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baile individual delata a falsificadores


[H.G. Reza] Fue un baile individual de tres horas y una stripteasera con olfato para el dinero lo que condujo finalmente a la ruina de los falsificadores.
California/México/Estados Unidos. Quince personas fueron acusadas en la investigación en curso. Y agentes del Servicio Secreto han descubierto que las pandillas callejeras de California del Sur colaboraban con una banda de falsificadores mexicanos y un cartel de drogas para introducir en Estados Unidos billetes falsos de cien dólares -7.5 millones de dólares sólo desde febrero del año pasado.
Los billetes fueron descargados en los condados de Los Angeles y Orange, así como con pandillas de Spokane, Washington y Nueva Orleans.
Tony Chapa, antiguo director de la división de falsificaciones del Servicio Secreto en la capital nacional, dijo que la falsificación -considerada antiguamente como un delito relativamente pacífico- está atrayendo a delincuentes violentos. Dijo que las bandas de falsificadores colombianos, considerados como los más productivos, trabajan a menudo en colaboración con los carteles de droga de ese país.
"Ambos grupos utilizan a los mismos camellos. Un camello puede transportar un mes drogas a Los Angeles o Miami, y al siguiente trae billetes falsos", dijo Chapa, que encabeza ahora el despacho de la agencia en Los Angeles.
Dijo que este último caso era sólo el segundo en sus 20 años de carrera en el que había visto billetes norteamericanos falsos provenientes de México.
La poderosa pandilla de tráfico de drogas de Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, que controla la distribución de narcóticos a lo largo de gran parte de la Costa Pacífico de México, ayudaba a la banda de falsificadores a introducir los billetes en Estados Unidos a través de sus rutas de contrabando, de manera similar a los colombianos, dijo Chapa.
La calidad de los billetes falsos es alta, dijo Chapa. Los billetes fueron impresos en una imprenta offset en Guadalajara, con el mismo proceso que usa la Oficina de Grabado e Impresión de Estados Unidos.
"Se necesita un montón de conocimiento para producir un billete en una prensa offset", dijo. "La mayoría de los billetes falsos son producidos digitalmente y son fáciles de detectar".
Las autoridades dijeron el cabecilla de la banda de California del Sur, José Carlos González-Moreno, vivía en una modesta casa en Santa Ana. Se cree que Guzmán y González-Moreno, que fue acusado por un jurado federal en Santa Ana de falsificación, están escondidos en algún lugar en México.
Los billetes falsos aparecieron por primera vez en México, donde los bancos los detectaron y devolvieron a los comerciantes que los habían aceptado, dijo James Kollar, director del Servicio Secreto en Santa Ana. La banda movió sus operaciones a California del Sur, donde comerciantes y bancos del condado de Orange empezaron a informar sobre los billetes falsos a principio de 2002.
Los agentes tuvieron su primer éxito ese septiembre. Basándose en informaciones de soplones, agentes encubiertos recuperaron más de 300 mil dólares en billetes falsos de 100 dólares en un coche que pertenecía a Alfonso Ávila Macías, 30, de Santa Ana. No fue acusado sino tres años después, ya que los detectives esperaban que los llevara a los jefes de la banda.
En lugar de eso, él y otros personajes sospechosos intuyeron lo que querían los agentes y la investigación se estancó durante dos años -hasta que Luis Gabriel Cisneros visitó el Teatro Sahara en Anaheim, en diciembre de 2004.
Después de su baile individual de tres horas, pagó a la stripteasera de 20 con cuatro billetes de cien dólares. Tenía 11 más metidos en su calcetín derecho, dijeron los agentes. Los billetes parecían genuinos, pero olían a vinagre. La stripteasera se lo dijo a un empleado del club, que llamó a la policía.
Agentes del Servicio Secreto dijeron que creían que los billetes fueron empapados en vinagre para engañar a los perros que olfatean el contrabando en la frontera. Ninguno de los contrabandistas de billetes fueron capturados por la Patrulla Fronteriza, dijo Kollar. Los camellos son casi siempre mujeres, dijeron los agentes más tarde, que cruzan la frontera en San Ysidro con hasta 200 mil dólares en billetes falsos ocultos en su ropa interior.
Tras la detención de Cisneros, agentes del Servicio Secreto tuvieron en sus manos una pista para trazar a la banda de falsificadores. "Fue como un regalo de Navidad", dijo Kollar.
El año pasado Cisneros, 23, se declaró culpable de posesión de dinero falso y de haberlo usado para pagar cuentas. Puede ser condenado hasta 20 años de prisión cuando se dicte sentencia en marzo.
Funcionarios del Servicio Secreto permitieron que dos agentes encubiertos hablaran con el Times a condición de que no fuesen identificados. Los agentes dijeron que las bandas que habían infiltrado también comerciaban en drogas y armas. En un caso, dijeron, los agentes trazaron a un miembro de la pandilla de Santa Ana que había ido a Spokane con billetes falsos que vendió a pandilleros allá. El hombre volvió al condado de Orange en un Cadillac Escalade que compró con dinero falso.
González-Moreno, que recibió los billetes directamente de los falsificadores mexicanos, vendió los billetes falsos a un 18 por ciento de su valor declarado, dijeron agentes. Los distribuidores, que eran a menudo miembros de la banda, revendían los billetes a un 25 y hasta 40 por ciento de su valor declarado.
Los distribuidores hacían pedidos a través de González-Moreno, y los pagos eran girados a los falsificadores en México a través de Western Union, dijeron agentes. "Podíamos pedir 100 mil dólares a través de un informante y lo recibíamos al día siguiente; tres millones tomaban un par de semanas’, dijo un agente.
Kollar dijo que los pandilleros y sus socios también pagaban con billetes falsos en los centros comerciales, donde hacían compras y devolvían luego la mercadería para obtener billetes legítimos.
Uno de sus amigos trató de blanquear los billetes en un Macy’s en Santa Ana, donde estaba trabajando. Empleados de la tienda llamaron al Servicio Secreto después de que notaran un aumento de los billetes falsos. Resultó, dijo Kollar, que una noche el hombre cambió tres mil dólares en billetes falsos.
Hacia mediados de 2005, varias personas habían sido arrestadas por sospechas de distribuir los billetes, y miembros de la banda se dieron cuenta de que el Servicio Secreto estaba tras sus pasos, dijo Kollar.
El despacho de la agencia en Santa Ana está a cuadras del vecindario donde tomó lugar el caso. Los miembros de la banda observaban el edificio y seguían a los agentes cuando salían del garaje, dijo.
En un caso, ocho de diez pandilleros rodearon y apedrearon una furgoneta aparcada con dos agentes dentro que estaban espiando a un sospechoso, dijo un agente. No está claro para los detectives si los gángsteres sabían que eran agentes del Servicio Secreto o si querían hacer saber a un vehículo desconocido que este era su territorio.
Infiltrar pandillas callejeras no es algo que hagan normalmente los agentes del Servicio Secreto, dijo Kollar. Pero la pesquisa de tres años de sus agentes fue memorable por otra razón.
"Se necesita un granuja entendido para hacer este tipo de falsificaciones", dijo, "que es lo que hace excitante una investigación como esta".

29 de enero de 2006

©los angeles times
©traducción mQh

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