la rebelión de los perros
[Anna Bahney] Explosivo aumento de clases de obediencia. ¿Quiénes se han rebelado?
No se conoce el número de clases de obediencia en todo el país, en parte porque el adiestramiento de perros adopta a menudo la forma de acuerdos informales, que van desde clases únicas en el patio de la escuela hasta visitas a casa intensivas de algún gurú de perros. Pero muchos adiestradores dicen que sus listas de espera están creciendo.
Andrea Arden, una adiestradora de perros en Manhattna, y su personal, da clases a 18 perros a la semana: 10 cachorros y 8 adultos. En la mañana del jueves pasado Arden puso un aviso en su sitio en internet anunciando tres nuevos cursos de agilidad, que prepara a los perros para hacer carreras de obstáculos obedeciendo órdenes como corre, salta y zigzaguea. Ya que se trata de cursos avanzados y cuestan 350 dólares a la semana, esperaba que tomaría semanas llenar las sesiones, pero se le acabaron las inscripciones en menos de dos horas. Más tarde ese día agregó otro curso, y este se volvió a llenar rápidamente.
Annette Rauch, asistente de investigación en el Centro de Animales y Políticas Públicas de la Facultad de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad Tufts de Grafton del Norte, Massachusetts, citó un sondeo de nuevos propietarios de perros que mostraba que un 75 por ciento de ellos quería asesoría sobre conducta y un 85 por ciento dijeron que tenían la intención de enviar a sus perros a clases de adiestramiento. "En las últimas décadas ha habido un aumento en la preparación de veterinarios especializados en conducta", dijo. Los problemas de conducta, observó, son la principal razón por la que la gente regala sus mascotas.
"Hemos visto un aumento en la popularidad de razas de perros grandes", dijo la doctora Rauch, "y hemos visto un aumento en el número de problemas de conducta".
De lejos el perro más popular en el país en los últimos 16 años ha sido el Labrador retriever, que tuvo el año pasado 137.867 inscripciones en el Club Canino de Estados Unidos [American Kennel Club], más del doble que el segundo perro más popular, el golden retriever, que tuvo 48.509.
Los perros grandes como estos necesitan más ejercicios de lo que creen los dueños. Y si los perros no hacen lo suficiente, empiezan a mordisquear o se ponen agresivos.
Arden dijo que los perros pequeños presentan diferentes tipos de problemas, que llama el síndrome del perro chico. Muchos dueños (especialmente los que se imaginan que son padres de los perros) tratan a sus yorkies y chihuahuas como si fueran bebés, explicó, y eso los convierte en perros mimados. Los dueños a menudo dejan de lado la tarea de disciplinar a los perros chicos cuando evacuan en la alfombra, por ejemplo. "Como se trata de apenas unas gotas, los dueños lo limpian y dicen: ‘Oh, no quiso salir y ahora se mojó las patas un poquito’", dijo Arden. Si fuera un Labrador, agregó, los dueños no dirían lo mismo.
La falta de disciplina puede conducir a gruñidos, mordiscos, ladridos y mordisqueos agresivos, dice Arden.
Los dueños de mascotas responden ante la mala conducta de dos modos, dijo el profesor Nicholas Dodman, director de la Clínica de Conducta Animal en Cummings: deshaciéndose de los perros o adoptando medidas extremas para mejorar instantáneamente la conducta de las mascotas.
Dodman advirtió a los dueños que debían ser pacientes, mantener expectativas realistas y tratar de controlar a sus perros sin gritar y sin ponerse violentos.
Los métodos de adiestramiento varían, pero la mayoría de ellos recompensan la buena conducta en lugar de castigar la mala. César Millán, que gestiona un centro de psicología canina en Los Angeles y lleva ya dos temporadas como anfitrión de ‘Dog Whisperer’, predica el dominio asertivo, de modo que el perro sepa que el amo es el jefe. Millán predica que los perros necesitan ejercicios, disciplina y afecto, en este orden. Lo que busca, dice, es crear un perro equilibrado, aunque ha sido criticado por técnicas como inmovilizar a un perro contra el suelo o dar tirones a la correa.
Dodman dice: "Mi colega piensa que es una parodia. Hemos escrito al National Geographic Channel para decirles que han hecho retroceder en veinte años el adiestramiento de perros".
La respuesta de Millán: "No le gusto a alguna gente. Yo sé que tengo razón".
Teoti Anderson, adiestradora de perros en Lexington, Carolina del Sur, y presidente de la Asociación de Adiestradores de Perros Mascotas [Association of Pet Dog Trainers], dijo que los dueños a menudo evitan las clases de obediencia por temor a que sus perros no estén a la altura de los otros.
"Están tan preocupados de que su perro se comporte como idiota", dijo, "que no se dan cuenta de que todo el mundo está haciendo lo mismo".
Los dueños de perros se consuelan con el libro de Grogan. "Yo soy el líder espiritual de los dueños de los perros malos de Estados Unidos", dijo. "No puedo dar datos a la gente sobre cómo ser un mejor dueño. Lo único que puedo decirles es que no están solos".
Fue necesario el éxito de ‘Marley and Me: Life and Love With the World’s Worst Dog’, de John Grogan, que llegó al tope de la lista de mejores ventas, para revelar un secreto sobre el que los dueños de perros no hablan fácilmente. Sus perros son a menudo perros malos.
"Yo consideraba a mi perro como el peor perro del mundo", dijo Grogan. "Pero he oído a cientos y cientos de personas que pueden competir punto a punto con mi historia".
Marley -el indeleble granuja que era el Labrador amarillo que se puso a sí mismo en el centro de la familia Grogan, a pesar de tener casi siempre un objeto casero en su hocico o deslizándose por su esófago- ha tenido tanta repercusión entre los lectores que Grogan ha recibido miles de cartas, mensajes de e-mail y comentarios en su página en la red, www.marleyandme.com sobre "ese condenado perro". Las cartas expresan alivio de encontrar a otros con perros malos y cuestionan la afirmación de que Marley haya sido "el peor perro del mundo".
Los expertos en perros han observado otros signos de creciente preocupación sobre la mala conducta de los perros, a pesar de los bizcochos de sibarita, juguetes educativos y suéteres para perros de 70 dólares con que se los prodiga. (Otros argumentan que es justamente debido a este tratamiento).
Las matrículas en cursos de obediencia están subiendo marcadamente, los veterinarios observan una creciente demanda de ayuda para problemas de conducta y está subiendo el rating de ‘Dog Whisperer’, el programa sobre perros del National Geographic Channel. Buscar modos de hacer entender al perro se ha convertido en una obsesión nacional.
El problema, según sospechan algunos expertos en conducta animal, no es que haya más perros malos. Lo que hay son dueños más exigentes. La gente espera que sus perros cooperen con sus vidas ajetreadas -que los perros se porten bien en las recepciones, cuando visitan subastas caseras y en cafeterías y tiendas- y respeten sus casas. Y en una cultura que aprecia el logro y la excelencia, asumen rápidamente que los perros deben apreciar las mismas cosas, especialmente cuando hay carreras de obstáculos en los que sobresalir y talentos sociales de los que hacer gala.
Algunos expertos en perros se preguntan si acaso el énfasis en la conducta es realmente lo mejor para el perro o si es simplemente una forma de auto-ayuda para la gente: con sus muebles, sus ropas o sus habilidades culinarias adecuadas, el único modo de mejorar sus vidas ahora es mejorando al perro.
"Esta es la generación que inventó al niño dotado y talentoso", dice Jon Katz, autor de libros sobre la relación hombre-perro, "de modo que ahora quieren que el perro sea también dotado y con talento".
Katz, que ha escrito ‘Katz on Dogs: A Commonsense Guide to Training and Living With Dogs’ (Villard, 2005) y ‘The New Work of Dogs’ (Villard, 2003), que trata los variables roles de los perros, desde guardianes al aire libre y cobradores hasta falderos y almas gemelas, dijo que desde los años sesenta ha habido una explosión en el número de acompañantes animales de casi cinco veces su cantidad.
Este aumento, junto con muchos otros cambios sociales, dijo Katz, ha provocado una revolución en la relación entre gente y perros. Ahora se espera que los perros adopten el papel de amigos íntimos, confidentes o niños, a los que se puede llevar a todas partes, incluyendo el centro comercial y casas de amigos.
"Los perros son como una tela en blanco", dijo Katz. "Puedes pintar lo que quieras en ella".
Chris Hoffman y Ann Shih enviaron a Senshi, una bulldog americana, dos veces a cursos de adiestramiento básico. Luego, para que hiciera vida social, la sacaron a todas partes: a hacer las compras, a la biblioteca, a las cafeterías. Y mientras más socializaba el perro fuera, menos dejaban para la casa.
Hoffman, que trabaja en márketing en internet en San Francisco, dijo que Senshi ocupa una parte más grande en su vida que los perros de su infancia, que eran perros que pasaban un montón de tiempo en el patio. "Nosotros no tenemos patio, pero si lo tuviéramos, ella no pasaría mucho tiempo allí", dijo. "Ella forma parte de nuestra familia".
Annie Teillon y su marido Geoff, que viven en Manhattan, dijeron que el adiestramiento formal fue vital para sus dos perros -un Lab y un golden retriever- porque son grandes y fuertes. "Yo vivo en un apartamento con mis dos perros", dijo Teillon, "y es necesario que se comporten bien".
"Yo consideraba a mi perro como el peor perro del mundo", dijo Grogan. "Pero he oído a cientos y cientos de personas que pueden competir punto a punto con mi historia".
Marley -el indeleble granuja que era el Labrador amarillo que se puso a sí mismo en el centro de la familia Grogan, a pesar de tener casi siempre un objeto casero en su hocico o deslizándose por su esófago- ha tenido tanta repercusión entre los lectores que Grogan ha recibido miles de cartas, mensajes de e-mail y comentarios en su página en la red, www.marleyandme.com sobre "ese condenado perro". Las cartas expresan alivio de encontrar a otros con perros malos y cuestionan la afirmación de que Marley haya sido "el peor perro del mundo".
Los expertos en perros han observado otros signos de creciente preocupación sobre la mala conducta de los perros, a pesar de los bizcochos de sibarita, juguetes educativos y suéteres para perros de 70 dólares con que se los prodiga. (Otros argumentan que es justamente debido a este tratamiento).
Las matrículas en cursos de obediencia están subiendo marcadamente, los veterinarios observan una creciente demanda de ayuda para problemas de conducta y está subiendo el rating de ‘Dog Whisperer’, el programa sobre perros del National Geographic Channel. Buscar modos de hacer entender al perro se ha convertido en una obsesión nacional.
El problema, según sospechan algunos expertos en conducta animal, no es que haya más perros malos. Lo que hay son dueños más exigentes. La gente espera que sus perros cooperen con sus vidas ajetreadas -que los perros se porten bien en las recepciones, cuando visitan subastas caseras y en cafeterías y tiendas- y respeten sus casas. Y en una cultura que aprecia el logro y la excelencia, asumen rápidamente que los perros deben apreciar las mismas cosas, especialmente cuando hay carreras de obstáculos en los que sobresalir y talentos sociales de los que hacer gala.
Algunos expertos en perros se preguntan si acaso el énfasis en la conducta es realmente lo mejor para el perro o si es simplemente una forma de auto-ayuda para la gente: con sus muebles, sus ropas o sus habilidades culinarias adecuadas, el único modo de mejorar sus vidas ahora es mejorando al perro.
"Esta es la generación que inventó al niño dotado y talentoso", dice Jon Katz, autor de libros sobre la relación hombre-perro, "de modo que ahora quieren que el perro sea también dotado y con talento".
Katz, que ha escrito ‘Katz on Dogs: A Commonsense Guide to Training and Living With Dogs’ (Villard, 2005) y ‘The New Work of Dogs’ (Villard, 2003), que trata los variables roles de los perros, desde guardianes al aire libre y cobradores hasta falderos y almas gemelas, dijo que desde los años sesenta ha habido una explosión en el número de acompañantes animales de casi cinco veces su cantidad.
Este aumento, junto con muchos otros cambios sociales, dijo Katz, ha provocado una revolución en la relación entre gente y perros. Ahora se espera que los perros adopten el papel de amigos íntimos, confidentes o niños, a los que se puede llevar a todas partes, incluyendo el centro comercial y casas de amigos.
"Los perros son como una tela en blanco", dijo Katz. "Puedes pintar lo que quieras en ella".
Chris Hoffman y Ann Shih enviaron a Senshi, una bulldog americana, dos veces a cursos de adiestramiento básico. Luego, para que hiciera vida social, la sacaron a todas partes: a hacer las compras, a la biblioteca, a las cafeterías. Y mientras más socializaba el perro fuera, menos dejaban para la casa.
Hoffman, que trabaja en márketing en internet en San Francisco, dijo que Senshi ocupa una parte más grande en su vida que los perros de su infancia, que eran perros que pasaban un montón de tiempo en el patio. "Nosotros no tenemos patio, pero si lo tuviéramos, ella no pasaría mucho tiempo allí", dijo. "Ella forma parte de nuestra familia".
Annie Teillon y su marido Geoff, que viven en Manhattan, dijeron que el adiestramiento formal fue vital para sus dos perros -un Lab y un golden retriever- porque son grandes y fuertes. "Yo vivo en un apartamento con mis dos perros", dijo Teillon, "y es necesario que se comporten bien".
No se conoce el número de clases de obediencia en todo el país, en parte porque el adiestramiento de perros adopta a menudo la forma de acuerdos informales, que van desde clases únicas en el patio de la escuela hasta visitas a casa intensivas de algún gurú de perros. Pero muchos adiestradores dicen que sus listas de espera están creciendo.
Andrea Arden, una adiestradora de perros en Manhattna, y su personal, da clases a 18 perros a la semana: 10 cachorros y 8 adultos. En la mañana del jueves pasado Arden puso un aviso en su sitio en internet anunciando tres nuevos cursos de agilidad, que prepara a los perros para hacer carreras de obstáculos obedeciendo órdenes como corre, salta y zigzaguea. Ya que se trata de cursos avanzados y cuestan 350 dólares a la semana, esperaba que tomaría semanas llenar las sesiones, pero se le acabaron las inscripciones en menos de dos horas. Más tarde ese día agregó otro curso, y este se volvió a llenar rápidamente.
Annette Rauch, asistente de investigación en el Centro de Animales y Políticas Públicas de la Facultad de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad Tufts de Grafton del Norte, Massachusetts, citó un sondeo de nuevos propietarios de perros que mostraba que un 75 por ciento de ellos quería asesoría sobre conducta y un 85 por ciento dijeron que tenían la intención de enviar a sus perros a clases de adiestramiento. "En las últimas décadas ha habido un aumento en la preparación de veterinarios especializados en conducta", dijo. Los problemas de conducta, observó, son la principal razón por la que la gente regala sus mascotas.
"Hemos visto un aumento en la popularidad de razas de perros grandes", dijo la doctora Rauch, "y hemos visto un aumento en el número de problemas de conducta".
De lejos el perro más popular en el país en los últimos 16 años ha sido el Labrador retriever, que tuvo el año pasado 137.867 inscripciones en el Club Canino de Estados Unidos [American Kennel Club], más del doble que el segundo perro más popular, el golden retriever, que tuvo 48.509.
Los perros grandes como estos necesitan más ejercicios de lo que creen los dueños. Y si los perros no hacen lo suficiente, empiezan a mordisquear o se ponen agresivos.
Arden dijo que los perros pequeños presentan diferentes tipos de problemas, que llama el síndrome del perro chico. Muchos dueños (especialmente los que se imaginan que son padres de los perros) tratan a sus yorkies y chihuahuas como si fueran bebés, explicó, y eso los convierte en perros mimados. Los dueños a menudo dejan de lado la tarea de disciplinar a los perros chicos cuando evacuan en la alfombra, por ejemplo. "Como se trata de apenas unas gotas, los dueños lo limpian y dicen: ‘Oh, no quiso salir y ahora se mojó las patas un poquito’", dijo Arden. Si fuera un Labrador, agregó, los dueños no dirían lo mismo.
La falta de disciplina puede conducir a gruñidos, mordiscos, ladridos y mordisqueos agresivos, dice Arden.
Los dueños de mascotas responden ante la mala conducta de dos modos, dijo el profesor Nicholas Dodman, director de la Clínica de Conducta Animal en Cummings: deshaciéndose de los perros o adoptando medidas extremas para mejorar instantáneamente la conducta de las mascotas.
Dodman advirtió a los dueños que debían ser pacientes, mantener expectativas realistas y tratar de controlar a sus perros sin gritar y sin ponerse violentos.
Los métodos de adiestramiento varían, pero la mayoría de ellos recompensan la buena conducta en lugar de castigar la mala. César Millán, que gestiona un centro de psicología canina en Los Angeles y lleva ya dos temporadas como anfitrión de ‘Dog Whisperer’, predica el dominio asertivo, de modo que el perro sepa que el amo es el jefe. Millán predica que los perros necesitan ejercicios, disciplina y afecto, en este orden. Lo que busca, dice, es crear un perro equilibrado, aunque ha sido criticado por técnicas como inmovilizar a un perro contra el suelo o dar tirones a la correa.
Dodman dice: "Mi colega piensa que es una parodia. Hemos escrito al National Geographic Channel para decirles que han hecho retroceder en veinte años el adiestramiento de perros".
La respuesta de Millán: "No le gusto a alguna gente. Yo sé que tengo razón".
Teoti Anderson, adiestradora de perros en Lexington, Carolina del Sur, y presidente de la Asociación de Adiestradores de Perros Mascotas [Association of Pet Dog Trainers], dijo que los dueños a menudo evitan las clases de obediencia por temor a que sus perros no estén a la altura de los otros.
"Están tan preocupados de que su perro se comporte como idiota", dijo, "que no se dan cuenta de que todo el mundo está haciendo lo mismo".
Los dueños de perros se consuelan con el libro de Grogan. "Yo soy el líder espiritual de los dueños de los perros malos de Estados Unidos", dijo. "No puedo dar datos a la gente sobre cómo ser un mejor dueño. Lo único que puedo decirles es que no están solos".
2 comentarios
cecilia -
Patricia -
Vivimos en una sociedad de estres y compras compulsivas. No tenemos mucho tiempo libre y si hay que reñir pensamos: uff que cansada estoy, si lo hace otra vez me levanto y le riño, reñimos desde el sofa y sin fuerzas casi, y eso no impone.
¿Creeis de verdad que un perro sin un abrigo está mejor educado que un perro con abrigo? No importa los mimos que le des, sino el tiempo y la educacion que le des.
Desde Poppys Corner Shop os decimos que mimar a los perros no es malo si encontramos tiempo para educarlos.
Poppy, nuestra inspiracion (es la mas mimada de España diria yo, hasta tiene una boutique, tiene todo lo que quiere) es la perrita mas obediente que he tenido jamas. Come lo que quiere y juega con lo que quiere, eso si, TENEMOS TIEMPO para EDUCARLA. Si yo le susurro "NO" , no tengo que gritar, ella para de hacer lo que estaba haciendo y juega con otra cosa. Si le digo sientate, se sienta. Así que si Poppy es educada, para mi este articulo es mas de lo mismo. Hablar y desprestigiar por no hacer otra cosa.
Gracias por vuestro tiempo,
Patricia.
http://poppyscorner.blogspot.com