"Para el Pentágono, reconocer que tendría que responder ante ataques catastróficos y necesita un plan, fue un gran paso", dijo James Carafano, que estudia temas de la seguridad interior para la Heritage Foundation, un laboratorio ideológico conservador de Chicago.
William M. Arkin, un especialista de la defensa que ha informado sobre la planificación de la guerra del Northcom, dijo que la evolución del pensamiento del Pentágono refleja el reconocimiento de una obvia brecha en recursos civiles.
Desde el principio del Northcom en octubre de 2002, el personal de su cuartel general ha aumentado hasta llegar a 640 miembros, más grande que el Comando del Sur, que controla operaciones en América Latina, pero más pequeño que los comandos regionales para Europa, Oriente Medio y el Pacífico. Una breve excursión a fines del mes pasado del centro de operaciones del Northcom en la Base Aérea de Peterson halló a oficiales siguiendo no solamente el tráfico aéreo y marítimo hacia Estados Unidos, pero también la misión del transbordador espacial Discovery, la National Scout Jamboree en Virginia, varias operaciones de vigilancia de fronteras y unos proyectos de bomberos forestales.

Método de ‘Uso Dual'
Las autoridades del Pentágono han rechazado la idea de crear unidades grandes dedicadas a misiones interiores. En lugar de eso, favorecen un enfoque de "uso dual", sacando soldados de un fondo común de tropas adiestradas tanto para misiones interiores como de ultramar.
Se pone especial confianza en la Guardia Nacional, que está extendiendo su red de 22 equipos de apoyo civiles en todos los estados y formando una docena de unidades regionales de respuesta de 120 miembros. El año pasado el congreso otorgó a la Guardia mayor autoridad bajo el Título 32 del Código estadounidense para realizar misiones de seguridad interior, como proteger centrales eléctricas y otras plantas críticas.
Pero el comandante del Northcom puede rápidamente contar con fuerzas de servicio activo. Además de poderes previos para hacer intervenir aviones de guerra, antes este año Keating obtuvo autoridad para involucrar a buques de la Marina y de la Guardia Costera para hacer frente a amenazas en las costas de Estados Unidos. También tiene acceso inmediato a batallones en servicio activo del Ejército en bases en el país, dijeron oficiales aquí.
Sin embargo, cuando se trata de que las fuerzas de tierra asuman posiblemente un papel importante en operaciones de seguridad interior, oficiales de alta jerarquía del Northcom se muestran reluctantes a mencionar detalles. Keating dijo que esas situaciones, si se producen, serían probablemente temporales, con la principal responsabilidad volviendo a las autoridades civiles.
Ejercicios militares con el nombre de código de Vital Archer, que implica a tropas en papeles de dirección, están envueltos en el secreto. En contraste, otros ejercicios de seguridad interior en los que participan tropas en papeles de apoyo, son ampliamente publicitados.
Grupos de defensa de las libertades civiles advirtieron que la mayor participación de las fuerzas armadas en la defensa nacional podría chocar con la Ley de Comités Voluntarios [Posse Comitatus Act], de 1878, que restringe el uso de tropas en labores policiales domésticas. Pero autoridades del Pentágono han dicho al congreso que no ven necesario cambiar la ley.
De acuerdo a abogados militares aquí, el envío de tropas de tierra se justificaría muy probablemente en la autoridad del presidente bajo el Artículo 2 de la constitución para ser el comandante en jefe y proteger al país. La Ley de Comités Voluntarios excluye acciones autorizadas por la constitución.
"Ahí deberíamos empezar" para presentar una acusación, dijo el coronel John Gereski, un abogado veterano de Northcom.
Pero Gereski también dijo que no conocía ninguna prueba judicial de este argumento legal, y Keating dejó la puerta abierta para una enmienda de la Ley de Comités Voluntarios.
Un área potencialmente difícil, dijo el almirante, implica a oficiales de la Guardia Nacional que son puestos al mando de destacamentos que incluyen tanto unidades en servicio activo como de la Guardia -un enfoque usada antes el año pasado en la cumbre del Grupo de los Ocho en Georgia. Tropas de la Guardia, actuando bajo control del estado, están exentas de las prohibiciones de la Ley de Comités Voluntarios.
"Sería un reto para el comandante, que es un guardia, si termináramos con un guión bastante complejo y dinámico", dijo Keating. Mencionó una situación policial en las que unidades de la guardia podrían empezar a detener a gente, mientras que las fuerzas regulares no pueden hacer eso.
La sensibilidad del comandante en cuanto a problemas legales, dijo Gereski, se refleja en la cantidad inusualmente abultada de abogados -14, en comparación con los 10 o menos en otros comandos. Un abogado sirve a jornada completa en el Centro de Inteligencia y Fusión Combinadas, que reúne a analistas militares con especialistas policiales de agencias civiles como el FBI, la CIA y el Servicio Secreto.
Un supervisor en la planta dijo que el staff ahí no recoge inteligencia, sino sólo analiza.
También dijo que las fuerzas armadas operan con reglas de hace mucho tiempo destinadas a proteger las libertades civiles. Las reglas, por ejemplo, bloquean el acceso militar a información de inteligencia sobre opositores políticos o actividades puramente delictivas.
Incluso así, el abogado del centro es llamado periódicamente para considerar la propiedad de algunos datos compartidos. Interrogado sobre la frecuencia en que se producen casos así, el supervisor recordó dos en los 10 días previos, pero se negó a revelar datos específicos.

9 de agosto de 2005
©washington post
©traducción mQh


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