jane doe quiere justicia
La mujer que fue agredida sexualmente por tres jóvenes, incluyendo al hijo del ex-alguacil del condado de Orange, exigió justicia hoy mientras el juez considera castigo para el trío.
"Me arrebataron lo que se supone que deben ser los mejores años de mi vida y violaron mi cuerpo de todos los modos imaginables", dijo la mujer, identificada solamente como Jane Doe.
"Estos hombres no serán castigados nunca como se merecen".
Agregó: "Una parte de mi alma se ha perdido para siempre".
Hoy en la sesión de sentencia en Santa Ana, la mujer pidió al juez a enviar a la cárcel a sus agresores. Hoy la mujer, que tenía 16 y estaba borracha e inconsciente cuando fue atacada y fue grabada con una cámara de video, permaneció tranquila en el tribunal.
Los que esperan el dictamen son Gregory Haidl, 20, hijo del alguacil del condado de Orange, y sus cómplices Kyle Nahcreiner y Keith Spann, ambos de 21. Nachreiner y Spann serán fichados como delincuentes sexuales.
La comparecencia ante el juez Francisco Briseño del Tribunal Superior del condado de Orange, es el último capítulo en un proceso de cuatro años que captó la atención nacional, dejando a un jurado en punto muerto, y centrado en un escabroso video de 21 minutos.
La víctima contó a Briseño que había sufrido acosos cuando la defensa montó una agresiva campaña para desacreditarla. Dijo que detectives privados la habían perseguido, y en su vecindario se repartieron octavillas identificándola por su nombre.
Una vez, dijo, un detective privado llevó su coche a una comisaría y sacó fotos de ella. Cuando cambió de escuela para evitar el acoso, su identidad fue nuevamente divulgada.
"¿Por qué tratan de torturarme?", dijo. "¿Una noche no fue suficiente para ellos?"
El día estaba gris y pluvioso, condiciones que el juez dijo que correspondían con el humor del procedimiento en su tribunal, que estaba casi al desborde de atiborrado.
Haidl, Nachreiner y Spann estaban sentados frente al juez llevando el uniforme naranja de la cárcel del condado, amarrados juntos.
"Lo que pasó esa noche no fue planeado y complotado", dijo Haidl, con los labios apretados y tan bajo que la gente hubo de esforzarse por oírle. "Me despierto todos los días sintiéndome mal por la gente a la que he lastimado".
Miró a Jane Doe, que esquivó su mirada, y pidió excusas. "Nunca tuve la intención de causarte dolor", dijo.
El padre de Haidl, Don, un multimillonario que renunció a su trabajo como alguacil del sheriff del condado de Orange para encargarse de los juicios de su hijo, dijo que se sentía culpable de haber dedicado tanto tiempo al trabajo. Dijo que había visto a su hijo, que lleva ya 16 meses en la cárcel, "encerrado en una caja las 24 horas del día entre la gente más loca y peligrosa de nuestra sociedad". Agregó: "Nunca fue un chico malo".
Nachreiner, hablando suavemente, también pidió excusas a Jane Doe. Dijo que la deseaba un futuro brillante.
El delito ocurrió a principio de julio de 2002, en la casa en Corona del Mar del padre de Haidl, donde Haidl, Nachreiner y Spann -todos de 17 en ese momento- se reunieron para una fiesta con alcohol con una mesonera adolescente. Los cuatro eran estudiantes de la secundaria en Rancho Cucamonga.
Haidl usó una cámara de video para grabarse a sí mismo y a sus amigos teniendo sexo con la chica, y dejó más tarde el video en una casa de alquiler de unos amigos en Newport Beach. La novia del inquilino, que pensó que la chica en el video parecía estar muerta, entró el video a un policía.
Los fiscales alegaron que la evidencia del video estaba clara: la chica se había desmayado cuando los chicos hacían turnos violando su cuerpo con una variedad de objetos, incluyendo un taco de billar y una botella de Snapple. La víctima declaró que sus recuerdos de los sucesos de esa noche llegaban hasta el momento en que bebió una cerveza, se fumó un porro y se tragó casi un cuarto de gin, todo en menos de media hora.
Los abogados de la defensa alegaron que el video, que no ha sido mostrado al público, cuentan una historia diferente. Caracterizaron a la chica, conocida públicamente como Jane Doe, como una aspirante a actriz pornográfica que había simulado estar inconsciente. Enfatizaron su promiscuidad, y encontraron a viejos amigos que contaron anécdotas sobre su inclinación a la exageración. Llamaron a un neurólogo, que dijo que sus movimientos ante la cámara demostraban que estaba consciente.
La defensa planteó suficientes dudas para que un jurado no pudiera resolver en el verano de 2004, inclinándose hacia la absolución en casi todos los cargos. La renuencia del jurado a dictar sentencia provocó escándalo y desconfianza en la opinión pública, cuando los programas de radio se inundaron de llamadas y cartas del público llovieron sobre los diarios.
En un segundo juicio en marzo, los fiscales suavizaron el caso, dejando caer la acusación de que los acusados le dieron a Jane Doe una droga "para una cita de violación" y alegaron que se había desmayado borracha. El jurado condenó a Haidl de los seis cargos de penetración sexual, a Spann de cinco, y a Nachreiner de cuatro. El jurado no pudo decidir ni votar la absolución de los cargos de agresión sexual con arma letal, penetración oral y violación.
Haidl tuvo varios encontronazos con la ley mientras esperaba el juicio, incluyendo acusaciones de posesión de marihuana, vandalismo, invasión de morada y sexo con otra chica menor de edad. Sin embargo, el juez Briseño rechazó la petición del fiscal de revocar la fianza de Haidl de agosto de 2004. El juez lo decidió tres meses después de que Haidl mezclara cerveza con barbitúricos y estuviera involucrado en un choque frontal.
Haidl puede ser condenado hasta 18 años de prisión, Spaan a 16, y Nachreiner a 14. Nachreiner y Spann han estado en la cárcel desde que fueran condenados.
En enero, un informe del despacho de libertad condicional recomendó la prisión para los tres acusados. El despacho del fiscal de distrito del condado de Orange recomendó 12 años de cárcel para Haidl, 10 para Nachreiner y seis para Spann.
El caso sacudió los más altos escalones de la policía del condado de Orange. Otro alguacil de Corona, George Jaramillo, causó la indignación del jefe de policía de Newport Beach, cuyos detectives estaban investigando el caso de Haidl. El jefe acusó a Jaramillo de desalentar a Donald Haidl para que su hijo no hablara con los detectives. Una avalancha de acusaciones no relacionadas con el caso en torno a problemas de Jaramillo, han afectado al sheriff desde entonces.
Las declaraciones de la víctima esta mañana impactaron a los presentes en la sala del tribunal.
"Recuerdo que, cuando miré el video, que la boca me empezó a arder, porque la tenía abierta de incredulidad", dijo la víctima. "No puedo, no creo que sea capaz nunca de describir lo que sentí cuando miré el video. Recuerdo que me preguntaba a mí misma: ‘¿En qué momento me convertí en un trozo de carne para estos hombres, cuando dejé de ser un ser humano? ¿Cómo puede un ser humano normal hacer una cosa así?’ Me hicieron cosas que no se harían ni siquiera con un animal salvaje".
"Me violaron de todos los modos imaginables. Cuando miré el video, recuerdo que sentí dos cosas. Recuerdo que me puse furiosa con los animales que me estaban agrediendo, porque ningún ser humano haría una cosa así. Y recuerdo que sentía que mi alma y mi ser interior estaban siendo destruidos. Estaba vacía. Me habían quitado todo lo que era yo. Ya no me sentía humana. No tenía vida y me sentía como una muñeca inerte. Lo que me hicieron que afectara toda la vida".
"Pero puedo vivir con ello si se hace justicia. Con suerte, muchos años detrás de las rejas les darán montones de tiempo para pensar en lo que hicieron y quizás empiecen a sentir algo de remordimiento por lo que hicieron".
"Estos hombres no serán castigados nunca como se merecen".
Agregó: "Una parte de mi alma se ha perdido para siempre".
Hoy en la sesión de sentencia en Santa Ana, la mujer pidió al juez a enviar a la cárcel a sus agresores. Hoy la mujer, que tenía 16 y estaba borracha e inconsciente cuando fue atacada y fue grabada con una cámara de video, permaneció tranquila en el tribunal.
Los que esperan el dictamen son Gregory Haidl, 20, hijo del alguacil del condado de Orange, y sus cómplices Kyle Nahcreiner y Keith Spann, ambos de 21. Nachreiner y Spann serán fichados como delincuentes sexuales.
La comparecencia ante el juez Francisco Briseño del Tribunal Superior del condado de Orange, es el último capítulo en un proceso de cuatro años que captó la atención nacional, dejando a un jurado en punto muerto, y centrado en un escabroso video de 21 minutos.
La víctima contó a Briseño que había sufrido acosos cuando la defensa montó una agresiva campaña para desacreditarla. Dijo que detectives privados la habían perseguido, y en su vecindario se repartieron octavillas identificándola por su nombre.
Una vez, dijo, un detective privado llevó su coche a una comisaría y sacó fotos de ella. Cuando cambió de escuela para evitar el acoso, su identidad fue nuevamente divulgada.
"¿Por qué tratan de torturarme?", dijo. "¿Una noche no fue suficiente para ellos?"
El día estaba gris y pluvioso, condiciones que el juez dijo que correspondían con el humor del procedimiento en su tribunal, que estaba casi al desborde de atiborrado.
Haidl, Nachreiner y Spann estaban sentados frente al juez llevando el uniforme naranja de la cárcel del condado, amarrados juntos.
"Lo que pasó esa noche no fue planeado y complotado", dijo Haidl, con los labios apretados y tan bajo que la gente hubo de esforzarse por oírle. "Me despierto todos los días sintiéndome mal por la gente a la que he lastimado".
Miró a Jane Doe, que esquivó su mirada, y pidió excusas. "Nunca tuve la intención de causarte dolor", dijo.
El padre de Haidl, Don, un multimillonario que renunció a su trabajo como alguacil del sheriff del condado de Orange para encargarse de los juicios de su hijo, dijo que se sentía culpable de haber dedicado tanto tiempo al trabajo. Dijo que había visto a su hijo, que lleva ya 16 meses en la cárcel, "encerrado en una caja las 24 horas del día entre la gente más loca y peligrosa de nuestra sociedad". Agregó: "Nunca fue un chico malo".
Nachreiner, hablando suavemente, también pidió excusas a Jane Doe. Dijo que la deseaba un futuro brillante.
El delito ocurrió a principio de julio de 2002, en la casa en Corona del Mar del padre de Haidl, donde Haidl, Nachreiner y Spann -todos de 17 en ese momento- se reunieron para una fiesta con alcohol con una mesonera adolescente. Los cuatro eran estudiantes de la secundaria en Rancho Cucamonga.
Haidl usó una cámara de video para grabarse a sí mismo y a sus amigos teniendo sexo con la chica, y dejó más tarde el video en una casa de alquiler de unos amigos en Newport Beach. La novia del inquilino, que pensó que la chica en el video parecía estar muerta, entró el video a un policía.
Los fiscales alegaron que la evidencia del video estaba clara: la chica se había desmayado cuando los chicos hacían turnos violando su cuerpo con una variedad de objetos, incluyendo un taco de billar y una botella de Snapple. La víctima declaró que sus recuerdos de los sucesos de esa noche llegaban hasta el momento en que bebió una cerveza, se fumó un porro y se tragó casi un cuarto de gin, todo en menos de media hora.
Los abogados de la defensa alegaron que el video, que no ha sido mostrado al público, cuentan una historia diferente. Caracterizaron a la chica, conocida públicamente como Jane Doe, como una aspirante a actriz pornográfica que había simulado estar inconsciente. Enfatizaron su promiscuidad, y encontraron a viejos amigos que contaron anécdotas sobre su inclinación a la exageración. Llamaron a un neurólogo, que dijo que sus movimientos ante la cámara demostraban que estaba consciente.
La defensa planteó suficientes dudas para que un jurado no pudiera resolver en el verano de 2004, inclinándose hacia la absolución en casi todos los cargos. La renuencia del jurado a dictar sentencia provocó escándalo y desconfianza en la opinión pública, cuando los programas de radio se inundaron de llamadas y cartas del público llovieron sobre los diarios.
En un segundo juicio en marzo, los fiscales suavizaron el caso, dejando caer la acusación de que los acusados le dieron a Jane Doe una droga "para una cita de violación" y alegaron que se había desmayado borracha. El jurado condenó a Haidl de los seis cargos de penetración sexual, a Spann de cinco, y a Nachreiner de cuatro. El jurado no pudo decidir ni votar la absolución de los cargos de agresión sexual con arma letal, penetración oral y violación.
Haidl tuvo varios encontronazos con la ley mientras esperaba el juicio, incluyendo acusaciones de posesión de marihuana, vandalismo, invasión de morada y sexo con otra chica menor de edad. Sin embargo, el juez Briseño rechazó la petición del fiscal de revocar la fianza de Haidl de agosto de 2004. El juez lo decidió tres meses después de que Haidl mezclara cerveza con barbitúricos y estuviera involucrado en un choque frontal.
Haidl puede ser condenado hasta 18 años de prisión, Spaan a 16, y Nachreiner a 14. Nachreiner y Spann han estado en la cárcel desde que fueran condenados.
En enero, un informe del despacho de libertad condicional recomendó la prisión para los tres acusados. El despacho del fiscal de distrito del condado de Orange recomendó 12 años de cárcel para Haidl, 10 para Nachreiner y seis para Spann.
El caso sacudió los más altos escalones de la policía del condado de Orange. Otro alguacil de Corona, George Jaramillo, causó la indignación del jefe de policía de Newport Beach, cuyos detectives estaban investigando el caso de Haidl. El jefe acusó a Jaramillo de desalentar a Donald Haidl para que su hijo no hablara con los detectives. Una avalancha de acusaciones no relacionadas con el caso en torno a problemas de Jaramillo, han afectado al sheriff desde entonces.
Las declaraciones de la víctima esta mañana impactaron a los presentes en la sala del tribunal.
"Recuerdo que, cuando miré el video, que la boca me empezó a arder, porque la tenía abierta de incredulidad", dijo la víctima. "No puedo, no creo que sea capaz nunca de describir lo que sentí cuando miré el video. Recuerdo que me preguntaba a mí misma: ‘¿En qué momento me convertí en un trozo de carne para estos hombres, cuando dejé de ser un ser humano? ¿Cómo puede un ser humano normal hacer una cosa así?’ Me hicieron cosas que no se harían ni siquiera con un animal salvaje".
"Me violaron de todos los modos imaginables. Cuando miré el video, recuerdo que sentí dos cosas. Recuerdo que me puse furiosa con los animales que me estaban agrediendo, porque ningún ser humano haría una cosa así. Y recuerdo que sentía que mi alma y mi ser interior estaban siendo destruidos. Estaba vacía. Me habían quitado todo lo que era yo. Ya no me sentía humana. No tenía vida y me sentía como una muñeca inerte. Lo que me hicieron que afectara toda la vida".
"Pero puedo vivir con ello si se hace justicia. Con suerte, muchos años detrás de las rejas les darán montones de tiempo para pensar en lo que hicieron y quizás empiecen a sentir algo de remordimiento por lo que hicieron".
10 de marzo de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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