diva del burlesque gótico, la manson-von teese
Se abre la puerta de entrada y ahí está Dita Von Teese -una muñeca de porcelana, ni un solo cabello fuera de lugar. Sus uñas escarlatas están afiladas como puntudas garras; su lápiz de labios y lunar, perfectos.
"¿Quieres un poco de agua?", pregunta, moviendo sus caderas mientras camina envuelta en un tieso traje azul de Moschino.
Así que esta es la mujer que trae loco al mundo de la moda.
A todo el mundo le gusta una chica ‘It’ de primera fila. Y en esta temporada, cuando las pasarelas de otoño empiezan a ponerse en marcha hoy en Nueva York, la chica de primera fila es Dita Von Teese.
¿Quién iba a imaginar que esta reina del burlesque, conocida por desnudarse hasta no quedar más que con cubrepezones mientras retoza en un vaso gigante de martini, seduciría a los diseñadores de ropa y editores de revistas por igual? También es la nueva mujer del escandaloso roquero Marilyn Manson. Las fotos de su boda aparecerán en el número de marzo de Vogue.
Más que una mascota de diseñador, Van Teese se ha convertido en una musa. Y está acumulando una impresionante lista de credenciales.
Desde su gran triunfo cuando posó para Playboy en diciembre de 2002, ha aparecido en cientos de eventos, como anfitriona y principal atracción. Ha hecho su striptease para promover a Victoria’s Secret, Agent Provocateur y Trashy Lingerie, y ha sido la atracción de fiestas de Dsquared, Louis Vuitton, Garrard y Christian Louboutin. Ha aparecido en pasarelas de John Galliano, Roland Mouret, Marc Jacobs y Moschino.
Y la gente no deja de darle ropa: el vestido largo que Jean Paul Gaultier que fue su regalo de bodas; la docena de pares de zapatos que Louboutin le ofreció como presente; la sombrerera de Louis Vuitton, de su amigo Marc Jacobs.
"La primera vez que la vi, Dita fue como una revelación para mí", dice Louboutin. "Es como un sueño hecho realidad, la corista más elegante".
"Es estupendo que reciba más atención por estar con Marilyn Manson", dice Cecilia Dean, editora de la revista Visionaire, que la contrató para actuar en una fiesta el verano pasado. "Pero es una chica que tiene algo que decir".
Gira de Pistas
Antes de que Von Teese se embarque en su gira de pasarelas, que la llevarán a Nueva York, Londres y Milán, accedió a llevarnos por una gira de sus armarios.
Su cuarto de ropa es un país de fantasía lleno de boas de plumas, guantes de gala incrustados de imitaciones de piedras preciosas y tangas, zapatos de plataforma y corsés resplandecientes de cristales y encajes, todo diseñado por su mejor amiga y colega bailarina de burlesque, Catherine D’Lish. Sentada junto a una barra de ballet, la silueta de su cara contrastando contra el papel mural de terciopelo de color rosado de tocador, ofrece agua en dos vasos de cristal rosado. Su clásico anillo de diamantes de corte redondo -17 quilates en total- es cegador. Tiene la postura de una bibliotecaria de escuela y un estricto sentido del decoro con el que hace combinación, haciendo a menudo observaciones sobre lo "correcto" o "apropiado".
Von Teese, 33, nació como Heather Sweet en Wesy Branch, Michigan, la hija de un maquinista y una manicurista. Cuando tenía 12, ella y su familia de mudaron a Irvine.
Se ha interesado en la moda desde que mostró interés en el baile, a los cinco. "Yo no era una bailarina de ballet muy buena, pero me encantaba", dice. "Para mí se trataba de los trajes bonitos y los peinados y el maquillaje decadente".
Adoraba a Cyd Charisse, que usaba su formación de ballet clásico para crear números de baile subidos de tono, y se impregnó de cuanta película vieja pudo. En 1990 fue contratada en un club de striptease llamado Captain Cream, en Lake Forest, donde empezó a dar forma a su imagen, llevando durante su número corsés, guantes largos y sombreros con velos sobre los ojos. Al mismo tiempo, empezó a posar para revistas fetichistas, de chicas de calendario y de cultura retro, adoptando el nombre de ‘Dita’ en homenaje a la actriz de cine de los años veinte, Dita Parlo.
"Cuando hacía modelaje fetichista, la gente me cambiaba sus corsés por tomas de foto, y yo los guardé todos". Hoy, su colección incluye unos 400 corsés. Sus favoritos son los de Pearl, un diseñador parisino de corsés a medida, y Dark Star, una compañía de San Francisco. (Y en caso de que te lo estés preguntando, ella prefiere acordonárselos ella misma).
Después de unos años de titular en Captain Cream, Von Teese se echó a la carretera.
"Estuve en clubes de striptease en todo Estados Unidos: en los buenos, los malos y los feos". Empezó a hacer su tributo al baile con abanico de plumas de Sally Rand en 1993. En 1996 le rindió un homenaje a Lili St. Cyr dándose un baño de champaña en una bañera de cristal transparente, con un sombrero de copa rosado con incrustaciones de piedras preciosas, hoy en un lugar destacado de su armario en lo alto de una estantería.
Sus viajes fueron la oportunidad perfecta para reunir ropa antigua. "Recogí cosas en Texas, Rhode Island, en todas partes. Gané un montón de dinero, que gastaba en boutiques, comprando las cosas más impresionantes". Incluyendo más de 300 sombreros, más vestidos y lencería.
"Una de las cosas que me gusta de los años 30 y 40 es que cuando hacías las compras con los catálogos de Sears, podías comprar un sombrero y un bolso que combinaran con tus zapatos y podías hacer que bordaran tu nombre en todos ellos".
En 2002 hizo su solo de ‘chica en el vaso’, con las Pussycat Dolls, de Carmen Electra. Y Hugh Hefner la llamó. La puso en la cubierta del número de vacaciones de Playboy, y le dedicó un reportaje fotográfico de diez páginas.
"Eso cambió todo para mí", dice. "Antes, yo era famosa en un grupo de fetichistas encarnizados, pero no en los medios tradicionales. Era difícil que te dieran cobertura. Pero una vez que salí en la cubierta de Playboy, todos querían hablar conmigo".
Incluyendo a Marilyn Manson. Los dos se conocieron en 1999 en la Vintage Fashion Expo, una feria de ropa en Santa Mónica.
"Estaba vestida hasta arriba y llevaba un sombrero con un pájaro, guantes, un vestido y un velo, y él me venía siguiendo con sus amigos", recuerda Von Teese. "Yo estaba tratando de comprar, así que finalmente me volví y le pregunté: ‘¿Te puedo ayudar en algo?’"
Se hicieron amigos, pero no empezaron a salir sino en 2002, después de que Manson rompiera con Rose McGowan.
"Creo que el roce nos quita el estilo", dice Von Teese. "Por ejemplo, él ya no usa pantalones de cuero".
Señor y Señora
Se casaron el 3 de diciembre en el castillo irlandés de su amigo austriaco, el artista Gottfried Helnwein. Ella llevó un vestido púrpura de Vivienne Westwood y un sombrero de tres picos de Stephen Jones; él, una smoking negro de tafetán y terciopelo, de John Galliano. Durante varios días después de la boda, los huéspedes fueron invitados a participar en tiro al plato, tiro con arco y halconería. No se fueron de luna de miel.
Su estilo de vida gótico se hace aparente en el salón, donde hay un ataúd en miniatura junto a la puerta y un caballo de tiovivo en medio de la sala -Van Teese se está espolvoreando con brillo para su espectáculo. La pareja tenía un lugar en Hollywood Hills, hasta que los fans empezaron a aparecerse por el jardín. Así que hace un año y medio se mudaron a Chatsworth buscando más privacidad. (Sí, un tío alto con maquillaje blanco y su temperamental mujer seguramente se fundirán).
A la derecha de la sala, la cocina es el sueño de una ama de casa feliz: azulejos blanco y negro de los años cincuenta, aparatos de KitchenAid rosados, inclusive con cuchillos rosados. Es aquí con el señor y la señora Manson degustan sus especialidades: estofado de vacuno y tartas de frutas frescas.
Las taciturnas acuarelas de Manson cubren las paredes del pasillo. (Hay swásticas por todos lados). En el dormitorio hay un edredón cubierto de estampados de cachemira, una enorme cómoda de madera, un tocador y un espejo -con un bolso de cota de mallas adornado con una swástica que cuelga de él.
"Ese fue el primer regalo que recibí de Manson", cuenta Von Teese. "No me gusta hablar sobre eso... pero en realidad la swástica es un símbolo muy antiguo".
Al otro lado del clóset de tamaño natural hay un walk-in con estanterías sobre estanterías de zapatos, y no se ve ningún par de planos. Hay tacos altos de Vuitton incrustados de piedras, tacones de aguja Louboutin en satén fucsia, plataformas de punta abierta de Moschino y zapatillas de tenis de charol de Westwood, todos en la delicada talla 6 y medio. Dos cajones abiertos revelan todo un cofre de pirata de joyas y tiaras de piedras preciosas.
"La única excusa para usar sudaderas y zapatillas es que estaba pintando fuera o haciendo Pilates", dice. "Cuando estoy en casa, informal, llevo una bata de cachemira y zapatillas conejitas de visón. Eso es lo que llevo cuando me quiero sentir cómoda".
Coge el sombrero ‘ave del paraíso’ que llevó a la parte de halconería de su boda, colocándoselo en la cabeza e improvisando frente al espejo. "Los pájaros pensaban que yo era su mamá".
Von Teese todavía es una gran compradora de ropa de época, pero no busca los nombres de diseñadores.
"Me gustan las cosas con etiquetas de tiendas", dice. "Las tiendas deberían copar cosas de las películas, o liquidar a los mejores diseñadores". Uno de sus hallazgos favoritos es un vestido de lana negra de crespón con una cintura entallada, y una caída por la espalda. "Está muy bien hecho. Cada tantos años refuerzo las costuras".
Y ha estado comprando en eBay desde "los días en que podías comprar de todo de una vez".
Colecciona calcetería antigua, que guarda en un archivador, y diseña una línea bajo la etiqueta de Dita Collection, de Secrets in Lace. Sus medias se venden -usadas y nuevas- en su sitio en la red: www.dita.net
La lencería sería el siguiente paso, pero no se siente segura diseñando ropa.
"Respeto mucho a los diseñadores y admiro lo que hacen, así que no quiero tener que decir algún día: ‘Yo también soy diseñadora’. Hay un montón de gente famosa que tienen sus propias líneas de ropa. Pero es divertido que cuando vienen a por los Oscares, llevan Valentino. No es bonito".
Tampoco anda desesperada por actuar en alguna película, "sólo si el papel es bueno".
"Prefiero ser famosa por lo que hago mejor", dice Van Teese. "Pero todo el mundo ha visto a una stripteasera que ya no está en la flor de su juventud. No está bien hacerlo toda la vida".
Su primer libro debe salir el próximo mes en Regan Books, titulado ‘Burlesque and the Art of the Teese/Fetish and the Art of the Teese’. Y este otoño, será el rostro de una importante campaña de cosmética.
De momento, se siente excitada haciendo presentaciones de pasarela.
"Un montón de gente va simplemente para salir en la foto. Pero no les interesa el espectáculo", dice Von Teese. "Me senté junto a ellos y estaban hablando por teléfono, y entretanto subían al escenario un caballo y un carruaje y Erin O’Connor salía con un traje de Dior. ¡Es teatro!"
"Yo voy porque me gusta mirar a las chicas, me gusta la ropa, me gusta oír el ruido de las cuentas aplastadas cuando caminas sobre ellas en la pasarela. Me gusta ver lo que hacen con su pelo y maquillaje. Me gustaría ir a los shows y no ser un espectáculo", dice.
Pausa.
"No que no me guste ser el espectáculo".
Cosas Favoritas de Dita
Sombreros de los años treinta hasta cincuenta. Tiene más de 350 en su colección, muchos con pájaros encima. Pero fue una creación moderna de Stephen Jones la que llevó para la mañana de halconería en su boda, en diciembre, en Irlanda.
Monogramas. Tiene su nombre bordado en el forro de su abrigo de visón.
Corsés a medida. Le gusta Pearl, de París, cuyas creaciones le dan una cintura de 16 pulgadas y cuestan no menos de cinco mil dólares.
Medias clásicas. Tiene más de 1200 pares guardados en un archivador en su clóset, así como su propia línea de medias para la venta -usados y nuevos-, en su página en la red: www.dita.net
Vestidos de época. No busca a diseñadores, sino tiendas, como Neiman Marcus y Bergdorf Goodman.
Batas de cachemir, enaguas antiguas y zapatillas de visón. Nunca usa sudaderas.
Gatos Devonshire Rex. Tiene cuatro -con las garras intactas-, y se llaman Lily, Herman, Aleister y Edgar.
3 de febrero de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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